capítulo 17

ESCRITORA

Julio regresó a su casa, con el pequeño cachorro era un perrito adorable, de apenas unos cuantos meses de nacido.

Estaba un poco, flaco y mal comido, pero aún así era encantador; el pelaje lo tenía un poco esponjoso y de color gris con una mancha blanca en la frente.

Emitía unos quejidos por la incomodidad de su pata. Julio lo contemplaba un poco afligido por no poder hacer más por el.

Decidió traerle algo de comer, no tenía idea de que pudiera darle, así que apesar de que ya era algo de madrugada, salió y fue a una tienda de conveniencia, al comprarle alimento para darle al pequeño canino.

Regreso rápidamente y lo alimento, el animal comía como si nunca antes hubiera comido.

Por la forma en que reaccionó al alimento, Julio pensó; que tal vez pudiera ser un perro callejero. Ya que estaba ambriento y un poco flaco.

- Te cuidare cachorrito, asta que te mejores, y si tienes dueño te devolveré, pero de no ser así. Yo cuídate de ti cómo seré tu dueño; no podría abandonarte después de que casi te mató.

Ala mañana siguiente, Rambo estaba mucho mejor, ¡ como no savia cómo se llamaba el cachorro; decidió llamarlo Rambo!, le dio de desayunar , le puso agua y más comida para cuando le diera hambre.

El día transcurrió sin más contratiempos, al salir fue a buscar a Carol, quería llevarla a ver a Rambo.

- Mi amor, te ves preciosa, como siempre. sonríe.

- Sonrió, y le hago un pequeño gestó.... ¿ cómo sigue el perrito?.

- Ya está mejor.

- Anoche salí a buscar comida para darle. ¡ comió bastante!, y amaneció de mejor ver.

- Lo abrazo y le doy un beso un la mejilla, me encantas mi amor, ¡ tienes un gran corazón!...

Entre más te conozco, te amo más.

- Estaba pensando en invitarte a mi casa.?

- ¡A tu casa! y levantó las cejas.

- Jaja, mal pensada, que pensaste, por que hiciste esas muecas.

- Aaaammmm,.... nada que habría de pensar.

solo me sorprendió tu invitación.

- La invitación, es para que veas a Rambo.

- ¿y ese quien es o qué?

- ¡ O se me olvidaba, así le puse al cachorro!, lo tengo en mi casa, por si quieres verlo. También, podemos ver una película.

- Me parece bien,...- me encantaría ver a Rambo.

- Y solo quieres ver a Rambo. - Digo por qué te propuse ver una película y no me dijiste, si te gustaría, o no.

- Claro que me gustaría, me encantaría, contigo a mí lado cualquier cosa es perfecta.... -- sonrió. y él también sonríe, me agarra la mejilla dándome un pequeño apretón.

EN LA CASA DE JULIO.

- Tu casa, es muy bonita, pero sin duda lo mejor de la casa es el jardín. ¡Esta precioso !...

julio sonríe.

- En verdad te gusta?

- Si, me encanta, Solo que yo cambiaría algunas plantas por rosales, ¡ me gustan mucho las rosas!.

- ¿ y qué color te gusta más?

- Me gustan todas pero mis favoritas son las rojas y blancas.

Rambo ¿ cómo estás pequeño cachorro inquieto?, debes tener cuidado al atravesar las calles. Por fortuna ahora te salvaste.

- Jaja, te ves hermosa y me encanta la forma en que le hablas al cachorro. Creo que te gustan tanto los animales como a mí.

- Uuum, pues tanto como a ti, no lo sé.

Pero si me gustan mucho, no me gusta que los maltraten.

Creo que te estás encariñado, con el perrito ala vez que ya hasta nombre le pusiste.

- Si un poco, aparte de que me siento con la responsabilidad de ver por él, por haberlo lastimado. He estado pensando seriamente en que si no tiene dueño me voy a quedar con él.

- Es buena idea, y muy noble de tu parte.

- Bueno pues ya lo vimos, dime ahora ¿ que película quieres ver?.

- No se; te dejo elegir, solo que no valla a ser de terror. Dijo Carol un poco seria.

- Tengo una idea te va a gustar. Ponte cómoda, voy a preparar algo para comer. Julio le sonrió coqueteando.

- ¿ Quieres que te ayude?

- No, tú eres mi invitada, yo te voy a atender.

Carol:. Me pone un poco nerviosa el estar sola con él en su casa, lo amó y estar cerca de él es un martirio, quiero estar con él pero me da miedo, nunca he estado con nadie.

Pequeña ya está todo listo, ven siéntate aquí a mi lado, ¿ tienes frío? Julio le hizo una seña con la mano.

- Si un poco, el clima cambio de repente, parece que se avecina una tormenta. y se encogió un poco de hombros.

- Permíteme, traeré una manta, ¡ ven pequeña! siéntate al lado mío sube tus pies en el sofá y recargarte en mí.

- Lo iba a hacer, pero decidí, darme la vuelta y lo empecé a besas, alo que el también respondió a mi beso y me sostuvo para no caerme, duramos un rato besándonos.

Yo empecé a besarlo por el cuello y la nuca, el poco a poco, fue bajando sus manos asta mis caderas, yo fuí desabrochando su camisa y empecé a besar su pecho, él seguía tocando mis caderas, me agarró y me dio la vuelta astá dejarme en en sofá y el sobre mí.

con una gran habilidad me quito la blusa y acarició cada parte de mi pecho. Afuera llovía a cántaros, el clima estaba helado más en nosotros la temperatura era bastante agradable, nuestros cuerpos se quemaban de pasión y deseo. su cuerpo anhelaba el mío, y mi cuerpo pedía a gritos, que apagará este fuego que consumía mi intimidad,

Julio, acariciaba, y besaba mis pechos, mis gemidos se perdían con el caer de la lluvia.

No podía evitarlo, trataba de controlarme, pero era más fuerte que yo, sin quererlo emitía unos gemidos de placer.

Podía sentir como julio se excitaba, cada vez más, y poco a poco me fue tocando más,

Yo intenté,desabrochar su pantalón, pero me freno en seco.... - No pequeña, ahora no.

No es el momento adecuado. Y se levantó.

Yo me quedé bastante confundida, no sé que había pasado. - ¿Por que? ¡ tú lo deseas tanto como yo ! ¿ por qué no hacerlo? . Le pregunté.

- No quiero presionarte y que después te arrepientas. No te sientas comprometida a hacerlo, solo por qué yo quiero, ¡ te deseo con toda el alma !. Pero sobre todo te respetó.

- Me acerque a él. Pero yo quiero hacerlo, para nada me siento presionada, al contrario me gusta que seas paciente conmigo y me respetes pero, también te amo y te deseo como no tienes una idea necesito estar entre tus brazos y que me hagas tú mujer.

Nos sigas amor, que no me voy a controlar, ¡sabes!, no es nada fácil, detenerle estando así, con tan solo pensarte me excitas. Y el estar tocando tu cuerpo y besando tus labios es un n martirio. ¡ha un verdadero martirio!.

- Está bien, tal vez me vi muy lanzada, ¡ discúlpame! y me di la vuelta un poco molesta.

-No te enojes, y me abrazó por detrás.

-Le quite sus manos soltando su abrazo, - Me quiero ir ya a mi casa, ¡me llevas por favor!.

- No, te voy a llevar y menos si estás molesta.

-¡ No estoy molesta! y volteo los ojos .

- Ven abrázame, y dime qué todo está bien. dice julio estirando sus brazos.

- Le hice un puchero, y lo abracé.

Afuera, la lluvia seguía tan intensa, Julio se sentó en el sofá y me acomodo junto a él me arropó con la manta, estuvimos platicando.

Compréndi que para demostrarle mi amor no necesariamente se necesita el sexo.

Julio me invitó a dormir en su cama, me prometió, que no me tocaría solo dormiriamos juntos, acepte quedarme esa noche con él. No cumplió por qué terminó abrazándome, cosa que me encantó, nos quedamos dormidos abrazados.

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Comments

Graciela Peralta

Graciela Peralta

que bueno que pasara ahora

2024-02-23

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