CAPITULO 5

18 de diciembre...

Llegue corriendo a casa de Salma. Estuve tan ocupada en estos últimos días con el trabajo y mis pensamientos que estaban enfocados en Ezra y lo mucho que me empieza a gustar, que había olvidado que le prometi a mi hermana que cuidaría a los niños mientras ella salía con su esposo creo que a comprar regalos. Como uno de mis sobrinos estaba muy inquieto, decidí darle mi teléfono para que se calme. Mientras tanto yo peleaba con el coche del bebe que no lograba abrirlo por nada del mundo. Como mierda hacen para manejar esta porquería?

-Tía, te llego una foto. -Dijo mi sobrino.

-Olvídalo. Lo veré luego.

-Quien es Ezra?. -pregunto.

-No es nadie... Solo un amigo... -Exclame.

-Es tu novio?

-No... En absoluto.

Al ver la foto que había enviado Ezra, mi cara se puso rojo fuego. Había enviado una foto de sus genitales. Por Dios, por suerte el niño no había visto eso.

***********

19 de diciembre.

El día del juego había llegado. Acompañe a papa a ver el Futbol. Nos sentamos juntos en las gradas mientras tomábamos una cerveza.

-Como va tu vida amorosa?.-pregunto.

-Supongo que el amor no es fácil. -Dije.

-Acaso terminaste con tu novio?

-Ay papa... Nunca tuve uno.

-Pero tu... Dijiste que lo llevarías en navidad.

-Lo se... Mentí... Solo quería que me dejen en paz... No sabes lo difícil que es para mí. Es demasiada presión.

-Te entiendo Jo, pero tu madre solo quiere verte feliz.

-Bueno... Soy feliz... No es necesario presionarme con la idea de tener un novio.

Mientras estaba felizmente conversando con papa, me sorprendió ver a Sebastián en las gradas. Él se acercó para saludarme y disculparse por el malentendido de la otra noche. Y con malentendido me refiero a la pelea. No me quedo más remedio que decirle que todo estaba bien. Solo fue un mal momento y ya. Él se quedó hablando con papa acerca del juego. Yo solo los observaba sonrientes. En algún momento Chris también era así con él.

En ese momento, mi celular comenzó a sonar y era del hospital. El Dr. Alan Henrik me necesitaba y debia irme. Papa se desilusionó, me dice que trabajo demasiado, pero este empleo es así.

Al llegar encontré a mi paciente drogadicto haciendo ejercicios. Controle si estaba bien y me dijo que quería estar en mejor forma para su novia que lo visitaría más tarde... Eso me alegraba.

-Antes de que te vayas, quiero darte las gracias. -Dijo él. -Tu charla del otro día me hizo reflexionar mucho y... Gracias a ti es que me replantee las cosas.

-No tienes que agradecerme. -Le sonreí amigable y él me abrazo.

Salí de la habitación sonriendo. Estas pequeñas cosas eran las que más me gustaban de mi trabajo. Ver felices a las personas y sentir que soy de ayuda.

*********

Al salir del hospital y llegar a casa, vi una publicación de Ezra en Facebook. Una invitación abierta a su fiesta de cumpleaños. Se realizaría en un antro muy prestigioso. Me pareció que sería buena idea sorprenderlo. Después de todo él siempre lo hacia cuando estaba en su casa. Decidí prepararle un pastel de cumpleaños. Con forma de corazón. Ok, no... No estoy para nada ilusionada.

Luego de unas horas, me apronte y tome el pastel. Me subí a mi carro y lo coloqué en el asiento del acompañante y me dirigí hacia el lugar donde se haría la fiesta. Estaba muy contenta por darle la sorpresa. Al entrar al antro lo busqué por todo el lugar hasta encontrarlo en la zona vip. Mi cara de sorpresa fue cuando lo vi besarse con otra mujer. Me quedé unos minutos intentando asimilar la situación y como por milagro, él se giró y poso su mirada en mí. Decidí que lo mejor era marcharme. No fue una buena idea venir.

Iba de salida, cuando sentí que alguien tomaba de mi brazo.

-Johanna. -Exclamo él.

Me di la vuelta quedando de frente.

-Ella... No es nada... No significa nada para mí.

-Tu... No tienes que explicarme nada. -Dije desilusionada. Supongo que me ilusione demasiado rápido y con un hombre que es menor que yo. Claro que no funciona así el amor.

-Nosotros solo... nos besábamos... Nada más.

-Seré sincera contigo... Me gustas... Me gustaste desde el momento en que te conocí... Y los momentos que pasamos juntos fueron hermosos. No me importa que seas dos años menor que yo, me gustas y... realmente creía que tal vez nosotros...

Él me observaba fijamente. Por un momento creí que sus ojos estaban brillosos. Acerco su mano y acaricio mi rostro con ternura.

-No creo que sea buena idea. -Dijo él.

Lo observé con evidente tristeza.

-Después de Navidad me iré a Londres... Debo terminar mi carrera. Yo... Estoy demasiado concentrado en eso, solo me queda un paso y... No se que pase después... No sería buena idea que me esperes...

-Esa es tu excusa?

-Lo siento... Es que tu tienes un empleo honesto, una vida casi resuelta y yo... Trabajo administrando los bares de mi padre... Tal vez tu quieras hijos y yo... No estoy preparado para eso aún.

-Dejalo así. -Dije. -Entiendo.

-Lo siento... Me encantas pero...

-Olvidalo... Eres demasiado bueno... No entiendo porque debías serlo tanto. -Exclame rompiendo en llanto y abandonando el lugar... Supongo que esto del amor no se me da para nada bien...

Lo había decidido. Dejaré de fingir con esta locura y daré la cara. Hablaré con el resto de la familia y dire que no habrá nadie acompañándome en navidad. Ni siquiera estoy segura de pasarla con ellos... Siento que cualquier cosa que digan acerca de mi vida amorosa podría romperme el corazón y no estoy en condiciones de generarme más daño. Sobre todo cualquier comentario acerca de la familia perfecta de Christian, mi ex. De como a el sí le fue bien en la vida y pudo lograr tener una familia antes de cumplir los 27 años. Pues si, él es dos años más grande que yo. Y aparentemente, ha tenido más suerte de la que yo tuve después de nuestra horrible separación.

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