Dominic tenía todo listo para partir rumbo a Preint, estaban los soldados que acompañarán al Duque, un total de diez caballeros que llevan sus uniformes azules y a la altura del corazón, un emblema de un dragón dorado, propio de la familia Descartes.
De la casa sale el pelirrojo vistiendo un traje negro, sube al carruaje junto a Dominic y se ponen en marcha.
Aunque el viaje fue largo, William solo pensaba en aquel chico, él fue el único que se portó bien, durante toda su vida, nunca nadie lo protegió, ni se preocupó por él. Además, quería agradecerle por aquella vez, si no hubiera aparecido, lo más probable que terminaría matando aquellos niños.
-Está muy callado, ¿o será que está pensando una forma de matar al joven Roser? -pregunta Dominic.
William arruga el entrecejo.
-No. Tengo una deuda con él.
Dominic abre sus ojos, sorprendiendo de que el gran Duque Descartes, orgulloso y malvado, le deba algo a un simple muchacho, incluso es hijo de un Marqués.
Aunque el Marqués Roser, era un gran hombre, se sabía que solo tenía a una esposa, sin concubinas, un gran negociante, hombre de visión y espadachín, a ese hombre se le conocía como “La espada del imperio”. Se decía que no era de un estatus más alto, solo por gusto.
-¿Se refiere al Marqués Roser?
-No. Su hijo, Eider Roser.
A Dominic le causa curiosidad saber como era Eider.
Al llegar al Marquesado, fueron recibidos por Luis, quien saludo gustoso a William.
-Jamás pensé, volver a verlo -comenta el hombre.
-Lo sé. Estuve mucho tiempo lejos -responde William.
Ambos pasan a una sala donde Luis manda atraer vino y aperitivos.
-¿Así que va de regreso al Ducado?
-Sí. Aunque el motivo que me trae aquí es otro -Luis se quedó pensando -Si, mi maestro de espadas sufrió un accidente durante la misión y como sabe, no cualquiera puede reemplazarlo.
-Entiendo.
-Y escuche grandes proezas de su hijo y me dio curiosidad verle y tal vez hacerle una oferta.
Luis se queda pensando, pues a pesar de que ahora su hija tenía una vida, más o menos normal, aún está con el pendiente de que algo malo ocurra.
-Si… él es un muy buen muchacho, aunque es bueno, no creo que esté capacitado.
-Aun así me gustaría conocerlo.
-Claro que sí.
En una habitación de arriba, se encontraba Eider tomando un baño relajante, mientras Mary estaba fuera del cuarto, junto a la puerta, para evitar que alguien pase sin permiso, cuando ve llegar a otra sirvienta.
-Mary… rápido, avisa al joven Marqués, que su padre lo necesita. Parece que hay un invitado muy importante.
-¿Un invitado importante? -pregunta Mary.
-Si y muy apuesto. Pelirrojo y el Marqués lo trata muy bien.
Mary no hace mucho caso y entra a la habitación y golpea ligeramente la puerta del baño.
-Señorita -dice casi susurrando -Su padre le busca.
La puerta se abre y sale Eider con una bata algo húmeda. Haciendo notar su bien dotado cuerpo.
-Mary, cuantas veces te he dicho que me digas “joven”. Además, cierra con llave la puerta, cuando estés dentro.
-Lo siento señorita.
“¡Ay…! ¡Dios! Dame paciencia”
-¿Qué quiere mi padre?
-No sé. Pero tienen visita de un pelirrojo.
-¿Pelirrojo?
“No puede ser él”
Con ayuda de Mary, Eider se apresura a vestirse. Y así ver quien es el supuesto invitado. Solo espera no sea, ese pelirrojo.
Antes de llegar, escucha las voces de dos hombres, la única que reconoce es la de su padre. Se asoma por la entrada y ve a un hombre de espalda, sentado junto a su padre.
Camina un poco nerviosa y el Marqués es el primero en verle.
-Eider, que bueno que bajaste -dice el hombre levantándose -Ven, te quiero presentar al joven Duque Descartes.
Eider congela sus pasos al escuchar el apellido y mira nerviosa al hombre sentado, el cual ya se estaba levantando.
William se pone de pie y gira para poder ver al chico y sí, allí estaba esos mismos ojos como rubí, que lo miraron con amabilidad y aprecio. Claro que ahora él estaba más alto, lo que le sorprende es ver lo delgado que es, no parece ser que se ejercite.
-Un gusto verle, joven Roser -saluda William.
Eider sale de su asombro y camina hacía William, hace una reverencia perfecta y saluda.
-El gusto es mío joven Duque. ¿Qué lo trae tan lejos de su territorio?
William sonríe, ya notó una ligera hostilidad hacia él, pero no le importa. Quiere agradecerle por el pasado.
-Es por usted joven Roser.
Eider se sorprende, ella no quiere tener nada que ver con ese sujeto.
“Tranquila, él no puede obsesionarse de ti, eres un chico”
-Eso es algo… raro. No creo ser cercano a usted, para que me haga una visita.
William no sabía por qué razón Eider se mostraba hostil con él. No recuerda haber dicho algo malo.
-Quiero pedirle que sea mi maestro de armas.
-¿Su maestro? Yo… no soy muy bueno.
-¿Bromea? -dice exagerado -Su fama pronto superará al del Marqués. Usted podrá ser la nueva “espada del imperio”
Luis se sentía orgulloso de su “pequeño”. El mejor que nadie sabía del potencial que tenía Eider, su estilo era sutil y poderoso.
-Es lo mismo que yo le digo -dice emocionado, Luis -Pronto superará a su viejo.
El hombre se carcajea y golpea el hombro de Eider, el cual lo mira con molestia. Pero rápido sonríe, pues se le ocurrió una magnífica idea.
-¡Mi padre! -jala a Luis -Él es mucho mejor que yo, de seguro podrá ser su maestro.
-Eider… -el Marqués la mira amenazante -Recuerda que tengo que administrar las tierras y ver que todo esté bien.
Eider lo suelta, con una sonrisa crispada.
-No se preocupe, joven Roser. Le daré tiempo para pensarlo, además estaré en el territorio, por una temporada y daré una fiesta, a la cual espero que puedan ir… además usted y yo tenemos que hablar del pasado.
William hace una reverencia y sale de allí con una sonrisa. Mientras que Eider esta preocupa, será que ese chico sabe algo de ella o simplemente quiere matarlo.
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Comments
Racthalia
verde como la esmeralda son los ojos de la muchacha y rojos como el rubi los del muchacho
2024-04-13
5
ljp
al fin verdes como esmeraldas o rojos como rubí?🤷♀️
2023-10-23
3
Luna Stars
creo que más bien sería "como esmeraldas"
2023-08-27
3