10 Lo que pido para que mamá firme el acta de divorcio.

Cuando mi madre salió llevándose a mi hermano, no perdí ni un segundo. Me dirigí a la habitación de mi "padre", si es que se le puede llamar así a ese monstruo. No me molesté en tocar la puerta; simplemente entré. Ahí estaba él, junto a Clarisa, ambos con actitudes distintas: él parecía enfurecido, y ella, llorando. Escuché claramente lo que le decía: que tenía que "castigarme" por hablar mal de ella y de su "preciosa hija". No pude aguantar más y me hice presente.

**Lila:** *"Tú, querida Clarisa, fuera de aquí. Tengo asuntos importantes que discutir con este inútil..."*

Clarisa, como la cobarde que es, no dijo nada y salió de inmediato, quizás para consolarse con su hija o para seguir creyendo que tiene algún poder.

**Emperador:** *"¿Y tú quién te crees para hablarle así a mi mujer?"*

**Lila:** *"Me llamo Lila, y hablo así porque me da la gana. También soy princesa, y tengo más derecho que una concubina que solo sabe llorar y pedir tonterías."*

**Emperador:** *"No te doy una golpiza solo porque aún estoy adolorido."*

**Lila:** *"Estás loco si piensas que vas a ponerme una mano encima, ni a mí ni a mi madre. No eres más que basura. Y no vengo aquí a perder el tiempo. Vengo a informarte que mi madre acepta el divorcio que solicitaste hace meses. No quiere nada contigo."*

**Emperador:** *"Al menos una vez esa inútil hace algo bien."*

Sus palabras me hicieron hervir la sangre, y, sin pensarlo, le propiné un golpe en la cara.

**Lila:** *"¡Mira, viejo idiota! No me importa lo que pienses de mi madre, pero será la última vez que hablas así de ella frente a mí. ¡Te lo prohíbo!"*

**Emperador:** *"Parece que te sientes valiente porque estoy en cama, ¿verdad?"*

Fue entonces cuando mi aura oscura comenzó a emanar, llenando la habitación de una tensión espesa y peligrosa. Él lo notó, entendiendo que mi poder había regresado, y el temor se dibujó en su rostro.

**Lila:** *"Ya no soy la niña sumisa que manejabas. Mi poder ha vuelto, y no dudaré en usarlo. Si vuelves a inmiscuirte en la vida de mi familia, no dudaré en acabar contigo. Desde hoy, ya no soy tu hija. No eres nadie para mí."*

En su rostro vi algo inesperado: miedo. Un miedo tan grande que perdió el control y mojó sus pantalones. Algo en esa escena me resultó irónicamente cómico.

**Lila:** *"¿Un emperador que se orina de miedo? Qué patético. ¿Qué se puede esperar de alguien que se atreve a golpear a su esposa solo porque otra inútil le llena la cabeza de mentiras y lloriqueos? Si ni siquiera puedes manejar a tu familia, no puedes manejar un imperio. Pero ese no es mi punto. Ya entendiste que no tienes opción."*

**Emperador:** *"Está bien, tú ganas. Dime qué quieres para largarte de aquí y dejar en paz a Clarisa y a mi hija."*

Sus palabras ya no me causaban el mínimo impacto. Había escuchado esa frase demasiadas veces, siempre en favor de Priscilla, la favorita, mientras yo quedaba en segundo plano.

**Lila:** *"No te preocupes. No tengo intención de hacerles nada a ellas, mientras no me busquen. Pero, claro, ellas no se librarán de su propio fango. Primero caerá Clarisa, por todo el sufrimiento que causó a mi madre y a mi hermano. Después, Priscilla pagará, como se merece."*

**Emperador:** *"Ellas nunca te han hecho nada, pero sigue, dime qué quieres."*

Rodé los ojos, cansada de su actitud.

**Lila:** *"Mi madre aceptará el divorcio, pero con ciertas condiciones. Primero, obtendrá el título de duquesa. Quiero dos mansiones: una para vivir y otra de respaldo. Recibirá una buena compensación por todos estos años de martirio. Además, voy a exigir el salario correspondiente que nunca recibimos ni mi madre, ni mi hermano, ni yo, como tu familia imperial. A eso se sumará una compensación adicional por los daños físicos y psicológicos que hemos sufrido por tu culpa. Y quiero una inyección de cinco millones de monedas de oro cada mes. Para que no olvides que somos tus hijos, aunque para tu maldición."*

**Emperador:** *"Eso es una cantidad absurda de dinero."*

**Lila:** *"No tienes otra opción, 'querido padre'. O aceptas, o me encargaré de acabar contigo y tomaré el imperio. Entonces Clarisa y Priscilla tampoco saldrán bien paradas."*

Una sonrisa se formó en mis labios mientras él se daba cuenta de que no tenía escapatoria.

**Emperador:** *"Está bien, lo acepto. No quiero volver a verte aquí."*

**Lila:** *"Muy bien. De las dos mansiones, quiero la villa cerca de la capital y otra en el campo, a tres días de aquí. Hoy mismo vendré con mi madre para firmar el divorcio. Y te advierto que Clarisa jamás alcanzará el título de emperatriz. Nunca será más que una simple concubina."*

**Emperador:** *"Pero necesito una emperatriz."*

**Lila:** *"Nunca la has necesitado. Tu esposa no tiene la capacidad, solo sabe llorar y pretender. Esa posición le queda grande. Clarisa no será emperatriz. Si insistes, te repito que puedo terminar todo esto de otra manera."*

La furia se reflejó en su rostro, pero comprendió que no había marcha atrás.

**Emperador:** *"Está bien, acepto."*

**Lila:** *"¿Ves? Solo debías aceptar desde el principio, y todo sería más fácil. Vendré luego; ya sabes qué hacer."*

Sin mirar atrás, me dirigí hacia la puerta, segura de que había logrado lo que quería, y dejando claro que él ya no era nadie en mi vida.

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