CAPITULO 5

Ying Ying no podía creer lo que estaba viendo, aquella faceta de Young-Yin le hacía sentir impotente.

Young-Yin se abalanzó a Ying, y lo abrazo tan fuerte que Ying podía sentir su corazón palpitar. Permanecieron así durante unos minutos, sin decir ni preguntar nada, ambos sabían que no era el momento para cuestionamientos y respuestas.

—¿Qué sucede?- pregunto Ying acariciando un poco el cabello de Young-Yin.

Al sentir el suave tacto de Ying, Young-Yin se escondió más en el cuello de Ying, apretando con mayor fuerza su cintura.

—Tu aroma es tranquilizante ¿lo sabías?- dijo Young-Yin tratando de evadir la pregunta de Ying.

—Aun no me has respondido que ocurre- dijo Ying aún insistiendo en saber la razon del estado de Young-Yin.

—No creo...poder con una empresa yo solo- dijo Young-Yin aferrándose al cuerpo de Ying.- Mi padre ha muerto- termino por decir Young-Yin.

Aquella noticia impacto a Ying, no sabía que decir o que hacer, solo sabía que Young-Yin le necesitaba pero no encontraba la manera de poder ayudarle.

—Oye...por qué no entras y te calmas un poco- dijo Ying en un tono suave.

Young-Yin asintió, al estar los dos sentados en el sofá, un silencio inundó la habitación, pero no era un silencio incómodo pues cada uno se encontraba perdido en sus pensamientos, asta que Young-Yin decidió hablar.

—Resulta que tengo un hermano- dijo Young-Yin un poco irritado.

Si ya era impactante la sola noticia de la muerte del padre de Young-Yin, esta noticia casi provoca un colapso en Ying, si con la primera noticia no sabía cómo ayudar a Ying, con esta ahora menos encontraría la manera.

—Y...eso como lo supiste- pregunto Ying.

—Antes de morir se lo dijo a mi madre, lo peor es que aquel bastardo siempre recibió apoyo de mi padre y quizá ya asta tenga su propia empresa- dijo Young-Yin mientras revolvia su cabello como seña de desesperación.

Ying Ying no sabía que decir al respecto, de pronto su vista se fijó en el reloj colocado en la pared y pudo darse cuenta que ya eran más de las once de la noche, no sabía cómo es que el tiempo había pasado tan rápido pero de algún modo encontró una excusa para cortar aquella conversación.

—Ya es un poco tarde y mañana tenemos clase, te parece si vamos a dormir- dijo Ying rogando por qué Young-Yin no se negara.

Y como si sus súplicas fuesen escuchadas ambos fueron a dormir, Young-Yin decidió que dormiría en el sofá mientras que Ying en su habitación. Luego de unos momentos Young-Yin cayó profundamente dormido era bastante evidente que se encontraba cansado de la situación.

Mientras tanto Ying no podía dormir, un sentimiento desagradable le invadía, le dolía ver a Young-Yin en aquel estado de desesperación, luego de pasar varias horas de insomnio solo mirando el techo decido ir a ver a Young-Yin.

Ver su rostro dormir tranquilamente le calmaba. Ying se quedó a su lado contemplando el ya dormido rostro de Young-Yin.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Mientras tanto Xiao-Ce no había dejado de pensar en el rostro molesto de Ying Ying, sin embargo el pensar en esto no le hacía sentirse mal o culpable, todo lo contrario, sentía que era bastante adorable.

—Definitivamente tiene algo especial- dijo Xiao-Ce para si mismo mientras sonreía.

Sin embargo Xiao-Ce había estado pensando en la posibilidad de que Ying en serio se hubiese molestado, así que ideo ir al día siguiente por la mañana a casa de Ying, al final de todo ya sabía dónde vivía.

Al día siguiente Xiao-Ce se despertó con una sensación de positividad, iría a ver a quien lo había vuelto loco, se vistió con ropa deportiva pues luego de ver a Ying, iría al gimnasio.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Young-Yin apenas abría los ojos algo adormilado, pues al parecer había dormido bastante y muy bien, sin embargo sus ojos se sobresaltaron al ver a un tierno Ying dormido a su lado.

Young-Yin no podía creer que Ying fuese tan lindo, sus ojos suavemente cerrados y el cabello desordenado en su rostro, su cara recargada en sus manos, aquella escena era simplemente hermosa ante los ojos de Young-Yin.

Young-Yin se quedó un momento observando a Ying, realmente no deseaba que aquella escena se desvaneciera, no le importo que el tiempo transcurriese pues se había despertado bastante tarde, sin duda no podría ir a clases ni aunque un milagro hiciera acto de presencia, así que decidió seguir contemplando aquella tierna fase de Ying.

Young-Yin podía sentir que su corazón se aceleraba y como sus instintos le buscaban orillar a besar a Ying, este por su parte al parecer fue tan espeso el cansancio, pues parecía que en ese momento no despertaría por nada del mundo.

Young-Yin acarició suavemente el rostro de Ying y ante esto solo recibió un leve movimiento de parte de Ying, como si buscase un poco más de caricias. Esto le pareció un poco tierno a Young-Yin pues realmente Ying parecía como un lindo gatito, ante está reacción solo sonrió fascinado.

De pronto algo despertó los instintos de Young-Yin, aquello era el dulce aroma a vainilla que emanaba del cuerpo de Ying, era un aroma tan dulce y simplemente tentador que sin darse cuenta ya estaba a unos cuantos milímetros a los labios de Ying, podía sentir como la necesidad de besarlo incrementaba cada vez más, asta que el sonido de la puerta principal siendo llamada lo saco de aquel torbellino emocional, así mismo aquel sonido también termino por despertar a Ying.

Al ver que Ying había despertado, Young-Yin no pudo evitar sentirse avergonzado así que solo se levantó del sofá y se dirigió a abrir la puerta.

Al abrir la puerta su cara avergonzada fue reemplazada por una de disgusto y molestia, pues quién estaba frente aquella puerta era Xiao-Ce.

Para Xiao-Ce tampoco fue agradable ver a Young-Yin abrir la puerta de la casa de Ying, además de que la apariencia desaliñada y sin playera de Young-Yin le hacía enfadar aún más.

—¿Por qué estás tu aquí, atendiendo la puerta?- pregunto Xiao-Ce en un tono retador y bastante molesto, su mirada afilada lo decía todo.

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