CAPITULO 2

Al ver los hermoso que era aquel joven con sus ojos oscuros y su cabello negro Ying Ying no pudo evitar sonrojarse un poco.

-Eres lindo- dijo Ying mientras limpiaba sus lágrimas.

-Jjajaja, si, me lo han dicho muchos- dijo el joven mientras se reía del brusco cambio emocional de Ying Ying.- ¿Dos capuchinos verdad?- dijo el joven mientras ponía ambas bebidas en la mesa.

-Solo uno para mí, tu toma el otro- dijo Ying Ying mientras sorbia su bebida.

El joven quedó sorprendido de tan rara acción, y a la ves de lo tierno que se veía el de ojos esmeraldas bebiendo su café mientras parecía estar malhumorado.

El chico de ojos oscuros no pudo evitar sentirse mal por aquel joven de ojos esmeraldas, así que tomo asiento frente al chico de ojos esmeraldas.

-¿Realmente te gusta el capuchino?- pregunto el joven de ojos oscuros, mientras sorbia la bebida que Ying Ying le había dado.

-Si, aunque amo más las cosas dulces- dijo Ying Ying mientras hacía un pequeño puchero.

El chico de ojos oscuros no pudo evitar sonrojarse ante lo tierno que parecía Ying Ying, así que solo sonrió levemente.

-Y tu, parece que no te gustan las cosas ni siquiera un poco dulce- dijo Ying Ying mientras señalaba la bebida del de ojos oscuros.

-A...realmente me agradan más las cosas amargas- dijo el chico de ojos oscuros un poco avergonzado.

Ying Ying no pudo evitar reírse cuando vio lo avergonzado que estaba el de ojos oscuros, al notar la pequeña y tierna risa de Ying Ying se sonrojo al punto de parecer una fresa.

-Eres lindo, tanto que me siento celoso del chico que acaba de irse- dijo el de ojos oscuros con un tono seductor y posesivo, al ver este brusco cambio de personalidad Yin Ying se sintió nervioso y se sonrojo, lo que causó gracia en el mayor.

Hubo un corto silencio, pero a pesar de ser completos desconocidos con un silencio de por medio, este no se sentía incómodo, todo lo contrario, ese instante parecía eterno pero tranquilizante mientras sus mirabas no se despegaban de la opuesta, causando que sus corazones se acelerarán internamente.

De pronto Ying Ying decidió romper aquel silencio, pues sentía que su corazón terminaría explotando de tanta belleza y tranquilidad.

-mmm...¿Cuál es tu nombre?- dijo Ying Ying mientras desviaba un poco su mirada para evitar que el mayor notará su sonrojo.

-Xiao-Ce, pero puedes decirme Xiao Xiao- dijo el de ojos oscuros.

-mmm...Xiao...Ce.- dijo Ying Ying un poco avergonzado.

- Jajajajaja- rio ligeramente Xiao-Ce ante lo avergonzado que se veía Ying Ying.

-¿Que te causa tanta gracia?- dijo Ying Ying aún más avergonzado y con sus mejillas completamente rojas.

-Eres hermoso- dijo Xiao-Ce de forma coqueta- ¿Puedo saber cuál es tu nombre?

-Me llamo Ying Ying, y no digas tonterías - dijo El de ojos esmeraldas un poco malhumorado.

De pronto aquella pequeña charla fue interrumpida por la voz de una chica.

-Xiao Ciao, puedes venir y ayudarme por favor- dijo una de las chicas que se encontraba en el mostrador.

-Claro- dijo Xiao-Ce mientras se levantaba de su asiento- Creo que debo retirarme, por cierto eres un lindo omega- Xiao-Ce dijo esto último con una intensa mirada que hizo que a Ying Ying se le paralizara el corazón.

Cuando Xiao-Ce se retiró por completo de la mesa de Ying Ying, este no pudo evitar soltar un gran suspiro de alivio.

*Maldita sea que fue todo eso* pensó Ying Ying, un poco alterado y confundido.

De pronto Ying Ying miro su teléfono y noto que había estado bastante tiempo en aquel lugar, se dispuso a tomar sus cosas y al salir de la cafetería pudo notar lo nublado que se encontraba el cielo, parecía que podía llover en cualquier momento.

Al principio pensó que tal vez podría llegar a su casa antes de que comenzará a llover, pero su idea fue errónea, pues solo unos segundo fuera de la cafetería y comenzó a llover tan fuerte que parecía que el cielo fuese a caer en mil pedazos.

-Maldicion- dijo Ying Ying bastante malhumorado, y al no tener otra opción, regreso al interior de la cafetería y se sentó en la misma mesa que estaba ocupando.

Mientras Ying Ying esperaba a que la lluvia se detuviera, comenzó a jugar con su teléfono, sin embargo había algo que le mantenía nervioso y era la presencia de Xiao-Ce, que aunque este se veía muy concentrado en su trabajo, Ying Ying no podía evitar sentir aquella sensación de ser observado por la intensa mirada del mayor de ojos oscuros.

Transcurrieron las horas y la lluvia parecía no estar siquiera cerca de parar, y Ying Ying comenzaba a sentirse aburrido y con sueño, fue tanto el sueño que sintió, que no supo en qué momento se quedó dormido. Xiao Xiao se dió cuenta cuando Ying Ying se quedó dormido y no pudo evitar sonreír ante la ternura que le emitía aquella imagen del delicado rostro de Ying Ying reposando sobre la mesa mientras esté dormía

Ying Ying, no supo cuánto tiempo durmió asta que Xiao-Ce lo despertó.

-Ying Ying, despierta- dijo Xiao-Ce de forma suave mientras sacudía delicadamente el hombro de Ying Ying.

-mmm...- fue una pequeña expresión que emitió Ying Ying al apenas comenzar a despertarse.

-A terminado de llover, puedo llevarte a tu casa, acabo de terminar mi turno- dijo Xiao Xiao amablemente.

-mmhm- expreso Ying Ying, pues aún se sentía un poco adormilado.

Ambos chicos se dispusieron a salir de aquella cafetería, Caminaron varios minutos mientras conversaban un poco de sus vidas y Ying Ying le decía a Xiao Xiao en dónde vivía.

Tal vez no llevaban ni un día de conocerse, pero sentía que realmente encajaban el uno con el otro.

Su conversación fue tan fluida que no se dieron cuenta en qué momento llegaron a la casa de Ying Ying.

Al abrir su apartamento, Ying Ying hizo una pequeña reverencia a Xiao Xiao en forma de agradecimiento.

-Gracias- dijo Ying Ying con una hermosa sonrisa en su rostro.

Ante está acción Xiao Xiao no pudo evitar asentir con una leve sonrisa en sus labios, para después darse la media vuelta, pero una pregunta de parte de Ying Ying impidió que Xiao Xiao se dispusiera a avanzar.

-¿Cómo supiste que era Omega?- dijo Ying Ying con un tono que exteriorizaba su incertidumbre.

Ante esta pregunta Xiao-Ce se acercó al oído de Ying Ying para susurrarle la respuesta.

-Tu aroma es tan dulce que puedo asegurar que es igual al de la vainilla, y aunque soy un alfa que no le agradan las feromonas dulces, puedo decirte que las tuyas no me desagradan- dijo Xiao Xiao en un susurro tan seductor, que estremeció por completo el cuerpo de Ying, mientras la mejillas del menor tomaban un color rojizo intenso.

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