4

Alexander sintió sus ojos pesar, su cuerpo ligero y la mente confusa. Veía a Petros mover el agua del lago con el bastón y los colores que emanaba de ahí eran mágicos e irreales.

...[...]...

Alexander abrió los ojos cuando escucho un grito desgarrar el aire.

Se dio cuenta que estaba en un bosque, mirando a su alrededor no había nadie más que él.

Levantándose de la cómodas hierbas que hacían de cama, busco el origen de ese grito.

Del bosque vio salir a una mujer con un niño en brazos.

—¡Espere! —intentó detener a la mujer mientras corría detrás de ella pero ella no le miraba.

—Vamos, tu tía dará a luz ya.

Alexander la siguió hasta que llegaron a una casa de madera vieja, todo estaba a oscuras. Lo único que iluminaba el exterior era la luz de la luna y en el interior una pequeña vela.

La mujer que tenía al niño en brazos entró a la casa.

Él con cautela se acercó y miró desde la ventana, en una cama vieja había una mujer de unos 32 años, estaba recostada y gritaba mientras una anciana que él intuyó ser una partera, le ayudaba a dar a luz.

—Llegué, ¿cómo está mi hermana mamá?

La anciana sonrió con calidez —Falta poco querida.

—¡AAAAAAAAAHHHHHH! —el grito de la mujer agitaron el corazón de Alexander

Así nació una bebé de ojos color miel, piel morena clara y poco cabello de color castaño claro.

—Dafne... —jadeo Alexander

Un hombre abrió la puerta de la casa tan fuerte que todos dentro, incluyendo a Alexander, se sobre saltaron. No había visto su presencia.

—¿Y bien, Nora? —su voz era gruesa y firme como si se dirigiera a un ejército —¿Qué fue mi hijo?

La anciana, a la que Alexander conoció por Nora le miró con dureza pero un semblante pacífico —Fue niña...

—¿¡Qué!?

La mujer, quien tenía a la niña en brazos sonrió —Kiños... Ven a ver a tu hija.

—Eres tan inútil Dafne —gruñe —Que sólo me pudiste dar una débil señorita. —enojado el hombre salio de la casa

Alexander gruñó —¡Eh!

Pero el hombre le ignoró y se alejó de la casa.

—No pueden escucharte ni verte. —Petros apareció a su lado mirando al hombre alejarse. —Así las cosas no serán alteradas. Sin embargo... —mirando al príncipe sonrió y extendiendo su mano, le entregó una daga —Este es el único objeto que puede herir a Dafne ya que puede cortar la misma historia.

—¿Para que deseo esto? ¿Para qué me trajiste hasta aquí?

—Usted quiere vengar la muerte de sus padres, tiene dos opciones: La primera es dejar que las dos semanas pasen y ella muera naturalmente. O la segunda opción que le doy, es matarla ahora mismo y dejar que sus padres vivan, si la mata ella nunca podrá herir a sus padres. Por eso lo traje al mismísimo lugar donde ella nació.

Alexander aún sin poder creer lo que el joven le decía, sostuvo la daga en sus manos, ¿sería capaz? ¿Capaz de matar a una bebé? En este preciso momento Dafne no ha hecho nada malo. No ha matado a nadie.

—Oh no...

Mirando hacía la casa vio a las mujeres que estaban reunidas alrededor del bebé.

—¿Qué sucede mamá?

Alexander se acercó y miró a la anciana derramar una lagrima mientras miraba el rostro de la bebé.

—La bebé ha sido maldecida.

—¿Qué? —jadeo la madre —M-mi niña...

—Madre, ¿qué tiene? —preguntó la otra mujer

La anciana suspiró —Te irás apagando poco a poco, como una vela, sólo hasta que viajes al desierto Somera y encuentres al vidente Petros, sólo los más valientes han ido en busca de él, y sólo los puros de corazón lo han visto, pero sólo el de más grande nobleza ha podido lograr su objetivo.

—¿Qué significa esto madre?

La anciana negó —No lo sé, los dioses me lo han revelado, pero no se mucho más.

Alexander miró la daga en su mano.

—¿La matarás?

Él negó —Muéstrame más...

—Yo no puedo estar mucho tiempo aquí, sino, pronto las cosas se pueden alterar, sin embargo... Como dije antes, la historia te mostrará lo que deba ser mostrado. Espero sepa majestad, tomar la mejor decisión.

Alexander no tuvo tiempo de hacer algún comentario ya que Petros, en un parpadeo, desapareció.

Con asombro Alexander vio como el cielo y la tierra se movían con gran rapidez haciéndole caer al suelo por la fuerza.

—¿Dónde...? —jadeo

Mirando de nuevo a su alrededor estaba en el mismo lugar, pero la casa se veía más alegre y colorida.

—¡MAMÁ!

Mirando hacía el bosque vio a una pequeña Dafne correr hacía la casa con una rosa roja en la mano.

Sus ojos color miel brillaban mucho con el sol frente a ella, llevaba un vestido largo de color azul oscuro.

Mirando de nuevo su arma, la guardo en su pantalón y prestó atención a la niña quien llegaba a casa.

Era mejor prestar atención a lo que la vida de Dafne tenía que decirle para luego matarla cuando haya hecho algo malo. ¿Realmente era mejor esperar? Negó, mejor miraba.

.

.

.

Llegando la casa la puerta se abrió de golpe y la niña chocó con su padre con tal fuerza que terminó en el suelo de senton.

—P-padre...

Él la miró con indiferencia —No me llames así bastarda.

La niña bajó la mirada —L-lo siento general...

El hombre con una botella de vino en la mano se alejó con un gruñido de la niña, y la casa.

La pequeña se levantó y sacudió su vestido, recogiendo la rosa del suelo entró a la casa.

—¡MAMÁ!

La mujer yacía en cocina, tenía la mirada perdida y los ojos rojos de tanto llorar.

—Mamá... —la pequeña bajó la rosa —¿Estás bien?

La mujer sacudió la cabeza y le miró, su niña, su adoración. No importaba pasar vergüenza y penurias por ella.

—Si, claro que estoy bien... —pero su voz no lo revelaba, la pequeña sabia que había peleado con el general.

No sabía a dónde iba, pero se iba por días y cuando llegaba a casa, sólo peleaban. Su madre había optado por dejar que fuera a jugar sola al bosque para que no escuchará nada.

—¡Mira! —le mostró la rosa —¡Para ti!

—Lila, es hermosa... Pero, ¿dónde la conseguiste?

La niña sonrió con emoción —Me costó mucho pero la encontré en el bosque cerca del acantilado.

—¡Lila! —su madre le tomó del rostro y la miró por todos lados —¿Estás herida? ¿Cómo puedes ir ahí sola?

—Pero mamá estoy bien, había una cerca así que no tuve que...

—Escúchame bien querida, no vayas al acantilado sola. ¿Si?

—Pero son las rosas rojas te gustan mucho... Y son muy escasas aquí. —balbuceo por lo bajo la niña

Su madre suspiró cansada —Tú eres mi mayor regalo, no voy a dejar que nada te pase. —le abrazo —No vuelvas a ir ahí, ¿Entendido?

—Si...

—Lila. —dijo su madre a modo de advertencia

—Si, mamá —sonrió la niña

Su madre le toco las mejillas —Esa es mi niña...

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Comments

T.N

T.N

¡Pero que maldito! Ojalá se muera pronto

2025-02-09

0

T.N

T.N

¿Es ese su verdadero nombre?

2025-02-09

0

Melisuga

Melisuga

¿Lila?
Entonces, ¿Dafne nació como Lila y así se mantuvo mientras vivía y disfrutaba su inocencia?
😶😶😶
¿El padre la considera bastarda porque no nació varón? ¡Qué tipo horrible!
😒😒😒

2022-11-10

5

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