Calor... Sol a todo lo que daba... El infierno en la tierra.
Si uno no era experto en viajes a lugares extremos como el desierto, sin duda podría morir en el intento de atravesarlo.
Alexander llevaba caminando tres días en el desierto de Somera, sin encontrar absolutamente nada.
Pero no se daría con vencido, todo lo que tenía que hacer era encontrar a Petros y salvar a Dafne, para así, poder matarla él mismo.
Pero el calor que en el desierto había era insoportable, en tan sólo dos días sus suministros de agua se habían acabado. Todo lo que le quedaba era encontrar un Oasis y esperar a que no sea una mala jugada de su visión.
Alexander miro su herida, aún no había sanado del todo, así que moverse con agilidad por el desierto le era casi imposible pues ésta podría abrirse de nuevo.
Jadeante siseo —Ni siquiera se porqué hago esto...
Claro que lo sabía, iba a vengar la muerte de sus padres. Si todo era como Kai le había dicho, tenía que hacerlo.
Mirando el abrazador cielo sus pensamientos lo llevaron a tres días atrás...
"—Me contarás todo... —amenazó Alexander
Kai suspirando se sentó —Bien, ¿por donde inicio...? —medito él —Dafne era la hija del general Kiños, uno de los generales más respetados en todo el Occidente, su madre era una mujer muy bondadosa, lamentablemente murió cuando ella aún era una niña.
Dafne pronto mostró tener un gran don para el dominio de armas de todo tipo, espadas, lanzas, etc.
Creció en una familia donde lo importante era cuán fuerte eres.
El Duque del Occidente tenía a Kiños como su general al frente para la famosa guerra de plomo. Una guerra que se liberaba contra el Norte y el Poniente.
Alexander asintio, él conocía esa guerra, su padre la lideró.
—Bien... —continuo Kai —Dafne y yo fuimos entrenados para participar en esa guerra. Entrenamos duro para ser los mejores, pero Dafne tenía un don especial de pelear sin siquiera desenvainar una espada, era buena peleando cuerpo a cuerpo, y muy pocos la vieron desenvainar una espada, uno de ellos soy yo.
—¿Por qué? —preguntó Alexander
—Porque si la desenvainaba un mar de sangre creaba... Mutilados, masacrados, todo se tornaba rojo. Y para la guerra de plomo ella era la indicada, era enviada a misiones estrategas para matar generales con más experiencia que ella y sin duda cuando ella estaba al frente de ellos y desenvainaba su espada, aún siendo más experimentados podías verlos temblar de miedo.
Alexander no lo podia asimilar, Dafne era una asesina.
—Con el tiempo ganó una muy mala reputación, si tenías la mala suerte de encontrarla tú serías el siguiente en morir.
En la guerra de plomo el Duque designó a Kiños como su general y él, al dividir los equipos Dafne quedó al frente del escuadrón que mataría al Rey del Norte.
Alexander se levantó y empezó a caminar por toda la habitación como un animal enjaulado —Continúa. —le pidió a Kai
—Dafne y yo fuimos los encargados de misiones secretas, buscar información, matar generales, etc. Lo cierto es que ella mató al Rey Elias del Norte y a su esposa la Reina Shelia, o al menos eso dicen los rumores...
Alexander lo miro —¿Rumores? —se detuvo
Kai asintió —Se supo de la muerte del padre de Dafne por medio de una traición, después de eso Dafne se esfumó, nadie supo de ella, muchos dicen que "murió", que ella mató a sus padres, que quedó loca, etc.
—¿Qué pasó? —preguntó Alexander
—Dafne ciertamente mató al Rey del Norte, pero algo pasó que la dejó muy enferma, al grado que no podia moverse sin sentir dolor.
—¿Su enfermedad?
Kai negó —No estoy del todo seguro...
Alexander salió del calabozo sintiéndose estúpido, ultrajado, engañado, Dafne era la asesina de sus padres y él la había invitado a vivir en su casa sin saber que tenía a una asesina entre los muros de su hogar."
...***...
Antes de partir Dominick y Alexander se encontraban en el cuarto de Dafne ella aún seguía en coma, sin poder despertar.
—¿Qué vas a hacer? —le preguntó Dominick —¿La dejarás morir?
Alexander la miro, había pasado poco tiempo con ella, pero aún así no podia creer todo lo que Kai le había dicho.
—Iré al desierto de Somera a buscar a Petros. —Alexander se alejó de la cama
—¿Estás loco? —le preguntó Dominick —Kai te ha dicho que nunca le ha encontrado, mucho menos visto. ¿Qué te hace creer que lo encontrarás?
Alexander miro a Dafne que estaba sudando y su piel estaba ardiendo por la fiebre, podía dejarle morir, pero quería conocer su versión antes de matarla.
—Dominick, tú estarás a cargo —se alejó
—Alex...
—No la dejes morir o al que mataré es a ti. —Alexander salió del cuarto y se alejó de ahí.
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Dirigiéndose a su habitación tomó mantas para dormir y dirigiéndose a la cocina pidió que se le preparen suministros tanto de agua como comida.
Al llegar a su despacho Kai se encontraba sentado en la ventana.
—No puedes ir al desierto... Morirás en el intento.
—Tranquilo, me las ingeniare. —respondió con indiferencia
—¿Siempre has sido necio? —preguntó Kai al verlo decidido
—De nacimiento... —le miró
"—Baja...tenemos que hablar...
—Me niego...
Alexander suspiró —¿Has sido siempre necia?
—Aja... De nacimiento."
Alexander negando y alejando esos pensamientos miro a Kai —¿Algo que deba saber antes de irme?
Kai lo miró detenidamente y suspirando dijo —"Te irás apagando poco a poco, como una vela, sólo hasta que viajes al desierto Somera y encuentres al vidente Petros, sólo los más valientes han ido en busca de él, y sólo los puros de corazón lo han visto, pero sólo el de más grande nobleza ha podido lograr su objetivo..." —recitó Kai —Eso es todo... Espero que lo recuerdes...
Alexander asintió. —Al igual que a Dominick te sentenció a quedarte aquí y mantener viva a Dafne.
Kai sólo asintió sin decir nada más.
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Tomando un caballo y a un guardia viajaron hasta llegar al desierto de Somera que se encontraba en el lado Sur del reino del Norte.
Al llegar Alexander ordenó la retirada del guardia con el caballo. Él solo emprendería el viaje.
...[...]...
Llevaba caminando sin rumbo aparente.
Alexander estaba cansado y agotado, no había donde descansar con el sol hirviendo, pero no se daría por vencido. Sin dejar que el resultado de su búsqueda lo altere iría por Petros.
Una voz de pronto resonó en su cabeza.
¿Para qué vas por él? ¿Te dará lo que deseas?
Apretando los puños siseo. —Tengo que encontrarlo...
Sin perder tiempo, siguió caminando.
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Comments
Melisuga
¿Será que Shelia y Dafne comparten su enfermedad como una especie de conjuro o maldición por Alexander?
2022-11-10
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