Viernes 16 de enero del 2009, hora 10:00 a.m.
Mi nombre es Alexander Miller (34 años, casi 35) y soy empresario.
Lo que estoy a punto de hacer, no lo deseo para nada. Pero debo salvar la empresa de mi socio y amigo llamado Roger. Voy a contraer matrimonio con su hija llamada Melissa que apenas conozco. En sí, la conocí hace dos meses, pero la vi únicamente en dos o tres ocasiones. Ella sabe que este matrimonio es solo por negocios y tiene validez por un año, habrá divorcio. Pero de antemano, le aclaré que no vamos a tener ningún tipo de relación amorosa porque tengo novia. Así que, le quedará claro de que no tendrá oportunidad alguna conmigo. Aunque, espero no arruinarlo con esto. Tendré que contarle a Ana cuanto antes y antes de que lo haga alguien más.
Estoy sentado en la mesa de mi oficina, (en la empresa) y trato de mantenerme calmo. Estoy un poco nervioso, pero lo disimulo. Me encuentro con ella, su padre Roger, el oficiante de matrimonio (el señor que hace la ceremonia a los que se casan) y mi mejor amigo. Ambos debemos tener testigos aunque sea solo "un matrimonio por contrato".
Firmo el acta de matrimonio y luego lo hace Melissa. Me mira por unos segundos y me hace una sonrisa, pero yo aparto la mirada haciendo una pequeña mueca con los labios. El hombre que nos acaba de casar, me pregunta si tenemos los anillos y le respondo que no, pero ella sí, a lo que me sorprendo. Le comento al señor que ésto solo es un matrimonio secreto y laboral. Le agradezco por todo y se retira. Cuando se va cierra la puerta.
Le vuelvo a recordar a Melissa que todo esto es solo por un contrato. También le pido que si tiene un anillo que no se lo ponga, porque todos comenzarían a preguntarle con quién se casó y no quiero que nadie sepa. Me mira con algo de decepción. ¿No entiendo qué le pasa? Sabe que tengo novia.
Me vestí con un traje negro y ella lleva puesto un vestido color beige recto hasta las rodillas con unos zapatos del mismo color. Su cabello oscuro y corto hasta los hombros lo lleva suelto.
Luego me despido de mi colega Roger con un apretón de manos y también de su hija, pero manteniendo cierta distancia.
Al rato, me preparo para volver a mi casa y al llegar me encuentro con mi novia. ¡Qué sorpresa! Me pone contento, aunque no la esperaba. Me gusta que me sorprenda, pero no así. Si alguien viene, quiero que me avisen con tiempo. Pero... Está muy hermosa con ese vestido amarillo y floreado. Amo ver cómo le marca la cintura y ver esas piernas. ¡Por Dios! Me distrae muchísimo. Su sonrisa angelical. Además, es tan carismática y dulce conmigo y a la vez, es bastante brava. Qué hermosa mujer que tengo. No me arrepiento de haberla conocido.
Me acerco por detrás a su oído y le quito un auricular:
Alexander Miller.
Hola bebé 😏.
Y le beso el lóbulo de la oreja. Se da vuelta sorprendida y con alegría me saluda. Me siento en el sillón y ella se sienta encima de mí. Me sonríe con ternura y se la devuelvo.
Me agarra de la corbata y me besa. Le devuelvo el beso, pero con más pasión, hasta que decido detenerme porque me excitan demasiado sus labios. ¡Me vuelve loco! Mejor dicho me tiene loco. "Te extrañé", me habla con su suave y dulce voz.
Alexander Miller.
Yo también te extrañé, hermosa.
Me muerdo el labio mirándola con picardía.
Sale de mis piernas y se sienta a mi lado, pero para abrazarme.
Ana Montesi
¿Y cómo estuvo tu mañana? ¿Pasó algo interesante o no?
Alexander Miller.
Eh... no. Lo mismo de siempre. ¿Y vos, cómo amaneciste?
Ana Montesi
Bien. Dormí toda la mañana porque, anoche salí con mi prima. ¿Ya te olvidaste? Te dije que iba a salir con ella y me dijiste que no te molestaba.
Alexander Miller.
Cierto que me contaste. A veces, me olvido ciertas cosas. Pasa que este hombre se levanta siempre a las seis para ir a trabajar y a veces cinco y media. ¿O también te olvidaste de eso? Vos porque te levantas a cualquier hora.
También decido molestarla y por su expresión, noto que le molestó un poco y me río. Le hago una pequeña cosquilla y la hago reírse.
Ana Montesi
¡Ay bueno, lo siento abuelito! 🤭😅. Estoy de vacaciones hasta marzo. Así que ya se me van a cortar las vacaciones. Y... si estás muy estresado, yo te puedo ayudar con eso bombón 😏.
Es tan traviesa con sus palabras que me derrito de placer. "Quiere ayudarme", qué chistosa.
Alexander Miller.
¿Le vas a quitar el estrés a este viejito 😏? ¿A ver cómo lo hacés?
Le hablo con picardía acercándola bruscamente a mí.
Ana Montesi
¡Ay! No seas bruto. Bueno pero acá no.
Alexander Miller.
Perdón. Obvio en mi cuarto.
Se adelanta en la escalera llevándome de la mano y antes de llegar a mi cuarto nos empezamos a besar. Al abrir la puerta la levanto sujetándola de sus nalgas redondas y la acuesto en la cama. Me gusta ser salvaje y pervertido con ella porque sé que le encanta. Tendrá su lado tierno y dulce, pero en la cama es... salvaje como yo. Supongo que lo aprendió de mí. Me desabotona la camisa lentamente y al quitármela, acaricia mi abdomen y pecho, luego pasa su lengua. Intenta desabrochar mi cinto, pero no puede, parece que está muy ajustado.
Ana Montesi
Maldición. ¿Por qué no puedo desajustarlo?
Se queja y me río.
Alexander Miller.
Tranquila. Yo lo hago.
Una vez desnudos, hacemos el amor. Me encanta escucharla gemir, me excita demasiado. Además, su piel es tan suave como una seda. El perfume de su cabello y todo su cuerpo es demasiado embriagante que desearía estar todo el día así a su lado. Me tiene hechizado y eso me encanta.
Ana Montesi
Aahh... Aahh. Me encanta. ¡Oh sí, así, así! 🔥🔥 Ay amor, lo hacés tan rico 🤤. Ahh...
Alexander Miller.
Me encanta que te guste. Ohh... sí. Oohh... Dios mío. Te amo.
Ana Montesi
Yo te amo más.
Una vez que terminamos nos quedamos acostados uno al lado del otro y abrazados por más que estemos sudados.
Al ratito, se mete al baño a ducharse y luego entro yo. Me quedo pensando que no usamos condón y se lo comento bajo el agua.
-Tranquilo amor. Además, no estoy en mi semana fértil. Siempre controlo eso en mi calendario-.
-Joya. ¿Pero te gustaría tener un hijo conmigo? A mí me encantaría tener una familia con vos-.
-Sí amor, obvio que me encantaría. Pero todavía no. Me siento muy joven para serlo. No quiero repetir la historia como hizo mi mamá-.
-¡No, obvio, por supuesto!-.
-Tiempo al tiempo-.
-Claro. Pero tampoco quiero esperar mucho. Ya voy para los 35, no quiero parecer el abuelo de mi hijo-.
-¡Ay qué exagerado! Todavía sos joven. Mi amiga Lucía me contó que su mamá la tuvo a los 40-.
-Bueno, pero no quiero ser papá a los 40. Si puede ser antes, mejor. Podríamos planearlo para el año que viene-.
-Eh... no sé amor. Es muy pronto. Yo no quiero ser mamá todavía. Me gustaría tener una familia con vos, obvio-.
-Mejor no sigamos hablando del tema- le aclaro porque ya me estoy enojando y salgo del agua.
Después, bajamos las escaleras y decide invitarme un partido de ajedrez, pero le digo que no tengo ganas de jugar a eso.
Ana Montesi
¿Entonces, qué podemos hacer?
Alexander Miller.
No sé. ¿Tenés alguna otra idea? ¿Querés ir a algún lugar?
Ana Montesi
Podemos ir de camping. ¿Qué te parece la idea?
Alexander Miller.
Me gusta. ¡Ah, me estaba olvidando! Te había comprado algo.
Ana Montesi
¿En serio? Ya me imagino qué es.
Le regalo un "pico dulce" porque sé que es su golosina preferida.
Ana Montesi
¡Ay amor, gracias! Cómo me conocés.
Y me da un pequeño beso en los labios. Lo abre enseguida para comérselo. Veo que le da una chupada de una manera algo provocadora. Verla hacer eso me avergüenza y me excita, pero me río moviendo la cabeza negativamente.
Alexander Miller.
No hagas eso. No me provoques.
Ana Montesi
Me encanta molestarte. Jajaja
Alexander Miller.
Sos terrible. Bueno, dale si vamos a ir. Hay que preparar las cosas.
Comments
¿Chimba?
versiculo de la biblia
2024-08-21
2