— Mira el lugar como está deteriorada, horrible, muy bien se los dije cuando me fui que no quería encontrar el lugar así, malgastaron el dinero, robaron y miren. — grita dejándome conmocionada.
—Absolutamente, todos están despedidos — comenta con autoridad levantándose de su silla.
¡Dios que hombre!
¿También será así en la cama?
Río por mis preciados pensamientos y camino a la salida con mi papá.
Entro a su oficina y empiezo a firmar lo que me dejo.
Tocan la puerta varias veces y le digo que pase, pensé que era mi papá, pero no.
Veo pasar a un muchacho bonito, con ojos verde esmeralda, pelo castaño y se ve tierno, se me hace parecido full a alguien, pero ahora no se a quien.
Mm
— ¿Qué necesitas? — pregunto parándome de mi silla hasta quedar a la altura de él.
— Es que... Soy nuevo y no sé que debo hacer o empezar — me comenta su situación.
Antonio, si es rápido para contratar, me quedo atónita por la velocidad.
— Ya somos dos porque es primera, vez que vengo aquí — reímos y le pido que se siente a lado mío.
— Ayúdame, con esto, ¿sabes hacer informes? — él asiente y termino lo que estaba haciendo.
Empiezo a hacer unos planos para organizar la empresa, las paredes, las cosas, llamo a un mobiliario para toda la empresa y no falta empezar a contratar a los trabajadores, también para pintar paredes en fin.
Mucho trabajo para ser un día y hoy no me tocaba, solo remplazo a mi hermano en esto.
¿Qué estará haciendo?
¿Será gay? O tiene novia y no quiere decirme.
Siempre hemos tenido tanta confianza y sigue, pero solamente eso es lo que no me quiere decir.
— Termine — me dice...
Mmm, no me sé su nombre.
— Muy bien, qué rápido, ¿Cómo te llamas? — pregunto
— Dylan Sánchez — menciona. — ¿Cuántos años tienes? — pregunto.— 24 años.
Oh, es más viejo que yo, vaya, vaya, todos son más grandes que yo, de edad.
— Ok, Dylan vas a ser mi secretario.
— ¿En serio? — pregunta asombrado.
— si yo voy a tener mucho trabajo. — le comento. — ya que mi hermano no va a estar, voy a tener el doble, pero si él llega a venir igual te necesito como mi secretario.
— ¿Entendido?
— Sí, señorita.
— Dime, Emi o Emily, como quieras.
— Sí, Emi — me dice y se los juro que me parece tierno.
Hay que cuidarlo, es un bebé.
— Espérame un momento — le digo.
Me levanto de mi puesto y me dirijo al la oficina de Antonio.
Entró y lo veo concentrado en su puesto, sé simplemente hermoso, me paro en frente de él y le coloco unas carpetas.
— Dime que necesitas — se estira un poco en su silla y se ve todo dominante.
— Mira, llame a una de las mejores mobiliarias, también trabajadores para reconstruir el lugar, hice esto — le muestro unas fotos. — Me parece bonito y elegante.
— Excelente — me felicita. — ¿Quieres ser la jefa de departamentos? — me propone.
Quedo aturdida, impresionada.
— Quisiera acepta... Aceptar la propuesta, pero quiero ganármelo por mi misma, espero que esté abierta las posibilidades de ser jefa, hasta ese entonces — le comento lo que pienso.
— perfecto — me responde sonriente y yo le devuelvo la sonrisa.
— También contraté a un secretario por ahora, es nuevo y los dos podemos ir
Aprendiendo. — él asiente.
Le digo una mentiría porque ya él estaba contratado, pero yo lo contrate para mí, me pareció adorable y tierno, aunque me siento un poco mal por eso.
Igualmente, hace su trabajo bien, por ahora de lo que he visto, de igual forma no soy quien para juzgar porque apenas estoy estudiando también, me falta mucho camino por recorrer y muchas cosas que aprender.
— ¿Por qué de pronto tiras esa propuesta así de la nada? — le pregunto extrañada sentándome en la silla que tiene al frente de su escritorio.
— Me parece que eres muy organizada y creo que con un solo día te distes cuenta todos los defectos de la empresa, empezaste a crear un plan, rápido y eso me gusta mucho, que actúen rápido y bien, por eso te lo propuse y no hay nada más espectacular que tú, y dejar a la hija de mi socio a delante de la empresa, lo pensé y pensé y llegue a la conclusión de que sí, confió en ti, aunque hace pocos días te conozca. — me comenta y quedo muda.
¿Me dio un cumplido?
¿Yo? ¿Al mando de la empresa?
— Gra... Gracias.— tartamudeo por la impresión.
Salgo de la oficina del individuo y me dirijo a la mia.
Según yo es mía, ¿no?
Río por mi pensamiento porque ya la proclame mía.
— Dylan, ¿Quieres ir de compras?
— Cla… Claro Emi.
Tomamos un taxi y en todo el camino lo miro y le acaricio la cabeza un poco él va a ser mi hijo.
Río por lo que acabo de pensar y parece que le gusta que le acaricien la cabeza, me recuerda a Magnus, le encanta que loa acaricien.
Eso, ya recordé lo detallo, es muy parecido a Magnus, ojos verdes los dos tienen.
Le pago al señor y bajamos del taxi y llegamos al centro comercial carnaval.
Entramos y me provoca un helado, pero lo dejo para después que consiga siquiera algo de ropa, soy muy complicada para comprar ropa.
Entramos a un almacén, vi un vestido rojo como los que me encantan, pero me quedo muy grande.
Paseamos por otros almacenes y, mire los zapatos, pero primero tengo que conseguir ropa.
Camino jalando a Dylan de un lado a otro, por ahora no se ve molesto.
—¿Quieres un Subway?
— Claro — ya va perdiendo la pena.
Los Subway son mis favoritos obvio, siempre acompañado de una coca cola.
Después de terminar de comer, caminamos lento y veo desde lejos un vestido negro con rojo, brillante de tiras, corto y abajo viene con unos zapatos.
Me mato, qué vestido tan divino y los colores combinados son la perfección.
Corro con Dylan y veo el vestido más de cerca y pienso.
Me lo llevo de una.
Me lo mido y me encanta como me quedo con los tacones, a mí me encanta que vaya pasando y me miren, me sentiría orgullosa y bonita.
— ¿Cómo me veo? — le pregunto a mi acompañante.
— Linda — me queda mirando.
Compró el vestido con los zapatos y le compro un traje rojo a él.
Le queda sensacional, río, porque se siente tímido.
Yo me quedo con el vestido todavía puesto, estamos en la tienda y nos tomó una foto viéndonos en los espejos con el traje rojo y nos vemos divinos.
Me quito todo y compro las 3 cosas, zapatos, traje y vestidos.
— ¿Quieres comer helado pequeño? — le preguntó y él asiente.
Le dije pequeño sabiendo que es más grande que yo en fin, comemos helado y al final del día lo dejo en su casa y me voy a la mía, a dormir.
Mañana será una gran noche, esperemos que sí.
El lunes tengo que entregar un trabajo, le doy comida a la perrita y después de unos minutos las dos caímos en los brazos de Morfeo.
°°°°°°°
“No esperes hasta alcanzar tus metas para sentirte orgulloso de tí mismo.
sientete orgulloso por cada paso que das para alcanzar esas metas.”
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Comments
Eva Alvarado
uuy pero está si como que facilita y mantiene con ganas no
2023-12-09
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