SENTIRME NUEVAMENTE VIVA

—Mejor nos vamos a casa —dije, él soltó una sonora carcajada, se acercó a mi oído susurrando muy bajito con voz seductoramente sexy.

—Te vas con nosotros cariño, no vez que vinimos por ti, al igual que ellos —me dice ya cambiando de semblante a uno más serio.

Ocasionando que yo abra los ojos y suelte una sonora carcajada, empujándolo.

—¿Que te crees gatito?, qué vas a llegar y decir te vas con nosotros y ay voy, yo temblé y me fui con ustedes —le dije con una sonrisa de medio lado, cruzado mis brazos.

—Ya me di cuenta de que no, eres libre de tomar la decisión que quieras, decía dando vueltas para subir al yate —es hora de partir, fue lo último que dijo.

—¡Jocelyn!, pienso que debemos ir con ellos —sugería, Martha abrazando mi brazo.

—Lo sé, no te preocupes, estaremos bien - le dije.

—¡Entonce!, colombianas, ¿vienen o se quedan? —pregunta chica llamada manuela

—Vamos con ustedes —contesté caminando hacia ellos.

Momentos después el ruido de mi celular nos alertó.

—¡Mauro! ¿Estás, bien?, ¿qué terminó de suceder en el hotel? —pregunté algo desesperada al contestar el movil.

—Amiga estoy bien, aquí es un caos, hay muchos hombres armados y un ¡guapote!, muy enojado preguntando por la ¡guarrusa!. Supuse que eras tu pequeña, escuche a Mar, llamarte así en algunas ocasiones no te aparezcas por acá pliz —decía nuestro amigo susurrando.

 —Todo bien —preguntan.

—Nada está bien, es hora de partir, Miguel viene en camino, sí, ¡ustedes!, están aquí saben quién es —dije tomando asiento en silencio.

¡Así!, mismo se hizo y salimos de ese lugar, hace tanto no me sentía acorralada, ¿Cómo nos habría encontrado?, ¿por qué? Gustavo no nos alertó. Mi cabeza estaba hecha un lío en ese instante, me había olvidado de lo que estaba sintiendo Martha en estos momentos. 

Escuche sollozos y mire a donde ella estaba, sé encontraba mirando a lo lejos, con lágrimas corriendo sobre su rostro, me acerque sentándome al lado de ella.

—Tranquila, él está bien —traté de tranquilizarla.

¡Lo sé!, fue todo lo que dijo reposando su cabeza en mi hombro, mire al grupo de extraños, que miraban expectantes a ver si pronunciábamos algo.

—¡Me imagino!, que ahora si tendrán el placer de comunicarnos quienes son y a ¿dónde vamos? - pregunte observando a todos.

—¡Claro, preciosa!, solo faltaba que te decidieras, vamos a una pista ubicada en una vereda cerca de acá, haya nos espera una avioneta rumbo a México —me responde el ojo gris.

Como dijo sucedió así emprendimos nuestro viaje, «aquí te dejo mi Colombia» dije en un suspiro, no sé si de tristeza o de alegría por estar lejos de todas las cosas que nos hicieron daño.

Era tan incómodo, que todos me miraran. 

—¡Que!, nunca había visto a una ¡supermujer!, bromeé, para romper el momento incómodo, todos rieron al insomnio, solté una carcajada al igual que ellos lo hacían, no sé por qué me sentía tan bien cerca de ellos. No soy de confiar en nadie, pero ellos me inspiran una paz y confianza que solo la siento con Martha…

Ella ha sido mi pilar en este proceso tan difícil que hemos pasado en estos años, huyendo de ese ser despreciable.

¡Aunque! No puedo negarme que todo lo sucedido hoy me ha hecho sentir nuevamente viva.

—¡Bueno!, parece que nos van a adoptar, pronunciaba irónicamente, ¿pero?, primero nos presentamos, ¿no creen? Quisiera conocer un poco a los que el día de hoy, pusieron mi vida de cabeza o la ¡salvaron! —dije y los mire esperando respuesta.

 —¡Claro como no!, soy Andrés, como te acabas de dar cuenta me llaman «camaleón» —decía el Moreno, que se le notaba ser el extrovertido del grupo. Le, dedique una sonrisa sincera.

ANDRÉS (camaleon)

—Mucho gusto Andrés le dije conque ¡camaleón! Me agrada tu apodo, reí y él nos devolvió la sonrisa.

 —¡Me caes bien!, va a ser hasta divertida la presentación para apaciguar el viaje, decía marta ya cambiando él, semblante que traía y volver a ser esa chica alegre y loca.

—Esta hermosura de mujer que está a su lado es manuela la jefa de Seguridad de los chicos —decía la chica guiñando el ojo.

MANUELA

—Me agrada esa chica, creo que nos vamos a llevar bien —decía Martha con una bella sonrisa.

—Mucho gusto —le dije y me lo devolvió con una reverencia. —soy Ricardo —dice el chico mono del grupo.

RICARDO.

—Modos en este grupo son como me gustan alegres y locos —decía marta con una bella sonrisa.

—No, ¡todos!, falta mi hermano mayor, no se encuentra aquí, lo conocerán cuando lleguemos a casa, mi nombre es Carlos cruz —decía al fin el ojo gris.

CARLOS CRUZ.

—Eres el patrón —, pregunte.

—Mi hermano es el jefe, nosotros somos amigos, socios, hermanos y familia y queremos que hagas parte de ella —decía.

—Ni para que presentarnos si deben saber todo de nosotras —dije para acomodarme y serrar mis ojos.

¿Qué pasará con nuestras vidas ahora?

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