capítulo 9

Para Lina, el que Sebastián la estuviera escuchando, fue vergonzoso

Lina: Sebastián, que haces acá? Pensé que estabas aún en tu viaje?

Sebastián: llegue anoche, y quiero que vayamos los cuatro a dar un paseo

Celeste: creo que tu hermano, no se ha ganado un paseo conmigo

Sebastián: entonces, Leonardo se queda, y vamos nosotros tres

Leonardo: No me parece, yo fui el de la idea

Además, no entiendo Celeste, me pides que te conquiste y lo hago, que más quieres, sé realista conmigo, no te puedo obligar a tener algo con alguien que no te gusta

Ya pase una vez por eso, y lo que menos quiero es volver a pasar

Así que te pregunto, ¿te gusto? O ¿solo estás jugando conmigo?

Celeste, no sabía que responder, pues ella si estaba enamorada de él, que digo enamorada, celeste estaba hasta las chanclas, pero igual que su hermana, no quería sufrir, ella vio lo que Lina vivió, y se había prometido no enamorarse nunca, había tenido encuentros con chicos que no pasaban de ser eso, simples encuentros

Pero Leonardo estaba derribando los muros de contención que ella había elevado más alto que su cabeza, donde no hubiera ni una milésima de oportunidad para derribar

Lina sabía de la promesa de su hermana, y también sabía que ella estaba enamorada, lo que menos quería era ver a su hermana sufrir y sabía que los hermanos Rodríguez eran excelentes seres humanos

Lina: Hermana ( se acercó hasta donde Estaba celeste) No todos los hombres son iguales, algunos son peores, pero está el pequeño círculo de hombres buenos, y creo que tienes enfrente a uno, que está dejando de lado sus miedos, por estar contigo

Has tú lo mismo, no te niegues la oportunidad de conocer, de dejar entrar nuevas personas a tu vida

Celeste en ese momento se levantó de su silla y se le tiró en los brazos a Leonardo, no quería seguir negando que amaba ese hombre y que cada detalle que le había hecho, le llegaba al alma

Pero Sebastián pensó, ¿por qué quiere que su hermana sea feliz y ella no?

Para Lina, era más complicado

Celeste no había tenido una pareja, que la maltrataba, y en muchas ocasiones, la violaba, creyendo así que sus hijas son producto de las mismas

Sebastián, sabía que había cosas de su pasado que no conocía, pero quería ir despacio, no la quería atosigar de preguntas

Lina, sabía que para empezar una relación, tenía que ser completamente honesta, y sabía que aunque le doliera, tenía que remover las cenizas de su pasado, pues siempre iba a estar atado a él, sus hijas eran su más grande prueba de eso

Los cuatro se despidieron y salieron rumbo a la cafetería, donde Lina, solía comer un delicioso pan de bonos

Para Sebastián, el que Lina, saliera con él, era un gran paso, dado que en los mensajes, quien más hablaba era él, ella solo se limitaba a decir, buenas noches, hasta mañana y como amaneciste

Pero a Sebastián lo preocupaba su problema, pues su amigo solo reaccionó la primera vez que la vio

¿Y si no se vuelve a levantar?

¿Y si Lina no quería estar con una persona inexperta?

¿Y si mejor, No la molesta más y la deja ser feliz?

Lina necesita a alguien en su vida que pueda hacerla feliz en todos los aspectos

Pero, para Sebastián, no era una opción dejarla ir

Así tuviera que ir nuevamente a terapia, sabía que Lina era la indicada, y lo primero que haría sería hablar con ella

No puede haber secretos y menos de esa índole

Lina iba tan concentrada en la hermosa vista que daba la naturaleza desde la ventana del auto, que en ese momento se sintió sola, sin percatarse de su acción, bajo la ventanilla del carro y aspiro el aroma que mandaba las hojas verdes

A Sebastián esa acción lo derritió

Pero para Lina era un día más de vida para contemplar la naturaleza

había estado tan ocupada en la vida de Dionisio, que se había olvidado de la de ella

Entonces se prometió a ella misma, disfrutar de las pequeñas cosas

Llegaron al café y Lina no se bajaba del carro, cuando el olor le impregno el alma

Para ella, ese era el mejor café, aunque no podía tomar del mismo, si podía comer pan de bono junto con una deliciosa avena recién hecha

Tomaron asiento y cada uno pidió su pedido

Celeste: A mí me puedes dar, un café negro y un rollo de canela

Leonardo: a mí también el café, pero con galletas de macadamia

Leonardo: yo quiero un Capuchino con leche de almendras y quiero probar este postre de Maracuyá

Lina: yo quiero muchas cosas, pero no sé si este bien (haciendo pucheros)

Celeste: hermana, (agarrándole las manos) lo que quieras comer, está bien

Sebastián: además, te ves hermosa

A Lina todos los colores le llegaron a la cara, hace mucho un hombre no le hacía tantos cumplidos en un mismo día

Pero Lina de verdad quería muchas cosas

Pidió dos pan de bono, galletas de miel, y una de coco, junto con un vaso de avena con mucho hielo

Llego el pedido y todos comieron, pero Lina no pudo evitar abrir los ojos cuando vio el postre de Maracuyá de Sebastián

Lina no pudo aguantar sus ganas y pregunto

¿Podría comer un poco de tu postre?

Sebastián: Solo si aceptas una cita conmigo

¿Aceptará Lina la cita?

¿Le contará toda su historia a Sebastián?

¿Podrá Sebastián contarle su problema a Lina?......

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