Capítulo 20

"¿Y qué dices? ¿Quieres ser mi amante?" Mario repitió su pregunta, viendo la respuesta silenciosa de Kaylin.

"¿Solo un amante?" Kaylin bromeó, tratando de controlar la abrumadora emoción que sentía para evitar actuar tontamente gritando 'sí, quiero'.

"No es solo eso," Mario reveló una caja de anillo que había preparado desde su tiempo en Yakarta y la abrió frente a Kaylin. "¿Te casarías conmigo?"

"¿Qué?" Kaylin, completamente sorprendida por la repentina propuesta, le resultó difícil de aceptar. 'Solo estaba bromeando, ¿por qué se lo está tomando en serio?' pensó para sí misma, maldiciendo su exagerada broma internamente. "Mario, yo solo..."

"Sé que es repentino, pero en serio quiero que seas mi esposa." Mario tomó el anillo familiar de diamantes y alcanzó el dedo anular de Kaylin para ponerlo. "¿Te casarías conmigo?"

Kaylin, todavía aturdida, no sabía qué decir ya que todo parecía suceder tan rápido. Aunque deseaba casarse rápidamente, el cumplimiento de ese deseo hizo que su corazón vacilara con incertidumbre.

"Entonces, ¿Kaylin Meyer?" Mario preguntó con esperanzada anticipación.

"Pero Mario, ¿estás seguro de que me quieres como tu esposa? Deberías saber que lo que has visto hasta ahora no es el verdadero yo. Quiero decir..."Confundida, Kaylin luchó por articular todas sus fallas. "El verdadero yo es terca, consentida, siempre actúo como me place, torpe y llena de muchas otras imperfecciones", Kaylin explicó con sinceridad.

De hecho, decidió ser sincera acerca de todas sus imperfecciones para que Mario no se arrepintiera de su decisión de casarse con ella. Kaylin quería que su relación comenzara con sinceridad, incluso si eso significaba correr el riesgo de que él se alejara después de conocer sus defectos.

Era mejor de esta manera que comenzar una relación basada en la decepción. Kaylin no quería repetir su error del pasado al mantener a un hombre como Alexander a su lado, a pesar de saber que Alex nunca la había amado de verdad.

"Lo sé, Kenan me ha contado todo sobre ti."

"¿Qué?" Kaylin quedó nuevamente en shock. "¿Exactamente qué te ha contado Kenan?" ella preguntó, en pánico.

"Todo sobre ti. Cómo siempre te despiertas tarde, cómo desordenas tu cama, cómo siempre te caes mientras caminas porque eres torpe, y cómo..."

"¡Ya basta!" Kaylin no quería escuchar más sobre sus deficiencias. No podía creer que su amado hermano le hubiera contado a su potencial pareja todos sus defectos con tanto detalle. 'Kenan, te las vas a ver conmigo', juró en su mente.

En algún lugar de Yakarta, específicamente en su oficina, un hombre apuesto comenzó a estornudar repetidamente.

"Entonces, ¿qué dices, te casarías conmigo?" Mario propuso una vez más.

Sin dudarlo, Kaylin asintió con la cabeza, señalando su aceptación. Estaba cien por ciento segura de aceptar la propuesta, ya que Mario era plenamente consciente de todas sus fallas.

Al ver a Kaylin asentir, la sonrisa de Mario se ensanchó de felicidad. Todas sus preparaciones cuidadosas habían llevado a este momento perfecto. Sin perder otro segundo, Mario se tomó su tiempo para poner el anillo en el dedo anular de Kaylin Meyer.

"Gracias, mi querida," besó el dorso de su mano. "Nuestra fiesta de compromiso oficial, la haré lo más grandiosa posible."

Una vez más, Kaylin simplemente asintió, sus ojos fijos en el anillo que ahora adornaba su dedo, sus emociones extrañamente inquietas. Por alguna razón, su corazón no sentía alegría, a pesar de que su anhelo de tener un esposo estaba a punto de hacerse realidad.