Capítulo 12

"Si resulta que la mujer que viste no es la amante de Alex, ¿estarías interesada en iniciar una relación con ella?"

"Por supuesto," respondió Kaylin rápidamente. "Pero... ¿estaré yo interesante para ella?"

"Ja, ja, Kaylin Meyer, ¿quién no estaría interesado en ti? Solo una persona cuerda no te querría," dijo Cleo, conteniendo su risa.

"¡Maldita seas!" Kaylin maldijo, golpeando juguetonamente la mano de su cuñada. "¿Estás diciendo que todos los hombres que me aman son locos?"

"Bueno, ¿no es cierto? Solo mira a Orion. Él es uno de esos locos," Cleo rió de nuevo, pero al siguiente momento, su risa se convirtió en gemidos de dolor provenientes de una cicatriz de cesárea palpitante.

"Entonces, ¿estás diciendo que Alex también está loco?" preguntó Kaylin, horrorizada, a su cuñada que estaba riendo pero aún así sufriendo dolor.

"Él está cuerdo pero pertenece a una especie rara que definitivamente te querría," Cleo se rió de nuevo, tocando su cicatriz quirúrgica. "Oh Dios, mi estómago me duele mucho."

Ver a Cleopatra riendo burlonamente mientras sufría al mismo tiempo le hacía sentir repulsión a Kaylin.

"¿En realidad quieres ayudarme o insultarme?" dijo Kaylin bruscamente, disgustada por cómo su cuñada seguía burlándose de ella.

"Por supuesto que quiero ayudarte, pero..."

"Pero ¿qué?" preguntó Kaylin sospechosamente, temiendo que su cuñada estuviera haciendo una broma de nuevo.

"Hay una condición," dijo Cleo con una sonrisa significativa.

"Lo sabía," suspiró Kaylin pesadamente. "¿Cuál es la condición?"

"Es simple, solo necesitas ayudarme a cuidar a Rex."

"¿Qué quieres decir?" Los sentimientos de Kaylin empezaron a hundirse con la petición de su cuñada.

"Tienes que estar lista para cuidar a Rex siempre que lo necesite."

Kaylin guardó silencio por un momento y luego asintió rápidamente, sin dudarlo. No creía que cuidar a su sobrino recién nacido fuera difícil, especialmente con la ayuda de una niñera.

"De acuerdo, acepto. Tú me ayudas a conseguir a Alex, y yo te ayudo a cuidar a Rex," Kaylin extendió la mano.

"¡Trato hecho!" Cleo agarró la mano de su cuñada con una sonrisa triunfante. Había logrado hacer que Kaylin Meyer cumpliera sus deseos. Un deseo dirigido a convertir a su cuñada en una persona responsable.

"Entonces, ¿cuándo me presentarás a Alex?" preguntó Kaylin emocionada.

"Tan pronto como me asegure de que Alex no está tomado."

Fiel a su palabra, dos semanas después Cleo entregó la feliz noticia organizando su encuentro con Alex.

Fue una primera cita que Kaylin nunca olvidaría, porque en ese día se reencontró con aquel que la hizo enamorarse a primera vista.

Aunque Alex estuvo mayormente callado ese día, respondiendo brevemente a cada pregunta, Kaylin no se sintió ofendida ni enojada por su comportamiento, porque sabía que ella era quien lo amaba. Sabía muy bien que Alex había venido a su cita a regañadientes, evidente por su rostro frío e inexpresivo.

Lo que su cuñada hubiera hecho para persuadir a Alejandro a iniciar una relación con ella no importaba a Kaylin; lo único que importaba era su felicidad por haber conquistado a Alex.

Pero esa felicidad resultó ser ilusoria, porque solo Kaylin se sentía dichosa. Alex, a quien ella creía que estaba comenzando a amarla, nunca había albergado tales sentimientos.

El corazón de Kaylin se destrozó cuando descubrió la verdad; todo lo que había sucedido entre ellos parecía no tener sentido para Alejandro, llevándola a decidir separarse porque no quería forzar la relación por más tiempo.

*Fin del flashback*.

"Eres cruel, Alex. Tan cruel..." Kaylin desahogó su rabia al recordar su intimidad pasada. No podía creer que los besos y caricias de Alex no fueran por amor, sino simple lujuria.

...Un hombre puede acostarse con su mujer incluso sin amor....

Esas palabras impulsaron su decisión de romper con Alex, y afortunadamente, nunca había hecho el amor con él, por lo que todavía conservaba la confianza para encontrar a alguien nuevo, aunque aún no había encontrado a nadie.