Beatrice reacciona e intenta agitar sus manos, pero sus intentos son inútiles, a continuación se escucha una risa proveniente del auto.
—Vaya vaya, si que fue difícil de encontrarte —dijo el hombre en un tono de voz arrogante.
La voz le trae recuerdos a Beatrice con un poco de miedo dentro de lo más profundo de su corazón, mientras centra su atención al auto olvidando al hombre que le sujeta los brazos.
A continuación sale del lado del conductor lentamente mientras que la lluvia cae en su elegante ropa, el hombre tiene una apariencia: delgada, cabello negro, ojos azules, vestido de traje de color negro, con una expresión seria en su rostro, bien peinado, con una facciones de belleza sin imperfecciones en su rostro.
—No has cambiado nada, Beatrice —dijo el hombre mirando fríamente a Beatrice sin ninguna expresión en su rostro.
Beatrice al recordarlo, la expresión de su rostro cambia a molesta, todo el miedo se le desapareció y se convirtió en enojo.
—¡Tyler! —grita Beatrice empapada de agua y con todas sus fuerzas le da una patada en la entrepierna, al hombre que le sujeta los brazos haciendo que el la suelte y se incline.
Halt llega a la salida del hotel con melancolía, pero al ver que Beatrice golpea al hombre, decide bajar rápido.
Tyler se acerca rápidamente a dónde está Beatrice, con un enojo descontrolado y le sujeta el brazo izquierdo, después le pone la mano en el cuello aprentandolo.
—¿Que pensabas? ¿Que te ibas a escapar de mí para toda la vida? —le dijo Tyler con furia mirándola como si le fuese a salir los ojos, en una distancia tan cerca que chocan las narices de ambos.
—¡Sueltame ahora! —le exige Beatrice con miedo y molestia a la vez.
—¡Ahora mismo te llevaré conmigo y te haré mí...
La palabras de Tyler fueron interrumpidas por un puñetazo que le dió Halt en la mejilla izquierda, Beatrice lo único que logró ver es el puño impactando en la mejilla de Tyler, a continuación Tyler cae al suelo, Beatrice con miedo voltea a ver quien era su salvador. Al ver que era Halt todo mojado por la lluvia y vestido de traje, ella se llena de alegría como si Halt brillara en el medio de la oscuridad, no era de poco, el la salvó de las manos de Tyler.
Halt se le queda mirando fríamente a Tyler por unos segundos y luego voltea a ver a Beatrice.
—¿Estás bien? —le pregunta Halt en tono serio.
Mientras caen las gotas de agua mojando a ambos, Beatrice se queda inmóvil por un momento de una enorme emoción que sentía por dentro, todo para ella incluyendo las gotas y el tiempo se detuvo. En la mirada de Halt, para Beatrice era perfecta en esos segundos.
—Estoy perfecta —le responde Beatrice sin quitarle la mirada a Halt y sin salir de su asombro.
—Bueno, no pareciera que lo estuvieras —bromeo Halt sonriendo.
Tyler y su guardaespaldas se levantan.
—¡Maldito, ¿como te atreves?! —gritó Tyler, mirando a Halt con un odio tan fuerte que su corazón le late con fuerza.
A continuación Tyler saca un cuchillo de su bolsillo, el conductor sale del auto con un bate y el guardaespaldas ya daba mucho miedo por su apariencia corpulenta y alta como para sacar un arma.
Halt aparta a Beatrice empujandola hacía atrás con fuerza, haciendo que se cayera.
—¡Vete Halt no es justo que mueras por mí! —grita Beatrice a Halt observando su espalda.
Halt gira la cabeza hasta la distancia de los hombros, luego sonríe y después levanta su mano sacando su pulgar.
—¡Entonces mí muerte valdrá la pena! —gritó Halt sonriendo, luego concentra su mirada a los tres hombres.
Tyler corre para apuñalarlo, pero Halt lo esquiva y le da una patada en el estómago, el guardaespaldas grita perdiendo el control y comienza a correr en dirección a Halt. A continuación empuja a Halt con tal fuerza que lo tumba al suelo. El guardaespaldas se inclina y le da golpes en la cara a Halt, a continuación Halt como puede le pone las manos en la cara del hombre y con sus pulgares le aprieta los ojos hasta sacarle un poco de sangre. El hombre da un grito fuerte por el dolor y deja de pegarle a Halt luego se cubre los ojos, Halt aprovecha esa oportunidad para darle golpes en el estómago y la cara hasta lograr quitárselo de encima; al levantarse el conductor lo sorprende dándole con el bate en la barriga.
Halt escupe sangre, en ese momento el auto control de Halt se destruye y comienza a correr con una irá tan fuerte que ya no controlaba y lo cegó, Halt se lanza encima del conductor haciendo que éste se caiga al suelo y le comienza a dar golpes desenfrenadamente hasta suelta bate para cubrirse la cara. Tyler se levanta aprovechando que Halt está golpeando a unos de sus hombres para apuñalarlo por la espalda, se le acerca lo suficiente como para que Halt se dé cuenta, a continuación cuando Halt voltea y ve a Tyler atrás de él. Beatrice lo sorprende dándole una patada por la espalda no lo suficiente fuerte como para hacerlo caer, Tyler voltea y Beatrice en menos de segundos le comienza a dar varios golpes rápidos en la cara y en la barriga luego le sujeta el brazo e intenta doblarselo, Beatrice le da con el pie atrás en las rodillas logrando hacer inclinar a Tyler.
—¡Que mujer! —exclamó Halt con asombro al verla pelear.
En ese momento se escuchan las sirenas de los autos de la policías, en cuestión de segundos llegaron los policías bajandose de los autos rápidamente y deteniendo a todos.
La dueña del hotel, les ensaña los vídeos de vigilancia del hotel y no detienen a Beatrice ni a Halt.
—Tienes que ir al hospital Halt, estas muy herido —le dijo Beatrice con su voz dulce mientras ve las heridas de Halt.
—No puedo dejar a Laila sola —le responde respirando con dificultad.
—No te preocupes yo la cuido mientras te atienden.
Halt le sonríe.
—Gracias, no sabes cuánto te agradezco.
—Yo soy la que está agradecida contigo casi te mataban por mí, nunca nadie dió la vida por mí de ese modo.
—Lo haría...
Beatrice lo interrumpe colocando sus dedos en los labios, Halt se asombra.
—Guarda tus energías, iremos para el médico ¿correcto?
En ese momento Halt sintió un sentimiento especial, por un momento de su vida, se sintió muy cómodo aunque estuviese herido pero sorprendentemente Beatrice lo calmaba de una manera muy extraña para Halt.
Beatrice busca a Laila y lleva a Halt al hospital, al pasar unas horas Halt sale de la habitación vendado, camina un poco en el pasillo de espera en dónde se encuentra Beatrice y Laila, las observa hablando juntas como si se conocieran desde hace mucho tiempo, Halt sonríe con felicidad al verlas hablando tan felices, luego Beatrice se da cuenta que ya salió de la habitación.
—¡Halt! ¿Como te sientes? ¿que te dijo el doctor? —le pregunta Beatrice con alegría y a la vez con preocupación.
—Me dijo que podía salir hoy, que mañana tengo que hacerme unos exámenes pero puedo irme a mí casa.
Beatrice se acerca y abraza a Halt.
—Enserio, gracias por salvarme —le dijo con su voz cálida y dulce.
Laila se asombra abriendo la boca y después Halt se sonroja.
Al llegar a sus habitaciones en el hotel, Beatrice se baña con agua caliente en la ducha mientras recuerda su pasado pensando en Tayler:
Beatrice está en un laberinto buscando la salida mientras corre, a continuación en medio de un descuido se estrella con Tyler.
—Beatrice, sabía que estarías aquí —dijo Tyler, cariñosamente.
—Estoy pérdida Tyler, sácame de aquí —le contestó Beatrice, con timidez y miedo.
Tyler le regala una sonrisa a Beatrice y le toma de la mano.
—Dame tú mano y saldremos de aquí —le responde con un tono de voz dulce.
Beatrice siente una cálida seguridad al caminar con Tayler, en algún momento de su vida Tyler no fue oscuridad para Beatrice, fue una persona al que consideró que era en alguien en quien confiar.
Al salir del laberinto, Tyler le señala las estrellas.
—El cielo está lleno de estrellas, eso se ve pocas veces en la vida —le explica Tyler, mientras observa las estrellas.
Beatrice también las observa y siente profundo afecto por Tyler, acontinuacion abraza a Tyler con todas sus fuerzas.
—¡Nunca te alejes de mí vida! —le grita Beatrice mientras llora.
Tyler se alegra y la abraza también.
—Te lo prometo, Beatrice.
Beatrice deja de recordar el pasado cuándo sale del baño mientras se seca.
Al acostarse en la cama Beatrice ve por la ventana y vé el cielo lleno de estrellas y a continuación lentamente le sale una lágrima de su ojo derecho.
—Te lo prometo... —dijo Beatrice con melancolía, recordando lo que le dijo Tyler.
Al día siguiente Halt duerme hasta la tarde para descansar bien de la golpiza, luego decide levantarse y cambiarse, toca la puerta de la habitación de Beatrice pero nadie abre, la misma anciana que hace mantenimiento ve a Halt y le habla:
—Beatrice renunció temprano por la mañana y se fue con todas sus pocas cosas.
—Estoy agradecido por avisarme —le agradeció Halt con una sonrisa, escondiendo la tristeza que le provocó escuchar esa noticia.
Luego Halt con molestia y tristeza entra a su habitación, se sienta junta a Laila para ver la televisión.
—¿Cómo te sientes Halt? —le pregunta Laila mientras que cambia los canales y come un cereal con leche.
—Bien mejor que nunca —le responde Halt, con una mirada inexpresiva a la pantalla del televisor.
—¿Sabías que Beatrice nos dejó una carta debajo de la puerta?
Halt voltea a ver a Laila rápidamente con emoción.
—¡¿Enserio?! ¿por qué no me dijiste?
Laila estira los brazos al mismo tiempo que bosteza.
—Lo olvidé...
Laila se levanta y le da la carta que estaba debajo de ella.
—¿No me digas que estabas sentaba encima de la carta? —pregunta Halt, mirando la carta y arrugando el rostro.
—Hahahaha había olvidado que me senté encima, había dejado la carta ahí.
—Vaya memoria... —comenta Halt, mientras abre la carta.
Halt lee la carta que le dejó Beatrice: Disculpa que me vaya sin avisarte Halt, pero las personas de ayer son peligrosas, no quiero que arriesgues tú vida de nuevo por mí. Sinceramente agradezco que me hayas salvado ayer, al quedarme más tiempo podría significar más riesgo para tú vida y la de Laila, espero verte algún día.
—Yo leí la carta, me estaba empezando a caer bien, una lástima —dijo Laila.
Laila se fija que Halt, se queda mirando la carta con tristeza.
—No es importante Laila, ahora ¿dónde quieres ir hoy? —dijo Halt apartando la mirada de la carta.
Laila se detiene a pensar.
—¿Que te parece sí acampamos en la noche en un bosque? —pregunta Laila, sonriendo.
—¿Bosque? —se pregunta Halt un poco confuso, aunque también le trae recuerdos esa palabra— no me parece mala idea —contesta devolviéndole la sonrisa— iremos al bosque Arapaho y Roosevelt, es mí bosque favorito cerca de Denver.
—¿Pero Halt no necesitamos comprar algunos implementos para acampar? —pregunta con desánimo.
—Laila, estamos en la tierra de las oportunidades, mientras tengas dinero hay oportunidades, así que compraremos todo en el camino.
Halt conduce junto a Laila hacia el bosque, se detienen en unas tiendas para comprar lo necesario para acampar un día, al llegar como a las ocho de la noche, Halt comienza a hacer la fogata y poner la campaña.
—Bueno Laila, ahora estás acampando a la luz de las estrellas y el cálido fuego de la fogata ¿no te sientes más libre? —dijo Halt en tono tranquilo mientras termina de arreglar todo.
—Sí, lo bueno es que tenemos señal telefónica por si algún culto nos quiere secuestrar —contesta inteligentemente Laila, mientras busca los malvaviscos.
—Bueno viéndolo de ese modo —dijo con preocupación— también debí comprar un arma en el camino, nunca se sabe que loco éste cerca —dijo bromeando y a la vez con miedo.
A continuación un caballo blanco sale entre los árboles saltando a dónde se encuentran acampando y luego se detiene junto en la fogata.
Halt y Laila están muy asustados, pero logran ver a una persona encima del caballo, cuándo levantan la mirada para ver quién era la persona, ambos dicen lo mismo: ¿Beatrice?
Beatrice voltea a verlos y se emociona al reconocerlos.
—¡Holaaaa, chicos! —saluda Beatrice, con alegría y agitando su mano— esperen chicos, puedo explicarlo, sólo me bajo y les explico, no digan nada. Sólo esperen un segundo.
Beatrice intenta bajar del caballo con dificultad, como si fuera inexperta. Intentando bajarse del caballo, éste sale corriendo provocando que las nalgas de Beatrice se quemara un poco al caer en la fogata que Halt hizo. Beatrice echa un fuerte grito y se levanta rápidamente.
—¡Wow! Eso si que estuvo ardiente... —dijo Beatrice, bromeando.
—Voy a omitir que escuche ese patético chiste e iré a calentar mis malvaviscos —dijo Laila confundida y a la vez molesta.
—No entiendo nada de lo que sucedió —dijo Halt mientras mira a Beatrice fríamente.
—Halt, lo siento por irme así sin previo aviso —se disculpó Beatrice con tristeza—, nunca quise irme pero no quise hacer más daño del que hice.
Halt se queda en silencio por un segundo mirándole los ojos, Beatrice piensa que Halt está muy molesto por la seriedad de Halt.
—Ha, no te preocupes, lo que mejor habla de tí es que volviste —contestó Halt, en un tono amigable.
—Bueno en realidad no estoy aquí por eso. Supongo que es una casualidad.
Halt se devuelve a dónde está la bolsa de malvaviscos y le entrega uno a Beatrice.
—Entonces, lo que sea que vayas a contarnos, por favor que sea junto a nosotros en la fogata —dijo Halt amistosamente.
Beatrice sonríe, luego se sienta junto a Laila y Halt mientras que narra lo que le sucedió cuándo se fue mientras le da vueltas con un palo para que se queme por fuera el malvavisco.
Cuándo Laila dejó la nota y se fue del hotel, mientras que ella se dirigía en dirección a Denver consiguió un anuncio en un poste de luz que decía: «¿Quieres ganar dinero y tener una habitación para dormir por un sólo trabajo? Llama ahora a estos números de contacto». Beatrice al ver el anuncio se emocionó mucho y decidió llamar sin dudarlo. Al llegar al lugar, estaba cerca del bosque y además, que era una cabaña de tres pisos; en el primer piso servía como bar y mientras en los dos pisos se usaban como un hotel. Una mujer de apariencia obesa con una cara de expresión de seriedad, tiene el cabello de color rojo, le propone a Beatrice que le va a pagar 5$ la hora con desayuno, almuerzo, cena y habitación incluído. No muchas personas aceptaban el trabajo; ya que hombres muy rudos iban al bar.
—¿Entonces como se llama usted? —pregunta Beatrice con algo de timidez.
—Dime, señora Ruswal —contesta con la misma expresión amarga y sería que la caracteriza— ¿pero puedes con el trabajo?
Un hombre de unos dos metros con una apariencia corpulenta, aparenta unos cuarenta años le toca la espalda de Beatrice como si fuera hacerle daño, a continuación Beatrice voltea rápidamente y le sujeta el dedo meñique y después le dobla el brazo hacía la espalda.
—¡Reglas nuevas, no volverán a tocar a ninguna mujer por muy hombres que sean y sí necesitan algo, tienen que pedirlo educadamente!
El hombre aguantando las ganas de llorar le pide a Beatrice que lo suelte, al soltarlo el hombre se arregló la camisa.
—Señorita, ¿me podría dar una cerveza por favor? —pide el hombre con amabilidad mientras se soba el brazo.
La señora Ruswal sonríe, como si lo fuese echo por primera vez en su vida.
—Estás contratada.
Al pasar unas horas Beatrice pide un permiso para visitar el bosque, al caminar por unos minutos ella se da cuenta que se perdió e intenta seguir caminando para encontrar la salida. Al oscurecerse, el miedo se apodera de Beatrice y decide llorar por unos segundos en un pequeño lago, luego en el medio de la oscuridad sale un caballo blanco que le hace una pequeña reverencia, ella se le ocurre la idea de montarse encima del caballo. Al hacerlo el caballo se vuelve loco y comienza a correr hasta, llegar a dónde están acampando Halt y Laila.
Amor en Aguaceras.
Autor: Denyer Polanco.
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Updated 54 Episodes
Comments
Lala Aguirre
wow q lindo me encanta el destino los está uniendo
2022-10-01
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