Capítulo V. Mi nuevo hogar.

Observo la sala minuciosamente, y luego me siento en el sillón. No puedo creer como las cosas llegaron a este punto tan crítico, pensé soltando un suspiro. Mi vida ha dado un giro de nuevo y esta vez es más doloroso que el primero. Mi madre fue una egoísta y mala persona ¿Cómo puede dejar a una pequeña niña sola en medio de la nada? Sus palabras estaban llenas de promesas y engaños, al igual que Karla. Después de tanto tiempo encerrada en mi misma, no permitiéndole la entrada a nadie y al final que puede hacerlo ella también me traiciona. Un golpe en la puerta me distrae de mis pesares y una voz suave se escucha.

_ Señorita Bianca. – sin ánimos camino hasta la puerta y abro aun con la mirada en el suelo. – ¿Esta lista para irnos? – dice James. Sus palabras me desorientaron un poco ¿Qué dijo?

_ ¿Irnos? ¿A dónde? No comprendo. – digo confundida. Sí, lo recuerdo Karla dijo que me alistara que vendría por mí. Él me mira extrañado.

_ ¿Eh? ¿Karla no le dijo nada? – su cara denota aún más confusión que la mía. – pero ella me dijo que usted estaría lista. – suspira y levanta la mano.

_ Lo siento es mi culpa. Ella me aviso, pero todavía estoy un poco impresionada por los eventos que han pasado el día de hoy.

_ ¿Entonces vendrá? – pregunta curioso, en sus ojos se puede ver la emoción en espera de mi respuesta. Aparto la vista no quiero seguir viendo aquella expresión que hace que mi corazón se vuelva líquido.

_ Sí. Sólo espera a que recoja mis cosas, dame veinte minutos. – digo llegando a la puerta de mi habitación. De alguna forma me siento atraída por él, su sola presencia es tan cálida y brillante.

Así que me dispongo a recoger mi ropa, busco la única maleta que tengo y meto todas mis pertenecías. No quiero irme, pero no me queda de otra, si sigo aquí ese lunático vendrá por mí otra vez, camino hasta la misita de noche y tomo un marco con una foto de mis padres. Me llevo todo no dejo nada. Hasta mis estudios se perderán con el trabajo que les costó a mis padres conseguir pagar un lugar para poder estudiar aquí.

_ Señorita, ¿Esta lista? – la voz de James me saca de mi trance, sin demora cierro la maleta y abro la puerta.

_ Ya nos podemos ir. – digo en voz baja. La sola idea de abandonar mis estudios me causa un dolor inmenso en el pecho. James sale mientras le dio la última mirada a mi hogar, apago las luces y cierro la puerta. La casera con una leve sonrisa se acerca a mí.

_ Es una lástima que se tenga que ir, pero que se le puede hacer. – al finalizar me da un breve abrazo. Yo respiro profundo evitando las lágrimas.

La noche se siente fría y distante; todo a mí alrededor es borroso, siento como mi pecho se comprime al ver como los planes de mis padres se vienen al suelo, alejándome de todo lo que les costó construir para mí, llevo mi cabeza hasta el vidrio de la ventanilla del auto. En realidad no sé a dónde nos dirigimos, mis ojos comienzan a estudiar el paisaje, no quiero preguntarle a James porque sé que no me dirá nada al respecto. Le miro con el rabillo del ojo y su expresión es seria. Suspiro lentamente tratando de contener las ganas de preguntar, pero el motor dejo de andar y levanto mi vista para ver en qué lugar estamos. Es la estación de trenes de Londres, el chofer abre la puerta de mi lado.

_ Baje señorita. – dice ofreciéndome su mano. Yo de inmediato la rechazo, no estoy acostumbrada a este tipo de trato. James llega a mi lado y deja salir una carcajada.

_ Ese es su trabajo, no debes ser tan grosera con el chofer. – me dice con una amplia sonrisa. La vergüenza llega a mi rostro, la verdad fui un poco brusca, pero nunca tuve alguien que hiciera ese tipo de cosas. Camino hasta el conductor y me inclino.

_ Lo siento, no fue mi intensión ser tan mal educada. – el señor se sobresalta y no permite que lo haga de nuevo.

_ Ya, tranquila no es para tanto. Sólo quería ver que expresión ponías, no seas tan formal. – sus palabras me molestaron así que camino delante de él, recordé que llevo mi maleta y al dar la vuelta para cogerla James ya la traía. Así que lo espero para ir a su ritmo.

_ Y ¿A dónde vamos? Aun no me has dicho nada. – él me sonríe y lleva su dedo índice a sus finos labios. – es un secreto. – ya me está comenzando a molestar esa actitud que tiene hacia mí.

Al llegar a la taquilla pide dos boletos de primera clase ¿De verdad piensa gastar tanto dinero? Es sólo un viaje no es para tanto. De repente siento su mano sobre mi hombro.

_ Vamos que ya sale nuestro tren. – dice con una voz tan dulce que se siente cálida y eso me hace sentir cómoda con él. Así que le respondo con un simple “sí” al llegar me fijo que el tren que tomaremos es el de Clovelly… mi pueblo natal. Se encuentra al sur de Inglaterra. Todo allí es maravilloso, es como si nunca hubiese pasado el tiempo allí, sus calles de ladrillos, sus casas viejas, pero muy elegantes adornadas de lindas flores en los balcones, y el maravilloso puerto, mis padres y yo vivimos a las afueras del pueblo en una pequeña casa, eso me encogió el corazón e hizo que girara la vista hacia James.

_ ¿Vamos a Clovelly? Veré a mis padres de nuevo, eso me hace feliz. – indico dando pequeños saltos de alegría, pero la expresión de James me hace descartar ese idea. – ¿Qué… su… cede? – mis manos se ponen heladas de repente. Él sujeta mi mano y hace que yo entré primero al tren.

_ Cuando estemos cómodos le explicare todo. – dice con una expresión seria. Aquello no me estaba gustando la verdad, presentí que lo que escucharía no sería de mi agrado. – nos dirigimos por el pasillo hasta llegar a una angosta puerta color blanco. James la abre y con su brazo me hace una señal de que entrara primero como todo un caballero. – tome asiento por favor. – mi cuerpo tiembla sin para, James toma asiento y luego me mira directo a los ojos. – No la voy a engañar, así que le diré la verdad… - hace una pausa y comienza. – el joven para quien sirvo me pidió ir por usted ya que en Londres usted corría peligro y bueno así fue, y por eso no puede volver con sus padres en estos momentos, pero no se preocupe ya ellos fueron informados y no opusieron queja alguna, la otra parte se lo explicara el joven al llegar. – sus palabras suenan tan vacías y mecanizadas. Respiro hondo buscando la calma muy dentro de mí.

_ Lo comprendo. – finalizo diciendo.

Durante el viaje no cruzamos palabras, sólo un incómodo silencio invadía el lugar, el viaje en tren tarda tres horas y medias, así que decido dormir unos segundos. Ese momento mi cuerpo se siente tan liviano como si no existiera, todo en mi mente se cubre de un color blanco tan enceguecedor que no puedo distinguir bien lo que hay a mi alrededor. Un leve contacto me despierta.

_ Señorita Bianca. Despierte. – escucho a lo lejos, mis ojos se van abriendo lentamente apareciendo frente a mí el rostro de James. De inmediato al verlo tan cerca me reclino hacia atrás dejando que mi cabeza se golpeé con la pared, rápidamente llevo mi mano a la parte de atrás de mi cabeza. - ¿Se encuentra bien? – me dice con un rostro de preocupación.

_ Sí, sí, sí. – digo mientras él se aparta de mi lado tomando mi maleta.

_ Disculpe por despertarla de esa manera, pero es que ya llegamos. – mis piernas automáticamente al escuchar esas palabras se mueve solas y salgo corriendo. Mi hermoso pueblo estoy de vuelta. Di un salto del tren y camino hasta el centro de la estación. Puedo escuchar la voz de James llamándome.

_ Señorita Bianca… usted no puede salir así no más, por favor recuerde que usted está en peligro. – lo miro e ignoro sus palabras. Mi cuerpo se siente lleno de vida al volver a Clovelly. – venga por aquí. – me ordena tomando mi brazo. Cruzamos a la izquierda y justo ahí nos espera un auto negro con vidrios ahumados, un hombre vestido de negro sale y  nos abre la puerta.

James me permite entrar primero y luego sube él, mi mano llega a un pequeño botón que por lógica supe que es para bajar el vidrio de la ventanilla, pero él me detiene.

_ Por favor absténgase de que la vean, nadie debe saber que usted vino. – mis ojos bajan a mis pies. Algo me dice que esta será el inicio de una caótica vida, para ser una chica común se me han presentado muchas situaciones extrañas. La mano de James se posa sobre mi cabeza.

_ Lo siento, sé que es duro para usted, pero es lo mejor. – no creo que sus palabras me sirvan de algo, mi ánimo no es tan bueno después de saber que no podre ver a mis padres por un tiempo. La mano de James sigue acariciando mi pelo. De alguna manera eso me tranquiliza.

Veo que nos alejamos del pueblo tomando la carretera, una hilera de árboles, a los castados de la carretera, todo están verde y libre como si nunca el hombre hubiese andado por allí, y de repente mi vista reconoce el camino de tierra que lleva a mi cálida casa, un frío recorre mi pecho haciendo que no pueda respirar con normalidad, siento la necesidad de llorar, pero no lo haré, debo ser una mujer fuerte. Suspiro observando cómo se aleja el único lugar que añora mi corazón.

Luego a unos cuantos kilómetros el auto se desvía de la carretera y entramos a otra más angosta, hasta que llegamos a un enrejado muy alto y del otro lado están varios hombres de negro, al ver el auto abren rápidamente. Mis ojos están extasiados por tanta belleza una enorme mansión se impone ante nosotros, su estilo es único es como si entráramos en otra época, las paredes son de un tono blanco, mientras que el techo es de un color gris, al fijarme bien noto que posee muchas ventanas, detrás de ella se extiende un follaje verde que le da ese toque mágico y antiguo. El auto se detiene al frente de una viña que se entrelaza formando una entrada cubriendo el cielo como si fuese un techo hecho de ramas que se unen con tanta gracia, después unas escalinatas nos esperan para llegar a la elegante mansión victoriana. Este momento no llevo nada en mi cabeza sólo voy reteniendo cada parte de aquel lugar en mi mente, es hermoso, es una mezcla de antiguo y moderno lo que la hace atractiva a la vista.

_ Señorita, venga por aquí. – oigo decir a James. Él al ver que no reacciono a su voz me sujeta del brazo llevándome dentro de la bella mansión.

El color blanco cubre las paredes, es tan inmaculado y limpio, en las paredes se exhibe un par de cuadros muy bonitos, uno es de una bella dama entre unos rosales y el otro es el de dos niños jugando en medio del pasto verde, verlos me trasmite paz, en el centro un enorme sillón en forma de ele que le da contraste, su color es marrón y los cojines de un tono crema, dando equilibrio a tanto blanco, en el medio una delicada mesita de madera y en ella unas hermosas estatuillas de cerámica reposan. Mis ojos no dejan de bailar de un lado a otro; al otro extremo una estantería repleta de fotos enmarcadas y a la izquierda justo en la ventana un pequeño florero decora el espacio. L a voz de James me hace volver a la realidad.

_Señorita Bianca, es hora de ver al joven, esta tan ansioso por conocerla. – dice colocando la maleta en el piso, yo me apresuro a tomarla, pero me detiene. – no se preocupe las doncellas de la casa se ocuparán de eso, ahora nuestra prioridad es llegar a la biblioteca. – indica mostrándome por dónde ir.

Los nervios invaden mi ser, mis manos están tan heladas, la pregunta que ronda mi cabeza es ¿Qué interés tiene el dueño de esta casa en mí? Al parecer sabe mucho de mi pasado y presente y eso me asusta mucho. James coloca su mano en mi espalda, ya que mis pasos disminuyen cada vez más. Una puerta de madera esta frente a mí y mi corazón comienza a latir a mil por segundo, James toca la puerta con suma delicadeza.

_ Joven amo, la señorita Bianca está aquí. - ¿Jo… joven amo? Eso sólo lo he leído en libros de época, suena extraño escucharlo hoy en día. Una voz ronca se escucha del otro lado.

_ Adelante James. – suspiro al menos su voz es calmada y suave. James abre y me permite entrar primero, mis nervios aumenta cada vez más. Al entrar logro ver la espalda de un hombre alto, de hombros anchos, su cabello es plateado. Eso me dejo perpleja. – Joven Arán, por favor la señorita esta acá, deje eso por un momento. – se queja James caminado hacia el chico.

Por un momento mi vista recorre la biblioteca por completo, un hermoso ventanal deja entrar la cálida luz del sol por entre las delgadas cortinas blancas, al frente un enorme escritorio de roble se muestra en su esplendor y detrás una inmensa estantería repleta de libros, a la derecha un sillón negro hace juego con el color de las paredes que son de un tono marrón y en el centro una mesilla llena de libros y papeles a medio llenar. Mi corazón comienza a sentir pánico por estas personas la verdad nunca en la vida los he visto. La voz de James me saca de mis mortificados pensamientos.

_ Señorita venga. – dice extendiendo su mano que yo no tardo en tomar. De inmediato el chico que esta de espalda se gira. Contengo el aire al ver tanta belleza reunida en un ser humano. Sus ojos son dorados, color muy peculiar, su nariz es recta y perfilada, su cabello cae sobre su blanco cuello, sus labios son perfectos. Él me mira extrañado y de repente muestra su perfecta dentadura.

_ ¿Así que tú eres Bianca Scott. – dice mirándome de arriba abajo como estudiando cada centímetro de mí. Yo sólo hago una reverencia. – mucho gusto. Mi nombre es Arán Towsend. Bienvenida a partir de ahora vivirás en esta casa, ya tu habitación esta lista, pero dejemos eso por un momento de lado. Toma asiento. – dice caminando hasta el gran sillón. – bueno como decirlo… tu familia y la mía tienen un asusto pendiente y ya que tú eres la única heredera que queda debo cuidar de ti y de nuestros intereses. - ¿Qué acabo de escuchar? ¿Intereses, heredera?

_ No… no comprendo sus palabras señor Towsend. Y desconozco el motivo de mi presencia en esta casa, por lo que se me informo mis padres lo conocen ¿No es así? – indico con la mirada fija en el chico de cabellos plateados. Él vuelve a dedicarme una sonrisa y al mismo tiempo junta sus manos.

_ ¿Es desconfianza lo que veo en sus ojos señorita Bianca? Bueno. – dice dejado escapar un largo suspiro. – le diré el motivo de su presencia en esta casa… usted y yo estamos comprometidos. – aquellas palabras me deja sin aire ¿Otro más que me habla de matrimonio? Esto debe ser una broma. Así que me levanto con brusquedad.

_ ¿Y en que se basa usted para decir tales palabras? – digo molesta. James llega a mi lado y coloca su mano sobre mi hombro.

_ Clámese por favor, escuche lo que tiene que decir el joven Arán. – la voz de James es tan suave, que me hace relajar, dejando caer mi cuerpo en el sillón de nuevo. Alzo la vista y lo miro.

_ Aquí está la base de mis palabras. – me muestra Arán un sobre amarillo, lo dudo un segundo, pero igual lo tomo. – ábralo por favor. – mis manos se vuelven torpes al abrir el sobre, hasta que el fin lo logro. De inmediato veo una foto de dos personas juntas, el hombre tiene el cabello rubio, el color de sus ojos son muy similares a los míos pero un poco  más claro, la mujer me es muy familiar su cabello es color chocolate, sus facciones son tan delicadas… de la nada una imagen se cuela en mi mente, recuerdo a esa mujer de ojos claros mirándome, pero su mirada es tan fría y triste y sin darme cuenta una palabra se escapa de mis labios.

_ Mamá… - esa palabra se vuelve un susurro en el aire, no podía creer que esa mujer fuera mi madre, la madre que decidió dejarme sola en medio de la nada, sola y despavorida.

_ Señorita ¿Está bien? – la voz de James me saca de aquel triste recuerdo que mi cerebro ha intentado borrar desde hace mucho tiempo. – Señorita Bianca…

_ sí… estoy bien… - digo despegando la mirada de la fotografía. – Estas personas son… - Arán me interrumpe.

_ Exacto ellos son tus verdaderos padres. Su familia era muy influyente en ese entonces, antes de la tragedia que acabaría con todo ellos… - el chico se detiene y mira hacia la ventana. – tú eres la única que queda con vida, la única que debe tomar la responsabilidad de la familia Salvin. – un nudo se hace en mi garganta, ¿Qué tipo de responsabilidad?

_ ¿Qué? – digo alarmada. – las acciones de ellos no me competen. Nunca conocí a mi padre, ni sabía que aspecto tenía hasta hoy… yo… no puedo cargar sobre mis hombros las consecuencias de mis parientes… yo… no debo… - después de esas palabras no pude articular una más, estoy tan impactada y desorientada.

_ Bianca si te fijas en los demás papales podrás notar la falta de tu padre con nuestra familia. Él debía casarse con mi madre, pero él prefirió romper ese pacto por una humana cualquiera. Al final el terminó firmando este documento donde cedía a su primer hijo como prometido o prometida con el primer hijo de mi madre y eme aquí. – finaliza con una radiante sonrisa, eso me causa un terror aun mayor ¿Cómo puede hablar de nuestro futuro de esa manera tan radiante? ¿Acaso a él no le importa casarse sin amor?

Sin dudarlo leo el documento y efectivamente dice todo lo que Arán me acaba de decir. No puedo creer lo que estoy leyendo, así que lo vuelvo a leer una y otra vez. Siento como mi alma se escapa de mi cuerpo… mi propio padre me vendió sólo para complacer su egoísmo, que al final no lo llevo a nada, ya que mi madre lo odiaba a morir. Yo no tengo porque aceptar tales condiciones ¡Jamás!

_ Lo siento, pero no pienso hacerlo. Yo no soy un objeto que pueden tomar a su voluntad… yo… tengo una… vida… - Arán se levanta y me toma del brazo y un dolor agudo me invade. – ¡Suéltame que me haces daño! – vocifero, pero a él no parece importarle en lo más mínimo.

_ Mira jovencita, no es cuestión de elección. Si no lo hacemos muchas vidas serán sacrificadas por tu estúpido egoísmo. – dice soltando mi brazo. – claro que se puede esperar de la hija de un vil traidor, que prefirió a una simple mortal ante el futuro de su clan. – sus palabras son tan hirientes, llenas de rencor y odio hacia aquel hombre que fue mi padre.

_ ¡Por favor cálmese joven! – reclama James tomándome del brazo. – me disculpo por eso, el joven Arán ha estado bajo presión en estos últimos días. – se excusa James. Yo sólo agacho la mirada.

_ James… quiero irme con mis padres, no pienso estar un minuto más aquí. – el moreno me mira y luego ve a Arán.

_ Si pones un pie fuera de esta mansión quitare la protección que les estoy dando a tus padres y dejare que Jack haga con ellos lo que quiera. Tú decides. – dice mientras camina hasta la puerta. – piénsalo bien o cumples con lo que corresponde o dejas que tu egoísmo perjudique a otros. – después de hablar sale de la biblioteca.

Mi cuerpo tiembla ¿Qué debo hacer? ¿Cómo es que todo esto llego a este punto sin retorno? Los únicos seres que me dieron protección y cariño corrían el riesgo de morir por mi terquedad no quiero que suceda eso. Me giro y quedo al frente de James.

_ Lo haré. Cumpliré con el contrato que hizo mi padre, pero con la condición que mis padres no corran ningún riesgo. – los ojos de James se iluminan al escuchar mis palabras, esas palabras vacías, llenas de nada. Un dolor recorre mi pecho, un dolor infinito que no tiene alivio con ningún analgésico.

_ ¿De verdad? Me alegra. _  de cierto modo me duele ver esa expresión en el rostro de James. – por favor venga la llevare a su habitación. Mañana temprano puede comunicarle su decisión al joven Arán, por ahora descanse.

Una escalera gigantesca esta frente a nosotros, una alfombra roja cubre los escalones, llegamos al piso superior; es aún más elegante, las paredes están cubiertas de cuadros, al parecer son sus familiares, a la derecha se ve un largo pasillo y al frente esta otro por donde James camina, yo sólo me limito a seguirlo. Él se detiene justo en una puerta de madera muy pintoresca.

_ Esta será su habitación. – miro a los lados y noto que la luz es tenue. Al frente de mi habitación hay una ventana cubierta por una pesada y gruesa cortina roja. - ¡Oh! No se preocupe usted no estará sola, al final está el dormitorio del joven Arán.

_ ¡Ah! Ok. – es lo único que se me ocurre decir. Al mirar bien puedo notar que este lado sólo posee tres  habitaciones nada más. - ¿Estas son las únicas habitaciones con la que cuenta la mansión? – digo yo dejando salir mi curiosa interior. James me mira sorprendido y después niega con la cabeza.

_ No, este lado es para la familia, las habitaciones de invitados están al otro extremo de la mansión. – ¡No puede ser! Arán y yo somos los únicos que ocuparemos este lado. James nota la preocupación en mi rostro. – no tiene nada que temer el joven Arán sería incapaz de entrar a la alcoba de una señorita, al menos que ella así lo desee. – expresa con una mirada picara. ¡Pues yo jamás permitirá eso! Pienso rápidamente. 

Al entrar a mi supuesta habitación quede impactada con lo que vi, no lo puedo creer es hermoso. Las paredes son de un azul cielo, meramente precioso, un lindo cuadro de un joven que de inmediato reconozco… mi padre, era muy bien parecido, sus facciones, sus ojos son de un tono gris, más claro con algunos destellos dorados alrededor, giro la vista y un enorme ventanal deja entrar los últimos rayos de sol, camino hasta ella y noto que posee un lindo balcón, al frente una linda cama vestida de rosa viejo y al lado esta una puerta blanca por lógica me imagino que es el baño y al fondo un delicado ropero de color marrón y casi a su lado una peinadora con un lindo diseño en el espejo y del lado izquierdo un sillón blanco descansa dándole un toque muy fino a la habitación. Llego hasta la cama y veo la foto de mis padres en la misita de noche, así que ya todo estaba en su lugar.

Me siento prisionera de mis propios sentimientos, de mis temores y frustraciones al ver que no tengo opción a nada, si me marcho mis padres serán los que paguen por mí y eso jamás lo permitiré. Ahora hay algo que inquieta mi corazón escuche decir a Arán nombrar a alguien, y debo pensar que se refería al hombre aterrador que me amenazó con hacerle daño a mis padres si no me casaba con él. Pero ahora estoy en las mismas, siendo arrastrada a aceptar como mi prometido a este chico de apariencia tierna, pero de una personalidad molesta y déspota. Puedo sentir un aura negativa a su alrededor.

Alguien toca a la puerta y me sobresalto, y una delicada voz se cuela en el silencio de la habitación, haciéndome sentir más relajada al saber que existen más personas en este lugar.

_ Señorita la cena esta lista, el joven Arán la espera. – suspiro tratando de buscar las formas de negarme ante tal pedido.

_ Disculpa. Dígale al señor Towsend que no tengo apetito, sólo quiero descansar. – escucho como la chica deja atrás el sonido de sus pisadas. No quiero verle la cara a ese tipo; lo único que me reconforta es la oscuridad y el silencio del lugar y es lo que necesito ahora.

¿Qué debo pensar de esto? Pensé que mi vida había mejorado, pero sólo fue una ligera ilusión que se esfumo como la espuma en el mar. Mi corazón no está preparado para afrontar este destino incierto y confuso.

     

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Comments

Amparo Muñoz

Amparo Muñoz

es heredera por parte de sus padres bilogicos pero todos los hombres de esa estirpe se quieren casar con ella pero son tan bruscos que ella les tiene miedo a todos y creo que todos son lobos

2023-08-30

1

Virginia Zapata

Virginia Zapata

querida Autora 👸🌻🌹 uvieras publicado al gunas imágenes 🥰 para poner más emoción A la historia bendiciones muchas gracias 🤔🤔🤔🤭🤭🤭🙏🙏👸👸

2023-07-13

2

Martha Manzano

Martha Manzano

yo también me siento confundida en si que es ella . A que se refiere este tipo y heredera de que es

2022-09-01

6

Total
Capítulos
1 capítulo I. Asustada
2 capítulo II. Decisión.
3 Capítulo III. Terror.
4 Capítulo IV. Secuestrada.
5 Capítulo V. Mi nuevo hogar.
6 Capítulo VI. Pelea.
7 Capítulo. IIV. Crecer.
8 Capítulo. VIII. Huir de él.
9 Capítulo. IX. Un vestido.
10 Capítulo. X. ¡Te odio!
11 Capítulo. XI. Un cuento.
12 Capítulo. XII. La chica y el lobo.
13 Capítulo. XIII. ¡Peligro!
14 Capítulo. XIV. Sentimientos.
15 Capítulo. XV. ¿Él es un qué?
16 Capítulo. XVI. Sara.
17 Capítulo. XVII. Jack.
18 Capítulo. XVII. Lucas.
19 Capítulo. XIX. Seducción.
20 Capítulo. XX. ¡Venganza en acción!
21 Capítulo. XXI Aliviada.
22 Capítulo. XXII. Secretos.
23 Capítulo. XXIII. ¡Vida normal!
24 Capítulo. XXIV. Engañada.
25 Capítulo. XXV. Desconocido - conocido.
26 Capítulo. XXVI. Determinación.
27 Capítulo. XXVII. Ghost.
28 Capítulo. XXVIII. Realidad.
29 Capítulo. XXIV. Celos.
30 Capítulo. XXX. ¡Lo arruine!
31 Capítulo. XXXI. ¡Navidad! (Una noche de amor)
32 Capítulo. XXXII. Mi pobre corazón.
33 Capítulo. XXXIII. Estoy loca.
34 Capítulo. XXXIV. Darían
35 Capítulo. XXXV. María.
36 Capítulo. XXXVI. Declaración de guerra .
37 Capítulo. XXXVII. Juegos.
38 Capítulo. XXXVIII. Perdida.
39 Capítulo. XXXIX. Valor.
40 Capítulo. XL. A las doce.
41 Capítulo. XLI. Soy tuyo.
42 Capítulo. XLII. Sé mía por favor.
43 Capítulo. XLIII. Extraña.
44 Capítulo. XLIV. Miriam
45 Capítulo. XLV. Impura.
46 Capítulo. XLVI. Prisión.
47 Capítulo. XLVII. Corazón
48 Capítulo. XLVIII. Final (mi dulce cuento)
Capítulos

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1
capítulo I. Asustada
2
capítulo II. Decisión.
3
Capítulo III. Terror.
4
Capítulo IV. Secuestrada.
5
Capítulo V. Mi nuevo hogar.
6
Capítulo VI. Pelea.
7
Capítulo. IIV. Crecer.
8
Capítulo. VIII. Huir de él.
9
Capítulo. IX. Un vestido.
10
Capítulo. X. ¡Te odio!
11
Capítulo. XI. Un cuento.
12
Capítulo. XII. La chica y el lobo.
13
Capítulo. XIII. ¡Peligro!
14
Capítulo. XIV. Sentimientos.
15
Capítulo. XV. ¿Él es un qué?
16
Capítulo. XVI. Sara.
17
Capítulo. XVII. Jack.
18
Capítulo. XVII. Lucas.
19
Capítulo. XIX. Seducción.
20
Capítulo. XX. ¡Venganza en acción!
21
Capítulo. XXI Aliviada.
22
Capítulo. XXII. Secretos.
23
Capítulo. XXIII. ¡Vida normal!
24
Capítulo. XXIV. Engañada.
25
Capítulo. XXV. Desconocido - conocido.
26
Capítulo. XXVI. Determinación.
27
Capítulo. XXVII. Ghost.
28
Capítulo. XXVIII. Realidad.
29
Capítulo. XXIV. Celos.
30
Capítulo. XXX. ¡Lo arruine!
31
Capítulo. XXXI. ¡Navidad! (Una noche de amor)
32
Capítulo. XXXII. Mi pobre corazón.
33
Capítulo. XXXIII. Estoy loca.
34
Capítulo. XXXIV. Darían
35
Capítulo. XXXV. María.
36
Capítulo. XXXVI. Declaración de guerra .
37
Capítulo. XXXVII. Juegos.
38
Capítulo. XXXVIII. Perdida.
39
Capítulo. XXXIX. Valor.
40
Capítulo. XL. A las doce.
41
Capítulo. XLI. Soy tuyo.
42
Capítulo. XLII. Sé mía por favor.
43
Capítulo. XLIII. Extraña.
44
Capítulo. XLIV. Miriam
45
Capítulo. XLV. Impura.
46
Capítulo. XLVI. Prisión.
47
Capítulo. XLVII. Corazón
48
Capítulo. XLVIII. Final (mi dulce cuento)

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