_ ¡Mírala! Ella entrara, estoy seguro.
_ ¡Cállate! No hables.
Aquellas voces se escuchan desde todo los ángulos, es como si fuese el aire, susurran sin cesar las mismas frases; el lugar es tan inmaculado y limpio, sin embargo hay dos puertas negras a ambos lados del largo pasillo. Trato de articular sonido, pero es en vano ¿Qué debo hacer? ¿Hacía dónde debo ir? Sólo existen dos puertas en este raro lugar ¿La izquierda o la derecha? ¿Cuál debo elegir? En realidad no sé, esas voces no me dejan pensar con claridad.
_ ¡Mírala! Ella entrara, estoy seguro.
_ ¡Cállate! No hables.
¿Qué demonios está pasando? Así que corro a la puerta de la derecha y la abro, quiero huir de esas voces molestas, sin pensarlo mucho entro y para mi sorpresa me encuentro cayendo por el vacío, el aire fluye entre mi corto cabello, dejándome una agradable sensación, todo va bien hasta que veo el suelo a escasos centímetros, mis ojos se abren y lanzo un suspiro de alivio al ver que sólo es un mal sueño. Intento incorporarme y siento una punzada en mi estómago, haciendo recordar el golpe propinado por ese desconocido y de inmediato mis pupilas estudian el lugar. Es… ese lugar no es mi habitación ¡Dónde demonios estoy! Me levanto de la enorme cama y camino por toda la recamara, aquel lugar es asombrosamente grande, como diez veces mi departamento, el decorado en las paredes es muy antiguo, inmensos cuadros de paisajes antaño adornan las paredes, algunos sillones reposan al final del lugar, por lo oscuro no visualizo bien el tono de las cosas, camino hasta un enorme espejo, para mi asombro mi… Mi ropa. Visto un vestido rojo muy ceñido al cuerpo y corto ¡Dios parezco una de esas mujeres de la vida alegre! De inmediato busco mi ropa, pero no la encuentro.
La rabia se hace notar rápidamente al ver que no doy con mi ropa. Un sonido me coloca en alerta, mi cuerpo se eriza al escuchar hablar a alguien detrás de gran puerta de madera.
_ Buenas noches señorita Scott _de inmediato reconozco la voz ¡Es el mismo tipo que me golpeo! Sin tiempo a que articulara algo más hablo.
_ ¿Dónde demonios estoy? _ Inquirí rápidamente, él sólo me mira de una forma burlona, para luego ignorar mi pregunta.
_ Por favor sígame, cuando llegué con mi señor todo se le será aclarado _ Sus palabras me parecen muy tentadoras total si sigo así no sabré porque estoy acá y no podré salir de esta habitación. No me queda de otra que seguir sus órdenes _ Es usted muy inteligente señorita Scott.
Aquel lugar se vuelve aterrador a cada paso, la noche no le sienta bien a este sitio, muchos cuadros antiguos, se donta por lo gastados de los marcos, respiro profundo para calmar mi angustia, ahora tengo que lucir lo más relajada y fría posible. El hombre se detiene al frente de una inmensa puerta de roble demasiado elegante para mi gusto.
_ Aquí es señorita _ Dijo haciéndose a un lado. Para luego tocar con suma delicadeza. Una voz grave se escucha del otro lado.
_ Adelante – al abrirse la puerta un hombre elegante está de pie frente a la enorme ventana, el brillo de la luna se filtra delicadamente como sacado de un libro de hadas – bienvenida señorita Scott. Es un honor tener su presencia en mi humilde casa – dice girando así mí.
Me quedo de piedra al escucharlo hablar, ¿Humilde casa? ¿De verdad? Este lugar es una mansión en toda la extensión de la palabra; la habitación es hermosa, un escritorio de madera reposa cerca de la biblioteca repleta de libros y a simple vista se ven que son viejos; deben de valer una fortuna cada uno, un gran sillón rojo está en el centro y una mesita de cristal, todo es tan fino y elegante. El sonido de la puerta cerrándose me saco de mi transe. Y de inmediato me lleno de valor.
_ ¿Quién es usted? Y ¿Cómo me conoce? – pregunto desesperadamente, yo sólo quiero respuestas, respuestas que me saquen de duda. Él camina en mi dirección, mi corazón se acelera tanto que lo puedo oír en mi cabeza.
_ Mi linda dama, yo soy tu salvador, tu todo y como no conocer a la mujer que será mi esposa muy pronto. – aquellas palabras me dejaron boca abierta ¿Qué demonios le pasa? ¿Está loco o qué?
_ ¡No, no, no! Yo creo que usted me confunde con alguien… Yo no lo conozco a usted y no se ni como se llama.- dije casi sin aliento. Mi cabeza comenzó a doler de repente, yo no tengo ningún prometido ni nada de eso. Si, si, si, él debe estar confundido; me repito mentalmente. Él intento acercarse y yo retrocedo.
_ No me tengas miedo, yo jamás te haría daño. Mi linda princesa. – una sonrisa seductora se dibuja en sus delgados labios. En este momento me doy cuenta que mi vida a tomado un giro drástico. Este hombre dice ser mi prometido y yo ni novio he tenido. Esto debe ser una broma; si eso debe ser.
Su mano toca mi mejilla y después desciende a mis labios, su toque me exalta, haciendo que retroceda rápidamente, sin pensarlo mucho me voy al otro extremo de la habitación.
_ Vamos mi pequeña. No temas toma mi mano. Juro que no hare nada impropio. – dice llevando una mano a su corazón. – soy un caballero y jamás lastimaría a una dama. – pero algo dentro de mí me dice que no confié en él. Con pasos largos llega a mi lado y me ofrece su mano, pero yo me niego a aceptarla. Al parecer no le agrada mucho mi reacción y me toma del brazo de una manera brusca. De inmediato me quejo.
_ ¡Suélteme salvaje un caballero jamás reaccionaria así! – le grito con fuerza.
_ ¡Salvaje yo! La única salvaje aquí eres tú mocosa. Trate de ser un caballero contigo, pero al parecer te gusta que te traten a lo bruto ¿No? – sujetando mi mentón con tanta fuerza que parece que me lo partirá. - ¡Tú y yo nos casaremos! Te guste o no.
_ ¡No, no, no y no! Déjeme ir ya no quiero estar un minuto más cerca de usted. – en realidad sólo estoy muy asustada no sé en qué lugar me encuentro, pero necesito salir de aquí lo más rápido posible. Después de separarme llego a la puerta y la abro, pero para mi sorpresa aquel gigantón está frente a la puerta.
_ Dime Bianca ¿Aceptaras por las buenas? O tendré que recurrir a medidas drásticas y créeme no te gustara. – esa expresión me causa horror. No tengo la menor idea de donde salió este loco. Cierro mis ojos y exhalo, ni modo este es mi fin, no tengo otra opción.
_ Prefiero morir ante que estar con una persona como usted. – su mirada se clava en mí como un puñal. Su rostro se contrae de una manera espantosa dejándome ver sus filosos colmillos. ¿Qué? ¡Espera colmillos! Un ser humano no posee tales dientes, trago saliva con dificultad, sus ojos se tornaron de un color rojo profundo.
_ Te lo diré de una manera más clara, te gustaría que les pasara algo malo a tus padres. No se cómo por ejemplo un incendio o un terrible accidente, tú cariño eliges. – mis piernas pierden fuerza, ya no puedo seguir estando de pie.
_ Mis… padres… - y una cristalina lagrima rueda por mi mejilla. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Nunca en mi vida hice algo malo, jamás moleste a nadie. Ya no es una lágrima la que cae sino varias humedeciendo mi rostro.
_ ¿Entonces qué dices? – mi cuerpo al igual que mi boca no puede moverse. Mis nervios están a mil, no sólo fui secuestrada sino que ahora también amenazada. Yo no quiero esto para mí. Inhalo y lo miro con determinación.
_ Lo haré, pero a mis padres ni los toques. – digo segura o al menos eso creo yo. Él se acerca más a mí.
_ Yo sabía que utilizarías tu inteligencia adecuadamente. – mira al grandotote y le habla. – puedes llevarla a su habitación.
Mis pies pesan toneladas, me cuesta tanto caminar, un dolor recorre mi pecho mientras trato de ahogar mi llanto. No quiero que este bastardo me vea llorar. El hombre me sujeto de los hombros y me llevo lejos de ese tipo tan escalofriante. De repente una explosión llamo nuestra atención y detrás de nosotros comienza a salir humo y la alarma de incendio se activa.
_ Venga por aquí señorita. – dice llevándome a los empujones y aprovecho que el hombre musculo se distrae para salir corriendo, así lo hago, me deslizo por entre sus piernas y corro como si mi vida de pendiera de ello y así es. La voz del tipo se escucha a lo lejos, al voltear veo que nos separa un manto de fuego. Mejor, mucho mejor podre huir sin problemas.
Por estar mirando hacia tras mi cuerpo choca con alguien, mi corazón se acelera. Estoy perdida si me atrapan, siento como una mano agarra mi brazo con fuerza, mientras yo comienzo a patalear, trato de verle el rostro pero el humo es espeso.
_ Cálmese señorita hemos venido a sacarla de aquí. – me paralizo al escuchar esa palabras, el humo se disipa y pude verle el rostro… es el mismo chico de esa noche. Aquel castaño que me salvo de ser atacada por esos lobos. – no se preocupe confíe en nosotros.
_ Sí. – digo sin demora. Tal vez sea muy ingenua en creer en la palabra de un desconocido, pero en estos momentos no hay tiempo de ver los pros y contras, y menos cuando tu vida está en una encrucijada como lo estoy ahora. Sin demora me toma entre sus brazos y me saca de ese lugar tan asfixiante, al final del pasillo veo el jardín al fin voy a salir de esa horrible casa. El chico me hace entrar en el auto y salimos disparados de allí.
_ ¿Se encuentra bien? – pregunta pasando su mano por mi mejilla cubierta de cenizas, aquel contacto están agradable que hace que me sonroje, de inmediato agacho la mirada para que no lo note. En verdad es tan guapo y además tierno conmigo.
No podía creer las cosas que había pasado en estas últimas horas, pero lo mejor de todo es al lindo chico está a mi lado, aquella piel tostada me gusta y sus ojos color café son tan cálidos. De repente su voz me hace volver a la realidad.
_ Franz, llévanos a la oficina allí nos esperan. – dice girando su vista hacia mí y con una radiante sonrisa me dice: - Señorita Bianca ¿Se encuentra bien? – pero yo no respondo sino que me quedo embobada viéndolo sin pestañar. - ¿Señorita?
El movimiento del auto se detuvo haciendo que saliera de mi trance, y veo en su rostro tanto incomodidad, desvío mi mirada a la puerta y la abro saliendo rápidamente. Su mano roza mi hombro causando una sensación agradable. Luego caminamos hasta un ascensor, entramos y veo como uno de sus largos dedos presiona el número cinco, la tensión aumenta mientras llegábamos a nuestro destino, la verdad me comporte como una mocosa y una estúpida al quedarme viéndolo durante el viaje aquí; que vergüenza, me siento como una tonta. El sonido de la puerta abriéndose me hace levantar la vista y justo al frente distingo una silueta que me es familiar.
_ ¡Karla! – logro articular y no sólo eso mis pies se mueven por voluntad propia, mi deseo de ver a mi mejor amiga me hace muy feliz. Llego a ella y la estrecho entre mis brazos. – amiga no sabes el miedo que pase allí. – expreso presionando mi cuerpo contra el de ella.
_ Tranquila me alegra saber que estas bien. No sabía que ese tipo loco vendría por ti, sino yo… - me separo de ella y la interrumpo.
_ No tienes de que culparte, son cosas que pasan, lo que importa es que estoy aquí. – ella me mira y me regala una débil sonrisa. – te quiero amiga. – digo tomándola de las manos.
_ Yo también. – de repente recordé la amenaza que me hizo si no me casaba con él.
_ Mis… mis… pa… dres. – logro articular. - ¡Karla mis padres él dijo que si no cumplía con mi parte mataría a mis padres. – un terrible escalofrío recorre mi cuerpo entero. - ¿Qué hago Karla? – ella me sujeta de los hombros y hace que la vea a los ojos.
_ Calma, yo me encargo de eso. – me suelta y llega hasta el chico castaño. – James, llama a los chicos y diles que custodien la casa de los padres de Bianca. – mis ojos se abren como platos al ver que Karla conoce al chico que salvo mi vida dos veces. Me dirijo a ellos.
_ ¿Ustedes se conocen? – pregunto confundida. Él me mira y me sonríe abiertamente.
_ Karla se lo explicara luego. – me dice antes desaparecer detrás de la puerta. ¿Qué significa esto? Estoy confundida más que nunca. Mi mano llega a su brazo.
_ Karla ¿Qué está sucediendo? – la observo seria esperando su respuesta. Ella coloca su mano sobre mi cabeza despeinando mi corto cabello.
_ No te preocupes todo se te será revelado, sólo ten paciencia ¿Sí? – sus palabras suenan sinceras, pero hay algo que aún no cuadra y estoy segura que no me gustara para nada.
Llegamos a mi apartamento todo luce tan calmado y silencioso, ahora sólo necesito ducharme por lo menos unos veinte minutos, Karla cierra la puerta y toma el teléfono, yo sólo la dejo en la sala y me voy a dar un buen baño, rápidamente me quito ese horrible vestido y me meto a la ducha; la temperatura del agua es agradable, siento como corre por mi cara, es están relajante, un leve golpecito en la puerta me distrae.
_ Bianca pedí comida italiana, no tardes mucho en la ducha, la comida llegara pronto. – sólo escucho sus pisadas desaparecer a lo lejos. Salgo y me visto con un camisón de ositos verdes, me doy una mirada en el espejo y puedo ver mis ojos grises oscurecerse más, mi cabello aun gotea agua así que tomo la toalla de la sillón y me lo paso por la cabeza sacando toda el agua.
Dejo salir un suspiro y me siento en el sillón, en realidad ¿Quién es Karla? Ella conocía a ese chico y ¿Cómo demonios sabía dónde estaba? Cada vez que me hago una pregunta mi mente se confunde más, últimamente me han estado pasando cosas extrañas, más bien diría sobrenaturales. El sonido del timbre de la puerta me hace volver a la realidad, así que decido salir. Al llegar a la sala Karla ya tiene servida toda la comida, aquel olor hace que mi estómago reclame. Mis ganas de saber más no me dejan tranquila y me apresuro a preguntar.
_ Karla… - hago una pausa y continúo. – ¿Qué es lo que está sucediendo? – ella al escuchar mi pregunta aparta la vista y mira al suelo. De pronto la habitación se llena de un incómodo silencio. El sonido del teléfono nos hace voltear al mismo tiempo. Karla corre y lo toma.
_ ¿Sí? ¿Él dijo eso?... – su rostro se contrajo al escuchar lo que le dicen del otro lado del teléfono, me levanto del sillón y me dirijo a la cocina. El hambre se me fue como las ganas de seguir allí sentada sin cruzar palabras. Tomo el resto de la comida y lo deposito en un recipiente para luego meterlo en el refrigerador.
_ Bianca necesitamos hablar urgentemente. – la miro y su rostro esta serio. Camino hasta la sala y me vuelvo a sentar.
_ ¿Me dirás la verdad? No quiero seguir siendo sorprendida por extraños cada vez que abra mi puerta o vaya por la calle. – Karla lleva su mano hasta mi hombro.
_ Lo siento amiga, pero ese no es mi deber, yo sólo cumplo órdenes y desde que llegaste aquí se me fue dada cuidar de ti. – dice apartando la mirada. Sus palabras atraviesan mi corazón ¿De verdad? Ella no tenía intención de ser mi amiga por que le saliera hacerlo.
_ Ya… veo… eso quiere decir que todo este tiempo estuviste fingiendo ser mi amiga. – no dije nada más esperando que ella se defendiera, pero para mi decepción no dijo nada. - ¡Eres la peor persona que he conocido, yo creí en tu amistad, pensé que de verdad te interesaba! Pero ya veo que no fue así. – me coloco de pie, de repente su voz inundo la sala.
_ ¡Espera! – me detengo mi corazón desea que ella diga algo. – tienes que recoger tus cosas vendrán por ti dentro de unos minutos. James vendrá por ti, así que prepara todo. – dio la vuelta y se va. ¿En serio? ¿No piensa decir nada en su defensa? Mi cuerpo se siente pesado y mi corazón duele, de nuevo deposite mi confianza en alguien a parte de mis padres y me ha vuelto a defraudar, mis lágrimas corren por mis mejillas. Al perecer el destino no quiere verme sonreír nunca. Pienso hundiendo mi cara en el sillón.
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Updated 48 Episodes
Comments
Mariela Serrano
Mucho drama y todavía no entremos qué onda con la trama
2023-11-22
3
Ernestina Puerto
what? que rolloo
2023-10-22
0