Capitulo 3

Una figura, la sensación de ser seguido, otra figura ahora más cerca, falta el aire. Desesperado, se refugia en un lugar poco iluminado. Su cuerpo choca contra la pared en un golpe que le da la sensación de dolor en uno de sus hombros. Muy oscuro. Oscuridad. Visión que no distingue nada más que dos ojos rojos y brillantes junto a tu rostro, en un callejón, en una calle poco frecuentada, en un barrio casi abandonado.

Las palabras que no se pueden oír no se pueden decir con la boca tapada con una mano grande y fuerte. Manos que no pueden moverse, se sienten como si estuvieran siendo controladas, tu cuerpo se siente controlado. Sentimiento de inutilidad, debilidad. Incapacidad para protegerse. Miedo. Intento de liberarse, pero a cambio solo más dolor y más miedo.

- ¡Tranquilo! _ dice una voz firme y espantosa, presionando aún más su frágil cuerpo contra la pared.

Ella se relaja, no puede luchar contra alguien que parece invencible, pase lo que pase si la muerte la espera. Ya no lucha, ya no trata de huir. Solo deja que las lágrimas amargas humedezcan gradualmente tu rostro. Es inútil. Es imposible.

— ¡Eres la elegida, serás mi Luana! _palabras que entran en tu mente y solo logran confundirte, nada más.

Dientes inesperadamente afilados perforan tu piel, pero no chupan tu sangre. Marca, solo queda una marca, dos agujeros, un mordisco y finalmente un chupetón, que la hace temblar.

— ¡Me perteneces Luana, no lo olvides ni por un segundo! _ éste te susurra al oído y besa el lóbulo de tu oreja.

Pero esta fue la peor de todas, la primera vez que se acercó a ella, mientras que las otras solo la miraba. Al salir de sus pensamientos, siente algo que le molesta en el cuello, un ligero dolor molesto. Se levanta, corre al baño frente al espejo. Asustaos, una marca, dos marcas, dos agujeros, un mordisco. Su piel pálida, donde Luna toca, perpleja. ¿Qué es esto? No tiene sentido. ¿Por qué ella es así? ¿Porque un sueño dejó marcas reales en tu cuerpo? No. No tiene ningún sentido.

Es raro, aterrador. Horripilante. ¡Miedo, tanto miedo! Eso es todo lo que puedes sentir, eso es todo lo que puedes pensar. En un baño caliente por la mañana, trata de relajarte, pero es imposible. El café solo puede provocarte náuseas. Sabía que se enfrentaría a un largo día, pero ¿cómo iba a ocultar la marca?

Rebuscando en su guardarropa, encontró algunos suéteres de cuello alto y suspiró aliviada de no haberse deshecho de ellos. Tomó un analgésico para aliviar el dolor y se puso a trabajar. Allí, de repente comenzó a sentir una sed insaciable. Bebió litros de agua de una sola vez, pero aun así continuó. Finalmente, después de beber tanta agua, la volcó toda de nuevo.

"Luna, ¿estás bien?" _ pregunta Dani preocupada y Luana se sienta en una silla en el pasillo, pálida.

“Lo soy”, responde ella, contradiciendo su cuerpo y ella misma.

- ¡Esto no es cierto! _ dice tu amiga con una leve irritación _ ¿Qué sientes? _ Se agacha frente al otro observándola.

"¡No lo sé, Daniela!" ¡Es todo tan confuso!

- ¡Él viene! _ dice Dani levantándose y jalando a Luana del brazo, llevándola a su propia habitación.

- ¿Qué estás haciendo? _ pregunta confundida.

¡Vamos, siéntate! Te examinaré. No te ves nada bien _ Luana sin protestar, se sienta y deja que Daniela la examine.

- ¿Que estas sintiendo?

— Debilidad, sed exagerada, pero bebo ríos de agua y no se me quita. Además de no haber podido comer nada hasta el momento.

'¿No has comido desde que te despertaste?' _ Lua solo asiente _ ¿Al menos intentaste alimentarte?

- Si yo creo. En el café, solo verlo me da náuseas… _ habla con sinceridad y su colega suspira.

— Será mejor que descanses, Luana. Acuéstate en la camilla y espérame, vuelvo en unos momentos _ dice Dani y sale de la habitación, minutos después regresa con una bandeja que contiene suero y agujas.

"¿Estás seguro de esto Dani?" Aparte de todo lo dicho, me siento bien, además tengo muchos pacientes que atender.

— Olvídate de los pacientes ahora ¿de acuerdo? No estás bien y necesitas descansar. Hablaré con nuestros colegas y compartiremos tu parte entre nosotros hasta que te mejores.

"Vas a estar muy abrumado, ¿no crees?" _ dice Lua mirando a Daniela, quien le pone el suero en el brazo.

"Podrías desmayarte en cualquier momento por no comer, así que necesitas atención, ¿no crees?" El vicio como médico lo sabe mejor que nadie. Sólo volverás a tus actividades cuando vea que realmente estás bien. ¿comprendido?

“Le ganaste a Daniela. Todo bien. ¡De verdad gracias! Ella sonríe débilmente.

— Siempre estaré aquí para ayudarte cuando lo necesites, Luna, ¿no para eso están los amigos? _ sonríe y se dirige hacia la puerta _ ¡Mejora mi flor! _ dice y le manda un beso al aire.

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