El Reflejo En El Espejo
¿Qué significa ser gemelas?
La respuesta científica diría un ovulo fertilizado que se divide en dos y por tanto siempre tienen el mismo sexo, aspecto idéntico y comparten ADN.
Pues déjenme decirle que esa es la respuesta fácil. Ser gemelos conlleva a mucho, pero mucho más y quien comparte un hermano que no es más que el reflejo perfecto de si, estará de acuerdo.
La relación de gemelos puede ofrecer apoyo mutuo, compañerismo y cariño, e incluso complicidad. Pero, y aquí viene el problemita, también acarrea contrariedades como todo vínculo humano.
Surge la necesidad de la búsqueda de la individualidad, cosa que pocos entienden, ¿Cómo explicar? Que el parecido fisco no es sinónimo en la personalidad, gustos y deseos.
Siempre en este juego de roles, un gemelo cuida más, o es más divertido que el otro, e incluso a veces uno es el que más sacrifica. ¡¡Vaya vinculo!!
¿O eso es lo que creía Aramis Collins, desde pequeña?
Ella era quien lidiaba con las locuras de Daira, la bella y alocada gemela que solo pensaba en divertirse, mientras ella limpiaba los desastres que su hermanita dejaba a su paso.
Sus diferencias eran claras, pero la gente solo admiraba lo idénticas que eran, al punto que era imposible diferenciarlas de no ser por la ropa que vestían.
Aramis practico defensa personal, Daira modelaje.
Aramis amaba el arte, Daira las leyes.
Aramis disfrutaba de pasar el día al aire libre, Daira adoraba recorrer tiendas de ropas.
Aramis era feliz con enteritos de Jean y zapatillas cómodas, Daira con vestiditos cortos y tacones
Lo que ambas tenían en común es que a pesar de todo, se amaban incondicionalmente y adoraban a Dalton su hermanito malcriado.
Pero este día en particular la copia perfecta la estaba pasando bastante mal.
¿Copia?
Pues para Aramis, su función en ese vínculo era sencillo, ella era la copia perfecta de Daira; y con el tiempo sintió que estaba bien con eso, excepto cuando tenía que arreglar los líos en los que se veía involucrada simplemente por no saber decir NO.
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-Usted entenderá señorita Collins que no permitiremos ese tipo de actitud violenta en tan prestigiosa institución.
Aramis observo los labios que se movían a pocos metros de ella, entrecerró los ojos tratando de distinguir que color era, ¿morado, o bordo?
- ¿Me oye? - reclamo la mujer cada vez más enojada-
La rubia suspiro y asintió
¿Cómo llegue a esta situación? A si, Daira- pensó cerrando sus ojos con fastidio.
Su mirada paseó por la gran oficina, mientras de fondo seguía oyendo la voz estridente dando clases de buenos modales.
Leyó los títulos colgados en la pared… esa mujer sí que estudiaba, había reconocimiento de congresos, posgrados en leyes e incluso una que otra maestría.
Volvió su vista al escritorio caoba, su atención se posó en el retrato de una perfecta familia de cuatro.
Una dulce niña de cabellos rubios casi blanquecinos, como la mujer que estaba frente a ella, de ojitos marrones como el café, reía, junto a esta un hombre elegante que la abrazaba, y el broche de oro, con una sonrisa altanera, rodeando con su brazo izquierdo a la mujer que la regañaba, el rubio infeliz a quien le mostro que le agua no se masca la mañana anterior
-Mierda, es familia- pensó\, estaba decidida a terminar con la vida de su gemela una vez que la tuviera enfrente.
El sonido de la puerta abriéndose, la distrajo de sus planes de un homicidio perfecto.
-Mamá, por favor, déjala- la risita arrogante casi burlona, sumada a esos ojos azules brillantes que la vieron de arriba abajo, solo le causo nauseas.
-Cariño, ¿Qué haces aquí? - la voz de la mujer se volvió melosas, se puso de pie y abrazo al más joven.
-Imbécil- Aramis puso sus ojos en blanco cuando él la observo\, aprovechando que su madre lo abrazaba y le guiño un ojo.
-Salí de clases antes, e Iván me aviso que llamaste a mi hermosa novia aquí. - el rubio sonrió al ver esos ojitos verdes abrirse como platos
-¡¡¿Tu novia?!!- hablaron al unísono ambas
Aramis pudo sentir la ira crecer en su cuerpo, y la imagen de la rubia presumida que se parecía tanto a ella apareció en su mente.
-Voy a matarte Daira Collins- exclamo mentalmente, apretaba sus dientes casi al punto de romperse.
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Meses antes.
La familia Collins y Anderson disfrutaba de esos almuerzos que terminaban siempre, muy, pero muy tarde.
Mientras los adultos charlaban a lo lejos, las gemelas discutían junto a la piscina.
-Vamos se buena, será solo un mes, di que si- insistió Daira, mientras deslizaba el protector solar por sus brazos
-No, es tan difícil de entender, estás loca, una cosa es una clase, pero un mes, definitivamente No- negó varias veces, desprendiendo la tira de su enterito de jean.
-Ara tu estas en el proceso de tesis, aun no has elegido el tema de tu exposición, eso te dará tiempo para pensar en un nuevo ambiente y yo…
-Podrás perseguir al profesor sexi, según tu- negó y resoplo agotada- no, es una locura, no me gusta el derecho, jamás seria abogada, que te hace pensar que estaría en esa facultad sin estresarme.
--Pero… intento replicar Daria, cuando un bella adolescente las interrumpió.
-¿De qué hablan? - Lía traía la bandeja de limonada acompañada de unos pequeños postres cuando vio a las gemelas cuchicheando
-Nada importante, ¿Qué hiciste hoy? - preguntó Aramis ayudando a su prima acomodarse junto.
Estaba feliz de que alguien le diera un respiro de esa conversación que parecía no acabar. Desde que Daira regreso de su receso, la torturaba día y noche con el bendito viaje y aquel profesor que según ella robo su corazón.
- Lemon pie\, - irrumpió la voz masculina de su primo- pero no se ilusionen\, lo hizo para el idiota de Valentín que nuevamente la planto\, - Aron se acercó goteando agua\, había salido de la piscina\, luego de darle un par de vueltas\, a lo lejos los radiantes ojos de Mila recorrieron.
-De seguro está ocupado estudiando- Lía mordió sus labios, ansiosas, sus pestañas largas se arremolinaban sobre ese profundo negro de sus ojos.
Aramis observo los ojitos ilusionados de su pequeña primita, no entendía como una persona podía depender emocionalmente de alguien, ella había tenido novios, pero ninguno logro movilizar sus sentimientos a ese nivel y en el fondo lo agradecía.
-Vamos, deja de ser tan tonta- Aron despeino a su hermana jugando y esta se sacó, armando un puchero gracioso.
-No seas cruel- regaño Mila sentándose junto a Daira.
Aramis no presto atención a la discusión llena de tensión sexual entre su primo y Mila simplemente poso sus ojos en Lía que no sabía qué hacer.
-Quiero probar- tomo uno de los postres y lo llevo a su boca- esto es delicioso Lía, cada vez lo haces mejor- Intento elevar el ánimo de su primita era evidente que el comentario del tosco de Aron la afecto.
-Lo crees, es el postre favorito de Valentín, me lo dijo la tía Lorna- hablo feliz y sus mejillas se pusieron rozagantes
-Ese tarado, no te merece- Daira elevo su cabello en una coleta y cerró los ojos dejando que el sol impacté en su rostro
Ara cerro los ojos y respiro hondo, ya estaba acostumbrada al poco tacto de su gemela, y luego de degustar el postre opto por levantarse y buscar a su hermano Dalton que se encontraba del otro lado de piscina hablando con el que sería el nuevo novio de Daira, o eso creía, ya no entendía nada, por un lado, hablaba de un profesor y por otro traía a una fiesta familiar a Erick su nueva adquisición.
Daira observo a su hermana marcharse y pensó en que más podía hacer para convencerla, todo estaba dispuesto para que sus planes fueran un éxito.
-¿Qué le pediste a Aramis? Aron pregunto curioso, realmente admiraba lo liberal que podía ser Daira y aunque parecía que este estaba en su mundo, logro escuchar algo de la conversación de ese par.
-Quiero que me reemplace un tiempito- mostro con sus deditos una pequeña distancia- en mis clases –
Lía estaba sumergida en las fotos, ese teléfono en ese momento le estaba mostrando la triste realidad
-No, seguro no es un tiempito- carcajeo Aron y Daira lo secundo para luego quedar sorprendida al ver como Lía se levantaba y casi corría en dirección a la casa
-¿Qué vamos hacer con esa niña?- suspiro
-Naranjita no entiende- negó molesto y sus ojos verdes siguieron a la brasilera que también se dirigía a la casa- enseguida vuelvo- sonrió coqueto
-Tu tampoco entiendes ¿no? - rio por lo alto
-Bueno solo sigo mis instintos, o lo que sea, acaso no sabes, eres mi modelo a seguir- sonrió viendo como su prima negaba y reía a la vez
-Ve, busca lo tuyo- hizo unos ademanes
-Tu sigue insistiendo, sabes que Aramis jamás te dirá que no.
Daira volteo a ver a su dulce hermana y elevo una de sus cejas, llena de seguridad, lo tenía claro, Aramis cedería, siempre lo hacía.
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La tarde llego, las gemelas se despidieron de la familia y subieron al coche que pertenecía a Aramis.
-¿Vas a ignorarme? Preguntó Daira viendo a través del cristal
-*¿No sé de qué hablas?,- Aramis no aparto la vista de la autopista
-Vamos, Ara, me has evitado todo el día, solo te pedí un favor- volteo a ver a su hermana, solo para asegurarse de ser escuchada.
-No entiendo Day, dices que estás enamorada de ese profesor, pero traes a Erick a la casa de los tíos, que intentas- volteo a ver a su hermana unos segundos antes de volver sus ojos a la carretera
-Erick, no es mi novio- carcajeo- solo vino para estar con Dalton- subió y bajo las cejas divertida
Aramis abrió su boquita en O sin poder creerlo- él es … o seas que...—
-Claro Dalton es su cruhs-rio- pensé que te disté cuenta, no lo dejó solo un segundo
-¿Dalton lo sabe?- preguntó divertida
-No, pero con lo egocéntrico que es nuestro hermanito de seguro se emociona con la idea, - sus manos tomaban mechones de su cabello color castaño
-Dios, te pasas Day.- carcajeó por lo alto.
-Creo que cambiaré el color de mi cabello, por algo mas llamativo- entrecerró los ojos pensando- rubio, si rubio será- sonrió Daira.
Aramis negó viendo el camino, no era nada nuevo que su hermanita cambiara de tema como si nada.
-Has lo que quieras, de seguro te verás bien- suspiro
-Por favor, di que si- Daira aprovecho al ver que su clon bajo las defensas
-No, - volteo e ver a su gemela aprovechando la luz roja, no necesitaba explicación, sabia a que se debía esa suplica- y es mi última palabra.
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Ahora caminaba muy, pero muy encabronada por los pasillos de la facultad de leyes, porque simplemente no puede decir No.
Tomo un mechón de su cabello rubio y apretó con fuerza, hasta eso tuvo que cambiar.
-Hey belleza detente- la voz masculina que provenía desde atrás solo hizo que caminara más rápido
-Daira Collins, será mejor que te detengas o tendré que hablar con la decana- ese sonido burlón mezclado con ese tono rasposo era insufrible.
Aramis cerro los ojos y apretó los puños- te odio, como te odio- susurro y detuvo sus pasos para girar sobre esos tacones que le hacían ver estrellitas. No comprendía como Daira caminaba con ellos
- ¿Qué quieres? - preguntó enojada\, cruzando los brazos sobre el pecho
-Huy- se detuvo divertido frente a ella y no pudo controlar sus ojos picaros, rápidamente recorrió esa belleza.
Aramis llevaba puesta una camisa azul con el detalle de un moñito en el cuello y una minifalda a negra ajustada a sus caderas contorneadas-
-Parece un angelito inocente y sin embargo es una fiera-pensó el rubio divertido
-Tranquila, no es manera de hablar a tu novio- mostro su mejor sonrisa ladeada e inclino un poco la cabeza.
-Mira, tu y yo no somos nada- aseguro, ¿y si se equivocaba?, Daira no le había hablado de ese rubio arrogante
-Bueno, eso es cierto. – sonrió llevando sus manos a los bolsillos
-Gracias a Dios- se dijo en sus adentros, no podía permitirse un error.
-Pero mi madre no lo sabe- agrego inocentemente con malicia
-¿Qué quieres? Repitió fastidiada.
-A ti- dio un paso y la tomo por la cintura- te quiero a ti Daira - la voz seductora y el perfume invadió los sentidos de la ahora rubia
-Sera mejor que te ubiques- apoyo sus manos en el pecho amplio y elevo un poco el rostro, para encontrarse con el perfecto ser humano frente a sus ojos
-Carajo tenia que ser tan guapo como idiota- pensó frustrada
El observo ese verde radiante con aquellas motitas color caramelo que parecían fundirse en esos iris temblorosos que lo veían.
Aramis negó y trato de alejar su pequeño cuerpito de ese sujeto, su metro sesenta y tres no era nada cerca aquel metro ochenta y seis.
-Sal conmigo, solo concédeme diez citas y ya- hablo presionando la pequeña cintura
-No- elevo una de sus cejas y se mostró firme
-Vamos, la primera cita no salió tan bien, pero si me dejas puedo mejorar- sonrió al sentir ese cuerpito pequeño pero voluptuoso entre sus manos.
-Primera cita, voy a matarte Daira- se protestó mentalmente
-No, y no voy a repetirlo más-- repitió enojada por no poder escapar de aquellas garras y sentir las miradas de los estudiantes que pasaban junto a ellos
Bien- la soltó- iré hablar con la decana y me retractare- quiso retroceder, pero la pequeña mano sujeto su brazo
-No, porque, tu... hablo nerviosa.
Si ese sujeto decía algo en contra de su hermana la posibilidad de graduarse con honores de esfumaría e incluso podría enfrentar una junta disciplinar.
-Diez citas y evitas que la decana solicite una junta disciplinar por aquel horrible golpe- relamió la marca en el labio inferior, cortesía de Aramis
-Tú te lo buscaste por atrevido- aun recordaba el intento del rubio de besarla delante de sus amigos, mejor dicho, de los amigos de su hermana.
-Está bien, lo merecía, pero que le vamos hacer- se encogió de hombros
-Eres un idiota- refunfuñó
-SI, y este idiota quiere salir con la chica más hermosa de la facultad de leyes o…
-¿Me amenazas?- preguntó furiosa
-Bueno esta en tus manos – elevo sus manos con una falsa inocencia
-Cinco- renegocio
-Diez- insistió el rubio, no se daría por vencido, esa rubia había sido su objetivo desde que la vio por primera vez hace dos años cuando fue transferido.
-Seis- no se entregaría tan fácil, era una Collins
-Diez- sonrió al ver como la belleza respiraba con dificultad frente a él, producto del enojo
-No serán diez- la rubia se cruzó de brazos- Ve, anda, corre con tu mami- dejo salir segura, pero muriendo de miedo por arriesgar el futuro de su hermana
-Bien, ocho y es mi última oferta- extendió su mano, sabia reconocer un buen oponente. Lo cierto es que no iría con su madre, al fin y al cabo, solo quería a esa rubia sexi para él.
Aramis abrió y cerró su boquita- bien serán ocho- apretó la mano frente a ella
-Genial- sonrió ganador, llevando su cabello hacia atrás
Ahora ¿Cómo averiguo su nombre?, piensa, piensa-se dijo para si Aramis
-Bien empecemos de cero, zopenco- dijo cuándo la lamparita se encendió en su cerebrito- Daira Collins- se presentó y nuevamente extendió su mano
-Alexander Volkov y no soy un zopenco- elevo una de sus cejas, tomo la pequeña mano y la beso sin apartar sus ojos azules de aquel bello rostro
Aramis contuvo el aire al sentir esos labios tibios sobre su piel y rápidamente alejo su mano
-Bien, iré a clase- giro sobre sus tacones, para salir huyendo
-No vemos el sábado preciosa- grito entusiasmado
La rubia no volteo, solo elevo su mano para que supiera que lo escucho.
-Lo juro, voy a matarte Daira, lo juro - murmuro saliendo del lugar.
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Hola corazones, aquí feliz como una lombriz😂😂😂😂, con mi nueva historia.
Como se darán cuenta esta historia va en paralelo a la historia de los hermanos Anderson, por lo que en algunos cap. reconocerán algo de Maldito Valentín.
Ojala les gustes.
Abrazotes
Gaby
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Comments
Karen Cardenas
jajaja Gaby las leí todas al revés 🙃🤣🤣 vamos a empezar la de las gemelas 👏👏👏
2024-07-10
1
Ursula
Vamos con la historia de las gemelas/Sly/
2024-06-22
1
💕💕Diana 💞💕
me encanta
2024-03-12
1