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El Reflejo En El Espejo

Voy a matarte

¿Qué significa ser gemelas?

La respuesta científica diría un ovulo fertilizado que se divide en dos y por tanto siempre tienen el mismo sexo, aspecto idéntico y comparten ADN.

Pues déjenme decirle que esa es la respuesta fácil. Ser gemelos conlleva a mucho, pero mucho más y quien comparte un hermano que no es más que el reflejo perfecto de si, estará de acuerdo.

La relación de gemelos puede ofrecer apoyo mutuo, compañerismo y cariño, e incluso complicidad. Pero, y aquí viene el problemita, también acarrea contrariedades como todo vínculo humano.

Surge la necesidad de la búsqueda de la individualidad, cosa que pocos entienden, ¿Cómo explicar? Que el parecido fisco no es sinónimo en la personalidad, gustos y deseos.

Siempre en este juego de roles, un gemelo cuida más, o es más divertido que el otro, e incluso a veces uno es el que más sacrifica. ¡¡Vaya vinculo!!

¿O eso es lo que creía Aramis Collins, desde pequeña?

Ella era quien lidiaba con las locuras de Daira, la bella y alocada  gemela que solo pensaba en divertirse, mientras ella limpiaba los desastres que su hermanita dejaba a su paso.

Sus diferencias eran claras, pero la gente solo admiraba lo idénticas que eran, al punto que era imposible diferenciarlas de no ser por la ropa que vestían.

Aramis practico defensa personal, Daira modelaje.

Aramis amaba el arte, Daira las leyes.

Aramis disfrutaba de pasar el día al aire libre, Daira adoraba recorrer tiendas de ropas.

Aramis era feliz con enteritos de Jean y zapatillas cómodas, Daira con vestiditos cortos y tacones

Lo que ambas tenían en común es que a pesar de todo, se amaban incondicionalmente y adoraban a Dalton su hermanito malcriado.

Pero este día en particular la copia perfecta la estaba pasando bastante mal.

¿Copia?

Pues para Aramis, su función en ese vínculo era sencillo, ella era la copia perfecta de Daira; y con el tiempo sintió que estaba bien con eso, excepto cuando tenía que arreglar los líos en los que se veía involucrada simplemente por no saber decir NO.

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-Usted entenderá señorita Collins que no permitiremos ese tipo de actitud violenta en tan prestigiosa institución.

Aramis observo los labios que se movían a pocos metros de ella, entrecerró los ojos tratando de distinguir que color era, ¿morado, o bordo?

- ¿Me oye? - reclamo la mujer cada vez más enojada-

La rubia suspiro y asintió

¿Cómo llegue a esta situación? A si, Daira- pensó cerrando sus ojos con fastidio.

Su mirada paseó por la gran oficina, mientras de fondo seguía oyendo la voz estridente dando clases de buenos modales.

Leyó los títulos colgados en la pared… esa mujer sí que estudiaba, había reconocimiento de congresos, posgrados en leyes e incluso una que otra maestría.

Volvió su vista al escritorio caoba, su atención se posó en el retrato de una perfecta familia de cuatro.

Una dulce niña de cabellos rubios casi blanquecinos, como la mujer que estaba frente a ella, de ojitos marrones como el café, reía, junto a esta un hombre elegante que la abrazaba, y el broche de oro,  con una sonrisa altanera, rodeando con su brazo izquierdo a la mujer que la regañaba, el rubio infeliz a quien le mostro que le agua no se masca la mañana anterior

-Mierda, es familia- pensó\, estaba decidida a terminar con la vida de su gemela una vez que la tuviera enfrente.

El sonido de la puerta abriéndose, la distrajo de sus planes de un homicidio perfecto.

-Mamá, por favor, déjala- la risita arrogante casi burlona, sumada a esos ojos azules brillantes que la vieron de arriba abajo, solo le causo nauseas.

-Cariño, ¿Qué haces aquí? - la voz de la mujer se volvió melosas, se puso de pie y abrazo al más joven.

-Imbécil- Aramis puso sus ojos en blanco cuando él la observo\, aprovechando que su madre lo abrazaba y le guiño un ojo.

-Salí de clases antes, e Iván me aviso que llamaste a mi hermosa novia aquí. - el rubio sonrió al ver esos ojitos verdes abrirse como platos

-¡¡¿Tu novia?!!- hablaron al unísono ambas

Aramis pudo sentir la ira crecer en su cuerpo, y la imagen de la rubia presumida que se parecía tanto a ella apareció en su mente.

-Voy a matarte Daira Collins- exclamo mentalmente, apretaba sus dientes casi al punto de romperse.

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Meses antes.

La familia Collins y Anderson disfrutaba de esos almuerzos que terminaban siempre, muy, pero muy tarde.

Mientras los adultos charlaban a lo lejos, las gemelas discutían junto a la piscina.

-Vamos se buena, será solo un mes, di que si- insistió Daira, mientras deslizaba el protector solar por sus brazos

-No, es tan difícil de entender, estás loca, una cosa es una clase, pero un mes, definitivamente No- negó varias veces, desprendiendo la tira de su enterito de jean.

-Ara tu estas en el proceso de tesis, aun no has elegido el tema de tu exposición, eso te dará tiempo para pensar en un nuevo ambiente y yo…

-Podrás perseguir al profesor sexi, según tu- negó y resoplo agotada- no, es una locura, no me gusta el derecho, jamás seria abogada, que te hace pensar que estaría en esa facultad sin estresarme.

--Pero… intento replicar Daria, cuando un bella adolescente las interrumpió.

-¿De qué hablan? -  Lía traía la bandeja de limonada acompañada de unos pequeños postres cuando vio a las gemelas cuchicheando

-Nada importante, ¿Qué hiciste hoy? - preguntó Aramis ayudando a su prima acomodarse junto.

Estaba feliz de que alguien le diera un respiro de esa conversación que parecía no acabar. Desde que Daira regreso de su receso, la torturaba día y noche con el bendito viaje y aquel profesor que según ella robo su corazón.

- Lemon pie\, - irrumpió la voz masculina de su primo- pero no se ilusionen\, lo hizo para el idiota de Valentín que nuevamente la planto\, - Aron se acercó goteando agua\, había salido de la piscina\, luego de darle un par de vueltas\, a lo lejos los radiantes ojos de Mila recorrieron.

-De seguro está ocupado estudiando- Lía mordió sus labios, ansiosas, sus pestañas largas se arremolinaban sobre ese profundo negro de sus ojos.

Aramis observo los ojitos ilusionados de su pequeña primita, no entendía como una persona podía depender emocionalmente de alguien, ella había tenido novios, pero ninguno logro movilizar sus sentimientos a ese nivel y en el fondo lo agradecía.

-Vamos, deja de ser tan tonta- Aron despeino a su hermana jugando y esta se sacó, armando un puchero gracioso.

-No seas cruel- regaño Mila sentándose junto a Daira.

Aramis no presto atención a la discusión llena de tensión sexual entre su primo y Mila simplemente poso sus ojos en Lía que no sabía qué hacer.

-Quiero probar- tomo uno de los postres y lo llevo a su boca- esto es delicioso Lía, cada vez lo haces mejor- Intento elevar el ánimo de su primita era evidente que el comentario del tosco de Aron la afecto.

-Lo crees, es el postre favorito de Valentín, me lo dijo la tía Lorna- hablo feliz y sus mejillas se pusieron rozagantes

-Ese tarado, no te merece- Daira elevo su cabello en una coleta y cerró los ojos dejando que el sol impacté en su rostro

Ara cerro los ojos y respiro hondo, ya estaba acostumbrada al poco tacto de su gemela, y luego de degustar el postre opto por levantarse y buscar a su hermano Dalton que se encontraba del otro lado de piscina hablando con el que sería el nuevo novio de Daira, o eso creía, ya no entendía nada, por un lado, hablaba de un profesor y por otro traía a una fiesta familiar a Erick su nueva adquisición.

Daira observo a su hermana marcharse y pensó  en que más podía hacer para convencerla, todo estaba dispuesto para que sus planes fueran un éxito.

-¿Qué le pediste a Aramis? Aron pregunto curioso, realmente admiraba lo liberal que podía ser Daira y aunque parecía que este estaba en su mundo, logro escuchar algo de la conversación de ese par.

-Quiero que me reemplace un tiempito- mostro con sus deditos una pequeña distancia- en mis clases –

Lía estaba sumergida en las fotos, ese teléfono en ese momento le estaba mostrando la triste realidad

-No, seguro no es un tiempito- carcajeo Aron y Daira lo secundo para luego quedar sorprendida al ver como Lía se levantaba y casi corría en dirección a la casa

-¿Qué vamos hacer con esa niña?- suspiro

-Naranjita no entiende- negó molesto y sus ojos verdes siguieron a la brasilera que también se dirigía a la casa- enseguida vuelvo- sonrió coqueto

-Tu tampoco entiendes ¿no? - rio por lo alto

-Bueno solo sigo mis instintos, o lo que sea, acaso no sabes, eres mi modelo a seguir- sonrió viendo como su prima negaba y reía a la vez

-Ve, busca lo tuyo- hizo unos ademanes

-Tu sigue insistiendo, sabes que Aramis jamás te dirá que no.

Daira volteo a ver a su dulce hermana y elevo una de sus cejas, llena de seguridad, lo tenía claro, Aramis cedería, siempre lo hacía.

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La tarde llego, las gemelas se despidieron de la familia y subieron al coche que pertenecía a Aramis.

-¿Vas a ignorarme? Preguntó Daira viendo a través del cristal

-*¿No sé de qué hablas?,- Aramis no aparto la vista de la autopista

-Vamos, Ara, me has evitado todo el día, solo te pedí un favor- volteo a ver a su hermana, solo para asegurarse de ser escuchada.

-No entiendo Day, dices que estás enamorada de ese profesor, pero traes a Erick a la casa de los tíos, que intentas- volteo a ver a su hermana unos segundos antes de volver sus ojos a la carretera

-Erick, no es mi novio- carcajeo- solo vino para estar con Dalton- subió y bajo las cejas divertida

Aramis abrió su boquita en O sin poder creerlo- él es … o seas que...—

-Claro Dalton es su cruhs-rio- pensé que te disté cuenta, no lo dejó solo un segundo

-¿Dalton lo sabe?- preguntó divertida

-No, pero con lo egocéntrico que es nuestro hermanito de seguro se emociona con la idea, - sus manos tomaban mechones de su cabello color castaño

-Dios, te pasas Day.- carcajeó por lo alto.

-Creo que cambiaré el color de mi cabello, por algo mas llamativo- entrecerró los ojos pensando- rubio, si rubio será- sonrió Daira.

Aramis negó viendo el camino, no era nada nuevo que su hermanita cambiara de tema como si nada.

-Has lo que quieras, de seguro te verás bien- suspiro

-Por favor, di que si- Daira aprovecho al ver que su clon bajo las defensas

-No, - volteo e ver a su gemela aprovechando la luz roja, no necesitaba explicación, sabia a que se debía esa suplica- y es mi última palabra.

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Ahora caminaba muy, pero muy encabronada por los pasillos de la facultad de leyes, porque simplemente no puede decir No.

Tomo un mechón de su cabello rubio y apretó con fuerza, hasta eso tuvo que cambiar.

-Hey belleza detente- la voz masculina que provenía desde atrás solo hizo que caminara más rápido

-Daira Collins, será mejor que te detengas o tendré que hablar con la decana- ese sonido burlón mezclado con ese tono rasposo era insufrible.

Aramis cerro los ojos y apretó los puños- te odio, como te odio- susurro y detuvo sus pasos para girar sobre esos tacones que le hacían ver estrellitas. No comprendía como Daira caminaba con ellos

- ¿Qué quieres? - preguntó enojada\, cruzando los brazos sobre el pecho

-Huy- se detuvo divertido frente a ella y no pudo controlar sus ojos picaros, rápidamente recorrió esa belleza.

Aramis llevaba puesta una camisa azul con el detalle de un moñito en el cuello y una minifalda a negra ajustada a sus caderas contorneadas-

-Parece un angelito inocente y sin embargo es una fiera-pensó el rubio divertido

-Tranquila, no es manera de hablar a tu novio- mostro su mejor sonrisa ladeada e inclino un poco la cabeza.

-Mira, tu y yo no somos nada- aseguro, ¿y si se equivocaba?, Daira no le había hablado de ese rubio arrogante

-Bueno, eso es cierto. – sonrió llevando sus manos a los bolsillos

-Gracias a Dios- se dijo en sus adentros, no podía permitirse un error.

-Pero mi madre no lo sabe- agrego inocentemente con malicia

-¿Qué quieres? Repitió fastidiada.

-A ti- dio un paso y la tomo por la cintura- te quiero a ti Daira - la voz seductora y el perfume invadió los sentidos de la ahora rubia

-Sera mejor que te ubiques- apoyo sus manos en el pecho amplio y elevo un poco el rostro, para encontrarse con el perfecto ser humano frente a sus ojos

-Carajo tenia que ser tan guapo como idiota- pensó frustrada

El observo ese verde radiante con aquellas motitas color caramelo que parecían fundirse en esos iris temblorosos que lo veían.

Aramis negó y trato de alejar su pequeño cuerpito de ese sujeto, su metro sesenta y tres no era nada cerca aquel metro ochenta y seis.

-Sal conmigo, solo concédeme diez citas y ya- hablo presionando la pequeña cintura

-No- elevo una de sus cejas y se mostró firme

-Vamos, la primera cita no salió tan bien, pero si me dejas puedo mejorar- sonrió al sentir ese cuerpito pequeño pero voluptuoso entre sus manos.

-Primera cita, voy a matarte Daira- se protestó mentalmente

-No, y no voy a repetirlo más-- repitió enojada por no poder escapar de aquellas garras y sentir las miradas de los estudiantes que pasaban junto a ellos

Bien- la soltó- iré hablar con la decana y me retractare- quiso retroceder, pero la pequeña mano sujeto su brazo

-No, porque, tu... hablo nerviosa.

Si ese sujeto decía algo en contra de su hermana la posibilidad de graduarse con honores de esfumaría e incluso podría enfrentar una junta disciplinar.

-Diez citas y evitas que la decana solicite una junta disciplinar por aquel horrible golpe- relamió la marca en el labio inferior, cortesía de Aramis

-Tú te lo buscaste por atrevido- aun recordaba el intento del rubio de besarla delante de sus amigos, mejor dicho, de los amigos de su hermana.

-Está bien, lo merecía, pero que le vamos hacer- se encogió de hombros

-Eres un idiota- refunfuñó

-SI, y este idiota quiere salir con la chica más hermosa de la facultad de leyes o…

-¿Me amenazas?- preguntó furiosa

-Bueno esta en tus manos – elevo sus manos con una falsa inocencia

-Cinco- renegocio

-Diez- insistió el rubio, no se daría por vencido, esa rubia había sido su objetivo desde que la vio por primera vez hace dos años cuando fue transferido.

-Seis- no se entregaría tan fácil, era una Collins

-Diez- sonrió al ver como la belleza respiraba con dificultad frente a él, producto del enojo

-No serán diez- la rubia se cruzó de brazos- Ve, anda, corre con tu mami- dejo salir segura, pero muriendo de miedo por arriesgar el futuro de su hermana

-Bien, ocho y es mi última oferta- extendió su mano, sabia reconocer un buen oponente. Lo cierto es que no iría con su madre, al fin y al cabo, solo quería a esa rubia sexi para él.

Aramis abrió y cerró su boquita- bien serán ocho- apretó la mano frente a ella

-Genial- sonrió ganador, llevando su cabello hacia atrás

Ahora ¿Cómo averiguo su nombre?, piensa, piensa-se dijo para si Aramis

-Bien empecemos de cero, zopenco- dijo cuándo la lamparita se encendió en su cerebrito- Daira Collins- se presentó y nuevamente extendió su mano

-Alexander Volkov y no soy un zopenco-  elevo una de sus cejas, tomo la pequeña mano y la beso sin apartar sus ojos azules de aquel bello rostro

Aramis contuvo el aire al sentir esos labios tibios sobre su piel y rápidamente alejo su mano

-Bien, iré a clase- giro sobre sus tacones, para salir huyendo

-No vemos el sábado preciosa- grito entusiasmado

La rubia no volteo, solo elevo su mano para que supiera que lo escucho.

-Lo juro, voy a matarte Daira, lo juro - murmuro saliendo del lugar.

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Hola corazones, aquí feliz  como una lombriz😂😂😂😂,  con mi nueva historia.

Como se darán cuenta esta historia va en paralelo a la historia de los hermanos Anderson, por lo que en algunos cap. reconocerán algo de Maldito Valentín.

Ojala les gustes.

Abrazotes

Gaby

Como que me llamo Daira Collins

La puerta del departamento se abrió con tanta fuerza que fue dar contra la pared, una fiera la atravesó y los tacones volaron por los aires.

Aramis estaba frustrada y furiosa y eso no era nada bueno para la humanidad, por lo que decidió saltearse la última clase y regresar al apartamento que sería su hogar durante un mes.

Camino por el pasillo que la llevo a la sala, mando a volar la mochila con brillitos, esa que detesto con cada fibra de su ser cuando su hermana de la entrego aquel día, y se arrojó en el sofá Pink con cojines de peluche.

-¿Por qué lo hago? Susurro cubriendo con ambas manos su rostro.

Todos los recuerdos se agolparon en su mente, y los repaso uno a uno, la respuesta era simple, no podía negarse a Daira.

Una semana antes

-¡¡Ara, llegaste!!- chillo Daira y abrazo con fuerza a su gemela- Dios – la vio de arriba abajo- ¿Qué traes puesto?

-No jodas Day o juro que tomo el próximo vuelo y vuelvo a los Ángeles. - amenazo adentrándose al departamento- No lo puedo creer, pensé que esto no podría ser más rosa, pero sí que me sorprendes. - Agrego con burla

-No es todo rosa- se defendió Daria- y si amo los colores pasteles-  respondió, como si supiera lo que su hermanita iba a decir mientras caminaba a la cocina- ven aquí, prepare algo para comer

- ¿Preparaste? - Sonrió incrédula y la siguió

- Eres molesta, ¿lo sabias? - volteo a ver a su hermana que venía detrás riendo- ok no prepare, pero la comida que pedí es al mejor- señalo orgullosa la isla de la cocina.

- ¡¡Hamburguesas!!- grito Aramis sintiendo como sus papilas gustativas se emocionaban cuando sus ojitos se posaron en semejante manjar

- -Sí y con mil calorías- agrego Daira, pero quien corrió a la mesada poco le importaba el comentario.

Las gemelas heredaron una buena genética, pero Daira era quien cuidaba más de su aspecto y salud.

Ara se sentó en la banqueta alta y tomando la hamburguesa le dio un gran mordisco a la hamburguesa sintiendo el aceite correr por sus labios, rápidamente la lengua recorrió sus labios limpiándose los restos.

Daira negó riendo- ¿Qué le dijiste a papá y mamá?

-Que necesitaba un nuevo ambiente para inspirarme- cerro los ojos disfrutando cada bocado

-Se lo creyeron- la sonrisa maliciosa de la rubia afloro, ubicándose cerca de su hermana.

-No me gusta mentirles Day, ellos no lo merecen tu…

-Ya, ya, solo piensa que es por una buena causa- interrumpió desinteresadamente.

Aramis bajo la hamburguesa sobre el plato -¿buena causa?, no me jodas- rio, al ver la cara de piedra de su hermana

-Lo amo Ara, tu…

-Te conozco, él te ignora y como no soportas que un chico se te resista ahora dices estar enamorada, te mientas, ni me mientas- Tomo de la mesa la lata de gaseosa y el sonidito del gas escapando fue música para sus oídos. Dio un largo trago y dejo escapar un- Aaaaa- disfrutando el sabor dulce y gaseoso. - ¿Cómo era que se llamaba tu amorcito? Fijo sus ojitos en la mujer frente a ella.

-Gabriel – suspiro como tonta al nombrarlo.

Aramis cerro los ojos unos segundos y negó- ¿Cómo es?

Daira mostro una amplia sonrisa y se acomodó en la banqueta como si estuviera esperando esa pregunto por siglos.

-Gaby es dulce, inteligente, tranquilo, parece una persona seria, pero es divertido al menos a mí me lo parece- mordió su labio inferior- si lo vieras

-Ahí está, no creo que solo ames su personalidad- sonrió reconociendo que su hermana no solo se enamoraría de un hombre dulce, de seguro era un Dios griego como esa rubia solía llamar a sus adonis.

-  Bueno tú me conoces hermanita, - subió y bajo las cejas sugestivamente- mi hermoso Gabriel tiene sangre latina, su madre es argentina y su padre brasilero; Gabriel da Silva- dijo con un tono sensual

Aramis rio – si tiene solo un diez por ciento del carácter del tío Edu, estas jodida- carcajeo- como diría él de seguro es un atorrante- carcajeo.

-El hermoso profesor de derecho penal, debes verlo, cuando entra al aula en traje y esa aura altanera, su cabello castaño, ondulado, ni muy largo, ni muy corto- suspiro dando un mordisco a la zanahoria que tomo de la fuente que descansaba sobre la isla

- Estas perdida hermanita- rio Aramis\, sin comprender como una mujer podía perderse así por un hombre

- No te das una idea\, es hermoso\, es alto\, bueno tu sabes a lado nuestros es alto- rio y Ara la secundo- tiene un cuerpo de infarto- Aramis elevo una ceja- párale ahí- Pero Day continuo antes del regaño de su hermana

-No es que lo haya visto, pero se nota debajo de la ropa y vieras esos ojitos color miel como resaltan en esa piel bronceada, es todo…

-UN DIOS GRIEGO- dijeron al unísono, para luego echarse a reír.

-Sí, y lo quiero para mí, por eso necesito viajar- vio a su hermana- solo tú puedes ayudarme.

-Daira sabes que, si nos descubren, estaremos en problemas y tu más que yo- declaró con preocupación-

-Lo sé- extendió su mano para tomar la de su hermana- pero eso no va a pasar, mamá y papá están arreglando todo para recibir a la sobrina de Pierre y Dalton también los tiene ocupado.

-No lo sé Day- dijo dudosa

-Ya estás aquí Ara no puedes arrepentirte, solo será un mes, es lo que me llevara conquistarlo, sé que, si me ve participando del congreso se dará cuenta que no soy una nena mimada y caprichosa

- Pero lo eres- carcajeo tomado nuevamente la hamburguesa del plato

-Hey- golpeo la mano de su hermana- lo soy, pero no con él- hablo coqueta- es importante, no te pediría esto si no lo fuera, volveré antes de que alguien se dé cuenta

-Day tienes los finales- insistió con la esperanza de hacerla desistir-¿y si esperas a que él vuelva?.

-No, eso sí que no- negó segura- ira la profesora Lieberman y esa lo quiere para ella.

-Creí que admirabas a esa mujer-la observo fijamente sin entender

-Eso fue antes de verla de resbalosa con mi Gaby. - formo un gracioso puchero

-¿Tu Gaby?- pregunto juguetona

-SI mi Gaby,- afirmo asintiendo- no puedo dejarlo desprotegido a la mano de esa  lagartona-

Aramis se atoro con la hamburguesa y Daira comenzó a reír

- Tu sí que has pasado tiempo con el tío Lolo

-Si, lo amo, esos días que vino a Nueva York la pasamos genial- elevo sus manos alegres- es todo un sol.

-Lo que más me duele es que no estaremos en el cumpleaños de los melli- Ara se apachurro en su silla con un sesgo de tristeza.

-Ara será el primer cumpleaños al que faltemos- hablo relajada

-Cumplen dieciocho Day eso no sucede dos veces- mostro sus deditos enojada- se sentirán mal.

-Primero, nadie cumple dos veces la misma edad, y segundo Aron lo entiende – sonrió picara

-No me digas... -los ojos verdes de Ara se abrieron de par en par

-Si lo sabe, y es bueno, si necesitas algo él estará al pendiente y nuestra dulce Lía está muy concentrada en perseguir al idiota de Valentín, por lo que su energía está puesta en verse bella en su cumpleaños- resoplo molesta- ese imbécil no la mereces

-No entiendo como ustedes son capaz de arriesgar tanto por un tipo- negó incrédula

-Eso es porque tú nunca te has enamorado, pero ya te veré babeando por chico- Daira movió sus hombros juguetona y lanzo un besito en dirección a quien la veía con cara de pocos amigos

-Nunca, jamás dejare de usar mi cerebro por un orangután- bebió de su gaseosa- ahora responde ¿Cómo harás con los finales? - volvió a repartir, trayéndola a la conversación nuevamente.

- Tranquila\, ahora los parciales terminaron\, las clases son de repaso y los finales serán en cuatro meses\, lo que me da tiempo suficiente\, para volver y estudiar\, pero como sé que te preocuparás igual\, llevo mis apuntes.

-¿Tu Gaby sabe que los sigue?- preguntó dando el ultimo bocado para luego chuparse los deditos

-No, claro que no, lo voy a sorprender- estiro el cuello altanero, muy orgullosa de su idea

-¿A caso no es uno de tus profesores?, sabrá que tu…

-No- interrumpió la verborragia de su hermana- él es profesor en tercer año- aclaro relajada

-Daira eres idiota- golpeo el brazo de la rubia que frunció el ceño y se restregó el lugar maltratado- es profesor de la universidad sabe las fechas y sobre todo, ¿crees que no preguntara porque estas allí?- a veces se preguntaba si realmente compartían la misma genética.

-Soy una de las mejores estudiantes, le diré que tengo permiso, algo se me va a ocurrir, además estará muy ocupado en Londres, es uno de los organizadores, lo último que analizará es que hago allí- hablo tranquila como si todo estuviera mas que organizado cuando en realidad viajaba a probar suerte o mejor dicho sus encantos.

Se puso de pie para rebuscar en el refrigerador.

-No sé, algo puede salir mal- Aramis vio sus manos y jugo con sus dedos, era un gesto muy común en ella cuando estaba nerviosa.

-Nada va a salir mal- el sonido de algo cayendo sobre la mesada llamo la atención Ara

-Chocolate- relamió sus labios al ver el enorme pote de helado sobre la mesa

-Claro, lo mejor para mi hermanita- sonrió presuntuosa

-Eres muy manipuladora ¿te lo dijeron? - extendió sus manos para tomar el pote

-Hey- rezongó la rubia al ver como su clon se echaba a correr a la sala con el helado- también quiero

-No, es todo mío, soy quien se expondrá, es lo menos que puedes hacer- apoyo su pequeño trasero en el sofá y busco el control para encender la música-

Daira se recostó en el umbral de la puerta y la observo fijamente- -No, hay algo más que puedo y voy hacer- en sus labios rojos apareció una sonrisa maliciosa

Aramis detuvo la cuchara de helado en su boca y volteó a ver a su hermana -¿  A qué te refieres?

-Un cambio de imagen hermanita, porque antes de irme serás una versión mejorada de mí y eso te los juro como me llamo Daira Collins.

-Maldición- murmuro Ara insertado con violencia la cuchara de helado; su vida recién comenzaba a complicarse.

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Hola corazones, les cuento que estoy de viaje, me invitaron a una mini vacaciones sorpresivas y no me pude negar, 😂😂😂, por eso la tardanza. Pero aquí estoy.

Se que debo mini maratón y va a llegar.

Gracias por sus comentarios me encantaron como siempre, ya contestare a cada uno.

Abrazotes

Gaby

Damita

La rubia negó frustrada y encendió la música a todo volumen, la voz de Sia retumbaba en el lugar, se levantó del sofá y fue deshaciéndose de la ropa hasta quedar desnuda.

Una risilla se escapó de sus labios al ver el desastre a su alrededor, solo de imaginarse la furia de Daira al ver su adorable departamento sucio hasta el hartazgo, hacía que su enojo mermara.

Luego de media hora de un relajante baño, una triste cena de vegetales y unos cuantos programas en televisión para calmarse, decidió que era hora de hablar con Daira.

Marco el número de su hermana sin importarle la diferencia horaria, cinco horas para ser específicos entre Nueva york y Londres

📱-Hola- la vocecita de Daira lo dijo todo, no solo estaba dormida, sino triste.

-Aun no te hablo- mordió de mala gana una zanahoria, esa que fue a buscar desesperada del refrigerador, no tenía duda alguna, esa no era vida para ella, las verduras y frutas no saciaban su hambre y lo peor era que debía acostumbrarse a comer lo que su hermana, para que no se dieran cuenta de las diferencias si tenía que salir.

-Peor, ha estado tan ocupado y cuando logro un mínimo contacto solo dice, señorita Collins, saluda y se va, como si no supiera que soy su futura esposa- Daira volteo en la cama para ver el techo, eran las 4 de la madrugada en Londres

-Te quedan solo tres semana- arrojo a un lado la zanahoria y abrió el refrigerador para armar un sabroso sándwich.

A la mierda diré que cambie la dieta- pensó al untar mantequilla en el pan.

-Ya se- resopló-¿pero que quieres que le haga? Es como si fuera un florero al que ignora por completo. - bufo y su mano masajeo la frente, por primera vez tenía que esforzarse para lograr la atención de un hombre.

La carcajada de Aramis atravesó la línea

-No te rías… grito… pero hoy se termina- aseguro viendo el reloj solo le quedaban dos horas de sueño

-No voy a preguntar- Si algo aprendió con su hermana, es que a veces era mejor no saber, por si la citaban a un interrogatorio, así no tendría que mentir.

-¿Cómo va todo por allí?- bostezo y parpadeo varias veces para mantenerse despierta.

Esa pregunta encendió la llama de ira que parecía estar extinta

– Voy a matarte Daira- rugió como leona.

-¿Hey que hice?- pregunto inocente, incorporándose en la cama y dejando caer su espalda en el respaldo.

-¿Dime quien carajos es Alexander Volkov?-  tomo el plato con los restos de comida y camino al cuarto

-No me digas- La rubia abrió sus ojos como platos y sintió el aire escapar de su cuerpo al instante-

-Habla- exigió Aramis ingresando al cuarto

-Hermanita- hablo dulce.

-Hermanita una mierda, habla- Esta vez no iba a dejar que esa descarada le mintiera, juntaría todo y volvería a los Ángeles.

-Es el hijo de la decana- hablo bajito, como si quisiera que las palabras no fueran tan impactantes.

Ara blanqueo los ojos, conocía a la perfección esa vocecita- No me digas, ya lo sé tarada estuve con ella- hablo ofuscada.

-Oh mierda, ¿Qué hiciste? - preguntó alterada, el sueño desapareció al instante

-¡¡Yo!!- grito indignada sentándose en la cama

- Si tu-afirmo Daira frunciendo el ceño.

-El imbécil intentó besarme- escucho una risita burlona - no te rías- grito irritada

- Salí de clases con Rubí y de pronto sentí un enorme brazo rodear mis hombros\, cuando giré\, solo un poquito\, me encontré con esos enormes ojos azules y lo labios a pocos centímetros de los míos\, el muy imbécil iba a besarme\, entonces lo hice.

-Dime que no lo golpeaste- rogo la rubia cerrando sus ojos, como si de esa manera evitara oír lo inevitable.

-Bueno él se lo busco- se acostó y cruzo las piernas abandonado antes sobre la mesa de noche, lo que quedaba el sándwich.

-No, por favor no- rogo Daría, clavando sus uñas en el cojín

-Lo golpee con mi lindo puño- observo su manito cerrada en el aire

-Aramis voy a matarte, cómo pudiste, se supone que tu, eres yo y jamás, óyeme bien, jamás levantaría el puño a menos que fuera muy necesario, soy una dama. Grito, loca del odio

Aramis soltó una carcajada, ya se sentía mejor- Déjame decirte que fuiste una dama muy regañada el día de hoy

-¿Qué?- se puso de pie y camino por el cuarto a oscuras

-No te quejes, fue tu culpa por no decirme- esta vez era ella quien se encontraba relajada.

-Fue solo una cita, muy pero muy mala, puedes creer que él…

-No me interesa, no quiero saber que hiciste con ese imbécil- interrumpió, mirando las uñas en su mano libre

-No hice nada, y es por eso que no deja de acosarme, pero se me olvido ese detallito- se encogió de hombros- tch, mierda- susurro al dar el dedito chico del pie con la pata de la cama

-¿Que te paso? Pregunto al oír a la queja, pero luego recordó que debía mostrarse molesta- no importa y eso no es un detallito Day, es el hijo de la decana- le recordó

-Es muy guapo- hablo melosa mientras sobaba su dedito

-No me importa- frunció el ceño incomoda- ahora debo salir con él para evitar que tu enfrentes una junta disciplinar

-El muy imbécil lo logro- refunfuño la rubia sentándose al borde de la cama

-¿Que quieres decir?- interrogo curiosa girando en la cama para quedar pancita abajo con sus piernas subiendo y bajando

-Le fastidia que no haya caído en sus garras como todas. La única vez que salimos lo hice para que deje de molestar, es tan arrogante y solo me sigue porque no me puede obtener este reluciente y exuberante cuerpito. - acomodo su larga melena rubia a un costado y cruzo sus piernas

-Son iguales- suspiro y negó con gracia

- Claro que no- elevo la voz enojada\, como podía compararla con ese primate rubio.

-Te recuerdo que estas en Londres, porque el profesor no sabe que existes- sonrió triunfal, al oír el rotundo silencio a través de la línea

-Si sabe que existo- rebatió minutos después- solo que no acepta lo que su corazón dicta.

-Estás loca- carcajeo Ara

-Lo amo- rio del otro lado

-Ya basta, ahora se sincera ¿sucedió algo entre Alexander y Tu? - retomo la conversación, toda información serviría para no cometer errores con el simio albino, apodo que se ganó de camino a la casa

-No, claro que no- Daira mordió su labio inferior como si ocultara algo.

-No mientas- sentía que algo no estaba bien

-Jamás lo hice- declaro volviendo a la cama

-Day- la llamo en un tono amenazante.

- Bueno a veces, pero juro que esta vez no- su dedo índice se movió en cruz en sus labios rosaditos.

- Bien- suspiro agotada, tenía que dormir y pensar en cómo controlar al rubio

- -Te gusta? interrogo curiosa

- Tengo sueño- respondió volteando nuevamente en la cama, para ver el techo

- Vamos dile a tu hermana, ¿te gustas? - insistió entretenida al notar como Aramis esquivaba la pregunta.

- -No, Day, solo saldré con simio, para salvar tu pellejo… ¿hablaste con papá- cambio de tema evitando la incomodidad.

- -Sí, está todo bien- afirmo entusiasmada

- Ok, no olvides, no uses las tarjetas de la empresa o papá sabrá que estas en Londres y nos meterás en problemas- Era necesario recodar todo, Daira a veces era tan atolondrada que no pensaba con claridad.

- -Lo sé, no seas molesta- rodo los ojos como una nena siendo regañada

- -Nos vemos, cuídate loquita-

- Ara- la llamo antes de colgar

- ¿Qué? - pregunto y bostezo tanto que podía comer el teléfono

- Ya no golpees a nadie, solo por este mes, no olvides ser una linda damita- rio imaginado la cara de asco de su hermana

- -Sabes que esto te saldrá caro- la amenazo

- Te amo, cuídate – la llamada termino📱

- - Muy propio de Daira, evitando los cargos. - murmuro y sin más dejo que el sueño la venciera.

💕💕💕💕💕

Holaaa, volví, como verán, poco a poco vamos conociendo a las gemelas, pero habrá mucho mas, esperen a leer a Dalton en Acción.

Abrazos

💕Gaby😘😘😘😘😘😘😘😘

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