Ya han pasado algunas semanas desde que llegué a artes danzantes (El colegio al que asisto \= se llama así debido a que por lo menos 6 de cada 10 estudiantes sabe cantar o por lo menos bailar, obligando al colegio para su beneficio a crear grupos de canto y baile, así que aprovechando el talento que allí existe, se pide a los estudiantes realizar presentaciones para posibilidades de concurso y así generarle más fama al colegio)
Ha pasado ya bastante tiempo y aún no he logrado llegar temprano ni una sola vez, si no es una cosa es la otra pero el hecho es que algo me retrasa, incluso mis maestros ya se acostumbraron a verme 15 minutos después de que la campana suene, he recibido algunos castigos y me han nombrado "La puntual" (Irónicamente) Incluso hoy llegue tarde y a parte del gran regaño que recibí del maestro, también fui obligada a limpiar el salón de baile.
...Limpiando...
¿Cuántas veces irán al baño los bailarines? Tuve que recoger por lo menos 100 botellas de agua tiradas en el suelo. Deberían pensar en los encargados de la limpieza ¿Por qué hacen tanto chiquero?
Jorge: Hey! ¿Qué haces ahí sentada? Se supone que debes limpiar
Yo: Oh! Jorge... ¿Qué haces aquí?
Jorge: Estaba pasando y te vi holgazanear
Yo: Ash, no estoy holgazaneando, solo descansaba, además no me falta mucho por limpiar, soy conocida por hacer las cosas rápido quizá sea un don y deba utilizarlo para ganar mucho dinero jiji
Jorge: Wau suenas como una mafiosa, solo piensas en el dinero
Yo: Si, Debería dedicarme al lavado de dinero y montar mi propio grupo de sicarios, yo sería la jefa y todos obedecerían mis ordenes, así sería conocida por todos y me tendrían miedo, sería increíble jajaja quizá también me convierta en una asesina; podría empezar contigo si no me ayudas a limpiar (Señala de forma amenazante)
Jorge: Está bien Jefe lo que usted diga (Pone su mano sobre su frente como saludo militar)
Yo: ¿Ah? ¡¿De verdad?!
Jorge: No me arriesgaría a desobedecer a mi jefe
Yo: ¡Genial!
Nos pasamos toda la tarde limpiando, el tiempo pasó muy rápido y fue muy divertido porque me la pasé bromeando junto con Jorge, me duele el estómago de tanto reír. Salimos con los uniformes muy sucios y mojados, debió ser porque nos lanzamos agua uno al otro. Luego de salir le invité una comida a Jorge para agradecerle, pero por nuestra ropa nos dio vergüenza entrar a restaurantes, así que simplemente compramos algunas chucherías en una tienda, luego Jorge me llevó a mi casa y nos quedamos a hablar un poco en la banca frente a mi casa.
Fue extraño, sin mentirles lo sentí como si hubiera sido una cita, él fue muy tierno y me divertí mucho cuando nos llamábamos por nuestros apodos de jefe y subordinado, además la escena en la que estábamos era muy romántica, imagínense cenar con alguien después de pasar un momento muy agradable con esa persona, luego que él te acompañe a casa y se queden afuera hablando de cosas sin sentido en la oscuridad de la noche mirando las estrellas ¿Parecía una cita verdad? Jaja fue un poco incómodo cuando pensé en ello, así que me despedí y entré a casa. Sin darme cuenta había hecho un muy buen amigo en ese instante.
...Al día siguiente...
Hoy es un día muy hermoso, el cielo está mucho más azul que todos los días, a lo lejos se escucha el cantar de las aves y la luz del sol roza mi ventana.
Me siento en mi cama, uno mis manos y con un leve apretón doy un gran estirón, un bostezo sale de mi boca y con suavidad giro mi cabeza para ver el reloj. El día está muy bello, debí levantarme más temprano quizá así no llegaría con 30 minutos de retraso al colegio.
Me apresuré a vestirme y desayunar, sin más tomé mi bolsa y salí corriendo a gran velocidad, mis esperanzas aumentaban creyendo que llegaría a tiempo pero en eso un señor en bicicleta pasa por mi lado muy rápido. Estaba concentrada y fue un gran golpe por la espalda, sentí un gran susto pero no tenía tiempo de pelear así que lo dejé pasar. Seguí corriendo y me sentí un poco liviana y cuando miré hacia adelante vi mi bolsa colgando de la espalda del ciclista.
En serio quería llegar temprano, ya estaba harta de limpiar, parecía la encargada de la limpieza, pero ese tipo se había llevado mi bolsa y no podía dejar ir así mi dinero, mi identificación, libros, pero sobre todo mi dinero; ese tipo acaba de robar a la persona equivocada y aún no se ha dado cuenta ¡Voy a hacer que pague!
Tomé mi posición y entre a la pista de carrera con un grito de lucha.
– ¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaa Mi dinero!!!!!
Corrí a toda velocidad, estaba a punto de alcanzar la parrilla de la bicicleta, solo un poco más adelante y la tomaré – Me dije a mi misma – Estiré mi brazo lo más que pude y cuando mi dedo medio tocó la parrilla, el desgraciado giró el volante pasando a conducir a la derecha, abriéndome camino a una dolorosa caída en un puesto de frutas.
Hizo que callera pero jamás me rendiré, no seré tan fácil de vencer, ¡¡¡¡¡Mi dinero!!!!!
Me levanté y seguí persiguiéndolo, al parecer estaba un poco agotado, miraba hacia atrás muy agitado con una expresión desesperada, luego para su suerte llegó a un camino que se empezaba a dividir, dejando en medio un pequeño parque con algunos árboles y bancas verticalmente. Él tomó el lado derecho y yo el izquierdo, volteaba su mirada para ver si seguía corriendo, luego gritó y puso más impulso al pedal aumentando la velocidad. Estaba muy cansada, mis piernas ya se sentían muy entumecidas, mi garganta estaba seca y mi frente bañada en sudor; estaba en una situación en la que cualquier persona se rendiría, cualquiera menos esta persona, jamás permitiría que alguien me robara, nunca me rendiré, incluso si debo dejar mis piernas atrás, lo perseguiré incluso si debo correr con mis brazos ¡Aaaaaaaaa!. Apresuré mi carrera y salí de la carretera izquierda para entrar al parque de en medio, estaba a su lado observando su mirada de miedo al verme, cuando vi sus ojos asustados le mostré una sonrisa macabra, luego subí a una banca y con un gran salto me abalancé sobre el hombre tirándolo de la bicicleta y cayendo ambos al suelo, afortunadamente el tipo cayó primero así que me permitió una caída acolchonada jajaja.
– Tanto problema por una bolsa. Dijo el sudoroso hombre que apenas podía respirar.
– Como dijo uno de los protagonistas de chicas blancas "No es solo un bolso es mi vida"
Quedamos tirados en el suelo por no menos de 3 minutos, estábamos literalmente acostados en medio de la calle, luego de levantarme acomodé mi bolsa muy bien en mi espalda y me preparé para otra carrera (Esta vez hacia el colegio)
Empecé a correr y el tipo dejado atrás se levantó, tomó su bicicleta y pedaleó hacia mí.
– ¡Hey! Eliud Kipchoge! Sube, estás muy cansada (Eliud es un corredor Keniano quien fue el primero en recorrer toda una maratón en menos de 2 horas \= Sacado de la vida real)
¿Eliud... Qué?
– ¿Por qué me llevarías? ¿Quieres secuestrarme? También soy buena peleando incluso con hombres, ya ves, no solo puedo correr. Dije esto cuando en realidad quería subir, estaba que me caía del cansancio, si me vuelve a pedir que suba debo hacerlo, sería grosero rechazarlo ya que es mayor que yo, quizá no sea mala persona, solo intentó robarme una vez ¿Y si está arrepentido? Debo darle una oportunidad de compensar. ¡Sí! Si me lo vuelve a pedir simplemente sub...
– Está bien no subas ¡Adiós! Dijo esto sonrió, dio la vuelta y se fue para nunca más volverlo a ver.
Pero queeeeee? Se estaba burlando de mí. Hay cuando lo vuelva a ver lo voy a... a... ashh será mejor que me vaya si no quiero que me hagan limpiar los baños.
Por fin llegué a Artes Danzantes después de correr tanto, solo un esfuerzo más para escalar la pared y entrar (Por la demora el celador cerró la puerta del colegio, es por eso que me veo obligada a saltar la pared de atrás) y un esfuerzo doble para correr al salón.
Llegué al salón y para mi suerte no había maestro que me regañara en ese momento. Entré agitada y como si mi escritorio fuera una puñada de nubes me senté en él soltando mi mochila y recostando mi cabeza sobre el escritorio me eché a dormir.
Jorge se acercó a mí y me preguntó por qué había llegado tan agitada, Laura y Antonio me miraban con ganas de saber la historia, así que la conté con lujo de detalles, aunque creo que exageré solo un poquitico. Todos reímos con la historia, luego Jorge se levantó de su asiento y se fue un momento.
(Leve tosecita) (Susurro)
– Ten, te ves cansada, no lo malinterpretes – Dijo Edward mientras me daba una botella de agua, no pude evitar sonreír, pero él solo volteó su rostro de una forma fría y a la vez muy tímida.
Quité la tapa de la botella y como si no hubiese bebido en días tomé casi toda el agua sin parar. Laura puso su mano en mi espalda y daba leves palmaditas para que no me ahogara, luego con curiosidad pregunté:
Yo: ¿Por qué no está el maestro? ¿A qué se debe tan afortunada situación? Dije entre risas.
Antonio: ¿Alegre? Jaja Siempre llegas tarde a pesar de que te regañan y castigan frente a todos.
Laura: Hoy llega nuestro maestro titular, está en una reunión y por eso no está aquí aún.
Yo: Eso quiere decir que por fin se acabaron las charlas de todos los días, en la que el maestro dice "Pronto llegará su maestro, así que mientras no me causen problemas"
Laura: Jaja Lo imitas igual Jajaja
Jorge llega y se sienta, luego empieza a sacar de su mochila chucherías para todos es decir, Laura, Antonio, Edward y yo (Para el que no sepa chuchería es una palabra utilizada para referirse a cosas como dulces, papas fritas, y todo lo que comen los niños no saludable).
Jorge sacó dos refrescos, abrió ambos y le puso un pitillo a cada uno, luego se me acercó y susurró – Este lo compré especialmente para ti – y me dio uno de mi sabor favorito (Refresco de naranja)
Sin darme cuenta el maestro titular había llegado ya, yo estaba de espaldas hablando con Jorge y por eso no lo vi.
El maestro llegó y empezó a hablar, se presentó y nos empezó a adular como un grupo callado, caminó hacia su escritorio y encontró allí una botella de agua, sorprendido la tomó y preguntó al salón quien la había dejado allí, en eso se levanta una chica que parecía enamorada del maestro y dijo:
– Yo la dejé allí para darle la bienvenida
– (Suspiro de felicidad) Parece que voy a poder descansar en lo que queda del año, me tocó un muy buen grupo. Dijo el maestro destapando la botella y bebiendo un poco – Es bueno ver que no hay aborot...
Miró hacia el fondo y de la impresión toda el agua que tenía en la boca se le salió al escupirla, sus ojos estaban impresionados con lo que veían, y porque no, también se le notaba ira y desesperación.
...Minutos antes...
Jorge: Oye ya llegó el maestro. Dijo Jorge mirando hacia el frente.
Yo: ¿Enserio?
Tomé el refresco, puse el pitillo en mi boca y empecé a absorberlo mientras daba la vuelta para acomodarme en el escritorio y tomar la siesta que no pude hace un momento. Pero antes de eso escuché una gran escupina que me hizo llevar mi mirada hacia el nuevo maestro.
Sin sacar el pitillo de mi boca, seguía succionando el poco refresco que quedaba en el frasco y cuando lo vi pasé por la misma escena y tiré todo el refresco con la escupina de impresión cuando lo vi allí parado
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