Juana:
Ya ha pasado una semana desde que Juana está aquí, decidí darle espacio, ella tiene un carácter muy fuerte y no quiero volver a gritarle. Estos días apenas nos hemos visto, solo compartimos la mesa en silencio durante las comidas, pero hoy necesito hablar con ella. En dos semanas iré a México a negociar con Valentim y para entonces debemos estar casados. Ya le he dicho a mi padre y a los miembros que me casaré, todos quieren conocerla. Los miembros solo la conocerán el día de la boda, que será solo firmar un papel, no habrá fiesta. Mi padre, en cambio, quiere conocerla pronto, así que la llevaré mañana. No le he contado nada porque no aceptaría lo que estoy haciendo.
Filippo - Juana, necesito hablar contigo.
Juana - ¿Decidiste hablar conmigo ahora?
Filippo - Solo hice lo que me pediste.
Juana - Pero... olvídalo.
De alguna manera, Juana echaba de menos la cercanía de Filippo, él estaba distante y ella no sabía por qué sentía eso.
Juana - Entonces, adelante, habla.
Filippo - En dos semanas iré a México a resolver tu asunto y tenemos que casarnos antes, estoy arreglando los papeles, así que nos casamos la próxima semana. Solo te pido una cosa, te llevaré a conocer a mi padre y él no sabe nada de esto, así que actúa como si fueras mi verdadera prometida para que él no sospeche nada.
Juana - No tengo elección, ¿cuándo iremos?
Filippo - Mañana.
Juana - Está bien. ¿Puedo pedirte algo?
Filippo - Sí, lo que quieras.
Juana - No dejarme caer en manos de ese viejo.
Filippo se sorprende con su solicitud.
Filippo - Ya te dije que no lo permitiré, que te protegeré...
Juana - ¿Puedes abrazarme?
Una vez más, Filippo se sorprende, pero la abraza con fuerza.
Filippo - No permitiré que nadie te haga daño, confía en mí, ¿de acuerdo? Ya que me pediste dos cosas, quiero pedirte una...
Juana - ¿Qué?
Filippo se acerca para besarla.
Juana - Filippo...
Filippo - Por favor...
Juana no dice nada y no se mueve del lugar, Filippo no entiende si es un sí o un no, así que se aleja.
Juana - ¿Por qué te alejas...? Olvídalo, déjame descansar para mañana.
Filippo - Está bien, descansa bien.
Filippo entendió todo, no quiso avanzar con el beso, pero por su reacción, vio que ella también quería ese beso, eso fue suficiente señal para intentarlo de nuevo.
Juana:
Filippo iba a besarme y esta vez yo quería, ¿qué me está pasando? Pedirle además un abrazo, esto solo puede ser necesidad, estos días aquí sola me dejaron así. Ni siquiera tocó el tema del teléfono, debe haberlo olvidado, necesito hablar con Gio y Lívia, deben pensar que estoy muerta. Salgo de mi habitación y voy a golpear la puerta de Filippo para preguntarle sobre el teléfono.
Cuando golpeo, él viene a la puerta solo con pantalones de chándal, wow, su cuerpo sin ropa es mejor de lo que imaginé, quiero decir, no es que haya pensado en eso, pero... con mis pensamientos no me di cuenta de que lo estaba mirando directamente al pecho.
Filippo - ¿Viniste a admirar la vista, jaja?
Juana - ¿Qué? No, yo... yo...
Filippo - Yo... se acerca a ella
Juana - Solo vine a preguntarte sobre el teléfono, necesito hablar con mis amigos para decirles que sigo viva.
Filippo - ¿No podrías esperar hasta mañana? habla acercándose a ella
Juana - Es que...
Juana estaba jadeando, Filippo no lo pensó dos veces y la atrajo por la cintura para un beso apasionado. Juana no resistió y se entregó al beso, pero al darse cuenta de lo que estaba haciendo, se alejó.
Juana - ¿Por qué me besaste?
Filippo - No te vi resistir...
Juana - Necesito irme.
Filippo - Espera...
Filippo entra en la habitación y coge la caja con el teléfono.
Filippo - Aquí está el teléfono, olvidé dártelo.
Juana - ¡Gracias!
Juana se va y vuelve a su habitación.
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