Joven Brook…
Joven Brook.
-Wesley Brook.- despierto por el abrupto golpe en mi mesa, el profesor Barraza me mira con desaprobación mientras que el resto de la clase se ríe.
-Si tanto sueño le da mi clase, entonces retírese.- objeta el profesor.
Me levanto aún soñoliento, tomo mis cosas y salgo del aula.
Camino por los pasillos, arrastrando los pies, está mañana me desperté con un fuerte dolor de cabeza.
Todo me daba vueltas, ni siquiera recordaba como había llegado a casa.
-Muy bien pensemos.- murmuró para mi.- salí de clases, fui al estacionamiento y entonces… entonces.- el dolor se hizo presente.
Me sostuve de la pared para no caer. <
Comienzo a subir las escaleras, bostezo y tallo mis ojos.
Tomo el pomo de la puerta y la empujó, el viento golpea mi cara, fue buena idea subir, nadie viene aquí después de todo.
Estoy por acomodarse cuando una voces me detienen.
-Sabes que esto no terminará.
-Tengo que intentarlo, no puedo simplemente observar y ya.
-No puedes cambiar el destino de las personas, sabes que en tu posición lo consideraran traición, tene…
Ninguno sigue hablando, me pegó más a la pared y tapó mi boca para no emitir ningún sonido. Me asomo sin que lo noten y puedo ver al profesor Warren junto a una chica, parece ser una alumna, no puedo distinguir de quien se trata, esta dándome la espalda .
Los ojos del señor warren se torna negros y su mirada se posa en mi.
Retrocedo de mi sitió varios pasos y choco con algo duro, una manos se posan en mi boca y pego un brinco.
-Mierda Wes que te sucede.- dice Jack riéndose por mi actitud temerosa.
Le hago seña para que no haga ruido y vuelvo a asomarme pero el lugar está despejado.
Que carajos.
Salgo de mi escondite y camino hacia el lugar donde los vi, no hay nadie.
-Oye wess has estado distraído en la clase de ciencias, estas bien.-pregunta Jack, mirándome extrañado.
-S-sí, solo que no pude dormir bien anoche.
-Estas pálido, seguro que todo está bien.
Asiento para calmarlo. No lo imaginé o ¿sí?. Se que profesor estaba aquí y sus ojos… como demonios ya no están.
Trato de calmarme y me siento en el piso.
-rayos… se me olvido traer el almuerzo, y tampoco traje dinero.-digo frotándome la cara.
-si te soy sincero te ves de la mierda, ya deja de leer tanto y céntrate wess, pareces un mapache ligado con zombie. -reprocha mi amigo.
-que dices, me veo fresco como una lechuga.
-Mjum dile eso a tus ojeras y cara de muerto.
-Gracias jack… en serio gracias.- digo con sarcasmo.
-De nada hermano para eso estamos.- me sonríe amablemente.
Bien, o es estúpido o se hace.
Uso mi bolso como almohada y cierro los ojos para dormir un rato.
-Despiértame cuando suene la campana por favor.- le digo con los ojos cerrados.
No pasa mucho tiempo cuando me dejo vencer por el sueño.
-Corre Cameron… ahora.
Mis piernas se mueven por si solas debido al miedo, Me adentro hacia el bosque perdiendo de vista la aldea. Mis todo mi cuerpo comienzan a temblando por la fatiga, la marca comienza a extenderse como un tatuaje, abarcan desde la costilla hasta mi brazo izquierdo, sigo corriendo sin parar ni mirar atrás.
Una luz brillante se posa frente a mí.
Un Ángel… estaré a salvo. Pensé.
-Ayuda.- exclamo sintiendo pánico.
Veo como el ser saca su espada y me observa con furia. Me detengo en seco, de momento a otro se abalanza sobre mi, un segundo ser aparece y se interpone entre nosotros.
-No tocaras al regalo divino.- dice una sombra oscura delante de mi.
-Apártate de mi camino demonio.
Caigo en cuenta que mi defensor es un demonio de rango medio, sus alas negras y vestimenta oscura se dejan ver. Sus ojos negros me miran con pesar.
-Sabes que esto es un pecado.- dice mientras lucha contra el Ángel.
-De cuando acá a los caídos les importa el bienestar de los humanos. Este es su destino.
El cuerpo del demonio impacta contra un árbol rompiendolo, veo como escupe sangre negra, me quedo inmóvil en mi sitio, sin saber que hacer, soy preso del miedo y me quedo congelado mientras los seres pelean entre sí.
El demonio vuelve a levantarse y a luchar contra el Ángel. Una espada traspasa al maligno y lo empuja en mi dirección.
Me acerco a él temeroso, esta herido, se supone que Los Ángeles están para cuidarnos… por qué está haciendo esto.
Este camina hacia a mi sonriente.
-Tranquilo no morirá, en cambio tú, debo deshacerme de ti.
Alza su espada en mi dirección, cierro los ojos aceptando mi destino. Cuando una tercera voz se nos une. Miro en dirección a esta y la veo.
Sus alas grandes hacen presencia junto a un aura de muerte e superior a los demás.
-Nadie tiene permitido tocarlo.- dice la chica apareciendo en cuestión de segundo frente a mi.- ¿estás herido?.- pregunta.
Sus ojos dorados con negro me examinan sin demostrar algún sentimiento, su voz fría retumba por todo el lugar.
Niego sintiendo una punzada en mi estómago, lo ignoro y sigo sosteniendo al demonio entre mis brazos.
-Te atreves a luchar contra mí Luxerit, solamente por una reencarnación, te atreves a desafiar el cielo… sabía que eras una traidora, tu no perteneces al cielo, al igual que tu padre, mereces arder en el infierno.
Lucha contra la mestiza, tan rápido que mis ojos carnales no pueden seguir sus movimientos.
-Vete de aquí.- dice el maligno en mis brazos.
-Estas herido no puedo dejarte.
Se ríe sin gracia.
-No mentían cuando dijeron que eras un ser peculiar, sabes que soy un caído no.
-Lo sé, pero no dudaste en defenderme, no entiendo el porqué lo hiciste, pero estoy agradecido.- mis palabras son sinceras, retengo las lágrimas a punto de salir.
Esta por decir algo cuando desaparece de mis brazos y reaparece en las manos de Luci' mi guardián.
-No lo lastimes, él me salvó.- exclamo antes de que lo lastime.
Lo mira con desconfianza y lo cura, observa como Luxerit sigue luchando contra el otro Ángel.
-Esto no terminará bien.- dice preocupada.
Escucho un grito desgarrador y un cuerpo cae al suelo, me levanto y mi atacante yace inconsciente, quiero acercarme a ella, pero mi guardián me lo impide.
-No lo hagas, es por ella que estás peligro.- se pone a la defensiva lista para atacar, no despega ni por un momento su vista de ella.
Su mirada es fría y vacía, sus ojos ahora tienen un toque de rojo carmesí, la oscuridad la está consumiendo, aprieto los puños recordando la promesa que le hice.
Los ojos de la chica se abren a la par y por un momento pude ver miedo y tristeza en ellos. Un solo descuido bastó para cumplir mi destino.
-Cameron, cuidado…
Siento algo filoso traspasando mi pecho. Mi camisa azul comienza a teñirse de rojo, mis ojos conectan con los de ella, mientras susurran en mi oído.
-Esto pasa cuando intentas interferir en una guerra que no te corresponde, solo observa como se deja consumir por su oscuridad. Pronto daremos la bienvenida a la nueva reina.
Giro mi rostro y veo su cara desfigurado, el ente me sonríe maliciosamente, saca la espada de golpe y caigo al suelo estrepitosamente.
Lo último en escuchar es la risa de mi asesino.
Despierto sobresaltado sudando frío, jack me toma de los hombros y me obliga a mirarlo.
-Demonios wess que mierda pasa contigo.
Toco mi pecho y este palpita con dolencia.
Joder.
-No es nada, solo fue una pesadilla.- respondo limpiándome el sudor.
Me pongo de pie y comienzo a caminar a la puerta dejando atrás a mi amigo, estoy apunto de abrirla cuando escucho una voz en mi cabeza.
-una abominación como tú tampoco tiene derecho a la vida Wesley, la reencarnación está prohibida, rindente y déjala consumirse.
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