Fuerza de voluntad

Liam llegó a abrazarme con fuerza, involuntariamente estaba llorando pero sonreía para que mi amigo no se preocupara

-venía a despedirme preciosa- susurro a mi oído giro a ver hacia la puerta y después lo escuché dar un largo suspiro – parece que se siente culpable- lo vi intrigada

-¿ quién?- me veía con culpa, como si hubiera hecho algo malo

-le conté a Cain sobre lo que pasa entre ustedes, y por que le haz pedido el divorcio- sentí como la sangre me iba a los pies, y el pánico entraba a mi cuerpo -tranquila solo he contado mi verdad, no he agregado nada más, también se lo deje claro…  cada persona tiene su versión-

-está bien, me preocupa que se haya saturado con información- me tomaba de los brazos acercó su rostro al mío y me dedico una sonrisa, después besó mi mejilla con suavidad , me sentí un poco incomoda por tal gesto

-deja de preocuparte por él, solo preocúpate por ti-

-Liam, no puedo evitarlo, es mi esposo y aunque yo esté rota admito que aun siento amor por él- su ceño se frunció pero no menciono más el tema

-vendré pronto Danna- acarició mi mejilla con suavidad y salió de la habitación yo no sabía que hacer si el ya sabía la verdad no se como sería la convivencia a partir de este momento, quizá solo me vuelva a rechazar

Estaba fuera de la puerta de su habitación debatiéndome si debía entrar o no hasta que escuche un grito, seguido de un golpe seco, me preocupé, no quería que llegara a lastimarse, así que me arme de valor y toque a su puerta

-¿ Cain, puedo pasar?- no recibí respuesta abrí lentamente la puerta, lo vi en la silla de ruedas miraba hacia el balcón de la habitación

Tenía miedo de acercarme, no sabía que era lo que le dijo Liam y como lo había comprendido, pero mi cuerpo se movía, se acercó a él quedando a sus espaldas

-Cain /Danna- dijimos al unísono, sentía que mi voz se iba a quebrar en cualquier momento, el dio la vuelta y quedó frente a mí, estaba serio pero no parecía molesto

-¿podemos hablar?- yo asentí y me acerque a la cama el también lo hizo, vi que se quería levantar solo de la silla y aunque ya podía apoyarse no quería que se sobres forzara

Me apresure a ayudarle el me vio de una forma que nunca había visto, había culpa en su rostro

-¿no dejó de ser una molestia verdad?- su voz era apagada y eso me hizo sentir una presión en el pecho

-no eres una molestia Cain, no me pesa tener que cuidarte-

-no hablo de esto- señaló sus piernas -te he causado tanto daño, y tu sigues siendo amable conmigo-

-tengo mis razones Cain- ciertamente no había perdido la esperanza de que recapacitara pero la noche de la gala esa idea se había ido

-¿ que fue lo que dejó mi padre para que te amarrara a mi por tanto tiempo?- me quedo en silencio, no estaba enterada de que el sabía del contrato que dejó su padre antes de morir

-estoy contigo por mis propias razones-

-esas razones deben ser fuertes para soportar tales tratos que te he dado- y lo eran, aún siento algo por el, aunque haya sido un maldito imbécil se que es por el engaño de una vil mentira, también estaba en riesgo el hospital, por el que su padre lucho toda su vida

-créeme que lo son Cain- quedamos en silencio, era incómodo por qué no sabíamos que decir, yo jugaba con mis dedos y miraba hacia la puerta de salida, era muy difícil entablar una conversación estando los dos tan incómodos

Sentí que tomaba mi mano, lo vi al rostro sorprendida, su mirada era la misma que cuando lo conocí, decidida y firme, mi corazón se aceleró en un instante y sabía que la sangre en mis mejillas se acumulaba sobre ellas

Acercó una de sus manos a mi rostro, me asuste y di un salto cerrando los ojos, una caricia paso por mi mejilla tomando uno de los mechones rebeldes de mi cabello pasándolo detrás de mi oreja, abrí los ojos lentamente, su rostro estaba aún más cerca al mío, se había inclinado hacia mi, sentía que mi pecho iba a explotar por la presión y la temperatura de mi cuerpo aumentó en segundos

-C..Cain, se.. Será mejor que descanses- estaba perdida no podía articular palabras

-Quiero averiguar algo más… - su mirada estaba fija sobre mis labios, la mano que sujetaba la mía estaba firme sobre la cama y yo estaba que temblaba como gelatina

-Mi primera noche aquí, dijiste que te dejara alejarte…-  estaba peligrosamente a centímetros de mis labios y mi cuerpo permanecía inmóvil -quiero ver si realmente quieres hacerlo- susurro sobre mis labios, su aliento sobre ellos hacia que mi cuerpo comenzará a sentir hormigueos, me odiaba, por que yo también lo deseaba

-No lo hagas… - lo dije mas para mi que para él, pero soy humano y soy débil sentí sus labios sobre los míos y rápidamente pude adaptarme a él

Era la mejor sensación que había tenido en tanto tiempo, me tomaba firmemente de la nuca y su otra mano subía por mi brazo en una electrizante caricia dejándome libre, mi rostro se humedecía en lágrimas, extrañaba sentirlo de esta manera

Sabía que no debía continuar pero mi corazón no escuchaba a mi razón y mi cuerpo solo se movía reaccionando a sus caricias

Tenía que parar, sabía que debía hacerlo, luchando contra la voluntad de mi cuerpo me separé de sus labios, odie la sensación por hacerlo, me vio perplejo yo me levante como pude tropezando con el pie de la cama

-yo… lo siento- no pude decir más, salí apresurada del cuarto y me encerré en el mío

No sabía que hacer, fui al baño y moje mi cara, mi corazón no ayudaba a calmarme, la sensación de mis labios era lo mejor, pero ahora extrañaba de nuevo ese sentimiento

Maldecía a mi nula fuerza de voluntad, me odiaba a mi misma por no poder acabar con esto de una vez, por no poder odiarlo

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