Noah no era alguien que se interesara en los asuntos de los demás, pero ver a la hermana de su amigo y hermano juntos era algo inusual y que demandaba muchas preguntas.
—Voy a hacer directo, ¿¡El hijo qué estás esperando es mío!?
Liam estaba completamente seguro, durante dos meses había estado buscando a la mujer con la que pasó la mejor noche de su vida. Y aunque no la había encontrado, no se dio por vencido.
“¿Quién hubiera imaginado que el destino nos uniría una vez más?”
Tal como ganar la lotería, la noticia de ser padre hacía que su corazón latiera aceleradamente sin que pudiera calmarlo.
Sentados en una banca a la orilla del río, la ligera brisa golpeaba el rostro de Emma, ¿cómo decirlo?, no sentía temor por decirle la verdad al hombre que tenía a un lado de ella.
—Así es, es nuestro hijo.
Un hijo que nadie había planeado estaba en su vientre, con su pequeño corazón latiendo, deseando ser amado por sus padres.
—¿Qué deberíamos hacer?
Emma no entendía la interrogante del guapo hombre de ojos verdes, tez bronceada y cabello oscuro.
—No voy a forzarte a que tengas un hijo que no quieres, incluso si yo lo quiero. No soy nadie para hacerte pasar por algo que no quieres, incluso si yo fuera tu pareja te lo hubiera preguntado, ¿quieres al niño que está creciendo en tu vientre?
“¿Qué si lo quiero?”
No era nada raro que Liam preguntara sobre ello, todas las mujeres con las que se había involucrado siempre querían algo, dinero.
Incluso cuando una de ellas quedó embarazada, lo primero que hizo fue abortar de forma clandestina, lo que ocasionó la muerte de ambos. Ella pensó que era lo mejor, solo era sexo casual, no imagino que Liam era un hombre que la apoyaría, y desafortunadamente aquella mujer se lanzó sin mirar atrás.
Así que sin importar cómo sucedieron las cosas, él se iba a asegurar que si él dejaba a una mujer embarazada la apoyaría en su decisión, sea cual sea esta.
Había algo diferente esta vez, Emma no era como el resto de mujeres, es más si no hubiera quedado embaraza, él quería seguir a su lado.
—Amo a la persona que está en mi vientre.
No había dudas de ello, pero aun así tenía miedo después. Conocía muy bien su estado mental, pero haría lo que fuera por ser feliz sin importarle ello.
Aún no comprendía las verdaderas intenciones de Liam, a diferencia de su mente, su rostro no demostraba ninguna emoción, tan raro eran los CEO.
—Debo atender unos asuntos, pero hablaremos después con más calma. No quiero presionarte a elegir algo que no quieres.
Liam tenía inseguridades muy grandes con respecto al tema, pero aun asi el pensó con seriedad y certeza “Incluso si lo quiero, no te forzaré. Lo prometo”
Ni el mismo se entendía.
"¿A quién amo? ¿Es interés o amor?"
Emma dejó que Liam se fuera primero y después de que desapareció de su vista, ella se dirigió a donde se encontraba su amiga.
—¿Ese era el padre del feto? —Amalia se sintió intrigada, había viajado por muchos países, pero jamás se había topado con alguien tan guapo.
—Sí. Es tu tipo, ¿verdad?
—Sí y no.
Una pequeña risa provino de ambas, era raro hablar de los gustos de ambas.
—¿Señor Liam, dónde estuvo?
Lo que más detestaba era que lo interrogaran, quería estar solo y reflexionar, pero era imposible si su asistente aparecía cuando menos lo esperaba.
—Deja las formalidades, solo estamos los dos.
Isabella negó una y otra vez, mientras miraba a Liam en la pequeña mesa que había en la oficina dejó dos tazas de té.
—Has estado inquieto durante más de dos meses, ¿Qué pasó?
—Me voy a casar en tres meses —decir aquellas palabras hacia que sus orejas se tornaran rojas.
Aquella respuesta hizo que Isabella escupiera el té que tenía en la boca, de inmediato cogió unas servilletas y limpio el desastre que hizo. Era algo impresionante, la familia Jones sin duda amara aquella noticia.
Y antes de que su primo y jefe le dijera una sola palabra, ella le informó que ya había reservado la Wave Hill y que esperaba que la novia participará en la elección de los arreglos.
—Tan eficiente como siempre.
—Gracias.
Isabella era dos años menor que Liam, pero ya estaba casada y era madre de una niña, así que escuchar de la vida del resto era uno de sus pasatiempos. Cada palabra que decía el CEO era algo que la “reservada” mujer no podía creer.
“¿No te estás apresurando?”
Había cierto temor con relación a si en verdad él había logrado enamorarse de alguien, después de todo su vida había sido muy dura todos estos años.
Amalia decidió acompañar a su amiga durante su gestación, sabía que Emma iba a tener momentos complicados, conocía lo insegura que se puede poner de un momento a otro y no quería que sufriera por ello.
Sin previo aviso, la hermosa mujer de cabello castaño salió muy temprano de casa a la mañana siguiente, quería y se sentía responsable de darle la noticia a su madre.
A pesar de la mala relación que había lo diría.
—Vaya sorpresa, hermana mayor —dijo rechinando los dientes como un animal a punto de atacar.
Eun-yeong detestaba a más no poder la presencia de su hermana, volver a verla después de la cena de compromiso era de tan mal gusto. Y estando a nada de aventar la puerta para que se vaya, Lucas se acercó y abrazó a su hermana mayor.
—Mi dulce Emma, Te extrañé.
Emma se sorprendió, no importa cuánto pasará, Lucas siempre iba a actuar tierno con ella.
—Yo también te extrañe.
—Entra, estamos a punto de desayunar.
Emma no pudo negarse, tenía hambre y como ahora tenía a un bebé en su vientre con más razón debía hacerlo.
—Adelántate, yo te sigo atrás.
—Vale, no tardes.
Lucas dejó que su hermana mayor se dirigiera hasta el comedor, de pronto su sonrisa dulce se convirtió en una expresión de desprecio hacia Eun-yeong, esto hizo que ella retrocediera.
Tenía 18 años, aun así, era más alto que sus tres hermanas. Su actitud era tierna con todos, pero Eun-yeong no esperaba que se rebelara contra ella de esa forma.
—Deja de actuar infantil—fue lo único que dijo, a pesar de que quería ponerla en su lugar, no debía perder más tiempo discutiendo con alguien que no entiende.
El corazón de Eun-yeong latía aceleradamente, las palmas de sus manos sudaban, un viento frío había recorrido su espalda. Tenía miedo, como nunca antes, ella sentía miedo.
La cena fue entretenida gracias al joven, pese a eso se respiraba amargura entre los presentes.
Emma después de hablar con Lucas, fue donde su madre se encontraba —Madre, puedo tener un minuto de tu tiempo.
El tiempo parecía haberse detenido con tan solo unas cuantas palabras, después de todo Emma dejó de llamarla “madre” desde hace mucho tiempo.
En cuanto a Kim, ella se mordió sus labios que temblaban con sutileza, soltó un pequeño suspiro y se dio la vuelta para afrontarla.
—Di lo que tengas que decir y vete.
Nada había cambiado en diecisiete años. Las gemelas que miraban de lejos sonreían victoriosas, amaban ver como madre e hija destruyen lo poco de su relación.
El estudio de la casa era silencioso, no se escuchaba ningún ruido de afuera, Emma no sabía cómo comenzar, se sentía mareada, tenía ganas de vomitar. La señora de cabello oscuro como la noche y ondulado como las olas de mar encendió un cigarrillo sin tener en cuenta los sentimientos de su hija, estaba nerviosa.
—¿Podrías apagarlo, por favor?
Kim negó, era lo único que la mantenía cuerda y con la boca cerrada como una tumba. Debía seguir así o todo se vendría abajo.
Emma retrocedió lo suficiente como para que el olor no llegara a ella y preguntó algo que hace mucho quería saber —¿Por qué me tratas así? ¿No soy tu hija?
Aquello hizo que Kim estuviera a nada de soltar el cigarrillo de su mano y abrazarla como cuando Emma apenas tenía cinco años.
Fingió despreciarla y sin indiferencia dijo —Te di la vida, ¿Qué más quieres? ¿Crees que todos los hijos son deseados?
Mientras suplicaba perdón hacia Emma.
"Lo siento, hija..."
El corazón de Emma se aceleró, cada palabra dicha por su madre era como cuchillas que la cortaban una y otra vez sin parar.
...❤️❤️❤️...
......Con tu voto me ayudas mucho, ¡no te olvides hacerlo! Te lo agradecería mucho.......
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 25 Episodes
Comments
Graciela Peralta
que pasara ahora con ella
2024-01-15
4