Ovejas negras y clasificación

El examen ha durado una hora, los jóvenes salen algo estresados, no se esperaban rendir una prueba de clasificación, no solo había preguntas de matemáticas, sino también de lenguaje, literatura eran noventa preguntas, cada una con cinco alternativas. Tenían mucho en que pensar antes de marcar la respuesta.

Arquímedes salió tranquilo, conocimientos tiene y de sobra en cuanto números, pero letra y literatura como que algo masca. Al salir de la academia, saluda a los padres que estaban en su camino, subió a su auto y se fue de ahí.

Marcos tuvo mala espina de ver un hombre postulando, solo espera que ese tipo no esté en la misma facultad que su hija.

- ¿Has visto al pálido? - le pregunta a Sergio.

- Sí - le confirma – fue educado, y como la mayoría, te pisan los pies y se creen la divina crema.

- No te parece raro. Venir solo, con su auto y postular.

- Quizás está ayudando a su hermano.

- ¿Qué buena vida la de los ricos? Mandar a otros para tener el camino fácil.

- Así son, ellos son los hijos de papá.

- Felizmente solo tengo una hija.

- Armenia es la última y los otros están trabajando.

- Esperamos un poco, ya deberían salir las niñas.

Las niñas salen justo después de terminar su frase.

-Papi, ya acabé el examen. - sale contenta Siria.

- ¿Todo bien hija?

- Si, papá.

- Tenemos cita con el estilista. Vamos.

Armenia sale soplando.

- ¿Qué pasó, hija?

- Odio los exámenes sorpresas. - esta disgustada.

- ¿Fue difícil? - muestra su preocupación.

- No, no lo fue. Pero nos agarró de sorpresa y eso no me gustó.

- Vamos a casa.

- En tres días saldrán los resultados en la intranet de la academia.

- Bueno, veremos eso en tres días.

Todos se fueron de la academia, Marcos dejó a su hija en manos del estilista mientras dejaba a los Granda en su casa.

- Señorita Siria, su padre nos ha indicado hacer un corte a su cabello.

- No – fue tajante – el cabello es mío y no lo quiero cortar.

- Estamos en verano, el cabello largo molesta.

- A mí no me molesta, lo que me molesta es mi papá. Por favor solo hágame un tratamiento capilar y una hidratación del cabello.

- Bueno señorita, será lo que diga.

En pleno tratamiento capilar llega el padre de la señorita.

-Señor cardenal, buenos días.

-Buenos días, ¿ya se cortó el cabello mi Rapuncel?

- No, papá. Me cortaré quince centímetros si ingreso a la universidad.

- Bien ¿Vas a cumplir con tu palabra?

- Siempre la cumplí, papá.

- Trato hecho. Ahora me hacen un corte.

- ¿Otra vez? - Siria exagera en los gestos.

- Soy empresario, no payaso.

Mientras padre e hija pasan su día con los estilistas, Arquímedes pasa el día arreglando sus cosas en su nuevo lugar de residencia, el tío Alessandro le ayuda.

- ¿Estás seguro de lo que haces, hijo?

- Sí, espero que lejos de esa casa pueda vivir en paz.

-Estamos provocando al demonio. - se lamenta.

- Tranquilo tío, busquemos un abogado especialista en el asunto, cuanto antes. Mañana recojo las fotocopias de los documentos y devuelvo los originales tal y como los encontré.

- Qué nadie lo sepa, porque los empleados pueden ser chismosos.

- Descuida tío, yo me encargo de la situación. No va a pasar nada.

- Veré entre mis contactos, quién nos puede dar una mano. Pero te advierto que no será un show recomendable.

- Eso se tiene que solucionar, yo voy a cargar con un negocio sucio.

- ¿Qué vas a hacer con tus estudios? - volvió a tocar el tema.

- No necesito estudiar una especialidad. Desde que empecé el internado, me dejan solo en traumatología. Los doctores vienen, firman, se van y me dejan a cargo de los pacientes. Me siento traumatólogo.

-Termina de estudiar, con la experiencia que tienes puede que con solo un examen te aprueben y más rápido terminas. Te quedaría la tesis.

- Pero tío, ya basta de eso.

- Para que te paguen más. Aunque sea por el dinero, pero hazlo.

- ¿Ser médico mediocre?

- ¿Y si conoces a una chica que te guste? ¿No le harías regalos, no la llevas a comer?

- Prefiero pagar mi alquiler y etcétera de gastos.

- Bueno, yo solo decía, puede que por allí ronde una chica bonita y te enrede con su brujería, las mujeres tienen sus trucos.

- Para hablar así debes tener mucha experiencia.

- Soy sabio por viejo que por diablo.

Ambos se ríen, Arquímedes se entiende con su tío, prefiere ese tío que su padre.

Arquímedes fue al día siguiente a recoger las copias de los documentos y dejó los originales en el estudio, en casa los empleados lo saludaron y él como si nada pasó de largo. Los padres aún no habían regresado de viaje. Arregló cuidadosamente los cajones y esperó que no haya nadie en circulación y se fue de la casa sin hacer el más mínimo ruido.

Al tercer día, todos los jóvenes que hicieron su examen de clasificación entraron en la intranet de la academia para ver el resultado. Siria clasificó, tenía un muy buen puntaje, Armenia, igual unos de sus hermanos dieron el aviso.

- ¡Papá, mamá! La mugrosa clasificó.

Así es el cariño que le tienen a su hermana. Pavel también clasificó, su madre lo invitó a comer afuera. Arquímedes entró solo para ver su puntuación, él se sentía confiado de haber clasificado. Conforme con el resultado de su rendimiento en el examen, cerró su portátil y se fue a la clínica para culminar con las horas de internado que le quedan.

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