Hijos Ilegítimos

Hijos Ilegítimos

I

El imperio del sur es un lugar hermoso lleno de flora y fauna única, el sol no es la variedad más hermosa que tiene el imperio si no la luna que llena su esplendor con cada noche, aún así es hermoso de día; aquel imperio tiene como emperador a Lawrence un hombre noble y rigido, el mismísimo ejemplar que debe ser un emperador y de emperatriz a Jasmine una mujer noble, generosa y justa,tuvieron a sus dos primeros hijos dos mellizos a la altura de las espectativas, Milagros y Maurey; aún que la familia imperial fuera perfecta y feliz eso no fue impedimento para que el emperador tuviera otro par de mellizos, furioso por tenerlos mando a matarlos la misma noche que nacieron, su madre desesperada huyó con ellos en brazos para así escapar y jamás volver.

Han pasado 6años desde aquella noche y aún que lograron escapar el emperador día tras día manda a un escuadrón militar para buscarlos y matarlos; así siempre ha sido desde que Elios y Emma tienen uso de razón.

Emma y Elios eran dos mellizos de piel pálida, ojos verdes, labios gruesos y cabello morado de un color fuerte pero que al llegar a las puntas de sus cabellos se volvían más oscuras ; ambos vivían con su madre una antigua sirvienta con la que el emperador se había metido, María era hermosa y pura como su nombre.

Cómo siempre el par de hermanos se escondían en la pequeña habitación que rentaron por dos días pero en el último día fue cuando los soldados invadieron la posada a las orillas de la ciudadela principal donde ellos reposaban

-busquen bien!

-señor halle ropa de niños !!

en cada rincón de todo el cuarto los 17 soldados asignados al caso de los mellizos buscaban sin parar por todos lados, al final no encontraron nada y sin ninguna victoria se fueron , entre los escombros que dejaron Elios empujaba con fuerza la tabla de madera oxidada del techo para así poder salir libremente sin miedo alguno, brinco con cautela aterrizando en la otra fría madera del suelo seguido alzó los brazos para así recibir a su hermana, Emma

Elios: nuevamente dejaron un tiradero

expresó Elios con el seño arrugado y desconformidad, Emma miro el tiradero pensando en si en los milagros que les pasan; pensándolo determinada mente no tenían idea de que escuadrón Anti ellos, como ellos los llaman, estaban en recepción mostrando sus placas para poder revisar, por suerte Emma había salido por el periódico y los vio.

Emma volteo a ver a su hermano posando su mano izquierda en el hombro de el, se miraron mutuamente y sonrrieron

Emma: que hacemos ¿mamá no está y...

antes de poder hablar su panza sonó fuerte y claro declarando su hambre, ambos miraron su panza, Elios suspiro comenzando a recoger la ropa que rondaban por todo el lugar

Elios: vamos tenemos que recoger por lo menos lo menos pesado

Así como si nada comenzaron a recoger todo lo que su fuerza les permitíera olvidando el hambre y el susto. Corría lo más rápido que podía tomando bocadas de aire para seguir resistiendo, moviendo de un lado a otro aquella canasta de huevo , pan y leche que traía con ella, finalmente llegó a la posada donde se ospedaba, golpeó con sus dos palmas la recepción resonando por todo el lugar.

-mis hijos!!

En la habitación Emma y Elios hacían un esfuerzo por poner un cajón de madera en su lugar nuevamente, entre pujidos pudieron cargarlo y ponerlo tirándose al fin al suelo, el sonido de pisadas se hacía más presente en sus oídos sintiendo un escalofrío, al momento en el que de abrió la puerta de un golpe toda su angustia desapareció llendo a abrazar a su madre, María

Emma/Elios: Mamá !

gritaron al unisono abrazando a su madre desde sus caderas, María era una mujer hermosa de cabellos cafés y ojos verdes opacos su piel era demasiado suave y blanca, María se inco a la altura de sus hijos abrazándolos con fuerza cerrando los ojos mientras lentamente llevaba sus manos a las cabezas de ambos niños enrredando sus dedos lentamente en aquellos mechones rijidos, volvió a abrir los ojos mirando su alrededor viendo todo el cuarto medio levantado, separó su cuerpo del de ellos mirando como tanto su ropas como rostros y manos estaban llenas de mugre y polvo

María: gracias a dios están a salvo

acaricio sus caras con ternura sonrriendo ampliamente par que ambas criaturas no lloran de miedo

María: traje algo que les encantará!

en el centro de toda la región se encontraba el palacio imperial, un palacio que era meramente blanco con decoraciones de cristales por casi todos lados, representando en si la unión que tenía con la luna; dentro de este en una de las salas del centro del palacio una chica peli verde hermosa de cabellos largos y rizados se movía de un lado a otro casi tocando cada esquina de aquel espacioso cuarto

-su majestad le imploro que se tranquilice

pronunció su dama de compañía extendiendo sus brazos para poder tocar a la angustiada princesa

-¡NO ME PIDAS QUE ME CALME!

Antes de poder tocarla Milagros se volteo de golpe posando sus manos en su pecho y asiendo levitar su fleco dejando ver sus ojos morados tan brillantes como la misma luna, su dama retrocedió pero no dudo en nuevamente volver a acercarse para poder tranquilizar a su princesa eufórica

-vamos su majestad! tiene que sentarse si no lo hace podría darle un paro cardíaco!

Entre más se acercaba más se enojaba Milagros, arta de todo eso la peli verde hinalo aire par poder gritar con todas sus fuerzas o eso fue asta que Maurey apareció tomandola de la mano y jalandola hacia su regaso dejando sorprendidas a ambas mujeres

Maurey: desde ahora me are cargo yo, retirate

Maurey era el príncipe más calmado que alguna vez su imperio tuvo, pero a la vez el más salvaje que tendra, su cabello verde su piel blanca y esos labios finos todo era obviamente perfecto para los estereotipos de la sociedad, técnicamente todo de él facinaba a primera vista, todo lo contrario a su hermana melliza quien compartía la misma apariencia pero su personalidad desenfrenada era lo que hacía que la sociedad le tuviera más que lastima, por ser la princesa rebelde y desubicada.

Maurey: tienes que respirar Mili

pronunció Maurey abriendo los ojos dejando ver sus hermosos ojos morados bendecidos por la luna, la peli verde se aferró a su hermano enterrando casi por completolas uñas en su saco rosa fuerte que hacia juego con su vestido y accesorios del mismo color, intento mirarlo a la cara moviendo sus ojos con frenencia

Milagros: ¿cómo está mamá? ¿está bien, está despierta?

Los nervios de la princesa eran más que notorios para cualquiera que oyera detrás de la puerta aún que no serían nada nuevo pues desde que la emperatriz Jasmine enfermo la actitud de Milagros cambio rastricamente, Maurey posó su mano en los cabellos cedozos de su hermana acariciándola suavemente para intentar tranquilizarla

Maurey: cálmate, Mamá no ha despertado, tienes que sentarte Mili ya pedí a una sirvienta que traiga al médico

Milagros se separó lentamente de su hermana con un gramo de esperanza en su rostro de esperanza

Milagros: ¡¿para mamá!?

dijo feliz tomando del hombro derecho a su contra parte y con su otra mano manteniéndola en su cintura como si fueran a bailar, Maurey intento no suspirar de frustración pues las emociones de su hermana eran más frajiles de las que las personas pensaban

Maurey: no, para ti, me preocupas hermana

calmadamente el ojo morado intento persuadir a su hermana pero solo logro que está misma se separa de él y fuera hacia una mesa para poder azotar sus palmas ahí

Milagros: todos piden que me calme...¡pero!,¡ no ven lo grave de la situación!...mamá está en cama papa esta tan estresado con todo el tema y esos niños siguen sin aparecer, ¿¡COMO ME PIDEN QUE ME CALME!? ¡CUANDO LO UNICO QUE PUEDO HACER ES SONREIR PARA TODO EL IMPERIO Y DECIR QUE TODO ESTA BIEN PERO NO LO ESTA!

Las lágrimas comenzaron a salir sin detenerse soltando su frustración una y otra vez entre quejidos, Maurey arqueo las cejas preocupado todo lo que decía Milagros era verdad, ellos a su corta edad de 14 años no podían hacer mucho solo ayudar a su padre con papeleo y más papeleo, se acercó a su hermana intentando abrazarla hasta que la única puerta se abrió de golpe sin siquiera anunciar a la persona, pero no hacía falta pues una vez las puertas se abrieron dejaron ver al emperador, de porte firme cabellos morados labios finos piel blanca y ojos azules como la noche, Milagros intento contener sus jadeos y Maurey ocultarla un poco hasta que finalmente se calmara, pero todo fue en vano, el emperador se acercó a paso tranquilo acaricio la cabeza de su hijo para hacerlo a un lado suavemente y quedar cara a cara con su hija que seguía limpiándose las lágrimas

Milagros: pa...

antes de poder terminar Lawrence se agachó a su altura brindándole un abrazo fuerte y sobreprotector, ambos mellizos se quedaron atónitos por el repentino cariño que su padre mostraba, Lawrence miro a Maurey y de un jalón lo únio al abrazo, demostrándoles a sus hijos el cariño y afecto que aún guardaba para cuando los viera, después de un rato se separaron y antes de que pudieran hablar Lawrence tocó la frente de su hija y con el un hechizo para dormir tranquilamente, antes de que callera al suelo Maurey la tomo de los hombros posando la en su regaso no por mucho tiempo ya que Lawrence la tomo en brazos para así empezar a caminar hacia la habitación de esta misma

Maurey: ¡padre!, ¿qué pretendes con Mili?

entrando en pánico Maurey siguió a su padre a paso rápido; temía que su padre se allá enterado de que su hermana empezaba a tener ataques de pánico y insomnio constante

Lawrence: la llevaré a su alcoba, me enteré que últimamente no ha dormido bien y que el estrés se le había subido a la cabeza

aclaro el emperador recargando la cabeza de su hija en su regaso para que así estuviera más cómoda, Maurey tomo saliva acelerando el paso y estar a lado o por lo menos a menso pasos atrás de su padre

Maurey: lamento no haberte informado, no quería que tomarás a Mili como incapaz de ser la princesa, tomaré la responsabilidad por favor no la castigues

el silencio después de eso fue eterno asta que llegaron los 3 al cuarto, el cuarto de Mili era hermosamente de un color púrpura y tonos verde crema por las orillas de sus paredes, su cama era individual y larga pero no tan largo como su amplio cuarto, Lawrence posó el cuerpo durmiente en la cama mirando a su hija por primera y última vez en 5 meses retirando su flequillo de su rostro admirando más a su pequeña hija

Lawrence: si a alguien hay que castigar debe ser a mi, el asunto de su madre y el de los niños ha atormentado a tu hermana desde esa noche y yo no he podido hacer nada más que perseguir a María y en buscar esa maldita flor que curará a Jasmine

un suspiro largo y pesado salió de los labios del emperador teniendo las palabras correctas con las cuales disculparse con su hijo, Maurey miro a otro lado sintiendo lastima por primera vez de su padre e impotencia por no poder hacer nada más que revisar papeles y estudiar para ser un digno sucesor al trono

Lawrence: maldición, nisiquiera los conozco

frunció el seño alejando su mano del rostro de su hija y incorporándose mirando hacia la nada

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