Aléjate de ella!!- gritó Azazel.
Miles de destellos comenzaron a salir de su cuerpo, y se acrecentaban con la ira que sentía contra Lucifer.
- Te atreves a retarme gusano insignificante? Desearás no haberte topado en mi camino-le dice el demonio.
Con uno de los destellos, Azazel libera a la diosa Hera y ésta acude hacia su hija. Toma a Azazel y se teletransporta a la tierra.
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- Mi señora, dónde estamos?- mira intrigado Azazel, tratando de reconocer el lugar.
- Escúchame bien Azazel. Esto se salió de control, así que no nos queda otra alternativa.
Suspira Hera y vuelve su mirada a su pequeña.
-A qué se refiere mi señora? Es lo que planeaban con Gabriel?
- Así es, pero el tiempo se adelantó. No permitiré que le pongan un dedo encima a mi niña y para eso te pido que cuides de ella. Tomarán identidades humanas y se refugiarán con seres de la tierra que son devotos a nosotros.
- Pero... Pero mi señora... qué sucederá con usted? No se quedará con nosotros? Si vuelve correrá peligro...y el señor Narciso?... Gabriel?..
- Ya basta Azazel!! por favor sé que es mucho lo que te estoy pidiendo, pero no puedo confiar en nadie más. Mi corazón sabe que los destinos de Aradia y tuyo fueron cruzados por algo.
Azazel dudaba sobre la decisión de la diosa, pero él también sentía en su corazón, que debería permanecer junto a la niñita y protegerla a toda costa.
Hera abraza a Azazel y le entrega una medalla y le coloca una más pequeña a su hija. Mientras besa y llora desconsoladamente, se despide de ellos.
Antes de marcharse del todo sumerge a los pequeños en un profundo sueño y con una última caricia desaparece.
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Mientras, en el reino celestial, estaba por desatarse una nueva guerra.
- Dónde están?!! Lucifer! qué has hecho con mi familia??!!
Narciso estaba enfurecido, al enterarse que Lucifer quería a su niña a toda costa, con el Rey no habían llegado a ningún acuerdo, porque querían llevársela siendo aún bebé.
Lo peor es que habían desaparecido y ni siquiera
los demonios sabían su paradero.
- Gabriel! convoca a los Ángeles y dioses, esto no quedará así- exclamó fúrico Narciso.
El Rey demonio observaba la situación impaciente, él, ya tenía planeado invadir si no acataban sus deseos.
- Dónde está Lucifer?!- exclamó irritado
- Estoy aquí padre.- El pequeño venía con la cabeza baja.
- No las encontraste? maldito inútil. Sólo tenías que quedarte en tu lugar, me importa un comino el alboroto que se genere pero quiero a esas diosas!!
Hera aparece de la nada y todos se quedan mirándola perplejos. Narciso se le acerca y al conectar con su mirada, sabe lo que ella había hecho y asiente devastado. Los dos caen de rodillas abrazados. Se dan un tierno beso. Gabriel al observar la situación, se dio cuenta que era una despedida y aceptó su destino.
- Qué es lo que ocurre?! - dice a regañadientes el Rey - los dioses lo ignoraban y seguían mirándose con lágrimas en los ojos.
Al no recibir respuesta lanza una bola de fuego en dirección a ellos. Antes de impactar, Narciso acaricia a su esposa y le susurra
- Te buscaré en mi próxima vida. Te amo
Empuja a Hera y recibe de lleno el impacto de fuego.
-Nooo!! Noooo mi amor!!- grita Hera- debíamos morir juntos!!- centra su mirada de ira en el Rey demonio -Maldito demonio!!!
Hera se abalanza hacia éste y atrae su cetro para dispararle. Pero en un arrebato Lucifer la intercepta y se lo quita, la inmoviliza con su poder y se escuchan sus gritos desgarradores.
-Argh! sean condenados malnacidos!! Nunca sabrán de mi hija!!- fija su mirada en Gabriel sabiendo lo que iba a pasar y asiente - ahora Gabriel!!
Gabriel ya la estaba apuntando con una Saeta de fuego y se la lanza directo al pecho, aprovechó la distracción, mientras los demonios eran atacados por otros ángeles y dioses.
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