Capítulo 4

El rey demonio gruñó, por la actitud de Hera. Cómo se atrevía a enfrentarlo de esa manera?, pero a la vez que hiciera eso, también lo cautivó y lanzó una mirada libidinosa hacia ella y relamió sus labios provocativamente, a lo cuál Hera reaccionó con repulsión.

Narciso lo fulminó con la mirada y objetó.

- Rey demonio, está faltando el respeto a mi mujer con su actitud y sobre todo a mí, porque lo hace en mi presencia y sin tapujos. Le pediría por favor conserve los modales y si gusta acompañarme al salón mayor, donde podremos conversar sin ser interrumpidos.

El Rey asintió y sonrió de manera burlona. Si él quisiera hubiese acabado con todos con un chasquido de dedos. Pero ahora su interés no era sólo por Aradia, sino que tenía intención de llevarse a Hera también. Deseaba someter a la diosa y educarla a su manera, no sería pacíficamente, ya que era un obsesivo de la violencia y brutalidad.

La paciencia de Narciso se estaba acabando porque notó las intenciones del demonio. Pero necesitaba llegar a un acuerdo y hacer tiempo para poder liberar a su hija y ahora también a su amada de un trágico destino.

Gabriel fue con ellos, pero también insistió para sacar a Lucifer, que seguía con la intención de no separarse de la pequeña diosa y así también provocar a Azazel que seguía parado junto a Hera y la bebé, alerta por si tenía que atacar.

La diosa le hizo señas a Gabriel para que vaya tranquilo, ella se encargaría del pequeño demonio he intentaría calmar las aguas.

- Tranquila Hera, tengo buenas intenciones para con su hija. Será una digna reina a mi lado. Me encargaré personalmente de velar por ella.

Hera comienza a reír, no podía creer lo que escuchaba que le decía.

- Sinceramente Lucifer, es increíble como hablas y te desenvuelves. Pero... No te han enseñado respeto para con tus mayores? Y en qué, momento dije que permitiría que se lleven a mi niña?

- Se está burlando de mí mujer? soy el hijo del Rey demonio y futuro heredero al trono, deberías considerar y arrepentirte de cómo te diriges a mí, o no habrá vuelta atrás.

- Tú eres el desubicado aquí - contesta Azazel - cómo te atreves a tratar así a la diosa Hera. - grita intentando contenerse, porque veía que Lucifer seguía provocándolos.

En eso Aradia suelta en llanto y tanto Hera como los niños se alertan. Hasta escuchar el lamento de la niña los hacía quedar obnubilados.

Hera ya la había acostado en su cuna y cuando quiere aproximarse, Lucifer le manda un encantamiento para dejarla inmóvil y sin habla, aprovechando su leve distracción.

Azazel quiere reaccionar pero también lo inmoviliza. Entonces procede y se acerca a la bebé. Se sorprende porque en un movimiento rápido la niña toma su dedo y lo mira fijamente.

Hera no podía creer que con tan sólo un día de nacida, su hija pudiera hacer eso.

Lucifer tenía miles de interrogantes en su mente. Cómo podía ser que un bebé lo dejara tan impactado? el hijo del Rey demonio, dominado por una simple mini diosa? Él era pequeño pero ya sentía lo que era querer estar pendiente y proteger de alguien. Sólo tenía ojos para Aradia, no veía la hora de que creciera y permanecer juntos por la eternidad.

Sentía muchos sentimientos a la vez, pero también se hacía a la idea de que esa no era la actitud para alguien como él. Es como si por primera vez se diera cuenta que tiene un corazón y éste late por Aradia.

De lo que no se percató tampoco, es que Azazel, se había liberado de su maleficio

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