Cuantas veces has estado mal, cuantos años llevas luchando sola, en silencio, con ganas de gritar, pero, ahogando cada grito en la almohada, y ahora parece que huyes de esta cuidad, huyes pensando que no le debes nada, que no te dio nada, que te quitó los sueños, que te llevó al fracaso.
Comenzó el viaje, las lagrimas corrían por mis mejillas, con mi cara contra el cristal del bus, vi por última vez por la ventana al hombre que en una semana me había brindado la paz que en años no había logrado encontrar, pero llegó algo tarde, ya me iba, escapaba de todo.
Mientras más me alejaba de la cuidad, más se me caía en pedazos el corazón, le había dicho a algunos amigos que volvería, pero la verdad, no era eso lo que deseaba, quería empezar una nueva vida, comenzar de cero, reconstruirme y olvidar o por lo menos, recordar sin dolor y aunque quería irme, me dolía demasiado dejar atrás parte de mi vida, 9 años, que no fueron del todo obscuridad. Yo anhelaba más luz.
Me voy no solo por lo de mi padre, me voy porque estoy rota por dentro, la muerte del papá de mi amiga solo fue el detonante que me hizo caer más bajo, mi salud mental está totalmente deteriorada, me levanté cada vez que caí, pero seguía cayendo y en cada caida perdía fuerzas para luchar, le temía a la noche, le temía a dormir, le temía al temor. Me había dejado de lado a mi misma, necesitaba redescubrir mi interior, conocerme mejor, había puesto por demasiado tiempo, a todos antes que a mi, había dado de lo que tenía hasta quedarme sin nada y muchos no supieron aprecirlo, ahora llena de tanto dolor y sintiéndome tan vacía y sola, tenía una cosa muy clara en mi cabeza, yo debía ser primero.
Tardé varias horas en llegar a la capital, llegué triste, pero cada vez me acercaba más al lugar donde crecí y siempre me llenaba de alegría volver, durante el viaje, había intercambiado mensajes con Max me había pedido que le avisara cuando ya estuviera en casa, por segunda vez me cuestioné a mi misma, te gusta o no te gusta?
Bajaron mi equipaje del bus y me dispuse a tomar otro transporte que me llevaría al municipio y de allí debía tomar uno más hasta la vereda donde viven mis papás, un pueblo alejado de todo donde la señal del móvil no iba a funcionar, le dije a Max que todo iba bien en el viaje una vez estuve en el municipio y le hice saber que me quedaría sin cobertura en el móvil tan pronto llegara a casa.
El abrazo de mi mamá fue todo lo que esperaba y necesitaba, ver a mi papá mejor y más recuperado después de su estadía en la clínica me alivió el alma, después de todo los médicos se habían equivocado en el diagnóstico y solo necesitó una pequeña intervención para destapar una de sus venas.
Disfrutaba tanto estar en casa, el campo me sienta bien, ver a mis primos y tíos, todos felices de verme, no tenía precio, la familia lo es todo.
Por la noche, ya en cama, preocupada por si podría dormir bien, le escribí a Max por mensaje de texto, no había suficiente cobertura para los datos en mi movil, y esperé su respuesta, como era habitual en él, desde que lo conocí, sus horarios para hablar conmigo siempre eran muy tarde por la noche, pero como tenía problemas para dormir, no me costó esperar, hasta que respondió.
- Llegaste bien? Como te sientes? me imagino que estás feliz en casa con tus padres
- La verdad sí, me siento mejor de solo saber que los tengo cerca
- Me alegra que estés más tranquila
- Te extraño
Aquí está pasando algo, pensó Max!
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