Capítulo 5. Estar a mi lado

...Christopher Bouchain

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— Siento mucho que las cosas sean así, pero no tenía otra opción... más bien no me dejaste—

Lloré desconsoladamente, sentía la calidez de mis lágrimas y la opresión en mi pecho. Deseaba estar muerta, que la tierra me tragara y jamás me escupiera.

—No... no llores.— decía Bouchain inútilmente.

»¿Cómo no llorar?, ¿Cómo no hacerlo cuando estás lejos del amor de tu vida?, completamente adolorida del cuerpo y sola en el mundo.«

Lloré hasta quedarme profundamente dormida.

Por la mañana desperté muy temprano, me lleve la sorpresa de que Christopher ya no se encontraba en la habitación, pero Edith sí y era la única persona en la que medio podía confiar.

Ella hacia una video llamada, la escuchaba hablar y llorar al mismo tiempo, ella tenía los auriculares puestos y moqueaba limpiandose con la manga de su suéter color azul. Ahí comprendí que ella también formaba parte del embrollo de Christopher.

Mi cuerpo se quejaba aún más. Edith me contagio las lágrimas y pronto comencé a añorar la compañía de mis seres queridos, en especial aquel chico de ojos cafés y cabello rizado.

Por un momento sentí felicidad al comenzar a sentir que el oxígeno carecía en mis pulmones, pues aunque era algo doloroso y asfixiante, la situación por la que estaba pasando era mucho peor.

Sin decir nada aguante la crisis, permanecía inmóvil ya que no quería que Edith se diera cuánta. Deseé con todo mi ser morir.

La máquina comenzó a chillar, no obstante Edith no lo noto por los auriculares.

»Ojala y podamos cuincidir y ser felices en otra vida« pensé dadicando mis últimas palabras a Nathaniell.

Todo a mi paso se nublo...

...*...

Estaba recostada sobre su pecho, su olor me alegraba plenamente la vida. Canela recién molida con un toque de Axxe. Pasaba la yema de mis dedos sobre sus músculos

—¿Nathaniell me perdonas?—

El acariciaba con sus manos mi cabeza, permanecía totalmente mudo.

Me enderece para observarlo, su rostro era totalmente neutro.

—Nathaniell, jamás fue mi intención dejarte sin más... estaba amenazada por Eder, él es el culpable de todo—

—Debiste haber confiado en mi.. ambos buscaríamos una solución—

—Sé que me equivoqué... No es fácil ver morir a alguien en tus brazos, verlo desangrarse y despedirse por qué murió. Entiende que yo no quería que eso te sucediera a ti, yo no podía permitir que te pusieran una mano encima—

—Eso no justifica tu silencio, eso no justifica que te equivocaste—

—Lo sé... y lo único que deseo es que puedas perdonarme—

—Lo haré solo si prometes seguir con vida y encontrar la manera de estar a mi lado—

—Así será... ya verás— me acerque a él y le di un casto beso en los labios.

...*...

Desperté con el cuerpo más adolorido. Inmediatamente busque a Edith pero ella no estaba por ningún lado.

»¡Quizá la puse en problemas!« pensé moviendo rápidamente mis ojos intentando encontrarla.

—¡Espero y no intentes morir nuevamente— La voz de Christopher inundó la habitación por completo. Está hizo estremecer mi cuerpo.

Salió de algún rincón detrás de mi, tomo mi mano y puso un casto beso sobre mis labios.

—Buenos días princesa— con los nudillos acaricio mi mejilla.

Quise alejarme, no obstante no lo hice... debía cumplir la promesa que le hice a Nathaniell.

—Tengo mucho trabajo pendiente, pero no me quiero separar de tí... hoy me apresúrate y te ayudaré a levantarte de esa horrible camilla.— yo asentí con los ojos

A las 2 de la tarde el Doctor me visito, examinó cada parte de mí cuerpo, incluídas mis cuerdas bucales.

—Eres muy joven y superarás este trago amargo de la vida. Tu cuerpo sanará, el dolor es por los hematomas causados por la agresión física, descartamos alguna contrucción en el cráneo o alguna otra parte del cuerpo. Tu motilidad está perfecta, solo es cuestión de tomar terapia para la movilidad de las extremidades. El problema que presentas en las cuerdas bucales aún está presente y la inflamación no seas, te daré una dosis más alta de antibióticos para que estés lo mejor posible...

Estarás bien... y mucho menos que tu prometido no se a alejado de ti, te debe querer mucho—

»¡Por supuesto « pensé con sarcasmo observandolos por el rabillo del ojo, él estaba leyendo unos documentos en el ordenador.

El doctor salió de la habitación dejando un inmenso silencio dentro de ella.

Las teclas del ordenador sonaban por toda la habitación. Yo estaba completamente entretenida en idear un plan.

»Tengo que salir de este hospital, pero para eso tengo que llevar mi recuperación adecuadamente. Además de que tengo que hacer las pases con el idiota de Bouchain para que se fie de mí y escapar... «

—¿Quieres ver la televisión?— la voz de Christopher interrumpió mis pensamientos.

Yo asentí con los ojos llenos de esperanza, pues mi plan estaba en marcha desde este momento.

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