La cabeza no dejaba de darme vueltas, siempre había tenido el pensamiento que existía algo más de lo que teníamos a simple vista, no obstante, el tenerlo en frente hacía que todo fuese más difícil de creer. Al salir del pequeño estudio, caminé hacia la habitación de mi mamá, con la sensación de que las paredes se iban a venir encima y ella se sorprendió un poco.
-¿Estabas con Luna? Sé que hablar con tus amigas te hace sentir mejor, pero no me avisaste que ibas a salir.
-Discúlpame mami solamente salí para sacar unas fotocopias que necesitaba
Creo que hoy más que nunca te afectó ver a Esteban, deberías llamar a Luna para que salgan a caminar un rato, escuché en el súper mercado que el almacén chino tiene mercancía nueva.
Aunque estaba convencida de entrar y decirle todo, cuando quede al lado de la cama me quedé sin palabras y decidí solo hacer un gesto de aceptación dándole la razón.
Luna ha sido mi amiga por años desde hace un tiempo vive en la misma unidad residencial que yo, en un edificio que se encuentra diagonal al mío, siempre que salimos juntas nos encontramos en medio del camino hacia la portería en una banca que también hemos usado largas noches para conversar. En alguna ocasión la noche se nos pasó jugando parqués, casi a la 1 de la madrugada nuestras risas se podían escuchar en todos los apartamentos, había un silencio profundo fuera de lo normal para ser la madrugada del sábado, de repente vi aparecer a mi papá con su pijama de pantalón y saco azul oscuro con los brazos cruzados sobre el pecho para regañarnos por el escándalo, de momento le dimos la razón y cuando volvió a entrar en la torre entramos en un ataqué de risa muda que casi no logramos controlar.
Al parecer no era yo la única que quería despejar la mente, no había terminado de proponerle a luna que fuéramos al almacén cuando ya se estaba poniendo los zapatos para salir del apartamento, mientras nos íbamos acercando a nuestro punto de encuentro yo tenía tantas cosas en mente y sin poder decir nada, se agolpaba en mi pecho la sensación de que todo había estado en mi imaginación aunque en definitiva me sentía diferente y no solo en el sentido emocional, era la sanidad a través de mi cuerpo cada una de mis partes estaba en perfecto estado, mi visión estaba mejorando notablemente e incluso mis dientes se encontraban más alineados.
La salida transcurrió como si nada, caminamos, revisamos de pies a cabeza la tienda, aunque al final solo compramos una bobada, de regreso nos detuvimos junto a la carrilera del tren en un carrito donde venden los que son para mí los mejores churros del planeta. Éste es uno de mis lugares favoritos porque es una vista preciosa de la ciudad en que vivo, con luces, apostado en medio del comercio, con el paso de muchas personas cada hora, no es una comunidad tan grande por lo que la mayoría de los rostros con los que nos cruzamos me son familiares.
Necesitaba con urgencia distraer la mente, estaba siendo uno de mis días más paradójicos, por fin me estaba sucediendo algo interesante y yo que siempre le cuento a mi mamá y a Luna lo que me pasa así se trate de algo mínimo no podía decir nada por primera vez. Pueden imaginarse como si mis mejillas se estuviesen inflando tanto que iban a estallar.
A las 5:00pm estaba Esteban en el apartamento dejando a Gabriel, después de lo que había visto mis pensamientos no solo estaban ahogados en él y creo que lo notó. repentinamente comenzó a extender la conversación haciendo alusión a que el tráfico estaba pesado entre otras cosas. Observaba detenidamente el apartamento intentando encontrar algo que hacía la situación diferente, aunque estuviésemos en la misma dinámica de siempre, no lo niego aun me encanta ver como se marcan los huequitos en sus mejillas cuando sonríe, mientras habla imagino miles de maneras en que quisiera acercarme y abrazarlo, es más llega un punto en que no le estoy prestando atención y una sonrisa discreta permanece en mi cara.
Después de media hora se fue y 100 puntos para mi porqué mantuve toda una conversación sin ponerme pesada con el tema de “nosotros”. Preparé a Gabriel para la cama después de darle un baño, eso sí todo el tiempo que pasa en la ducha es obligación estar cantando para que no se ponga a llorar y nos metimos a las cobijas enrollados en una esquina como si no hubiese más lugar y es que uno de los momentos que más disfruto es poder escuchar el latido de su corazón mientras me voy quedando dormida.
El día siguiente comenzó con la mañana sin novedad y ya que no se había cumplido con el pacto de salir a comer la noche anterior, mi papá muy madrugador fue a la misa de 7:00 am y de regreso trajo un desayuno especial. Me moría por regresar y saber más, por fin mi vida se estaba haciendo interesante algo así como los perfiles que seguimos en Instagram y la valentía se estaba apoderando de mi corazón. Organicé la habitación, cerré la puerta y la abrí nuevamente con la intención deliberada de encontrarme con la escalera y la mesa, así fue con más facilidad de la que yo esperaba.
La cerré de nuevo, me bañé y me vestí con mi pequeño, pasé a la habitación del lado donde estaban mis papás y les dije que iba a salir con Luna para llevar a Gabriel al parque. Nos despedimos con la mano y nos comprometimos a traer un dulce de regreso, en esta ocasión use la puerta del apartamento como entrada a la casa. Gabriel me miró desconociendo el lugar, pero siguió inmerso en morder el juguete que llevaba en las manos.
Entramos a la sala de estar que estaba vacía, comencé a caminar por el pasillo hasta llegar a la cocina donde estaban las dos mujeres como el día anterior.
-Buenos días, disculpen la interrupción estoy buscando a mi abuelo.
Una de las mujeres la más alta de cabello negro, piel blanca con un vestido negro hasta los pies ajustado por un delantal blanco a la cintura me respondió al instante.
-Mi niña que grata sorpresa, no pensamos verte de regreso tan pronto, el general ha salido esta mañana, pero si gustas esperarlo estaríamos encantadas de ofrecer una merienda a este hermoso cachetón.
Enseguida la otra mujer añadió, por cierto, nosotras somos clemencia y su servidora silvina, las encargadas del cuidado de esta casa y hemos trabajado para su familia por un largo tiempo.
No se imagina la alegría que nos dio ver su rostro aparecer en la pintura, ya estábamos temiendo que esta casa fuera entregada a otro linaje llegada la muerte del general y con tanto tirano que hay ahora estaría echado a la suerte nuestro futuro.
No sabía que decir ante tanta amabilidad, ni siquiera había comprendido por completo lo que el general me explicó el día anterior.
-Muchas gracias por su recibimiento sin embargo siento desilusionarlas ya que aún no tengo claro cuál es mi deber y si estoy en capacidad de cumplirlo.
-No se preocupe señorita, ya la guiaran para descubrir cuál es su don y como puede hacer uso de él, la mayoría de los representantes de esta casa han sido grandes guerreros, protectores del poder y el conocimiento de nuestra existencia.
Con toda la intención no pude contener la risotada, ya que si ese había sido el don de mi linaje a través de la historia yo sin duda era el fin humorístico de nuestra familia porque era más bien una persona de paz y pocas armas.
-Pues señoras, creo que es posible que no solo las desilusione a ustedes sino a toda la comunidad porque de guerrera no tengo nada, es más prefiero evitar los conflictos.
Ambas mujeres contagiadas por mi risa casi lloraban y se apretaban estómago, a lo que Silvina respondió:
-Mi niña no te agobies por lo que aún no ha sucedido,esperemos a ver que nos va a revelar tu don. De igual manera por si no lo sabes tienes muchos muchos años por delante para que encuentres como servir a tu casa, pues de nuestra raza quien menos vive alcanza unos 500 años
El temor me embargó por completo de pensar en tantos años de vida sin saber si Gabriel era igual que yo, las manos se me durmieron y podía sentir como si el suelo se estuviera abriendo en dos - ¿Cómo puedo saber si mi hijo es igual que yo?
Las dos mujeres al ver el terror en mi cara se acercaron para prestarme una mano de apoyo, clemencia no esperó para comenzar a hablar de nuevo, claro que es como tu niña, el castigo ha sido levantado a tu familia a través de ti y en adelante tu descendencia mientras no deshonren nuestras leyes será bendecida con nuestras habilidades.
El alma regreso a mi cuerpo y me quede absorta mirando como Gabriel estaba feliz en el mesón devorando un frasco de galletas que clemencia le había dejado a la mano, casi toda la cara del niño estaba cubierta de boronas. Al menos ya estábamos juntos en todo este asunto.
-Ustedes me podrían contar que fue lo que hizo mi abuelo, para haberse ganado tremendo castigo.
Silvina respondió:
El general sirvió fielmente a nuestra raza en la época en que la avaricia de algunos transcendía a las ciudades comunes, nunca olvides lo importante que es permanecer fuera del ojo humano ya que el conocimiento de nuestras habilidades desataría una guerra injusta con los hombres que no tienen nuestro poder, obligándolos a estar bajo nuestro mandato ya que ellos no saben convivir con la diferencia y esto no es lo que dispuso nuestro creador debemos coexistir sin dañarnos ni someternos.
Pero el general fue sobrepasado por el gusto a las mujeres, sin respeto alguno por el género pasaba de una cama a otra. Al regresar de este lado para dar parte de los avances en las ciudades, conoció una viuda con especial influencia, convivieron por un tiempo, y fue ella quien parecía ser el remanso de paz del general. al cabo de algunos meses regresó con su familia a casa con su abuela, así terminaban todas las historias del general
La condesa no soportó tal desprecio y comenzó a actuar en formas erráticas y agresivas, hasta que una mañana fue hallada sin vida en su alcoba, al parecer por el consumo exagerado de antidepresivos. Por tratarse de una mujer notable en la corte, esta afrenta no podría ser pasada por alto y sin aviso alguno, el general fue condenado a la muerte ante el ojo de las ciudades comunes, por lo que para tu familia él murió siendo aún tan joven, además despojado de sus dones y su linaje exiliado. Lo único que quedó para sus hijos fueron los ojos amarillos como prenda de que alguna vez pertenecieron a este lugar.
El silencio se desbordó por la cocina, siempre supe que mi abuelo fue una persona de un estilo de vida reprochable, pero nadie jamás imaginaria el tremendo castigo al que fue sometido, tener que vivir en la distancia observando los buenos o malos momentos siendo inexistente para sus propios hijos. Claro está que mi abuela mejoró desde que el ya no estuvo en su vida pues lo mujeriego que era la había convertido en una mujer triste e insegura
- Muchas gracias por ser sinceras conmigo, de este modo tal vez sea más fácil comprender lo que él espera de mí.
-Es bueno que después de tanto tiempo el encuentre esperanza en alguien mi niña.
Casi al medio día llego mi abuelo y en cuanto nos vio sonrió, compartiendo la sensación gratificante que emana cada vez que uno conversa con él.
-Mariana que gusto ver que tomaste la decisión sin pensarlo tanto, ¿esperaste mucho tiempo?
-Hola…Llegue temprano, pero por suerte conté con una excelente compañía, quisiera si es posible que hablemos un poco sobre que sigue ahora.
-Bueno lo primero es presentarte ante el concejo y que la máxima institutriz te ayude a definir cuál es tu don y teniendo en cuenta que nos encontramos en domingo no es posible realizar la visita. Más bien podemos aprovechar el tiempo para enseñarte la casa.
El recorrido inició por la sala de estar que ya conocía. Ésta vez no tomamos el pasillo hacia la cocina si no que subimos por las escaleras que había visto la primera noche, al final de las escaleras nos topamos con otra sala de estar un poco más cómoda e informal que la que tiene el árbol familiar en la pared, de un costado se encontraba una puerta doble, en su interior una impresionante biblioteca que constaba de dos pisos, al otro lado de la sala estaba otra puerta doble que era la entrada al estudio del general. Este lugar me producía una sensación increíble, al estilo de las casas que uno imagina mientras lee una novela de época y aún más espectacular porque ofrecía las comodidades de la vida moderna sin perder majestuosidad en su decoración.
En el estudio había una hermosa mesa de madera y vidrio, en la parte de atrás del escritorio un gran retrato de los cuatro hijos legítimos de mi abuelo y justo en el medio se encontraba mi mamá con unos quince años, resplandeciente y obviamente ignorante de todo lo que estaba próximo a suceder.
Ya que al tener una muerte común mi abuelo, parecía que la fortuna familiar se había desvanecido lo que desencadeno en múltiples dificultades para sus hijos, situaciones en las que él jamás hubiese permitido que se encontraran. Finalmente, del lado derecho del salón estaba el ingreso a otro pasillo que en sus costados resguardaba las puertas a las habitaciones, hermosas y con diseños tallados en la madera que hacía que cada una contuviera una obra de arte, siempre me resultó como un lugar curioso porque era básicamente colonial, pero con toques de la década de los 70’s, supongo que quedo hasta allí porque fue el último contacto con el mundo común.
-Abuelo, quiero decirte…. Me vi en la necesidad de guardar silencio y tomar aire de forma profunda antes de continuar, puedes contar conmigo de hoy en adelante, aun así, no puedo dedicar todo mi tiempo a este lugar, la situación actual de mi familia no es fácil y es muy importante que pueda conseguir un empleo…. No sé si hay alguna posibilidad de agilizar un poco ese proceso-
-Mariana no te preocupes por eso pues de hoy en adelante también cuentas con todo mi apoyo y estas tierras han sido benevolentes con nosotros sus extensiones son fructíferas, también en las ciudades del Edén contamos con algunos negocios … con tiempo te iré poniendo al tanto de todo. solo espero que te esmeres en aprender y seas pronto una digna representante de nuestra casa.
Cuenta con eso abuelo –
Las palabras del abuelo conservan un tono profundo y adecuado, pero me atrevería apostar que la nostalgia que se ve en el fondo de sus ojos es un huracán de emociones que el día menos esperado va a salir con fuerza de su ser atormentado, para tocar tierra ante quienes ahora hacemos parte de su vida.
Mi abuelo y Gabriel hicieron clic enseguida y para el niño este era un lugar increíble para descubrir, mientras yo moría de susto de pensar que iba a romper algo, pues sus pasos aun no eran muy exactos que digamos. Al caer la tarde regresamos al apartamento, el niño estaba rendido de jugar por lo que apenas le puse la pijama se quedó dormido, al recostarme junto a él intentaba dormir, pero lo excitante de este comienzo no me lo permitía, era esa oportunidad de comenzar de nuevo por la que tanto había rogado.
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