III - Confesión

“La culpa es como un saco de ladrillos; solo hay que descargarlo “

Frase de Al Pacino en de The Devil's Advocate, frente un joven Kevin Lomax representado por Keanu Reeves, del mismo modo, de pie, tiesa, estaba Sofía ante esos ojos profundos color miel y algo verdoso, pasaba una inspección, la expresión confusa de aquel hombre quien actuaría como defensor, o intermediario en todo caso.

Por mucho que intentara mentirse a sí misma de lo contrario, era evidente su inseguridad, su faz la delataba.

- Señorita Gutiérrez, siéntase a gusto, con un gesto señaló un sillón de cuero para que tomara asiento, estamos en presencia del Señor este momento consiste en reflexionar sobre aquellas acciones, pensamientos o palabras, que nos hayan podido alejar de Dios, ofender a los demás o dañarnos interiormente. Es el momento de ser sinceros con uno mismo y con Dios, sabiendo que Él no quiere que nuestros pecados pasados nos opriman, sino que desea liberarnos de ellos para poder vivir como buenos hijos suyos, explicó en un tomo suave como intentando calmar a su feligresa.

...- ¡Si! Aseguró Sofia intentando recobrar su cordura, estoy aquí a conciencia de la gravedad de mi actuar, reunió fuerzas de donde ni ella sabía, tuve un sueño confuso, donde traicionaba a mi marido con otro hombre padre, tuvimos relaciones, fue muy real, la sensación, ¡he pecado! Exhaló un gran suspiro como expulsando con ese aliento todo el peso que la mortificaba desde la noche anterior, aún pálida, la muchacha comenzaba a pestañear rápidamente, tenía el pulso acelerado y respiraba ahogadamente. ...

- Nunca he, siquiera imaginado u observado con deseo a ninguna persona que no fuera Él, lo amo y respeto desde que lo conocí , proseguía su relato temblorosa,

- Siempre estuve, ¡estoy ¡, rectifico sus palabras, segura de mis sentimientos, desde el momento que dije si ante el altar, aún antes mismo de aquello, eso nada más fue reafirmar a los demás lo que siento, porqué ¿Por qué sucedió esto? Levantó la mirada, sollozando, pasando la mano para limpiar las lágrimas que corrían tímidamente por su mejilla, esperaba hallar respuesta a esa incógnita, rogaba obtener clemencia, al menos le diera un halo de esperanza, cumplir una condena y seguir la vida perfecta que tenía, al menos eso creía poseer, entre la incertesa volvió al instante cuando conoció a Fernando , fue lunes 6 de enero de 1996, no que lo haya memorizado, pero la anécdota quedó en su mente y seguiría allí aunque nunca hubieran terminado en una historia juntos , hizo una entrega, habían varias, poco personal, no tuvo mas opción que entregar el pedido, buena paga, poco tiempo , ! una maravilla !, llegar a la dirección se tornó una odisea, lo que debia tomar unos minutos se tornó en horas, dado que el GPS la envió muy lejos de donde se suponía debía llegar, entre tanto, logró realizarla, tarde pero la realizó, en la entrada la recibió un Señor delgado , nariz afilada, cejas anchas de furiosa mirada, si fuera un arma de fuego ella estaría muerta acribillada.

- Se suponía que debía llegar a las 3 de la tarde el pedido! Dijo en un tono fuerte.

- Lo siento , la dirección que enviaron era errónea Señor, refuto Sofia en un tono aún mas desafiante, estaba cansada, molesta y para rematar la estaban reprendiendo, no se dejaría intimidar

- Como que errónea ? Respondió el hombre visiblemente irritado, son las 5 de la tarde, la reunión tuvo inicio a las 2, es usted una inepta infirió

- Perdone usted, pero no tiene el porqué de tratarme de esta manera irrespetuosa, no le he causado daño alguno, al contrario aquí esta su pedido son, son 150$ por los bocaditos y las bebidas reafirmo Sofia lanzando frente al hombre una factura con el monto a abonar, tarjeta o efectivo?

- Que desfachatez, no lo voy a pagar, sostuvo la factura y profundó su furiosa mirada, ambos estaban combatiendo ferozmente en silencio, cuando apareció otro muchacho desde dentro de la oficina.

- Efectivo! Exclamó, mientras retiraba del bolsillo del pantalón una billetera, ojeando retiro el dinero, lo entregó a la pequeña mujercita frente a él, quédese con el cambio sentenció, le hizo un guiño, colóquelo por aquí, mostrando con un gesto con las manos unas mesas que se veian a lo lejos dentro del local

- Si , Señor! Respondió Sofia, haciendo de lado al hombre que la seguia observando atentamente, abrió la puerta del vehículo en el cual traia los comestibles, con prisa fue acomodanto todo en el lugar indicado, al momento de retirarse, por lo apresurada de salir del lugar, sin querer o por torpesa misma, tropezó con el umbral que la llevó directamente al suelo, tuvo la destresa de levantarse lo mas rápido posible no deseaba que nadie la viera o para mantener la poca dignidad sobrante, sacudió el polvo de la ropa, palpo la cabeza sintiendo algo tibio en las manos, se percató que un liquido de color rojo cubria la palma ,intentó levantar la cabeza pero en ese momento se le nubló la vista , yornandose todo negro alrededor....

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