CAPÍTULO 16

Siento un gran peso oprimiendo mi cuerpo, no puedo respirar, es tan pesado. Me quejo mientras me muevo tratando de quitar el peso. Abro mis ojos de apoco y veo que Rey me tiene abrazada completamente. Sus piernas y brazos están a mi alrededor, trato de zafarme un poco de él o por lo menos tanto como su apretado agarre me lo permite.

En la habitación hay poca iluminación, pero creo es temprano y levantarme viendo su rostro perfecto es un placer que nunca pensé tener. Me quedo observando sus largas pestañas, sus labios delgados y algo quemados por mucho fumar, ahora que lo miro de cerca tiene una pequeña cicatriz en su frente y un lunar en la parte interna de su párpado derecho la cual no es tan grande para notarse desde lejos, observo su brazo detenidamente y noto que sus tatuajes son animales la mayoría son felinos y sus diferentes especies, el de su pecho es un gran águila con algún tipo de insignia en sus garras, en su espalda tiene un gran león rugiendo que la ocupa por completo, mirándolo fijamente me preguntó ¿como puede ser tan hermoso?, es tan injusto estar en medio de alguien tan provocativo como él.

-Si me sigues mirando de esa manera voy a creer que quieres volverlo a hacer-

*Me asusto al escucharlo hablar y entierro mi cabeza en su pecho avergonzada*

-No sabia que estabas despierto, lo siento-

*Le digo y él se voltea mirando al techo para abrazarme fuerte*

-No te preocupes, en realidad tengo el sueño muy liviano aunque hacía muchos años que no dormía tan bien y tantas horas seguidas, eres como un peluche de felpa, Estrellita-

*Me dice y yo frunzo el ceño*

-¿Gracias de qué?, No he hecho nada-

*Le pregunto extrañada*

-Corderito, tengo problemas para dormir hace mas de diez años, pero anoche pude descansar como si el mundo exterior no existiera contigo a mi lado-

*Me dice dando un gran suspiro y mira el reloj que esta en la mesa de noche*

-Es casi la 1 de la tarde, deberíamos levantarnos, ducharnos y bajar por algo de comer o ¿prefieres que lo traigan al cuarto?-

*Me pregunta mirándome a los ojos*

-Quiero bajar, además también quiero llamar a mi abuela, anoche no la llame a darle feliz año y a mis amigas tampoco por lo que deben estar muy preocupadas-

*Le digo sentándome un lado de la cama dándole la espalda*

-Claro, deben imaginar que te devoró el lobo feroz-

*Me dice pasando su mano suavemente por mi espalda y mi piel se eriza*

-Aunque sí te comí pero de una manera que te fascinó ¿cierto?-

*Dice sus palabras entre risas. No le respondo, tampoco lo miro, pero mi cara se vuelve roja*

-Bebé, de casualidad ¿Quieres provocarme?-

*Siento como toca los hoyuelos de mi cadera al tiempo que habla*

-¿Yo?, ¿de que manera lo dices?-

Le replico de inmediato mirándolo de reojo. Su mano vuelve a subir suavemente por mi columna vertebral, mi piel se eriza nuevamente y él me jala de regreso a la cama quedando encima.

-Pues mostrándome tu hermoso cuerpo y viendo lo sensible que eres a mi tacto-

*Me dice dándome un gran beso, sostiene mis glúteos haciendo presión en su ereccio**

-Mejor me voy a bañar, no creo poder detenerme si continuo aquí y de esta forma contigo a mi lado-

Dice mientras me sonríe y guiña su ojo, me da una nalga** y se levanta de la cama completamente desnudo, mis ojos no pueden evitar deleitarse con su cuerpo de Dios del olimpo, veo su pierna derecha tatuada desde el muslo hasta casi su tobillo y en ella tiene algunos peces, aves y rosas que se ven tan bien en su piel, lo sigo con la mirada al baño. Prendo el TV y lo espero salir mientras pienso en todo lo que esta sucediendo en este momento.

-Puedes entrar ahora bebé, hazlo antes de qué te ataque, eres demasiada tentación para mis ojos-

*Me dice riéndose con cierto toque de maldad*

...

Cuando salí del baño encontré ropa de mi talla sobre la cama, pero Rey no estaba por ningún lado. Miro el reloj y son las dos de la tarde, en realidad dormimos mucho. Me visto y me acerco a la gran ventana, las persianas están abiertas por lo que puedo ver claramente el paisaje, la noche anterior nevó mucho así que todo está completamente cubierto de nieve estoy embelesada hasta que lo siento entrar a la habitación.

-Estrella, ¿por qué no secaste tu cabello? Te vas a enfermar-

*Es lo primero que me dice al entrar, se acerca a mi y me besa el cuello. Le sonrío y él busca algo en un cajón*

-Ven, sientate aquí en el tocador, secaré tu cabello, debes cuidarte eres muy delgada y te enfermaras si no lo secas-

*Lo escucho hablar mientras camino en su dirección*

-Esta bien... ¿Rey?-

*Le contesto al sentarme*

-¿Si?-

*Me responde y yo pienso por un segundo si hacer mi pregunta o no*

-...¿Esta ropa de quien es?-

*Le pregunto y él enciende el secador para comenzar a secar mi cabello*

-Es tuya Corderito, hace unos días pedí que te comprarán ropa y algunas cosas más para tu uso en esta casa. La última vez te fuiste tal como viniste y peor... sin bragas por mi culpa-

*Lo miro por el espejo, él esta concentrado en mi cabello mientras habla*

-Pero no recordemos cosas tristes, todas las prendas están lavadas así que no tienes nada de que preocuparte-

*Alza la mirada al hablar y señala con su dedo*

-En esa puerta encontrarás nuestro clóset, tienes mucho espacio para llenarlo como quieras también en las gavetas del baño al lado derecho verás todo lo que creo necesitas, puedes organizar las cosas como desees y si falta algo me dices, lo compraré para ti-

*Lo miro fijamente anonadada de lo que escucho*

-¿Nuestro clóset?-

*Le pregunto insegura*

-Sí Corderito, nuestro. La verdad muy poco utilizo esta parte de la casa siendo sincero no duermo mucho y soy muy promiscuo cuando el insomnio se apodera de mí así que no vengo seguido a esta habitación-

*Bajo la mirada al escuchar la sinceridad de sus palabras*

-... ¿Para qué comprar tantas cosas?, ni que fuéramos a vivir juntos o nos fuéramos a ver muy seguido-

*Le digo con mi ceño fruncido sin entender ¿por qué tomarse tantas molestias?*

-No me mires así bebé, ya te expliqué que nunca he tenido a nadie estable en mi vida y desde que vivo en esta casa no había compartido esta habitación con nadie, no duermo con nadie y no dejo que nadie entre a este lugar-

*Me dice terminando de secar mi cabello*

-Lo de vivir juntos, no, ya te expliqué que tengo una vida complicada y no puedo prometerte fidelidad para que tengamos una relación-

*Coloca el secador en la mesa al tiempo que dice sus palabras*

-Pero te prometo que esta parte de la casa será solo para nosotros dos, este lugar será nuestro y si algún día más adelante quieres entrar conmigo a mi habitación del placer, será tu decisión bebé, no te volveré a forzar, es parte siempre la puedo obtener de otra persona-

Acaricia mi mejilla y me da la espalda. Al escuchar sus palabras pienso en esa habitación y no entiendo por que diría que es de placer si para mi fue una gran tortura entrar a ese lugar, aparte es obvio que no soy y no seré la única mujer en su vida. Lo miro tratando de disimular el terror y tristeza que me causa pensar en eso, me levanto de la silla y camino hacia la cama donde él esta sentado.

-Eres la primera mujer en muchos años que permito sea tan cercana a mí, lastima que mi capacidad de amar la mataron hace mucho tiempo-

*Su mirada se vuelve triste al decir sus palabras, se levanta de mi lado y camina hacía la puerta*

-Sí deseas hacer alguna llamada tu bolso está en el escritorio de la entrada, anoche nevó mucho y hay pronóstico de volver hacerlo esta tarde, la carretera esta intransitable es mejor que le digas a tu abuela Dolores que llegarás mañana-