CAPÍTULO 10

La noche llegó en un abrir y cerrar de ojos. Rey no me llamó en todo el día y ya son casi las ocho de la noche, afuera esta nevando y con ganas de hacerse más fuerte así que me decido por irme para donde Amelia.

-Dolores ya estoy lista, me voy para la casa de Amelia-

*Le digo parándome en la puerta y ella se acerca a mí*

-Bueno, ve derechito y no olvides llamarme si no vas a venir mañana, sabes que me preocupo si no lo haces-

*Me dice dándome un beso y un abrazo*

-Feliz año nuevo, mi niña, que todas tus preocupaciones se vayan hoy, te amo-

*Su voz se escucha nostálgica y yo la abrazo*

-Yo también te amo, feliz año y no estés triste, nos vemos mañana, descansa bien mamita-

*Le digo dándole un beso y salgo de la casa*

...

Voy caminando en dirección a la casa de Amelia, ella vive cerca a la mía, pero a mitad de camino alguien me abraza por detrás. Me asusto y trato de gritar pero me cubre la boca mientras me besa el cuello. Mi corazón se acelera, pero en ese instante sé que debe ser Rey. Él Me levanta y me carga en sus brazos.

-Hola Corderito, pensé que no saldrías de tu casa y me tocaría arruinar la sorpresa llamándote-

*Dice dándome un beso en los labios. Nos miramos por un momento a los ojos y empiezo a temblar, no lo logro controlar es como si mi cuerpo lo recordará, pero no de la manera que quisieras sentir, además mi rostro de terror es imposible de ocultar. Él suspira profundamente al ver mi reacción*

-No te preocupes, Estrellita-

*Me dice mientras camina hacía su carro conmigo en brazos*

-Esta noche no haré nada que no quieras-

*Me dice abriendo la puerta y me sienta en el puesto del copiloto*

-Y antes de que digas cualquier cosa sobre lo que acabo de decir-

*Me dice mientras abrocha mi cinturón*

-Tampoco ingeriré y/o te daré nada fuera de lo normal-

*Dice sus palabras levantando su mano derecha*

-¡Lo juro solemnemente!-

*Dice y me besa mientras se ríe de una manera pícara. Yo no logro procesar todo lo que ha pasado en menos de tres minutos así que solo lo miró en silencio*

-¿No dirás nada?... Ok, lo entiendo, pero ahora déjame que te muestre lo que tengo preparado para ti-

*Me dice mientras acaricia mi barbilla*

-Te recompensaré esta noche por lo sucedido la vez pasada y podremos hablar tranquilamente de lo que quieras-

Me dice y me guiña un ojo al tiempo que cierra la puerta dando la vuelta para subir a su puesto. Arrancamos, pero yo sigo temblando y miro por la ventana mientras trato de acomodar mis emociones y me digo mentalmente, vamos, tú puedes, dijiste que no te dejarías vencer de este león. Doy un gran suspiro y él me mira al escucharme suspirar.

-No te preocupes, Corderito-

*Me dice sosteniendo mi mano y voltea a mirar la carretera*

-Verás que esta noche será perfecta y te haré olvidar-

*Me dice y me sostiene con fuerza la mano*

-... Bueno... por lo menos opacar un poco... el recuerdo de la bestia que fui aun sabiendo que era tu primera vez-

*Me dice y suelta mi mano y mira fijo a la carretera mientras habla*

-No pretendo hacerme el inocente, me equivoque y como tú lo dijiste... abuse de ti-

*Me dice y yo lo miro sorprendida al escuchar sus palabras. No esperaba que lo reconociera en este momento, pero eso no cambia lo que paso, me siento ofendida al oír palabras que yo ya le he dicho antes*

-¡¿Y?!-

*Le digo furiosa haciendo que él me mire y vuelve a voltear a la carretera*

-Esa conversa ya la habíamos tenido-

*Le grito y miro por la ventana*

-No veo cuál es la diferencia que lo digas tú a que lo diga yo-

*Le digo y puedo sentir como se me hace un nudo en la garganta*

-Hagamos un trato, bombón-

*Me dice con un tono intranquilo*

-Hoy pasemos la noche en mi casa, no haré nada que no quieras, no ingeriré alcohol, ni nada extraño y sobre todo, sí después de media noche me dices que te traiga de regreso donde tu amiga, lo haré sin contradecirte amenos de que este nevando muy fuerte, sabes que en ese caso se me haría imposible, pero no te tocaré, lo juro, ¿Tenemos un trato?-

*Me dice estirando su mano frente a mi y en este instante pasan muchas ideas y dudas por mi mente, pero sobre todo me pregunto si está será la oportunidad de alejarme de él, sostengo su mano con dudas, pero debo arriesgarme, no es como si tuviera muchas opciones*

-Está bien, pero con una condición-

*Le digo mirándolo con seriedad*

-La que quieras y yo también tengo una-

*Me responde y suelta mi mano*

-¡¡No!!, no puedes cambiar lo que ya dijiste-

*Le refutó de inmediato y veo que una pequeña sonrisa se asoma en su rostro*

-No lo cambiaré y más que una condición es un favor-

*Me dice con su cara un poco melancolica y nos miramos por un segundo y mi mente divaga un poco ¿por qué tiene que ser tan guapo?, no es justo que el diablo tenga forma de oveja... ¿será posible que algo sea diferente?*

-¿Qué favor?-

*Pregunto enojada*

-... No me esquives, ¿si?-

*Me dice con un rostro triste*

-¿Esquivarte?, ¿tengo derecho de hacer eso?-

*Alzo mi ceja y blanqueo mis ojos al decir mi palabras, porque ambos sabemos quien es el que decide lo que esta permitido y lo que no en esta situación*

-... Sí, si puedes... para ser mas exactos eres la única persona a la que se lo podría permitir... siempre y cuando no sobrepases mis límites-

*Me dice y su mirada cambia por un momento volviéndose muy intensa. Me abruma haciéndome temblar y vuelve a cambiar su rostro al verme asustada*

-Bombón, solo te pido que pasemos bien esta noche, te aseguro que no la embarrare esta vez-

Me dice, pero yo no le contesto, ni digo una palabra más en el resto del camino por miedo a cualquier reacción que pueda tener. Él me mira de vez en cuando y yo trato de hacerme la calmada mientras miro por la ventana la oscuridad de la carretera. Llegamos a su casa y mi mente se llena de recuerdos, pensamientos de él, míos y las otras mujeres, no logro moverme de mi asiento y Rey abre la puerta.

-Llegamos corderito, entremos, sé que no es el mejor lugar para traerte, pero apenas llegué hace unas dos horas y no tuve mucho tiempo de organizar una parte diferente solo me arreglé y salí a buscarte-