Con una cara de póker, echo un vistazo a las cuatro personas que me rodean. Para no quedar como una tonta, me trago un grito y las lágrimas para no parecer como un mapache frustrado. ¡Me quiero morir!
—Su...¿"prometida"? — guardo mi mano en el bolsillo del vestido —. Wow, eso sí que es una real sorpresa.
—Diez años sin vernos, no Débora? Te extrañé tanto.
Me extrañó... claro que le voy a creer, me extrañó tanto que ni una llamada me hizo; ¡me extrañó tanto que después de diez años llega con prometida y todo!
—Pasen, ya prepararon la mesa — si no fuera por la educación de mi madre, los sacaría a patadas —. ¿No estás feliz por la llegada de Ángel, Débora?— peina mi cabello cuando la parejita entra al comedor entre risas con mi hermano.
—Me siento mal —muerdo mis labios, el vientre se me contrae por la rabia —. Me acostaré a dormir. Discúlpame con las visitas.
—¿"Visitas"? Se trata de tu mejor amigo. ¿Tantos años sin verlo y te irás a tu habitación a encerrarte...?
—Tu no entiendes, mamá. Nadie entiende nada— me tumbo a la cama al pisar el piso de mi habitación.
El hombre que amo...
Diez años esperándolo...
Hicimos una promesa...
¡Está comprometido!
Despojo las sábanas y almohadas de mi cama. Tomo un vaso de la mesa para tirarlo al espejo que cae ello trizas al suelo.
—¿Débora, estás bien?— mamá insiste tocando la puerta.
No contesto y continúo con una amargura de nunca acabar en el baño. Mirando mi reflejo amargado en el cristal.
—¿Por qué será que tienes tan mala suerte, Débora Moretti?— dejo abierta la llave del lavamanos, aprovechando el ruido para gritar—. ¡Mierda! ¡Maldito, imbécil, mentiroso!
El gritar e insultarlo por varias horas, me dejaron afónica. ¿De qué me sirvió esperarlo si de todas maneras no cumplió una promesa que creí sagrada? ¿De qué me sirve seguir sufriendo cuando acabo de enterarme que en seis meses se realiza la estúpida boda de mierda?
—Los negocios que heredé de mi padre me han tenido desconectado casi de todo el mundo.
—Que bien — con esfuerzo suelto dos simples palabras cortantes.
—Ayer tu madre me dijo que te sentías mal y por eso no cenaste con tus "visitas"— ríe, tomándose un tiempo para dejar de manejar y mirarme —¿Estás molesta conmigo, Débora?
—Nunca contestaste mis cartas.
—¿Cartas?
—Las casi cuatro mil que te escribí desde que te fuiste.
—Nunca recibí una de ellas.
—Como sea, nunca me enviaste señales de vida siquiera, Ángel.
—Te juro que yo...
—Llevame a casa. Ha sido un día agotador, quiero descansar.
No quiero siquiera mirarlo a la cara, tengo miedo de estallar y gritarle sus cuantas cosas a la cara.
—Tu hermano me dijo que no has tenido novio.
Novio...maldito, cómo podría tener novio después de...aquella promesa.
—Eres hermosa, me encantaría oír un porqué.
—El tener una cara bonita, un cuerpo estupendo; no es sinónimo de entregarme a cualquiera.
—Lo siento si te molesté.
—Hace diez años fué la última vez que nos vimos, Howard. ¿Recuerdas las últimas palabras que te dije?
—¿Lo de casarnos?— ríe —. Es un día inolvidable, como no recordarlo. No querías ni hablarme, tenía que ceder a los deseos de una dulce niña mimada. Por un momento creí que te gustaba, luego recordé que desde niños nos habíamos criado como primos y volví en sí. Me hiciste el día con tu broma, Débora.
Broma...eso era lo que pensaba, que se trataba de una estúpida broma de una niña mimada.
—No me digas que te la creíste — tontamente me quedo congelada, solo negando con mi cabeza para apreciar nuevamente una sonrisa— Años sin vernos...los recuperaré, ¿mañana nos vemos?
—Vale— salgo del auto—. Adiós.
—¿No te despediras con un beso como antes?
—Lo que pasa es que cambié mi forma mimada de ser. Los años pasan, lo sabes Ángel? Todo cambia, y yo ya lo hice — le hago la mano —. Que tenga un día perfecto— volteo—. Ojalá se te dañe el puto auto, cabron.
Mi padre realizó un viaje, duele estos largos días sin él. Es el único que me escucha, mi amigo fiel al que le puedo contar todos mis secretos, hasta el de mi amor platónico.
Mi madre...bueno, por su genio es un reverendo milagro que mi padre la aguante. No tengo la máxima confianza para hablarle de mi sufrimiento.
—No noté cuando llegaste.
—Quiero estar a solas en mi habitación, mamá. Cierra la puerta al salir.
—Es que yo no saldré hasta que me cuentes porque ayer escuchaba como gritabas entre insultos. Esta mañana encontré tu habitación hecha una mierda. Tú no eres así, Débora. ¿Es por la prometida de Ángel? ¿Por su llegada? ¿O porque tus esperanzas de estar en una relación con él se fueron al caño?
—¿Cómo lo sabes?
—Hasta el más pendejo se da cuenta.
—¿Débora está enamorada de Ángel?— un sorprendido Matt nos mira desde la puerta—. Esto está interesante.
—Si abres esa boca, tomaré una pistola y te daré un disparo, imbécil. Pues sí, en verdad estoy tragada con él. ¡Hicimos una promesa en la que nos casaríamos! ¡Me la creí, de verdad lo hice! ¡Pero me dijo que solo me ve como su prima! ¡He rechazo a todos solo por esperar a ese cabron que regresa comprometido! ¡¿Te das cuenta, mamá?!
—Claro. Me estoy dando cuenta del tiempo que estás perdiendo llorando por un hombre que capaz ni tiempo se toma para pensar en tí. Soy cruel, lo sé, pero también sincera. Y si piensas que te quedarás sola, no es así. Por favor Débora, tienes 24 años y te comportas como una de 18. Sabes que casi todos los hombres son unos imbéciles.
—Menos yo.
—Pero lo amo, mamá.
—¿Y te amas a tí misma? Hace mucho tiempo mi mano no golpea a alguien, sabes a donde quiero llegar. Toma un pañuelo y secate esas lágrimas. Demuéstrale a Ángel que aquella tonta niña quedó atrás. Enséñale la belleza que se perdió por jugar contigo. ¿Quién eres?
—Soy Débora Moretti Petrov. Una mujer que no tiene porqué llorar por un hombre que se burló de una promesa. Alguien que no volverá a llorar a partir de hoy.
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Updated 33 Episodes
Comments
jzfkfxlgcl
👍
2024-11-21
0
jzfkfxlgcl
👏👏👏
2024-11-21
0
Victoria Castro
wooaaaaooo Jade es una madre increíble
2024-04-13
3