A la mañana siguiente, Verónica se levanta dispuesta a hacer el desayuno. Como era su día libre, se había dispuesto a dormir hasta tarde y así descansar de la semana tan pesada que había tenido. Fue al baño, se dio una ducha y después de ponerse una camiseta y shorts, bajó descalza hasta la cocina a preparar la comida.
No habían pasado ni veinte minutos, cuando la puerta principal comenzó a sonar.
Verónica se acercó a ver quien era y se sorprendió al ver a Thomas. Se miró en el espejo de la entrada y se alarmó.
No se suponía que vendría a verme hoy. ¡Joder, que es mi día de descanso!...
Thomas seguía tocando la puerta con insistencia y Verónica gritó.
- Ya voy...
Abrió la puerta principal y salió corriendo hasta el cuarto de baño.
- ¿Ronnie? - le llamó con desconcierto.
- ¡Un momento!, deme un segundo y estoy con usted.
Thomas hizo una mueca y caminó hasta la cocina, de donde salía un magnífico olor. Se quitó el saco y comenzó a remover la salsa que Verónica preparaba para evitar que se pegara.
Verónica, encerrada en el baño, se acomoda el largo y castaño cabello en una media y se coloca la peluca que usa a diario antes de maquillarse, se coloca los lentes de contacto negros y baja a recibir a la inoportuna visita.
Al no encontrarlo en la sala, camina hasta la cocina y lo encuentra de espaldas, terminando de preparar la comida que ella había dejado a medio hacer.
Se veía tan imponente y sexy de espaldas que no pudo evitar morder su labio inferior incomoda. Thomas se volteó a verla y ella comenzó a rascar su nariz con nerviosismo al verse descubierta.
Thomas paseó la mirada por todo su cuerpo. Jamás la había visto de esa manera. Verónica con el apuro, había olvidado cambiarse de ropa, y la camiseta y shorts que traía puestos dejaban ver sus atributos en su máxima expresión. Thomas la recorre con la mirada atónito, tenía un cuerpo exquisito, que por alguna razón no dejaba ver con esas exageradas y horrendas prendas que usaba a diario.
- ¿Se te perdió algo? - Verónica se aclara la garganta y gruñe incómoda. Thomas sacude la cabeza y la mira con picardía.
- ¿Que decías de las medidas estándares? - se mofa y ella pone los ojos en blanco. - ¡Si que tenías bien escondido todo eso? ...
Sus mejillas ardieron al instante. No esperaba que Thomas le dirigiera un cumplido, y maldijo para si misma por no fijarse antes en como iba vestida.
Caminó hacia él,le arrebató la cuchara de las manos y lo miró burlona.
- ¿ Que haces aquí?. Porque para admirar mi maravilloso cuerpo no creo que haya sido. - Thomas levantó las manos con dramatismo y retrocedió a sentarse en la isla. - ¿Quieres?. - preguntó refiriéndose a la comida
- Por algo la he terminado... ¡No soy tu esclavo! - ella pone los ojos en blanco mientras sirve dos platos y se sienta frente a él.
Pasaron varios minutos en silencio mientras comían, luego Verónica levantó la mirada para verle, encontrándose directamente con su mirada que estaba clavada en sus movimientos.
Sin darse cuenta de lo que hacía, Thomas levantó la mano y retiró la salsa que tenía Verónica en la comisura de sus labios. Ella se levantó incómoda y tomó los platos enseguida.
- Y dígame... - dice incomoda.- ¿Que es tan importante como para que se tomara la molestia de venir hasta mi casa?.
- Ah sí... - al escucharla, toda la magia del anterior momento desapareció e inmediatamente volvió a la realidad. Esbozó una sonrisa y se acomodó como un niño emocionado. - ¿Recuerdas la fiesta de recaudación de anoche?.
- Si, ¿Por?...
- ¡Conocí a alguien! - dice con entusiasmo y Verónica pone los ojos en blanco.
- A la mujer perfecta me imagino... - Verónica lo corta fastidiada.
Thomas sonríe divertido. Si era cierto que cada vez que conocía una mujer usaba ese ridículo calificativo al hablar de ella, y tanto Fredrick como Verónica, siempre lo usaban para molestarle.
- Esta vez es diferente... veras, yo estaba...
Y de ahí, se extendió dos horas a contarle a Verónica cada detalle de su encuentro mágico. Ella solo asentía y una que otra vez se mofaba por la manera de expresarse de Thom, pero a él que normalmente se molestaba al verse blanco de las burlas de Ronnie parecía no importarle.
Estaban sentados en el sillón, separados solo por los cojines del mismo cuando Thomas terminó de hablar.
- Ronnie... necesito un favor. - Verónica negó con la cabeza. Ya sabía por dónde venia su amabilidad.
- No voy a estar en el medio señor. - sentencia. - Ya no es divertido. A cada semana tengo que ser el escudo y paño de lágrimas de alguna pobre mujer...
- Solo necesito que me consigas su información. - dice con una sonrisa - Eso es parte de tu trabajo, así que no debería haber problema.
- Bien. - dice poco convencida. - pero más allá de eso no haré más.
Thomas esbozó una sonrisa y le extendió la mano con comicidad.
- Trato hecho.
Se quedó un rato más hablando y luego de unas horas, se fue a su casa con una enorme sonrisa de satisfacción.
Para el lunes a primera hora, ya tenía lista una carpeta con "La información básica de la mujer", que Thomas aceptó encantado. Aunque había sido un príncipe cuando se lo había pedido, esta vez ni siquiera le agradeció. Verónica pensó, que aunque su apariencia le salvaba de ser utilizada como las demás, Thomas usaba la misma técnica de persuasión en cuanto a favores se refería y luego de obtener lo que quería, se olvidaba de que ella existía, hasta que la necesitase de nuevo.
Thomas le marcó a Alessandra en cuanto estuvo solo. Contestó al tercer tono.
📲 ¿Si, diga?
📲 ¿Alessandra? - dijo con amabilidad, ella se quedó en silencio un momento y luego contestó.
📲 Si, ¿Thomas?, ¿Como conseguiste mi número? - Thomas sonrió al otro lado del teléfono y añadió.
📲 ¡Te sorprenderías de lo que mi asistente puede lograr!. - dijo confiado.
📲 Entonces debo suponer que la muchacha que vino a mi casa a hacer la encuesta ayer... ¿es tu asistente?.
Thomas sonrió al escucharla, los métodos de Ronnie siempre eran de lo más graciosos. La mujer al otro lado del teléfono volvió a hablar.
📲 Thomas... ¿Sigues ahí? .
📲 Si, solo estaba imaginándome a Ronnie vestida como una encuestista...
📲 Nunca hubiese pensado que es tu asistente. Me imaginaba algo diferente. Ella es tan... - dijo de pronto y la sonrisa se borró del rostro de Thomas.
📲 Increíble. - la cortó antes de que pudiese terminar la frase. - Es la persona más profesional y eficiente que he conocido, además de ser una buena amiga.
No entendía porque le había molestado el comentario, sabía que Verónica no era precisamente la mujer más agraciada del mundo, pero a sus ojos ella era mejor que cualquiera... en lo laboral claro.
📲 Disculpa si te molesté. - añade incómoda, él suspira y retoma su postura de conquista.
📲 No importa... Y dime, ¿Que te parece y cenamos esta noche?. - Alessandra se quedó en silencio, sorprendida por la repentina invitación- Y bien... ¿Que dices?.
📲 ¡Me parece perfecto! - sonríe al otro lado del teléfono. - Solo dime la hora, y allí estaré.
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Comments
Lilian Rodríguez Tórrez
pongan fotos de los personajes por favor 🙏🙏🙏 para hacerse una idea más clara y eso le da emoción a la historia y anima a uno el lector de seguir leyendo 🤗🤗🤗
2022-07-21
5
fiel lectora
se despidieron en la fiesta ella le dio una tarjeta y ahora le dice que como consiguió su número 🤒
2022-07-08
0