Capitulo 3

Lola

La ropa que Ivana me dió era muy bonita, unos shorts de algodón, una remera con tiras y unas sandalias de entre casa, algo cómodo, simple y grandioso.

-Disculpe?

-Ya te dije que me tutees, yo no soy un ogro como mi hermano

-Bueno está bien, Ivana cuál sería mi uniforme?

-Uhm no hablé con Chris de eso pero no creo que necesites uno

-Mmm pero vestida así me siento muy expuesta

-Expuesta?- bajé la cabeza- mmm ya entiendo, no te preocupes, aquí nadie te pondrá la mano encima o se las verá conmigo, ni a mí ni a mi hermano nos gusta que abusen de esa forma de las mujeres, entendido?

-Si gracias

-Bien, ¿Ahora puedo pedirte un favor?

-Sí claro, lo que quieras

-Bueno, recién crucé unas palabras con mi hermano y dijo que te trajo porque probó una deliciosa comida tuya ¿Podrías prepararla para la cena? Todavía faltan unas horas pero es que se me hizo agua la boca cuando me contó

-Mmm bueno, ¿Pero el amo querrá comer dos veces la misma comida en el día?

-Oh no había pensado en eso

-Puedo preparar otra comida extranjera, igual de deliciosa, si lo prefieres

-Sí, eso será genial

Me quedé en el cuarto el resto del tiempo, después que ella se fué, esperando la hora de la cena, cuando llegó la hora salí de la habitación y me dirigí a la cocina, no había mucha gente allí, pero si una mujer un poco mayor, que resultó ser la nana de los hermanos Morelli, ella fue muy buena conmigo, me enseñó lo necesario para hacer mi trabajo, me dijo que se llamaba Gabriela y que cualquier cosa que necesitara ella me ayudaría.

Estaba preparando la comida cuando escuché la puerta abrirse, Ivana y Héctor entraron con varias bolsas cada uno, detrás de ellos venía ese sexi hombre que parecía un Dios griego, deseché mis pensamientos para ver al hermoso perro Golden retriever que estaba al lado de él, mi amo lo tenía sujeto de la correa pero no sé porque este se soltó y corrió hacia mí, creí que venía a atacarme pero se quedó olisqueando y luego se paró sobre mí en forma juguetona, comencé a acariciarlo y hablarle.

-Hola bonito, ¿cómo te llamas?

-Oh mira Christopher, no te parece curioso? No suele gustarle los extraños

-Ehm sí- respondió serio

-Se llama goldi por cierto

-Goldi? Pero ese no es nombre de pez dorado?

-Jaja que curioso, mi hermanito me dijo lo mismo cuando lo adopté, ustedes están en sintonía

No supe qué hacer sólo reí, pude sentir el rubor subir por mis mejillas, mientras Ivana reía y compartía miradas con Héctor y Christopher se quedaba serio y con molestia

-Ehm la cena ya está, si quieren comer, llevo los platos al comedor

-No, no usamos el comedor al menos que nuestros padres estén aquí, así que sirvenos aquí por favor Lola

-Sí Ivana

Serví dos platos pero entonces me dí cuenta del otro sujeto.

-Lo siento, usted también comerá con ellos?

-Vaya, nadie me ha tratado de usted en un tiempo, llámame Héctor linda

Logré ver qué el Dios griego le daba una mirada asesina, él sólo sonrió y entonces su hermana intervino

-Claro que comerá con nosotros al igual que tú querida, sirvete y comamos que esto huele y se ve delicioso

-Yo...- iba a discutir pero me dió una mirada que me hizo ver qué no valdría la pena

Serví los platos y me senté a comer junto a ellos, esto era algo muy extraño, los tres estaban sentados delante de mí, en ciertas ocasiones cuando levantaba mi cabeza lo encontraba observandome con esos hermosos ojos negros, esquivaba la mirada en cuanto se daba cuenta de que lo descubrí y así fue durante toda la cena, su cara seria no me dejaba entender que era exactamente lo que pensaba, eso me asustaba un poco. Cuando terminamos de comer lavé todo, Ivana me dió algunas cosas más y fuí a mi cuarto a dormír, durante los meses que estuve encerrada siempre soñaba con mi padre y mi hermana pero está noche, fué él quién apareció en ellos y, si, fueron de ese tipo de sueños.

Christopher

-Entonces, encontraron al sujeto?

-Bueno, no al que dió la orden pero si a los hombres que colocaron la bomba

-Cómo lo descubrieron?

-Pues porque ellos mismos fabricaron las bombas y dejaron su sello en ellas

-Ay que idiotas y dónde están hermanito?

-Pues en la bodega del puerto, Héctor está ahí con ellos esperándome

-Puedo ir también?

-Si quieres

Caminamos hasta la bodega y cuando entramos vimos de inmediato a Héctor, que estaba afilando unos cuchillos y dejándolos en un mesa metálica, dónde habían otras herramientas, como pinzas, tijeras etc. También pudimos ver a dos sujetos amordazados y atados a una silla, tenían algunos golpes en la cara pero aparte de eso estaban enteros, por lo menos por ahora.

-Christopher llegaste, no sabía que Ivana también vendría

-Sí, ya sabes cómo es

-Bueno ahí los tienes, no han querido hablar

-Bien déjamelo a mí

Tomé una silla, la arrastré hasta ellos, me senté delante y les quité la mordaza de la boca.

-Bien caballeros, haremos esto por las buenas o por las malas, ustedes deciden

-¡Vete a la mierda!

-Bien por las malas será entonces

Me acerqué a la mesa metálica y tomé la pinza, agarré al sujeto que habló y le quité uno de los dientes delanteros, la sangre escurría por su cara, empapando su ropa y mis manos.

-Haaa maldito hijo de perra!

-Por favor hay una dama aquí

Miré a mi hermana que estaba a un lado hablando con Héctor, mientras reían, de que? No lo sé, volví mi vista a los hombres.

-¡Quién lo ordenó?!

Golpeé al otro en el rostro repetidamente, la sangre saltaba por todas partes, manchando mi camisa y el suelo.

-No podemos hablar- el hombre al que le quité el diente habló

-Mmm eso lo veremos, Héctor ven aquí, sostenlo

Mientras él detenía su mano, yo iba arrancando sus dedos con la tijera uno por uno hasta que llegué al pulgar.

-García, fué García

-El colombiano? ¿Por qué?

-El quería ser uno de los grandes y pensó que sí los capos morían él tendría el poder, pero no lo hizo solo

-¿Tenía un socio?

-Él era el socio, es decir el intermediario, no sé quién estaba a cargo lo juro, sólo sé que él seguía órdenes de ese tipo

-Bien, eso hubiera sido más sencillo si lo hablaban desde el principio, ahora...

-¿Me puedo encargar yo?- habló Ivana

-Si eso quieres, déjales nuestro sello y vámonos, muero de hambre

-Si claro hermanito, mueres de hambre- tono irónico seguido de risita pícara- yo me encargo

Mientras ella se colocaba detrás del primer hombre, con el cuchillo para cortar su garganta, tomé a Héctor y lo aparté a un lado.

-¿Qué le dijiste?

-¿De qué hablas?

-Por qué hizo ese comentario?

-Yo sólo le conté que habíamos visto a Lola en el hotel y eso

-Y por qué se lo contaste? Sabes como es mi hermana, ahora pensará que me gusta Lola.

-Claro que lo pienso hermanito- su voz sonó a mi espalda- tu nunca compraste ninguna mujer antes y menos por un precio tan alto- hablaba mientras limpiaba la sangre del cuchillo- además, crees que no me he dado cuenta de cómo la miras?

-Eso no es cierto, ella no es mi tipo, he tenido mujeres mucho más hermosas y con cuerpos mucho mejores a mi disposición, lo sabes

-Si lo sé, pero Lola es bellísima, inteligente y buena y te trae loco, mira, puedes engañarte a ti mismo si quieres pero no a mí hermanito

-Soy mayor que tú, ¿Por qué me tratas como si fuera el pequeño aquí?

-Porque a veces actúas como sí lo fueras

Me dió el cuchillo, un beso en la mejilla y salió, hice un gesto a Héctor para que fuera tras ella y así lo hizo, ella tenía razón? Me gustaba esa chiquilla? Ahora que lo pienso, ni siquiera sé cuántos años tiene, se ve joven pero ¿cuántos años tendrá? Y qué carajos me importa?

-Vamos al hotel, hay que tomar una ducha y cambiarnos, además, tengo que ir buscar a Goldi- dijo mi hermana cuando subí al auto

-Está bien

Después de ir al hotel, bañarme y cambiarme, me dirigí hasta la habitación de Ivana, pero ella no estaba, mis hombres me informaron que fue de compras con Héctor. Me quedé en mi cuarto, moría de hambre pero de hambre de Lola.... es decir, de su comida, sólo de su comida, ella no me interesa, es decir no hay nada atractivo en ella, nada, bueno tal vez sus hermosos ojos verdes, su cabello largo y negro, sus labios rosas y pequeños, su gran y redondo tracero, sus pechos que se van tan apetecibles.

-Maldición!- grité viendo mi erección

Golpearon la puerta, tuve que pensar en otra cosa, cualquier otra cosa para deshacerme de eso.

-¿Quién es?

-Soy yo hermanito, abre

-Si ya voy

Me levanté, abrí la puerta y ví a mi hermana junto con Héctor.

-Vamos?

-Si vamos

Cuando llegamos a casa ellos bajaron delante y entraron a la casa, con las bolsas de compras en las manos, yo llevaba a Golgi con su correa, cuando ví a Lola en la cocina, no lo pude creer, se veía tan sexi con la ropa que mi hermana le compró, me distraje tanto que sin darme cuenta el perro se escapó de mi agarre y corrió disparado hacía ella, parece que le agradó.

Después de una pequeña charla, ella comenzó a servir los platos y entonces habló con Héctor.

-Lo siento usted también comerá con ellos?

-Vaya nadie me a tratado de usted en un tiempo, llámame Héctor linda

Linda? Porque la llamó así, le dí una mirada y el idiota sólo sonrió, hasta que Ivana intervino, y por qué estaba tan molesto? Qué mierda me pasa hoy?

Cuando terminamos de comer, Ivana le regaló algunas bolsas con prendas, pensé que ya era suficiente con las que le trajo esta tarde, pero al parecer me equivoqué. Subí a mi cuarto junto con mi hermana, ella dormía en uno de los cuartos de arriba, pero por alguna razón eligió una que estaba lejos del mío.

-Oye por qué tratas tan bien a Lola?

-Me agrada porque tenemos casi la misma edad, sabías?

-No, no sabía

-Pues sí, ella es dos años menor que yo

-Mmm entiendo, y por qué le compras tanta ropa?

-No le compré tanta

-Pero esta tarde le trajiste algunas y ahora más

-Ah sí, lo que le traje ahora es ropa interior y pijamas y por si te interesa saber- hizo una pausa y una sonrisa- es del tipo sexi- me dió un beso en la frente y se fué a su habitación

¡Maldita sea! ¿Por qué tuvo que decir eso? Cuando por fin logré dormir esa noche, después de pensar e imaginarmela en esas prendas sexis que mi hermanita le compró, no hice más que soñarla en toda la noche, esos malditos sueños me jodieron la cabeza.

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