Probando fuerzas

Sam se enfoco tanto en el karate e hizo una mancuerna perfecta con Roberto que dejó de correr todos los días limitando su medio maratón a 3 días por semana.

Eran las 6 de la mañana, la ciudad aún lucía silenciosa y oscura porque el otoño había llegado, los días se estaban volviendo más cortos y hacían que saliera a correr en la oscuridad solo iluminada por algunas lámparas en las calles. Cómo el departamento en qué vive está ubicado en la zona centro, su recorrido abarca la alameda hacia el río y de ahí baja por la avenida ribereña hasta la torre de gobierno, se adentra en el gran parque, sale de el cruza el río y sube nuevamente por el lado contrario del río para retomar la alameda hasta su casa.

Le encanta el silencio de la ciudad a esta hora, al ser una ciudad pequeña dónde los principales negocios son el gobierno y la universidad, los vecinos siguen cuidando tradiciones y cualidades de generosidad, amistad y de conocerse entre las familias. Por eso escogió está ciudad para estudiar, además esta cerca de su ciudad natal y podía ir cuando quisiera a ver a su familia, no había ido desde su triste evento, sus padres no vinieron a la graduación de prepa porque les había dicho que ella solo recogería sus papeles y no estaría en la celebración, pero los vería en navidad el próximo diciembre, le llevaría a su padre sus excelentes notas de la facultad para demostrarle que no se había equivocado respecto a darle permiso de estudiar lejos de casa, su secreto no se sabría, eso solo ella, sus amigos Liz y Mario y el médico lo sabían.

La imagen de Roberto vino a su mente mientras corría y una sonrisa acudió a sus labios, era buen maestro y le estaba enseñando mucho, al igual que el sensei Ryu. Había notado que le gustaba a Roberto por la manera en que la miraba y también la manera en que le daba la mano para ayudarla a levantarse cuando la derribaba, recordar su tacto suave y cuidadoso como si temiera romperla la hizo estremecer. Él le gustaba, pero no sabía cómo reaccionaria si se enteraba que ella fue mancillada por un canalla, quizá la rechazaría y no quería arriesgarse a ello. En esta ciudad aún era importante para las personas el que una chica fuera habilidosa en las cuestiones del hogar, de buenos modales y virgen.

Mientras pensaba todo esto ya había llegado a la zona del gran parque, había algunas personas alrededor haciendo ejercicio lo cual era normal. Llegó a la zona donde se exponían algunos vehículos militares cuando escucho una voz que hizo que se le helara la sangre de miedo.

Carlos: Hola Sam, no sabía que venías aquí a correr, tantos meses sin verte.

Sam no tuvo más opción que enfrentarlo.

Sam: Como si yo quisiera verte después de lo que hiciste. Aún no entiendo porque me sacaste de esa manera.

Carlos: Es que estás deliciosa y no me hacías caso cuando te decía que eras mi novia, así que tenía que demostrártelo, ahora llevas mi marca (se acercó a ella) y tú sabes que en este pueblo ningún hombre te querrá si sabe que has cogido con un hombre, te tacharan de puta.

Sam: (dando un par de pasos hacia atrás para mantener distancia) No lo soy, tú me violaste y si no levanté cargos es porque voy a arreglar esto a mi manera.

Carlos: jajajajaja ¿de verdad? tu manera será meterte a mi cama cariño, hasta que me cansé de ti. Ven acá para fajar contigo aquí.

Se abalanzó sobre ella y Sam reaccionó soltándose de agarre tal como le había enseñado Roberto, procedió a derribarlo de 2 golpes, Carlos la miro sorprendido de que logrará soltarse de su agarre y entonces Sam saco todo el dolor que llevaba meses conteniendo, lo pateo hasta escuchar el crujido de sus costillas pero no se detuvo, golpeó hasta que se canso.

Sam: Nunca más me volverás a poner una mano encima. Y si te sorprendo agrediendo a alguien más, te voy a volver a golpear Carlos. No puedes ir por ahí haciendo de las tuyas sin recibir tu merecido.

Carlos: (sorprendido) No me pegues más, tú sabes que ese día andaba alcoholizado y drogado. Ya me quebraste las costillas, para!! Yo te quiero bien.

Sam: Dudo que quieras a alguien si tu manera de querer es golpear y violar.

Carlos: ¡Por favor! ¡Detente!

Sam se detuvo y miro como Lucia su violador, ahí en el piso, ensangrentado de la nariz y boca por sus golpes, en posición fetal para cubrirse el costillar lastimado. Miro sus puños lastimados por dar golpes sin protección pero se sintió satisfecha y mirándolo con desdén le dijo amenazante:

Sam: más te vale callar lo que me hiciste porque la próxima vez será peor. No eres más que un cobarde alcohólico que solo has tirado tu vida por la borda, pero no dejaré que me arrastres contigo.

Le dió la espalda y camino hacia la salida del gran parque, el sol ya había salido, pero era un sol de agua, no calentaría mucho y el viento frío de la mañana aún se sentía en su piel. Comenzó a trotar sintiéndose liberada del miedo que todos los meses anteriores la habían atosigado desde el día que la violó, ahora podía continuar su vida. Tenía que regresar a casa e ir a la facultad, aún tenía clases por delante y la ayudantía en el área de lácteos.

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