Sam termino estudios y comenzó a preparar su entrada a la universidad, aún tenía pesadillas por las noches y despertaba gritando, pero el ejercicio la ayudaba. Encontró que la universidad tenía un curso de karate y decidió inscribirse. Así que se concentro en el entrenamiento.
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El sensei era un hombre rudo, agresivo y no le importaba si era hombre o mujer bajo sus órdenes. No perdonaba errores.
Sam se había inscrito al curso hacia 2 meses, pero cada que el llegaba al dijo ya la encontraba ahí haciendo calentamiento, practicando movimientos y decidió hablar con ella, quería saber que había detrás de aquella motivación.
Sensei: Sam quiero hablar contigo
Sam: A la orden Sensei
Sensei: siempre que llegó te encuentro aquí entrenando, quiero saber tu motivación.
Sam lo miro extrañada y algo nerviosa dijo
Sam: Solo quiero aprender rápido y ser la mejor sensei, para eso debo practicar mucho
El sensei la observaba fijamente y le dijo con una media sonrisa
Sensei: No solo soy tu maestro, soy tu guía, si no confías en mí, no importará cuánto entrenes, la esencia del karate no entrara en tu espíritu, no la podrás abrazar.
Sam se quebró un poco en su coraza y las lágrimas inundaron sus ojos.
Sam: Lo siento sensei, entreno para vengarme de alguien que maltrato y metió miedos en mi cabeza. Todas las noches tengo la misma pesadilla y eso no me deja vivir.
El sensei medito un momento su respuesta y le dijo
Sensei: Sam el karate que yo enseño te dice que tus movimientos deben fluir, ser suaves y fuertes como el agua de un río, enseño karate para que sepas defenderte, pero no para que busques venganza. Tu has visto aquí compañeros que caen, se lastiman al no hacer un movimiento correcto o querer demostrar superioridad. Así que si solo quieres vengarte de quién te lastimo, el karate no es el camino. Si quieres entrenar karate para encontrar tu equilibrio interior entonces eres bienvenida al dojo y te enseñaré todo lo que sé.
Sam asintió con la cabeza, las lágrimas la ahogaban pero entendío lo que su sensei le estaba diciendo.
Sam: hai sensei, quiero volver a tener equilibrio en mi vida.
sensei: Bien, el entrenamiento será duro, habrá días que quieras renunciar pero no te dejare. Te pondré de compañero de entrenamiento a Roberto, el es avanzado y será tu maestro también. Espero que estés preparada porque esto será intención.
Sam: Hai sensei (mientras se secaba las lágrimas y hacia una reverencia respetuosa a su maestro).
Sensei: Vamos, la clase comienza ahora. Roberto ven.
Un joven de unos 20 años, alto, moreno claro, delgado, con un cuerpo perfecto para su 1.80 de estatura, en su karategui blanco con su cinta negra que indicaba que era de grado avanzado se acercó a ellos. Sam miro sus hermosos ojos verdes que resaltaban en su tez morena y sintió mariposas en el estómago.
Roberto: A sus órdenes sensei.
Sensei: Ya conoces a Sam
Roberto: Hai sensei, tiene poco más de 2 meses con nosotros. Hola Sam
Sam inclinó la cabeza a modo de saludo, percibiendo la mirada penetrante de esos ojos verdes.
Sensei: quiero que comiences a entrenar con ella, enséñale todo lo que requiere para kumite (enfrentar a otro oponente) y cada kata (serie de movimientos específicos) explicásela para que entienda el porque de cada paso en ella.
Roberto: Hai sensei. ¿Comenzamos Sam?
Sam: Hai Roberto. (Se volteo hacia el sensei e inclinándose respetuosamente dijo) arigatõ sensei (gracias profesor).
Se encamino detrás de Roberto que ya iba al fondo del dojo dónde entrenarían. El sensei los observó irse y pensó que tenían mucho trabajo por delante, pues aunque Sam tenía cualidades no estaba seguro de que lo que atormentaba le permitiera absorber todas las bondades del Goyu Ryu.
Roberto miro a Sam detenidamente mientras la ponía a hacer 500 abdominales, le gustó que tenía buena condición, era una chica bonita aunque aún menor de edad, sabía que cumpliría 18 el próximo año, pues el había llenado su ficha de inscripción. Sus ojos marrones siempre lucían tristes y él se preguntaba que podría ser tan malo que hacía que ella tuviera ese mirar. También le llamo la atención que el sensei que era muy duro con todos la hubiera elegido para ser entrenada de manera especial. ¿Que había detrás de esa decisión del sensei? Esperaba descubrirlo con el tiempo. Se dirigió hacia ella al verla terminar.
Sam: todos los días después de calentamiento también deberás hacer 500 sentadillas, empezarás con unas 50 planchas para aumentar resistencia de ese cuerpo flaco (diciendo esto con una hermosa sonrisa que a Sam le cortó la respiración)
Sam: Hai chõkei (si hermano mayor). Pero no soy flaca, soy delgada es todo. Peso 60 kilos.
Roberto: jajajaja, cualquiera podría derribarte en un kumite hay que poner más músculo en esos huesos. Anda vamos a entrenar Imõto (pequeña hermana).
Sam sonrió y Roberto quedó deslumbrado, aún cuando esa sonrisa tenía un tinte de tristeza, era bellísima a sus ojos. Pero al ser menor de edad sabía que tendría que esperar y conocerla mejor para invitarla a salir a tomar una nieve.
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Comments
Mari Delgado Flores
Escritora, tú novela empezó con unos capítulos interesantes, me doy cuenta que te informaste muy bien en la disciplina que está practicando Sam, la explicación que dió él Sensei me pareció muy importante aclarar, gracias
2024-06-02
0
Monikita
si porfavor respeta el límite de edad para que después le invites un heladito😉😉😉
2023-05-05
2
Alba Hurtado
ya tienen química hormonas feromonas alborotadas 🤣 buenísima gracias autora por compartir tu bella novela 🙏🎈💐 excelente
2022-06-20
3