C i n c o ;

Sussy Evans
Sussy Evans
—Fue tu imaginación, estabas muy cansada—trató de escusarse con esa idea y se pasó las manos por su peinado apretado.
Miró el informe a medias y sus ganas de escribir se hicieron nulas. No tenía ánimos de nada, ni siquiera de seguir aquí ni de llegar a su hogar a descansar.
Connor Cowell
Connor Cowell
—La verdadera versión del hombre lo aclarará todo. No estés tensa, luego verás cosas que no hay—le dijo Connor.
Sussy levantó la cabeza y vio a Connor entrar. Su cara se formó de disgusto y enojo, pero en su interior agradeció por un consejo en estos momentos que sintió que se volvería loca.
Sussy Evans
Sussy Evans
—¿Por qué nunca tocas?—se acomodó en la silla y no paró de mirarlo, amenazándolo de alguna manera.
Connor Cowell
Connor Cowell
—No tengo porqué hacerlo. Si tú sólo eres...
Sussy Evans
Sussy Evans
—Adelante, dilo, "Una simple enfermera".
Sussy se levantó y agarró sus cosas para irse a otra parte donde no viera a este hombre.
Connor Cowell
Connor Cowell
—Sussy, no. Lo siento.
Connor trató simplemente de disculparse por todo, pero cada vez se le complicaba todo.
Sussy Evans
Sussy Evans
—¿Sabes algo? Tus humillaciones de inferioridad ya no me importan. Hasta me dan gracia. Nos vemos.
Sussy se despidió y se fue de ese lugar de camino a los baños.
Caminó por los pasillos y vio a los pacientes, doctores y enfermeras, por los pasillos blancos.
A algunos los saludó y les sonrió.
Al llegar al baño no vio a nadie y agradeció ello. Dejó sus cosas en el lavabo y se miró en el espejo.
Vio su palidez y sus ojeras. Abrió el grifo y tomó entre las manos un poco de la agua fría para después agachar la cabeza y echársela en el rostro.
Necesitaba un respiro. El tiempo que estaba fuera de este lugar era sólo para dormir y pagar deudas o comprar comida para llevarla al trabajo. En la hora del almuerzo se la pasaba terminando informes y ayudando pacientes, con los cuales algunos, se había encariñado.
Había una señora ya mayor, de unos 63 años. Sussy la quería incondicionalmente. La pobre había estado internada debido a su delicada salud. Tenía pulmonía.
Ella era como la madre que necesitaba. Cada vez que podía iba a verla y le llevaba más comida de lo usual. Le aterraba la idea de perderla.
Se levantó y se quedó inmóvil al escuchar varios del personal corriendo afuera de donde ella estaba.
Alzó una ceja y sigilosamente fue a asomar la cabeza para ver qué pasaba.
Quedó muda al ver otro hombre parecido a la condición del de la noche pasada.
Era terrible. A pesar que llevaba años trabajando ahí, no soportaba ver personas en esa situación. Sólo le daban ideas de cómo habrían quedado sus padres.
Esa fue una época difícil. Cayó en una depresión terrible, pero Connor le ayudó dándole trabajo en el hospital y ayudándola a los gastos del funeral de sus padres. Sólo tenía 18 años. Ella también tuvo que gastar todos sus ahorros, no eran tantos aún así ayudó en ello.
Ahora tenía 25, pero eso no la hacía ni más ni menos fuerte. Seguía siendo la misma niña con pesadillas en la noche.
Sacudió la cabeza negando y fue rápido a tomar sus cosas y salir a dejarlas en su locker.
Caminó hacia allá y cerró con el candado y llave.
Se dirigió a ver a Berenice. Le decía abuela Ber. Habitación 505. Sala B, última puerta del pasillo.
En sus manos le llevaba su comida preferida, pero lamentablemente ya no comía tanto, el suero la mantenía al tanto.
Sussy Evans
Sussy Evans
—Abuela Ber—Sussy no paró de mostrar su sonrisa y entró a la habitación con la charola.
Berenice la vio y le contagió su sonrisa.
Abuela Ber
Abuela Ber
—Mi niña—se levantó un poco y se sentó en la cama.
Sussy Evans
Sussy Evans
—No hagas esfuerzos. Mira te traje tu comida favorita—Sussy corrió hacia ella. Puso la charola en la cama y la ayudó a recostarse con un cojín.
Abuela Ber
Abuela Ber
—Gracias, Sussy—Berenice tomó su mano y acarició la suave mano de Sussy.
Sussy Evans
Sussy Evans
—¿Cómo has estado?—Sussy se sentó delicadamente sobre la cama y observó cada detalle de Berenice. Se veía muy cansada.
Abuela Ber
Abuela Ber
—Un poco preocupada por ti, mi niña.
Sussy alzó una ceja y miles de dudas se le vinieron a la mente.
Sussy Evans
Sussy Evans
—¿Por mi? ¿Por qué?
Berenice acarició de nuevo la mano de Sussy y el temor se le vio en los ojos.
Sussy Evans
Sussy Evans
¿Qué pasaba?
Cerró los ojos y después los abrió para contarle.
Abuela Ber
Abuela Ber
—Tuve un sueño, en el podía verte muy mal y preocupada. Parecía como si todo se te viniera encima y no pudieras hacer nada. Era terrible. Todo era sufrimiento y yo no podía hacer nada. Era como si yo ya hubiera partido.
Sussy abrió los ojos alarmada y tomó fuerte la mano de Berenice.
Sussy Evans
Sussy Evans
—Siempre estarás conmigo, abuela Ber. Eres la madre que nunca tuve, porque ella nunca estaba, pero en cambio tu... Tú siempre has estado, y siempre estarás conmigo, en mi corazón y alma. Te lo juro.
Berenice pareció conmovida y sus ojos claros se volvieron cristalinos.
Abuela Ber
Abuela Ber
—Y tú en el mío, mi niña.
Ambas quedaron en un delicado abrazo y con los ojos empañados.
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Comments

—🌻La novia de los sueños

—🌻La novia de los sueños

llore :(

2022-01-30

2

—🌻La novia de los sueños

—🌻La novia de los sueños

el sabe cosas xd

2022-01-30

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