EMMELINE.
Perdí la cuenta de cuanto llevo acostada en esta cama, quizás a sido todo el día porque la noche ha vuelto a caer. Lo único que he hecho fué bañarme tratando de aguantar el dolor que eso provocó en mí.
El rey ha solicitado mi presencia en el gran comedor pero he rechazado su ofrecimiento. No quiero verlo, no deseo que me toque de ninguna forma y menos escuchar su voz. Ayer seguramente durmió a mi lado y agradezco que no haya intentado algo más conmigo.
-Mi reina, no ha probado bocado. ¿Piensa matarse de hambre?- ignoro la voz de Diana y me cubro aún más con la manta. El apetito se a ido de mí al igual que la energía y las ganas de salir de esta habitación.
-No tengo hambre- respondo secamente. Es verdad, el estómago se me a cerrado totalmente. Siento su mano en mi hombro, ella me conoce más que cualquiera y a sido mi apoyo incondicional.
-Me preocupo por usted majestad, procure comer algo, no esta bien que us...
La puerta se abre bruscamente sacándonos un respingo.
-Fuera de aquí!- es la voz de él. Se escucha más fuerte e imponente que las otras veces.
Me levanto para encararlo. Diana hace una reverencia y sale tan rápido que lo único que alcanzo a ver son los cabellos rojizos moverse con el viento.
Mis ojos van directo a él, tiene el ceño fruncido así que lo imito tratando de igual su intimidante rostro.
-¿Por qué no haz comido nada?- pregunta cruzándose de brazos. Está bastante molesto y sus facciones duras lo hacen lucir aterrador.
-¡No tengo hambre!- respondo de mala gana tentando mi suerte y él arquea una ceja.
-Deberías tener más cuidado de como te expresas frente a mí- su mueca de disgusto me hace sonreír de lado.
¿Espera que lo reverencie por lo bestia que se comportó conmigo anoche? ¿O quizás que este sumisa y obediente esperando a que venga a dañarme de nuevo? Creo que es momento para que el rey se dé cuenta con quien se casó. Si para sobrevivir a él tengo que sacar las uñas de felina que tengo, lo haré sin dudar. Él no volverá a poner sus manos sobre mi nunca más.
-Le recuerdo al rey que compartimos el mismo linaje. Tengo tanto poder como usted en este momento, eso me da el derecho de expresarme ¡como me dé la gana!- sus ojos se abren como platos.
Parece bastante contrariado, creo que no se esperaba que la misma chica tímida de anoche fuera capaz de ponerlo en su sitio.
-¡¿Como te atreves?!- me levanta de la cama con fuerza. Ni siquiera tiene que usar tanta, ya que en realidad no soy tan pesada, eso hace que la brusquedad de su acción me lastime los brazos.
-No sabía que al rey le divertía también golpear mujeres- le digo sin bajarle la mirada. Él pidió personalmente que yo fuera su esposa y es momento de que sepa lo que eso conlleva.
Gruñe y me tira sobre cama. La puerta hace un estruendo al cerrarse. Lo dicho, si sobrevivir a él implica igualar su crueldad, así será.
-Su majestad- Diana entra temblorosa a la habitación- El rey parecía un demonio cuando salió de la habitación.
-El rey empieza a conocer a su reina y creo que no le gustó mucho- me siento con cuidado en la cama. Las secuelas de su crueldad aún están latentes en mi intimidad.
-Majestad... La conozco demasiado bien. Por favor no cometa ninguna locura. El rey es un hombre de cuidado y muy susceptible- se sienta conmigo en la cama- trate de controlar su temperamento o eso va a acarrearle problemas.
-¿Problemas,Diana?... Ya fue suficiente haber soportado el día de ayer por el bien de mi reino, pero si debo vivir a su lado, haré las cosas a mi manera- lanzo un gran suspiro. Anoche permití que él me desposara de la manera más macabra posible y eso no volverá a ocurrir.
-Como desee mi reina- responde sonriendo levemente- ¿Necesita algo más majestad? Procure comer lo que traje hace un rato. No esta bien que se alimente mal.
-Lo haré- cedo al fin y tomo el plato entre mis manos. La cuchara es de oro y se me hace realmente pesada. Extraño mi hogar.
Cada centímetro de este castillo exuda superioridad y es un lugar bastante deprimente. Ayer en la tarde pude ojear algunas cosas mientras el rey se encontraba en reunión con los ministros, pero nada de lo que vi me hizo sentir en mi casa. El castillo es tan frío y aterrador como él.
Termino los alimentos en tiempo record y la doncella se retira recogiéndolo todo. Deseo tomar otro baño pero esta vez en completa soledad, sin nadie fregando mi cabello o tallándome la espalda.
Entro al lugar y sonrío ampliamente. Este es el único sitio de la casa que ha llamado mi atención. La habitación es realmente espaciosa y la gran alberca en medio del baño es lo mejor de todo. Arrojo toda clase de sales y fragancias al agua tibia y me sumerjo en ella sin demora.
Me permito disfrutar del liquido tibio sobre mi piel y la capacidad de calmarme de inmediato. No quiero pensar en nada así que decido dejar mi mente en blanco hasta que escucho la puerta del baño abrirse. Él está aquí. Me observa fijamente, su rostro es indescifrable en este instante. Veo que se retira toda la ropa y se acerca hasta donde estoy. No se que pasa conmigo pero no puedo moverme. Mi cuerpo se niega a responder y sólo mantiene el contacto visual con el hombre frente a mí. Quiero gritarle que es un bastardo y que me encantaría que muriera pronto, pero en cambio me limito a tragar saliva.
- ¿Qué haces aquí?- mi voz al fin comienza a cooperar.
-Tengo que pedirte permiso para tomar un baño en mis aposentos?- se sumerge por completo hasta cubrir su desnudez con el agua. Está frente a mí, observándome con una perversa sonrisa y en cambio yo, no dejo de fruncir el ceño.
No lo quiero cerca de mí, eso algo que no va a cambiar. Me levanto para apartarme de él lo más lejos posible.
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Comments
Meli_33608✨🙈🇩🇴♌
Así se habla 👏🏻
2024-11-20
0
Danya Salas Gtz
👍
2023-08-09
3
Cristina Martinez
eso nena ponte cabrona 😉
2023-07-19
2