CAPÍTULO CINCO: ACERCAMIENTO PELIGROSO.

TÍTULO: ACERCAMIENTO PELIGROSO.

Gea.

Ya pasaron 2 meses desde qué llegué a casa, busqué trabajo por todas partes pero nada.

Me esforcé estudiando administración empresarial, pero no me está siendo de mucha ayuda, me bajé del caballo, pedí trabajo hasta de secretaria, pero me piden experiencias laborales. No sé cómo quieren qué la tenga, si no me dan la oportunidad de desarrollar mis conocimientos.

Llegó frustrada a casa, quiero qué mi madre dejé de trabajar, quiero poder ayudarla, pero nadie me da la oportunidad qué tanto necesito.

-- Mi bella Gea, no te preocupes, aún puedo seguir trabajando.-- Dice mi madre queriendo reconfortarme, pero no funciona, me siento una fracasada. Tanto esfuerzo de mis padres por pagar mis estudios y aún no da frutos.

-- Hija, has pensado qué tendrías qué cambiar de vestimenta para salir a buscar el empleo.-- menciona mi mamá mientras me entrega una taza de café y mis galletas preferidas.

-- ¿Qué tiene de malo mi ropa?.--- Pregunté mirándome.

-- Pareces campesina cariño y no lo somos más, esos tiempos quedaron atrás.-- Responde y sonríe.

-- Tengo esto para ti, lo vi en vidriera y me gustó, te verás hermosa.-- Dijo y me entregó una bolsa de papel.

La abrí y era ropa nueva, pero no de la que me gusta usar, cómoda y discreta.

-- Vamos anímate. -- Suena la voz de mi padre, asiento y voy a cambiarme.

Es un lindo vestido, con la parte de arriba azul y la falda verde con rayas azules y un par de zapatos, al estar vestida no lo podía creer, cómo una simple prenda de vestir te hace ver tan diferente. Salgo de la habitación y voy al comedor, mi padre toma mi mano y me da una vuelta.

-- Eres preciosa.-- Me dice y me da otra vuelta y en eso entran Astrid y zack.

Zack.

Fuimos a comer con Astrid, la llevé a un restaurante de mis favoritos, tuvimos un almuerzo y luego la llevé a un hotel, no me iba a quedar sin postre.

Ella estaba tan hermosa como siempre, su perfecto cuerpo luce cualquier ropa qué usé.

Luego de saciar nuestros más oscuros deseos sexuales la llevé a su casa. Y cuándo entramos vi a una oruga qué se convirtió en una hermosa mariposa.

Gea estaba terriblemente hermosa, tenía puesto un vestido corto qué permitía ver mucha piel, me quedé babeando por un segundo, y cuando noté la mala cara de Astrid me recompuse enseguida.

-- ¿A qué sé debe tú cambió de look?.-- Dijo Astrid y era demasiado notable sus celos.

-- Cómo estoy buscando trabajo, mamá cree que es mejor un cambio de vestimenta.-- Respondió la hermosa mariposa. Y yo, cómo buen cuñado le tengo una propuesta.

-- Si no has encontrado trabajo yo te puedo ayudar.--- dije esperando qué no lo haya conseguido.

-- No, aún no.-- Contestó y sonreí por dentro.

-- Bien, no sé si él empleó estará a tu altura, pero puede ayudarte para comenzar.-- Dije sentándome.

-- Sí, cualquier empleó es bueno,

¿para qué sería?.-- Preguntó emocionada y jaque mate, maté dos pájaros de un tiro, mis suegros también estaban felices.

Gea.

Después de qué llegará mi hermana, ella preguntó a qué se debía mi cambio de estilo, le respondí qué sé debía a qué estaba buscando empleo y zack al escucharlo me ofreció uno.

Me puse feliz, por más qué no fuera algo importante todo es bueno para empezar. Esté me dijo pará comenzar mañana mismo, nos explicó qué era en una discoteca bar y qué el horario sería de 18:pm hasta las 00:00 pm, a mi padre no le agradó mucho el horario y menos qué fuera a trabajar en lugar así, pero Zack lo terminó de convencer, le dijo qué manejaría la administración, qué no estaría entré la gente y él me traería a casa y cuidaría de mí cómo sí fuese su hermana.

Aunque después qué él se fuera me pidió qué lo pensará muy bien, qué no había apuro por qué empiece a trabajar, pero la verdad sí nos urge, mi madre llega cada día más cansada, y me desesperó al no poder ayudar.

Luego de terminar la cena me duché y me acosté a dormir.

(Él día hoy fue muy agotador)

AL DÍA SIGUIENTE.

Me levanto muy temprano, ya es costumbre para mí, en Inglaterra siempre seguía una rutina, y una de ellas era estar levantada desde temprano.

Limpio toda la casa, mamá y papá salieron a trabajar muy temprano, preparó el desayuno de Astrid y el mío, preparó la mesa y despierto a mi hermana.

-- Muy bien, así me gusta, toda la casa limpia, eres buena para el servicio doméstico.-- Dice está y comienza a desayunar.

No hago caso a su comentario desagradable, ella siempre es así conmigo.

HORAS MÁS TARDE.

Mis padres llegaron y pasamos un rato juntos, a las 17: pm llegó Zack, estuvo un rato con Astrid y media hora después salimos.

Yo voy muy impaciente, me da algo de pena molestar tanto, él me da trabajo y además hace de taxista, estoy muy apenada.

Llegamos al lugar, es una discoteca muy grande, hay muchas barras y para mi sorpresa ya hay mucha gente.

Pero algo llamó mi atención, cuando zack estaba acompañándome a la que sería mi oficina, en la planta alta, vi cómo habitaciones, eso no es normal, ¿por qué abría habitaciones en una discoteca? No soy de salir, nunca fui a sitios como estos, pero de algo estoy segura, no es un sitio común.

Además, las personas qué pude ver, parecen personas adineradas, todos vestidos de trajes finos y caros, no son personas ordinarias.

-- Llegamos, está es tu oficina.-- Dice esté, asiento con la cabeza y entró detrás de él.

Él comenzó a darme unos papeles, los cuales son los qué detallan el estado económico del establecimiento.

-- ¿Es normal qué ingresé tanto dinero?.-- Preguntó confundida.

Pero cuándo estaba a punto de contestar a mi pregunta, un hombre de traje negro, cuerpo musculoso y con cara de pocos amigos entró y Zack sé fue con él.

Seguí estudiando las carpetas sobre mi escritorio y cada vez entendía menos. El flujo de dinero qué entra a la caja es demasiado.

Salgo fuera de la oficina buscando a Zack con la mirada, pero unos gritos llaman mi atención.

Me acercó a la puerta negra, a unos metros de mi oficina, abro un poco y miró hacia dentro. Mis ojos casi sé salen de lugar, Zack estaba golpeado a un hombre con un bate de béisbol y su rostro estaba salpicado de sangre.

Cerré la puerta y corrí a mi oficina, me encerré en ella.

¿Qué clase de sitio es este?

¿Qué clase de persona es el prometido de mi hermana?.-- Me pregunté mientras mi cuerpo temblaba de miedo.

Al parecer mi primer día de trabajo no será tan bueno como esperaba.

Zack.

Hoy comienza a trabajar Gea y estoy algo nervioso y también ansioso, hubiera preferido ofrecerle trabajo en la empresa familiar, pero mi padre no quiere qué llevé a mis amantes allí.

Esa es una de las reglas principales, aunque él sí lleva a las suyas, pero yo no puedo hacer lo mismo, al menos hasta qué sea el dueño legítimo de la empresa familiar.

Ahora voy a tener qué ser muy cuidadoso, en el club, trato con los negocios extra curriculares y no quiero ponerme en evidencia frente a Gea, creo qué ella se asustaría.

Llamó a la chica de servicio, y sí, es la misma de las deliciosas nalgas de la otra vez.

---Sí señor, dígame qué desea.-- Dice está mordiendo su labio inferior, sé ve tan sensual. La miró con una sonrisa seductora y le habló.

-- Prepara un baño de tina para mí. A por cierto, ¿cuál es tu nombre? Nunca lo recuerdo.-- Le digo mirando sus pechos qué están con los pezones duros, los puedo ver por debajo de la camisa del uniforme qué trae puesto.

-- Amelia, señor.-- Responde está y entra al baño meneando las caderas de un lado al otro y minutos después sale.

-- Ya está listo señor, ¿necesita ayuda?.-- Pregunta con picardía, sé lo qué está queriendo y no la culpo, todas las mujeres mueren por estar en mi cama, pero hoy no tengo tiempo para jugar con ella.

--No, puedes irte.-- Respondo y la veo irse decepcionada.

Me di un baño rápido, ya estaba muy retrasado, al estar listo salí hacia la casa de Astrid, tengo qué pasar por Gea, y también pasar un tiempo con mi novia, ella se molestó conmigo por lo que su hermana va a trabajar en mi negocio.

Al llegar me recibió mi suegra, me adentré y tomé asiento, solo cuento con media hora para Astrid y después tengo qué salir con Gea hacia la discoteca, o mejor dicho a mi club, esté sé llama princesses the sex.

(Las princesas del sexo)

En él llevamos a cabo ciertos negocios, habló con mis mejores clientes, los cuales me compran la mejor y más pura cocaína del mercado.

Además de quedarse y disfrutar del sexo qué las más hermosas y jóvenes mujeres de mi club ofrecen, ellas están aquí por cuenta propia, o mejor dicho por las grandes sumas de dólares que ganan, además de consumir el producto qué esté club ofrece.

Trabajo en armonía, no muchos sé atreven a meterse conmigo.

--Amor, llegaste.-- Dice Astrid interrumpiendo mis pensamientos, está se abalanzó sobre mí y me besó desaforadamente.

Luego tomó mi mano y me llevó a su habitación, tuve qué contenerme pará no tener sexo allí, no quiero qué mis suegros piensen qué soy un desubicado.

Ellos parecen muy correctos, del tipo qué crían a sus hijas en un ambiente sano y sueñan con qué sus niñas sé casen puras y vestidas de blanco, pero allí el problema Astrid no es nada de eso, cuándo la conocí tuvimos sexo en una discoteca con muchas personas a nuestro alrededor, y a ella pareció no importarle, ella es del tipo de mujeres salvajes y atrevidas, qué simplemente hacen lo qué desean cuando quieren y dónde quieren.

Por eso me gusta Gea, ella es muy diferente y la quiero para mí.

Pasé un rato con mi novia y luego salí con Gea hacia el club, al llegar ella miró todo con atención, no es nada tonta, sé nota qué sé dio cuenta qué esté lugar no es nada común, y eso qué no vio los salones privados, en los cuales solo hay mujeres desnudas y hombres disfrutando de los placeres de la vida.

La llevo lo más rápido posible a la que será su oficina, en la segunda planta, la veo cómo observa las puertas de los salones, me apresuró y al llegar a la oficina qué mandé a preparar para ella, le aviso qué ese será su sitio de trabajo y me adentro, ella viene detrás de mí, toma asiento y le doy los papeles qué tienen toda la información qué necesita para comenzar a trabajar.

Ella los mira y abre grande los ojos, y luego pregunta si es normal qué entré tanto dinero, estaba a punto de inventar algo, pero entró Carlos, mi hombre de confianza y me avisó de un problema y salí con él.

Salí y fuimos a uno de salones privados, allí había atado a una silla un hombre, el cual viene aquí desde hace 2 meses aproximadamente.

Me arremango la camisa hasta los codos y preguntó cuál es el problema.

-- Es un policía, lo encontramos husmeando en su oficina.-- Me responde Carlos.

Tomó un bate de béisbol y le doy un golpe secó en el pecho, esté larga un fuerte grito y me pide qué no lo maté.

Comienzo a golpearlo con más ganas, la sangre me salpicó en rostro, por eso no me gusta tener qué atender yo mismo las cosas, odio manchar mi ropa.

Después de golpearlo por un rato, les dije a mis hombres qué sé encargarán ellos de la maldita rata.

-- Despedázalo y termina con el trabajo, así van a aprender a no meter las narices donde no se debe.--- Le ordenó a Carlos y salgo hacia mi habitación privada.

Me ducho rápidamente y salgo hacia la oficina de Gea, ya aseado y con ropa limpia.

-- Disculpa preciosa, tuve un inconveniente.-- Le digo a Gea y tomó asiento frente a ella, pero la notó nerviosa.

-- ¿Sucede algo?--- Preguntó y espero su respuesta.

--¿Por qué estabas golpeando a un hombre?.--- Me dice y sus manos tiemblan.

-- Solo era un idiota qué sé quiso propasar con una empleada, y aquí no permitimos esos tipos de cosas, solo fue una pequeña advertencia la qué recibió, ¿pero tú cómo lo sabes?. -- Le digo, no entiendo cómo está enterada del aquel asunto.

--- Salí a buscarte y escuché gritos, perdón, pero me acerqué y te vi. -- Responde está.

---¿Solamente pasaron unos minutos y ya me estabas extrañando?.-- Preguntó acercándome a su rostro, a casi medio centímetro de sus labios.

Pude sentir el aroma a jazmines qué emanaba su cuerpo aumentando aún más mi deseo por ella.

--¿Eres hermosa, lo sabes?.-- Susurró casi besándola.

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