Inconveniente

En la noche después de trabajar, jugar y hablar mucho, Leandro y Anastasia vuelven a la casa. Va cada uno a su habitación a ducharse y cenan juntos, luego se despiden cada uno a su habitación de nuevo para descansar.

Leandro ya en su cama acostado, no puede dejar de ver imágenes en su mente de Anastasia en ropa de verano, durante todo el día la vio tan cómoda estando con él que ella se olvidó de varias etiquetas como la de sentarse apropiadamente o el cómo agacharse, también a ella se le olvidó que él era hombre y que había que comportarse de cierta forma por ser una dama noble, la ropa le quedaba ajustada lo suficiente para que le fuera cómoda, pero con el viento se le pegaba al cuerpo aún más, además se le había notado los pocos meses de ejercicios y empezado a tonificar músculos.

Pasados varios días, estaba en la comodidad de su habitación, ya solo y tranquilo. Los pensamientos volvieron a él como una ola, no pudo dejar de recordar los días que habían pasado desde que ella pasa a diario tiempo con él. Leandro no pudo más consigo mismo, pensó en varias cosas que aunque los había tenido antes, esta vez eran más vívidos y reales, más alcanzables. Su propio cuerpo reaccionó a los recuerdos y a dichos pensamientos de escenas posibles, llegó a un punto en el que estaba indeciso entre llamar a Anastasia y decirle lo que le sucede o calmarse. Al final fue al baño a ducharse con agua fría, no quería que ella sintiera que él solo pensaba en eso y que solo para eso la quería. De repente desde el baño oye la puerta del dormitorio abrirse, solo se había quitado la camiseta por lo que se apresura a salir y ver que sucede. Al salir, ve a Fátima con poca ropa acostada en su cama mirándolo fijamente, para la sorpresa de Leandro que quedó un poco sorprendido, con una mezcla entre estar enojado, no saber qué hacer y que no quería esa situación, no supo qué sentir. Unos pocos segundos después reacciona e intenta echarla de varias formas varias veces, pero no puede. Ella se le pega y no deja de tocarle el pecho y los abdominales, por lo que llama a Sandra casi a los gritos para aclarar las cosas de una vez.

Sandra llega rápido muy enojada, saca a Fátima de allí inmediatamente y le pide a Leandro por favor por la vida de Fátima, que no le haga daño ni le dijera a sus padres. Si puede no tomarlo como una falta de respeto lo que ha sucedido esa noche, ella sabía que dicha ofensa podía llevarla a una ejecución.

Leandro lo deja pasar un poco enojado aún por no poder despedirla del trabajo ya que no es su sirviente, al final no necesitó el baño frío, con ver a Fátima y toda ésta situación se le había ido las ganas de cualquier cosa que se le cruce por la mente. Aunque piense en Anastasia simplemente no puede, así que toma la ducha normal y se acuesta. No logró dormirse de la frustración y enojo que sentía al haberle arruinado el día tan lindo que había pasado.

En la habitación de sirvientes:

Fátima~

-Porqué está tan enojada, que pasó.

Sandra~

-Subiste a la cama del hijo del Duque, pedí por tu vida, lo ofendiste mucho durante el día y ahora ésto es ya demasiado, debes mantenerte lejos de él desde ahora y por siempre, no hagas cosas que no debes. La realeza no es cosa que podamos ni debemos manejar o entender. Ellos y nosotros no nos mezclamos.

Fátima~

-El hijo del duque?! Y cómo hizo esa gorda para pasar con él tanto tiempo? Hasta creo que se gustan!…

Sandra~

-Eso no nos concierne! (interrumpida)

Anastasia estaba entrando al cuarto, sus pisadas eran fuertes y delataban enojo, es imposible que no se entere de lo que sucede en su propia estancia y con los gritos de todos en una noche relativamente tranquila y silenciosa.

Anastasia~ (alzando la voz, seria y asertiva, además de muy enojada también en su voz)

-Te explico niña, yo soy aquí la dueña de todo, yo pago tu salario, yo pago tu estadía, pago tu comida y tus gastos. Yo fui quien invite a Leandro que casualmente es el hijo de los duques, es de la familia Romano, pero yo puedo llamarlo así por su propio nombre porque es mi amigo de la infancia, crecimos juntos y próximamente será mi prometido y mi marido. Si te vuelves a acercar a él de forma tan inapropiada como en el desayuno o ésta noche, haré tu vida miserable en vez de solamente despedirte. Despréndete de todo lo que tenías aquí (tomando una decición), las ofensas de hoy fueron suficientes para darte el despido y posible denuncia. (un poco más calmada) mañana pasarás por mi oficina temprano para firmar el despido, decidiré si te denuncio o no por acoso. Te pagaré los días trabajados y recibirás un monto extra mientras consigues otro trabajo.

Los casi gritos de Anastasia retumbaron y Leandro pudo oírlos con facilidad desde su cuarto, salió corriendo para ver qué sucedía. Al llegar se encuentra con la desagradable situación.

Fátima~

-Usted es solo la dueña de éste lugar, cómo va usted a casarse con el hijo del duque? no me haga reir, no es más que una estanciera adinerada y gorda.

Sandra~

-Fátima cállate la boca! Ella es la princesa Anastasia XV la única hija de los reyes.

Anastasia ya harta de todo, se estaba retirando cuando le comunicó a Sandra que se haga cargo del castigo por ofender a la sangre real y que decide no denunciarla.

Se topó con Leandro detrás de ella mirando y escuchando todo.

Leandro~

-Serás una gran reina amor mío. (mirando a Anastadia en ropa de cama de satén y puntilla)

Anastasia solo logró sonreírle hasta que se dio cuenta de que Fátima estaba llorando y gritando detrás de ella, por lo que cerró la puerta, habló con Leandro mientras subían las escaleras tomados de las manos, se había sonrojado mucho por el comentario, decidieron que iban a dormir juntos para quitarse el enojo un poco y porque ambos tenían pensamientos parecidos.

Al llegar a la habitación, Leandro tomó la oportunidad en sus manos, simplemente se decidió en el momento y besó a Anastasia, ella no se negó, las cosas se acaloraron, pero en cierto momento él retomó conciencia, juntos debieron decidir tomarse su tiempo y volver cada uno a su cuarto antes de que las cosas fueran más allá de lo que debía.

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