Luego de pensarlo mucho, Anastasia decidió ir a pasar el verano a la estancia. El lugar cuenta con 200 hectáreas, más de 100 cabezas de ganado en pie, 200 lanares, establo con 15 equinos de trabajo y 1 equino campeón de carreras, actualmente 5 veces campeón consecutivo.
Anastasia es la dueña de éste lugar, todo ha sido comprado y administrado por ella desde hace 5 años.
La casa tiene nombre propio "Estancia del Viñedo", ya que al otro lado de la casa hay un campo de cosecha donde se encuentran las vides de uvas Pinot Noir, más conocidas como las uvas del diablo, del cual se crea un vino fino de ellas que es muy caro y exquisito, difícil de conseguir. Su etiqueta es sencilla pero elegante igual que el tipo de vino que proviene de esas uvas.
Cada centímetro de la estancia es un orgullo para Anastasia, ha sido todo producto de trabajo duro y aprendizaje sobre administración y otros rubros en conjunto como el de contador, año tras año, hasta llegar a ser una estancia muy famosa en la ciudad y los pueblos cercanos.
Un día se encontraba en sus tareas matutinas diarias, mandar a reparar el establo, ver que los animales están comiendo bien, llamar veterinarios por medicamentos y vacunas para nuevas crías de bovinos, papeleo administrativo pendiente entre otras tareas diarias. Llegando al mediodía, Fátima, una nueva empleada que se le contrató para hacer recados dentro de la estancia, ayudar a el ama de llaves en lo que es las tareas domésticas y el cuidado de Anastasia como preparar el baño, limpiar, servir comida entre otras tareas que le competen. Fátima pide permiso para entrar a la oficina donde se encuentra Anastasia trabajando, ambas de la misma edad, se miran, a Fátima parece no gustarle mucho Anastasia, no la conoce, no sabe que es ella la dueña del lugar.
Anastasia por su parte reconoce esa mirada en Fátima, por lo que le pide que diga lo que debe y se marche.
Fátima~
-La comida está pronta para ser servida.
Anastasia~
-Enseguida iré. Puedes retirarte.
Al cerrar la puerta...
Fátima~
-(pensamiento) Quién es ésta gorda? Se cree que pueden mandarme mucho y tiene la misma edad que yo. Desvergonzada. Me quejaré cuando llegue el maestro.
Llegando a la cocina, con una cara pésima, Fátima se sienta en un banco alto al lado de la mesada donde se sirve el desayuno usualmente y le comenta a Sandra (a cargo de los sirvientes alrededor de Anastasia y de la casa)
Fátima~
-La gorda esa me mando afuera después de oírme, ni siquiera las gracias.
Sandra~
-Ella puede Fátima, no podemos hacerle enojar de ninguna forma, ten cuidado de cómo te refieres a ella, las paredes tienen oídos.
Fátima~
-En qué momento llega el maestro?
Sandra~
-(Para 5 segundos para verla de frente) pero de qué maestro hablas? Aquí no lo hay.
Llegando al comedor Anastasia se sienta en la mesa y Sandra sale de la cocina con la comida caliente servida en un hermoso plato de cerámica labrado junto con un jugo de naranjas recién exprimido y endulzado, cosecha de los árboles de la propia estancia.
Fátima se mantiene en la cocina y escucha a lo lejos.
Sandra~
-Señorita disculpe los modales de la chica nueva. No la tome en serio por favor
Anastasia~
-No te preocupes Sandra, mientras estés tú por aquí, nada sucederá, igualmente me mantendré distante hasta que se acostumbre a servir y a trabajar.
Fátima estaba en la cocina, no sabía que sucedía, Sandra le dió el día libre para que piense en cómo habló y trató a Anastasia, que eso no debe volver a suceder.
Dos semanas han pasado ya, Fátima está en el frente barriendo temprano por la mañana antes de que el sol suba más y ya no se pueda trabajar afuera. Ve que los guardias dejan entrar un auto negro, no lo reconoce, pero cuando el auto da la vuelta alrededor de la fuente de la entrada ve bajar un chico rubio de ojos verdes, muy alto (1,80), atractivo hasta por demás para ella que le llamó mucho la atención a primera vista, va a recibirlo, pero cuando ve un guardia la mantiene lejos, y le prohíben acercarse de cualquier forma, el chico tampoco le presta atención, siquiera verla de reojo. Se conforma con verlo de lejos, Fátima ha pasado todo el día suspirando en toda la casa tratando de ver al nuevo chico.
Anastasia había invitado a Leandro a pasar unos días con ella, iban a hacer camping, cocinar, reírse y pasar el tiempo juntos, ya que nadie podía impedirlo por ser de su propiedad, al mismo tiempo de su llegada, Anastasia ve que Fátima se distrae más de lo que debería, intenta saber el porqué, pero Sandra tampoco lo sabe ni los estancieros con los que Fátima suele hablar cuando les lleva la comida o bebidas entre trabajos.
A los dos días, Leandro baja a desayunar y Fátima pide a Sandra poder servirle.
Mientras le sirve, Anastasia baja y se queda mirando desde la escalera, Fátima se acortó la falda y se bajó el escote mostrando un par de pechos voluminosos, Leandro lucha con los coqueteos constantes, el no querer verle el escote que ella le pone frente a sus ojos y el acoso que recibe a pesar de que ni siquiera la mira ni le ha dicho nada desde que llegó, pero como le es indiferente no le ha hablado severamente como lo hace con Alicia aún. Anastasia termina de bajar las escaleras y se dirige a la cocina para tomar su desayuno.
Anastasia~
-(hablando firme) Fátima, no tienes más trabajo? Y ese no es tu uniforme.
Fátima~
-Si, me retiro.
Leandro~
-(Mirando a Fátima con desdén y hablándole a Anastasia) Tú permites que una empleada te hable así? Además de la dueña del lugar eres la princesa del país. Me tiene harto que me ponga los pechos en la cara, no la soporto más.
Anastasia~
-Sí, la vi, yo sí le vi ese escote, creo que ella no sabe quien soy, así que cuando se entere, la voy a reprender muy fuerte. Igual me sirvió para saber donde pones tus ojos. Así que espero el momento adecuado para enseñarle que no debe juzgar un libro por su portada como hace conmigo.
Leandro~
-Yo solo tengo ojos para ti... (y esos enormes glúteos que cargas... Como si no supiera que todos los miran en el instituto)
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