La fiesta estaba de maravilla todos se la estaban pasando bien, todos los nobles de la zona se habían reunido para presenciar el tan esperado matrimonio de las familias más acaudaladas de la zona y realmente solo asistían para juzgar la fiesta muchos de ellos asistían por envidia otros por amistad y otros solo para aparentar tener relaciones con ambas familias.
El vestido de Leila no era tan sorprendente como los demás pero su diseño sofisticado y único es lo que la hacía destacar de todos en la fiesta.
En un rincón muy alejado de la pista estaba Leila preguntándose la razón por la cual su padre no había asistido a su fiesta, bien sabía que su padre no hacía nada si no tenía ninguna razón pero negarse a ir era demasiado no podía entender por qué solo la había acompañado a la salida y con un abrazo la despidió entre lágrimas, sabía que algo andaba mal pero no podía deducir que es lo que no cuadraba su instinto le decía corre pero su deber la decía permanece a dónde estás y por el buen ambiente de la fiesta le parecía que todo saldría de maravilla, fijarían una fecha después de la celebración y eso sería todo pero el corazón le dolía y no podía explicar la razón.
Al estar sumida en sus pensamientos olvidó que la fiesta era en su honor, limpió todos sus malos pensamientos y volvió a la fiesta a agradecer a sus invitados, mientras ella caminaba por el lado derecho del salón su prometido lo hacía por el izquierdo; al estar recorriendo el lugar escucho ciertos rumores que la ponían nerviosa entre esos rumores estaban el supuesto maltrato hacia las sirvientas de la mansión, o los actos de violencia que cometía con los hombres y mujeres del reino, su fama de sádico era conocida por todos por ello era natural que ese tipo de rumores salieran y aunque probablemente no eran verdad a ella la daba miedo que todos aquellos rumores infundados llegarán a ser verdad, caminando por el lugar noto aún guapo hombre junto al enorme pilar izquierdo de del salón no parecía divertirse pero si llevaba rato observándola y aún que ella lucho por ignorarlo fue inútil su sola apariencia llamaba demasiado la atención incluso se atrevía a llamarlo el hombre más apuesto que jamás hubiera visto aparte de su hermano mayor Félix, lo que más le agrado de su fría apariencia fueron sus hermosos ojos azules y su piel un poco bronceada.
Al ver que dicho hombre estaba solo y aparentemente interesado en ella se dispuso a entablar una pequeña conversación con el como acto de cortesía, aún sabiendo que todas las miradas se centraría en ella decidió que por primera vez no le importaría, esa noche estaba dispuesta a hacer cosas que normalmente no haría ella pensaba que era por su repentino matrimonio; sin más que pensar fue hacia donde el hombre y pregunto:
— ¿La fiesta es de su agrado?, note desde hace un momento que no lo está disfrutando.
— Su fiesta es espectacular claro que me estoy divirtiendo.
— Es un honor que tan sofisticado caballero nos acompañe en este día tan feliz.
— Es en realidad un día feliz no veo que usted o Marcelo lo estén disfrutando en realidad veo que ninguno de un los dos está siendo honesto.
— Debe se por la emocion llevamos seis años comprometidos y ahora es oficial.
— Claro que es un hecho pero parece que ninguno lo asimila aún...... Le pido me disculpé hablé sin pensar soy un amigo de Marcelo y me preocupo mucho por el. dijo después de darse cuenta que no estaba siendo muy amable.
— En realidad no me importa he oído cosas peores.
— Encerio lamento mucho lo que acabó de decir en realidad estoy muy preocupado por Marcelo jamás convivio con ninguna mujer aparte de su mamá solo tiene hermanos y es muy inútil en esas cosas románticas por favor sea considerada con el.
— Parece que le tiene un gran afecto el es muy afortunado por tener a un amigo como usted.
— Estoy de acuerdo yo también siento celos de el por tener a una dama como usted.
— Creo que es muy amable no creo ser tan buena para.
— y dígame señorita Leila que le parece el.
— No cero que sea tan malo como dicen los rumores no lo sé probablemente sean solo eso rumores.
— no hablemos más de el, mejor dígame qué le parece la mansión.
— Creo que no es muy ostentosa no creo que lujosa la describa, lo único que me agrada es su hermoso jardín.
— Quien lo diría la del vestido más humilde resultó bastante pretenciosa, en lo personal yo creo que es bastante agradable tiene todo lo que busco.
— y que es lo que busca señor.....
—Connor, en realidad no busco nada en especial no me encanta el lujo pero tampoco la pobreza soy más un hombre que está en lo mediano y entre más moderado mejor, pero si que amo la belleza.
— ¿Que tipo de belleza admira mi señor?
—Una belleza que sea efímera pero inolvidable como el encanto de las amapolas o un pequeño copo de nieve.
— Nunca imaginé encontrarme con un noble tan romántico y por su apariencia creí que seria del tipo rudo.
— Hiere mi orgullo señorita Walker, es como dicen todos no debe dejar llevarse por las apariencias, la apariencia es engañosa como los humanos.....
En ese instante la madre de Leila la llamo para el primer baile de la noche y por consiguiente la pareja anfitriona debería ser quien bailará la primera pieza, Leila estaba totalmente indispuesta pero al ser la prometida no tenía remedió con gran pesar se despido de su amigo temporal:
— lamento tener que irme yo me retiro, por favor siga disfrutando la fiesta.
— Fue un gusto platicar con usted.
— El gusto fue mí
— señorita Leila no se deprima demasiado.
Leila con una sonrisa respondió
— no lo haré, seguramente seré feliz a su lado.
Leila y su mamá se alejaron caminando, al llegar a la pista de baile Marcelo sostuvo la cintura de Leila y empezaron a bailar tras dar su primera vuelta vio a su madre llorando mientras le leía los labios " se valiente" tras esas palabras Leila sintió un fuerte mareo y calló al suelo, mientras caía logro ver el rostro del amigo de Marcelo sus ojos la miraban fijamente, después de eso no supo nada más.
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