Cap 4. El Este

Para este camino lo tuve un poco más fácil, ya que solo opté por tomar una carrera junto con más personas, lo que me costó menos dinero y estaba entretenida conversando con algunas señoras que estaban ahí, al ser ellos personas que viven en zonas rurales, no sabían de todo el caos formado en la ciudad, por lo que sólo compartimos algunas historias de viajes y remedios caseros, lo que me sorprendía era como manejaban todo el tema sanitario en esta época y aunque era una historia escrita por alguien, eso no quitaba todo el tema sanitario en esta época y aunque era una historia escrita por alguien, eso no quitaba que todo estaba ambientado en esa época, bueno, no todo, hay algunas especias y alimentos más cercanos a la época moderna, pero aun así, todo seguía una sola línea y eso era en que todo rodeaba al "final feliz" de la protagonista

En unos días más, por fin llegué a mi destino, las demás personas se despidieron, solo uno de los niños con quien compartía una que otra galleta se me había pegado, aunque le dije que se fuera con su madre no quería despegarse de mi lado, lo que en cierta parte lo veía raro

- Disculpe jovencita, pero este niño no me obedece

- No se preocupe ¿Qué le parece ir juntas por este camino? Cuando llegue a su destino me puedo retirar

- P-pero... La estaría molestando

- No me dejes

El niño se sostuvo de las mangas de Anais y rogó para que no se fuera

- Si la estoy incomodado entonces me retiro pero me temo que el pequeño no me dejaría ir sola

Medio a regañadientes la señora aceptó la idea, punto que me hizo sospechar y cuando le dije que iríamos a una cafetería a comprar dulces, ella se quedó esperándonos fuera de la tienda y cuando íbamos saliendo, una señora junto a su hija se nos adelantaron y lo que peor pensaba se cumplió

Miró a la niña, la cargó y se la llevó corriendo, cuando hiso eso pensaba que algunas personas podrían intervenir, pero nadie hizo nada; aunque era peligroso meterse con ese tipo de personas, no pude hacer más que dejar al niño encargado en la dulceria e ir tras la señora, por fortuna aún tenía unas canicas que gané mientras jugaba con algunos niños en el pueblo anterior

Le lancé unas cuantas canicas, lo que ocasionó que se resbalara y cayera junto con al niña, me apresuré a quitar a la pequeña, lo malo fue que también me caí, pero a pesar de eso, logré tener a la niña conmigo, me tapé el rostro con la capucha y salí de ahí, cuando estaba saliendo me encontré con algunos caballeros que me impidieron el paso

- Quieta ahí, a donde crees que vas con la niña

- ¡Hija!

- Aquí tiene

- Muchas gracias jovencita

- ¿No fue ella quien la robó?

- Se equivocaron de persona, es la señora que está tirada en el piso

Ellos se fueron a donde estaba la señora en un pasaje en el suelo, después de los detalles, quisieron llevarse también al niño, pero este se aferró a mí, le hice entender que no podía cuidar de él y que iba a estar mejor con otras personas e incluso e podrían llegar a conseguirle alguna familia

Aunque un poco decepcionado, obedeció a lo que dije, eso era lo mejor, por fortuna la autora no fue tan mala con lo que respecta a los orfanatos, ya que la protagonista después de casarse con el príncipe, visita regularmente a los orfanatos y aunque su único problema era el poco ingreso económico que tenía era poco, por lo que era un tanto difícil para ellos pasar su vida ahí, lo que hacían era conseguir fondos con ayuda de los vecinos y personas que vivian alrededor, por esa parte no estaba tan preocupada, ya que de cierta forma iba a estar mejor que conmigo, no quería que corriera peligro

- Es por tu bien, estarás mejor allí que corriendo por tu vida...espero que crezcas bien y seas un chico de bien

Con eso ella dejó al niño en ese lugar, cuando ya creía tener todo listo, apareció de nuevo la señora à quien le ayudé con su hija

- Señorita te quisiera agradecer por haberme ayudado con mi hija

-No creo que sea tan necesario

- Si lo es señorita, por favor dígame en que le podría remunerar

- En ese caso ¿podría decirme donde podría conseguir trabajo? Acabo de llegar y no sé dónde conseguir trabajo

- Oh! En ese caso podrías trabajar conmigo, soy dueña de una tienda de ropa, es una boutique, me podrías ayudar con eso y te contrataría como empleada, lo que harías seria ayudar cuando las personas se prueban la ropa o tomar los pedidos ¿Qué te parece?

- Eso estaría bien, entonces espero que usted pueda aceptarme como su empleada

- Con mucho gusto

Después de eso, estuve trabajando en esa tienda por un tiempo, por ahora lo de mi apariencia lo mantuve oculta con el tinte de cabello, ahora estaba con un tono marrón oscuro algo cerca a esa tonalidad, no me puse un tinte negro porque al caerse un poco de la pintura, parecería que tuviera canas a tan corta edad o eso es lo que diríamos en el siglo 21, a pesar de que por un tiempo estuvo de moda el cabello platinado o blanco, pero aquí...el cabello es de colores, al contrario de lo que conozco, aquí es común tener unos tonos muhho más claros, más bien es un tanto extraño que tengan tonos oscuros, pero si las encontrabas, normalmente en trabajos con atención al público, ya que ese exótico color se les hacia atractivo, llamaba la atención a las personas y las atraía al negocio

En cambio, tener un cabello como el mío que era la clara característica de la villana, aunque la protagonista no se queda atrás, la diferencia es que ella tiene un color naranja tan llamativo, que se les quedó su imagen grabada a todos, se podrían decir que ella era como la primavera, mientras que yo sería lo más parecido al invierno

Pasaron unos meses desde que Anais trabajaba y vivía en esas tierras, aunque llegaba a escuchar algunas noticias, no eran tan graves como ella creía, solo que había algo que se les hacía molesto y era que, a pesar de haber roto el compromiso con el príncipe, muchos rumores decían que él no se había casado aún con su amada, esto sin duda era considerado raro, sobre todo por lo que él mismo había expresado públicamente, de querer dejar todo y casarse con ella y ahora que estaba libre no lo hacía

- Debo estar más atenta a todo lo que pase, no debo bajar la guardia

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