Capítulo 14

Después del funeral de su padre, Rafael regresa a la casa de su padre, él quiere dormir allí esta noche.

Mientras tanto, Anita todavía está arrodillada en la tumba de su suegro. Se olvidó de sus hijos que quedaron con la empleada doméstica.

Anita todavía está llorando cuando escucha un suspiro detrás de ella. Mayra se acerca y le pregunta.

 "¿Estás triste por su muerte?"

Anita frunce el ceño, luego se levanta y se coloca al lado de Mayra. Lo mira completamente sorprendida.

"Él era mi padre, así que es natural que esté triste por su pérdida", dijo Anita con severidad.

No puedo creer que esta mujer esté diciendo esto. Mayra sonríe burlonamente, luego se da la vuelta y abandona a Anita, quien todavía está confundida por lo que ella acaba de decir.

Pero antes de irse, se da la vuelta y dice algo que enfurece a Anita.

"Disfruta de tu tristeza, pronto continuarás llorando", dijo Mayra con una sonrisa irónica.

Finalmente, ella se aleja del cementerio.

Anita solamente puede mirar a Mayra mientras se aleja, luego se arrodilla de nuevo.

"Papá, perdóname. No pude cuidarte correctamente". Solloza.

Después de reflexionar durante mucho tiempo sobre la muerte de su suegro, Anita finalmente deja el cementerio. Se acuerda de que no le dijo a Eva que iría directamente al cementerio.

Eva tampoco sabe que el suegro ha fallecido. El proceso de funeral fue muy rápido, no sabe qué pensó Rafael para que fuera tan rápido.

¿Podría ser que supiera de antemano que el padre de Rafael no viviría mucho tiempo?

Anita regresó a casa, pero encontró que Rafael no estaba allí. Tampoco esperaba que su esposo llegara a casa. ¿Seguiría así?

Hasta cuándo su esposo estaría aislado, sin hablar y sin preocuparse por su esposa y sus hijos.

Anita pensó que tenía que hablar sobre todo esto con su esposo. ¿Por qué nunca regresaba a casa, por qué nunca preguntaba por su situación o la de sus hijos?

Anita estaba cansada de esta situación, siempre enojada con Rafael. Y cuando estaba enojado, nunca volvía a casa. Quién sabe dónde dormía.

"Señora, ¿cómo está el abuelo?", preguntó Eva, que estaba sentada en la sala de estar.

"Papá está tranquilo, Eva, está tranquilo y se ha ido a su lugar final", respondió Anita en voz baja, volvió a sentir tristeza y lágrimas.

"¿Qué quiere decir, señora? No entiendo lo que estás diciendo", dijo Eva, confundida o simplemente asustada de que sus sospechas fueran ciertas.

"Sí, tal como dijiste. Papá cayó en el baño y no sobrevivió. Ya no está con nosotros y ha sido llevado a su nuevo hogar, Eva ..." Anita lloró con lágrimas.

"¿Así que el abuelo ha fallecido?", preguntó Eva para asegurarse.

Anita asintió, mientras lloraba más. Eva solo pudo acariciar la mano de su jefa para darle más fuerza.

"Sé fuerte, señora. El abuelo está tranquilo allí", dijo Eva para darle ánimo.

"Gracias, Eva. Estoy triste de que papá se haya ido. Rafael tampoco sabe qué hacer".

"Mamá, ¿el señor regresará a esta casa?"

"No lo sé, Eva, pero esta también es su casa".

"Sí, mamá".

Aunque lo haya dicho, Anita no sabe si su esposo volverá pronto a casa.

Ya pasó un mes desde la muerte del señor Henry y durante ese mes Rafael no ha vuelto a casa de Anita. Anita cada vez entiende menos la actitud de su esposo.

Ella siempre intenta comunicarse con él, pero cada vez que lo hace, Rafael simplemente no le responde.

Anita realmente quiere ir a la oficina de su esposo para preguntarle por qué no ha vuelto a casa. ¿No extraña a sus hijos?

Por lo menos extrañaría a sus hijos. Ah, sí, nunca ha cargado a sus hijos y mucho menos los ha de extrañar.

Anita está más confundida, no sabe qué hacer.

Anita quiere ir al minimercado, también quiere sacar dinero del cajero automático. Camina hacia el minimercado más cercano, como de costumbre comprará pañales y fórmula para su hijo.

Después de entrar en la tienda, inserta su tarjeta en el cajero automático. Ingresa algunos números PIN, comprueba el saldo.

Pero cuando comprueba el saldo, se sorprende. El saldo no ha aumentado, sigue siendo el mismo que la semana pasada. ¿Se olvidó su esposo de enviarle dinero?

Anita lo comprueba de nuevo, todavía es lo mismo. Toma su tarjeta, sale de la habitación y se va de allí. Solo saca unos pocos dólares.

Anita toma su teléfono móvil y le envía un mensaje a Rafael. Le dice que todavía no ha recibido el dinero en su cuenta.

Luego regresa a casa y solo compra pañales.

Por la noche, Anita sigue despierta, esperando que su esposo regrese y preguntarle por el dinero que no le ha transferido.

Y, efectivamente, el coche de Rafael entró en el patio. Anita se levantó de su asiento y se dirigió al salón para saludar a su marido.

Anita abrió la puerta y entró Rafael. Anita saludó a su marido y le cogió el bolso. Rafael se limitó a obedecer y entró en la habitación.

"¿Te preparo agua caliente para que te duches?", preguntó Anita, que venía detrás.

"Puedes", respondió Rafael.

Anita se alegró de que su marido quisiera que le sirviera para preparar agua caliente para el baño. Hacía varios meses que no servía a su marido, porque Rafael rara vez venía a casa.

Tras preparar agua caliente, Anita preparó inmediatamente ropa informal para su marido. Siempre está alerta y es diestra a la hora de servir a Rafael.

No sé qué piensa Rafael de su mujer, si es porque no es tan sexy y guapa como su jefe.

Anita reflexionó, ¿quizás debería cambiar de aspecto ahora?

Sí, ahora tiene que cambiar de aspecto. Bueno, lo cambiará y a partir de mañana hará ejercicio, pensó Anita.

Ahora hablará del cajero automático que Rafael no ha transferido.

Después de terminar la ducha, Anita le ofreció a Rafael cenar, y Rafael dijo que sí. Inesperadamente, Rafael quiso cenar con ella.

Sin esperar más, Anita preparó un plato sencillo que le gustaba a su marido, a saber, pollo frito, que solo condimentó con ingredientes instantáneos y preparó sopa y ensalada.

Anita lo hizo todo con rapidez y destreza, preparó la mesa y llamó a su marido.

"Rafael, la comida está lista", dijo Anita.

"Voy para allá", dijo Rafael.

Anita permaneció en silencio desde que Rafael llegó y simplemente dijo "sí" a todo lo que Anita decía. Pero Anita se sintió aliviada porque su marido todavía podía hablar con ella sin problemas y podía obedecerla. Al menos sus obligaciones se cumplieron.

Luego, Rafael se sentó en la silla que solía usar, esperando a que su esposa terminara de preparar el arroz y los platos principales.

Anita hizo lo mismo, cogió arroz en su plato y lo mezcló con brócoli salteado. Comieron en silencio y sin conversación alguna.

Anita miró a su esposo que comió rápidamente, ¿era porque tenía hambre o simplemente quería terminar de comer?

"¿has transferido dinero a mi cuenta de cajero automático, querido?", Preguntó Anita.

Lo preguntó a propósito para evitar una discusión, aunque ya sabía que su cuenta tenía el mismo saldo de la semana pasada.

"Después de comer lo transferiré", respondió Rafael, todavía en su tono monótono.

Anita se sintió aliviada porque su esposo no se enojó como de costumbre. Pero sintió algo extraño, ¿alguna cosa le estaba pasando a su esposo?

"Rafael, ¿dónde has estado durmiendo todos estos días?", Preguntó Anita de manera vacilante, temiendo que su esposo se enojara.

Pero estaba curiosa, ¿dónde se había estado quedando todos estos días que no estaba en casa?

"He estado durmiendo en cualquier lugar, no hagas tantas preguntas. No tengo ganas de dar explicaciones", dijo Rafael, levantándose de su asiento y entrando en su habitación para descansar.

Anita permaneció en silencio, tal como lo hacía antes. Pero su tono no era tan agresivo como antes. Dejémoslo así, ahora Anita disfruta la presencia de su esposo en su casa.

En su mente, Anita tenía muchas preguntas sobre su suegro y dónde dormiría. Mientras ordenaba la mesa, puso los platos sucios en el lavaplatos y guardó la comida sobrante en el refrigerador. Después de terminar todo, Anita entró en la habitación y vio a su esposo durmiendo profundamente. Miró su teléfono y vio en la pantalla una notificación bancaria que indicaba que había un depósito en su cuenta. Anita sonrió. Luego se preparó para dormir, a pesar de haber comido recientemente. Quería estar cerca de su esposo.

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