Rita sonrió al ver la cara sorprendida de su mamá. Estaba segura de que ella jamás se habría esperado una reacción así de su parte, y honestamente, ella se había sorprendido a sí misma al actuar de esa forma. Simplemente, lo había dicho sin pensarlo mucho, al ver a su mamá tan preocupada.
—¿Pero y tu trabajo, mi vida?—suspiró Lidia al ver a su hija tan decidida— No puedo permitir que te vayas a distraer por culpa de un problema que no es tuyo
—No te preocupes tanto, má. Después de todo, me iba a tener que ir a la capital para lo de mi nuevo trabajo, ¿no? ¿Qué más da el tener que irme un poco antes?
—¿Pero y tu alojamiento? A tu tía le dije que ibas a ir allá como dentro de dos meses.
—Pues a la tía Elena creo que le daría gusto verme por allá un poco antes. Ya sabes, con eso de que mi prima está estudiando la universidad del otro lado del país….
—Mi vida, pero es que lo que yo tengo que hacer no es algo fácil, sí tal vez con algo de ayuda podrías hacerlo tú, pero estás muy joven…
—¿Y qué tiene de malo mi edad? Tú sabes que todos mis maestros de la prepa siempre andaban diciendo que yo era una chica muy responsable para mi edad.
—Sí, pero una cosa es ser responsable aquí, en tu pueblo, y otra muy distinta es serlo en la ciudad, rodeada de personas y costumbres que son muy distintas a las de acá.
—¡Ay, mamá! ¿No me digas que lo que te preocupa es que vaya a agarrar malas mañas por allá? ¿Qué no te he demostrado ya varias veces que no soy una chiquilla alocada?
—Sí, mi vida, pero por muy madura que actúes, todavía eres una muchachita. Todavía me necesitas.
—Y más te necesita Max, que es un niño. Déjame que yo me haga cargo de esto.
—¡Ay, Rita! No sé si es culpa de la medicina tan fuerte contra el dolor o en verdad tienes buen poder de convencimiento, pero ya no me está pareciendo tan mala idea.
—Tú simplemente preocúpate por recuperarte—sonrió Lidia, esponjando la almohada de su mamá—Puedes decirle a alguna de las vecinas que te ayude con Max o a entregar tus pedidos, ¿no crees?
—Sí, cariño. Tienes razón. Sin embargo, te voy a pedir una cosa: Prométeme que vas a seguir en contacto conmigo, pase lo que pase.
—¡Ay, mamá!¿Cómo eres, eh? Te juro que ya no soy una niña pequeña. Pero si eso te hace sentir algo de tranquilidad, entonces sí, estaré en contacto contigo.
Después de terminar de hablar con su mamá y tomar un vaso de leche tibia, Rita se dispuso a dormir. Le dio un vistazo rápido a su habitación, deteniéndose a admirar la pequeña colección de peluches que adornaba la parte más alta de su improvisado librero. ¿Hasta cuándo podría verlos de nuevo? Seguramente los extrañaría, pero no importaba. Quizás, ya era momento de dejarlos atrás para siempre.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 56 Episodes
Comments
Rosalinda Quintanilla
valiente y decidida para su edad
2023-07-22
0