Amber me ha visto...
¡Me vio!
Tengo que hacer algo, y rápido. Mi nena estaba asustada, quería abrazarla, decirle que no tenga miedo.
La pregunta crucial era ¿Cómo lo haría?.
Vinieron las enfermeras y auxiliaron a Amber, ví su rostro antes de salir; me dolió verla en shock.
Salí del baño rápidamente y me fui con dirección a Ignacio; estaba tomando un café.
Trate de hablarle pero no funcionaba y le grité: ¡Amber te necesita, corre hacia ella!
Nada paso, tenía que captar su atención, intenté tocarlo, no tuve éxito.
Lo traspase y eso me sorprendió (no me juzguen todo esto es nuevo para mí).
Una de las enfermeras que estaba acompañando a Amber; se dirigió hacía mi habitación e Ignacio la vio, se asusto, lo noté por su expresión; se levanto y se fue hacia el cuarto donde me encontraba, yo hice lo mismo; todo esta bien al parecer, Ignacio al no encontrarla salió a buscarla y la vio sentada, llorando desconsoladamente.
Se acerco a ella y la abrazo; Amber lloró con más fuerza que antes y le dijo que me había visto. Ignacio no dijo nada y me sorprendió, él también estaba confundido.
Todo esto parece una pesadilla del tercer tipo, como si estuviera en otra dimensión y no sé cómo comportarme. ¿Veré algún demonio o algo así? ¿Me encontraré con algún ángel redentor o ese tipo de experiencias locas que la gente dice que experimento?
Mi mejor amigo y el amor de mi vida están preocupados por mí y yo aquí, sin poder hacer nada.
Fue una decisión fatal confrontar a Rebecca; nunca debí ir a máxima velocidad; me arrepiento de esto y ahora no sé lo que me va a pasar, solo puedo saber que estoy apunto de morir sin haber vivido lo suficiente.
Una lágrima escapa de mi ojo derecho, los miro y me entristece, hablan sobre el tema.
Ignacio la calma, me tranquiliza un poco, me alegra de que crean en mí, haré todo lo posible para que esto funcione.
Me retiro y voy a donde esta mi cuerpo, lo toco, esta tibio, me da cólera pero que puedo hacer. Lo toco una vez más y lo traspaso.
¡Carajo ahora no! , intento fallido.
Me concentré al máximo y desee que pasara, al intentarlo de nuevo, logro meterme, me meto más a fondo; de repente, llego a un lugar frío; oscuro, muy oscuro, tanto que las tinieblas no eran nada en comparación con este lugar. Pero una luz apareció, lo distingo a la distancia. Sigo caminando hasta que después de tanto llego a ella, era Mariana con una vela.
- ¿Mariana que haces aquí? pequeñita cubrete
Le doy mi chaqueta pero ella no lo acepte.
- Ya estoy muerta querido Jacob — me mira como si fuera un conejo indefenso y me acaricia la mejilla.
Y ahí caí con la respuesta otra vez, me sentí peor.
- ¿Estoy muerto en verdad? — miré hacia otro lado mientras una ráfaga de viento soplaba en mi mejilla.
Mariana toma mi mano suavemente, caminamos sin decir nada más y llegamos a una casa. Se me era conocido el lugar; sentía tristeza al contemplar. Era la casa de mis padres, la miro y le tomo de la mano.
- Esta casa era totalmente sombría sin ti
- Eres el único que me puede ayudar a encontrar por fin la tranquilidad y la paz que Dios me va a dar.
Me quedé con esas palabras en la mente, quería preguntarle por que, pero otra idea que se coló en mi cabeza.
- ¿Qué hacemos acá?
- Son etapas que debes cerrar y debes quemar
- ¡No quiero morir!
- Depende de Dios
- ¡Dios no me ha escuchado nunca!
- Siempre estuvo para ti, tú fuiste el que dejaste de creer en él.
- ¡Mientes! ¡Estas cegada! ¿Dónde estuvo tu Dios cuando me pasaron todas esas cosas que solo él sabe? ¡Yo lloré! ¡Le ore sin cesar! ¡Nunca me contestó! ¡Nunca me dio señales!
¡Y ahora estoy aquí! ¡Es injusto Mara!
Ella solo me observó e inmediatamente de sus labios salieron las siguientes palabras:
- Ya va a pasar
Me quedé pensando en esas últimas palabras y me pareció injusto. Yo solo quería vivir en paz, empezar bien sin cometer muchos errores .
Me senté en donde era mi lugar en esa casa; agarre mi cabello y lo lance para atrás.
- Acompañame Jacob
La miré y lo hice, vi algo que me dolió mucho; pensé que nada más me iba a lastimar a estas alturas, pero esto sí.
Vi a mi madre llorando, viendo una foto.
Me acerco, me siento a su costado la veo y se notaba cansada de vivir; los años habían pasado por ella, se notaban en cada línea de expresión en su rostro. Es injusto todo esto... vi la foto ... "Es la foto familiar", me quedé bastante impactado porque se autolastimaba, eso me lastimó mucho, agarro su hombro pero ella no responde.
Me quedo a su lado.
- Lo lamento tanto, perdóname mamá — derramé lágrimas — perdón por el dolor que te cause y perdóname por no haberte entendido y haberme alejado como mi padre lo hizo con nosotros — mis sollozos comenzaron a salir intrépidamente de mi garganta.
Saqué todo lo que tenía dentro de mí. Muy en el fondo nunca iba a perdonarme por lo que sucedió con Mariana y con nuestra familia.
- Te amo mamá
Ella se secó las lágrimas; dejo la foto y se levantó. Se fue a la sala, agarro su teléfono y llamó a alguien.
- Está destrozada...
Agacho mi cabeza y volteo, quería llorar pero ya no me quedaban más ganas, estaba agotado. Agarre mi cara con las dos manos y comencé a frotarme de arriba a abajo, estaba agobiado, esto era fuerte; todo avanzaba rapidamente; mi esperanza se desvanece y no sé cuanto tiempo me queda; a pesar de que son 2 días, aun me encuentro nervioso por todo. Mi futuro es incierto y no sé si tendré oportunidad de despedirme de mi familia, ni verlos por última vez o si habrá un milagro para seguir viviendo.
- No debiste dejarla nunca
No podía verle la cara a mi hermana; solo observaba como mi madre estaba parada en una esquina tratando de localizar a alguien.
- Ella te amaba solo que estaba cansada y errada. La vida la ha golpeado muchas veces y esperaba que estuvieras con ella a pesar de todo.
- Nunca estuvo conmigo en esos momentos cruciales a pesar de todo.
Pero no quería dejarla sola. Ese fue mi error.
Quedó un momento de silencio absoluto.
- ¿Va a morir?
- Todavía no
- ¿Qué me quieres mostrar?
- Lo que quería que supieras
- ¿Es un castigo?
- No
- ¿Me quieres lastimar?
- No Jacob, nunca querría eso
- ¿Eres una niña aun? ... Dime Mariana...
¿Por qué esto? ¡No quiero ver esto!
Me ha dolido como una patada en los testiculos. ¿Tú crees que no la amaba?; media vida se me fue cuando falleció, quise decirle lo mucho que la amaba, que no le tenía rencor, que quería por enésima vez proponerle hacer las paces.
Quise abrazarla tanto y no dejarla, empezar una nueva vida pero esta vez bien, lejos del pasado que a los dos nos atormentaba.
Quería un mundo con mi madre solo que el destino tenía otros planes.
- Las cosas las haces demasiado tarde
- ¿Tu Dios lo cree así?
- Jacob ...
Estas enojado con él porque piensas que te ha arrebatado a las personas que más has amado pero estas equivocado. Toda acción tiene consecuencias y te alejas de Dios que tanto te ama ¿Así quieres que sea generoso contigo?
Él ya lo es dándote una vida, protegiendote, te da las herramientas para sobrevivas cómodamente; tienes el amor de una mujer que te adora y a diferencia de ti, ella adora a nuestro Dios por eso él la guía a un buen camino.
No pidas mucho sin dar nada a cambio, respeta y antes de decir algo piensa bien en tus actos.
¿Quién eres tú para juzgar los actos de tu creador?
Levanté mi cabeza y la miré con tanta furia que daban ganas de desaparecerla.
- Tu mirada es como un cuchillo, trata de calmarte.
Te quiero ayudar porque me importas Jacob y somos hermanos; necesito de ti.
Ella me extendió su mano y yo me negaba a darle la mía.
Pero pensé en Amber; pensé en cuando ella me hablaba de Dios, me decía tantas cosas de él que hasta me costaba admitir que me estaba convirtiendo en «agnóstico».
Ella y su mirada brillante transmitiendo paz y amor; cuando vi a mi pequeña hermana vi a la dulce y hermosa niña que he amado siempre y que en estos momentos debería estar ayudando para que recupere "su paz", así que le di la mano y ella me guió hasta la salida.
Pasamos juntos y nos encontramos en cuestión de segundos en otra "realidad".
El hospital donde papá estaba ahí; lo recuerdo muy bien porque era tan diferente, tan de esa época; tétrico.
Ahí estaba yo, era apenas un adolescente de 16 años; a lo que soy ahora me veía tan distinto, usaba una ropa más holgada y relajada, veo mi cabello y era corto, era más noble, mi mirada era otra pero mi tristeza estaba a flor de piel.
Era muy blanco ahora estoy bronceado... tenía miedo, lo reconozco, mamá se encontraba allí. Más joven, no obstante con la misma mirada de ahora.
Me agarraba de la mano, yo solo me quedaba tieso y no le contestaba a mamá; me abrazaba y lo hacía solo para no darle más motivos de preocupación por mí.
Lo recuerdo como si fuera ayer.
- Todo va a estar bien ...
Papá se va a recuperar.
- ¿Cómo puedes? él ya tiene una familia y tú sigues sufriendo.
Ella solo movía la cabeza y decía: Esa familia lo ha dejado ... Nunca lo han amado en cambio nosotros...
Le corte y dije — Nosotros somos los olvidados ¡Nos dejo por ellos mamá!
Vi como me apartaba de ella, no quería lastimarla en ese momento, mas mi rencor era latente y de muchos años cosechado, no quería que pagara las consecuencias.
Sé que mamá sufría con mis palabras pero en ese momento me dio tanta rabia de que no aprendiera, que no se diera cuenta del daño que nos causo a ambos al dejarnos cuando mi pequeña hermana murió, me hizo mierda, me bajo la autoestima y mando al carajo una familia que estaba pasando por un quiebre emocional. Fue un maldito egoísta.
Esos amargos sentimientos regresaron a mí y me sentí fatal. Ya que me estaba convirtiendo en otro Jacob, en el Jacob de antes.
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